El Mariscal de Ayacucho cabalga de nuevo para el cine venezolano |
¿Cómo aconteció la muerte del Gran Mariscal de Ayacucho? Partiendo
de esta incógnita, el asesinato de Antonio José de Sucre, prócer de la
Independencia de Venezuela, será investigado a profundidad en clave de
ficción en la película Muerte en Berruecos,
bajo la dirección de Caupolicán Ovalles.
El largometraje inició su rodaje en el Palacio de las Academias de Caracas,
locación que conserva la esencia del siglo XIX intrínseca a esta historia,
que se centra en 1840, cuando 10 años después del homicidio del militar,
diplomático y político cumanés –que aconteció el 4 de junio de 1830- inició
un proceso de seguimiento al caso.
Se trata del magnicidio posiblemente más importante de la época
independentista venezolana, cuando el llamado a ser ‘sucesor de Bolívar’ fue
emboscado en su viaje a caballo de Quito hacia Bogotá y fue brutalmente
asesinado, hecho que entre los políticos líderes del momento fue, más que un
secreto a voces, el ejemplo perfecto de la ‘crónica de una muerte anunciada’.
“Sucre era el hombre político y militar con más posibilidad de proyección para entonces. En el momento de crisis que se vivió posterior a los procesos independentistas de nuestras naciones, muchos poderes consideraron que esa continuidad que él iba a otorgar, estaba en contra de sus intereses. Entonces lo mataron. La historia se centra en diferentes testimonios que recrearán los momentos importantes y clave de este hecho, mediante entrevistas que poco a poco construirán un rompecabezas sobre todo este complot de intereses contrapuestos”, comentó Ovalles durante un corte en la filmación.
La importancia del cine histórico se remite a saber de dónde
venimos y hacia dónde vamos. Apartando este punto, el realizador busca romper
esquemas al presentar en la gran pantalla un ‘policial de época’ con una
perspectiva alejada de la historia oficial.
Digamos que más desde un punto de vista ciudadano, por
clasificarlo de alguna manera. Vemos los elementos de la película no desde el
oficialismo en función de la historia heroica, ni tampoco en función del gran
héroe, sino que tratamos factores que influenciaron en el homicidio. Queremos
que no se tome como un filme histórico más que nos va a dar lecciones, sino
más bien una obra en la que el entretenimiento nos pueda llevar a conocer
muchas cosas. Queremos que vayan al cine a entretenerse, y a la vez obtendrán
información valiosa iberoamericana, porque se centra entre Bogotá y Quito”.
El reparto está conformado por figuras como Luis Gerónimo Abreu, quien interpreta al capitán Alejandro Godoy, un oficial que se encarga del caso mientras hacía los preparativos para contraer nupcias. El actor Augusto Nitti interpreta a Sucre. Luego aparecerán en escena personajes como García Teles (Ignacio Márquez), conspiradores como José María Obando (Gerardo Lugo), Juan José Flores (José Roberto Díaz) y Paredes, un general de la época presente de la historia, interpretado por Manuel Salazar.
Otro rol de peso es Apolinar Morillo (Laureano Olivarez), uno de
los acusados del asesinato de Sucre, quien además era venezolano, oriundo del
estado Trujillo y según está registrado en la literatura, fue contratado en
Ecuador para el macabro fin.
Luz de candelabro, pólvora de revolver, tinta y pergaminos. Así lucía el escritorio de “Godoy”, en el que ardió la investigación del suceso que marcó un hito en la historia del país, esta vez recreada en pasillos y despachos del Palacio de las Academias. Escenarios como el Club Nicaragua, la Hacienda La Vega, la Hacienda Los Anauco y la cordillera andina, en Mérida, también forman parte del plan de rodaje del filme, que cuenta con la dirección de arte de Diego Rísquez, Cézary Jaworsky en la dirección de fotografía, Julio César Castro “Moñona” en la cámara, Carlos Bolívar en el sonido y Beatriz Aranguren en la producción.
Muerte en Berruecos fue aprobado en la Recepción Permanente de Proyectos
Cinematográficos (RPPC) del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía
(CNAC), en el I corte del 2015. Es una coproducción venezolana con Panamá a
través del Programa Hipermedia.
Ernest Stuyvesant
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