Francisco Denis no abandona el teatro. |
No estaba muerto, andaba de parranda, como lo canta
Sabina, pero que en el caso del afamado primer actor Francisco Denis este lleva
dos años trabajando fuera de Venezuela. Ahora está en Bogotá, Colombia, a donde viajó desde
septiembre de 2015, para grabar la teleserie Narcos, de Netflix, pero también lo hizo en El comandante, teleserie de Sony, encarnando al general Brizuela.
Cuenta que está a
punto el estreno mundial de la tercer temporada de Narcos, fijado para el 1 de septiembre, una teleserie que ha
logrado ubicarse entre las cinco más importantes en los últimos años de la televisión
mundial.
Dice que estar en
Netflix o cualquier de esas grandes empresas y sus superproducciones internacionales
no fue nunca su “norte”, simplemente aparecieron. “Próximamente pienso viajar a
Mexico, donde tengo algunas propuestas de trabajo, tanto para
la televisión y seguramente también en el teatro”:
¿Cómo llega a Netflix?
Hace más o menos dos
años recibí una llamada inesperada de la agencia de casting de la teleserie Narcos, de Netflix. La propuesta era
hacer el personaje de uno de los hermanos Orejuela, Miguel Rodríguez Orejuela,
líderes del extinto Cártel de Cali. Acepté y lo demás han sido ensayos y grabaciones,
las actividades no tan rutinarias de un actor, de un grupo de comediantes y los
equipos de técnicos, escritores y temas talentos propios del negocio televisivo
internacional. Cuando estaba en Colombia, grabando El comandante y Narcos, emprendí
un proyecto teatral bastante 'sui géneris' y monte un monólogo de Jean Cocteau, La voz humana, un espectáculo que los
hacemos este montaje lo hacemos en espacios privados, no en salas teatrales
como tal, es decir sitios reales donde
la gente vive, como apartamentos, cuartos, habitaciones de hotel etcétera.
Llamamos a este proyecto “Teatro en el cuarto”, un tipo de montaje más cercano
a lo natural, donde el personaje vive o se desplaza dentro de un espacio
real. Yo lo llamaría teatro hiperrealista.
¿No abandona el teatro?
No, soy un actor
polivalente y vengo del teatro.
En México vamos a continuar con este proyecto junto con los muchos actores de origen venezolano que han decidido radicarse en ese pais. Además esto le da un sello de” teatro de inmigrantes” al teatro que se hace en el sitio donde te toca vivir. En cuanto a mi trabajo como actor seguramente vendrán propuestas interesantes a partir del estreno de Narcos, porque Netflix es una plataforma impresionante, con más de 100 millones de personas que te ven. Y Narcos es una teleserie con mucho éxito. En la tercera temporada, y espero que puedas verla, se abordan los últimos meses de uno de los carteles más poderosos en la historia de la droga colombiana y continental. Esta teleserie, por supuesto de ficción, pero además basada en hechos reales, crea una expectativa enorme sobre nuestra historia, quizás no la buena parte de nuestra historia como pueblos latinoamericanos.
En México vamos a continuar con este proyecto junto con los muchos actores de origen venezolano que han decidido radicarse en ese pais. Además esto le da un sello de” teatro de inmigrantes” al teatro que se hace en el sitio donde te toca vivir. En cuanto a mi trabajo como actor seguramente vendrán propuestas interesantes a partir del estreno de Narcos, porque Netflix es una plataforma impresionante, con más de 100 millones de personas que te ven. Y Narcos es una teleserie con mucho éxito. En la tercera temporada, y espero que puedas verla, se abordan los últimos meses de uno de los carteles más poderosos en la historia de la droga colombiana y continental. Esta teleserie, por supuesto de ficción, pero además basada en hechos reales, crea una expectativa enorme sobre nuestra historia, quizás no la buena parte de nuestra historia como pueblos latinoamericanos.
¿Hay, púes, un gran emporio de televisión latinoamericana,
el cual a su vez es también un gran mercado de trabajo para los profesionales
de la actuación?
Si, y Colombia se
ha convertido, junto a México, en la gran factoría o el gran mercado de la
televisión latinoamericana. Lo que en algún momento podría haber sido la
historia de la televisión venezolana pero que, por razones que todos conocemos,
se desvió hacia Colombia y México. Ahora, grandes productoras hacen sus
proyectos en estos países y cantidades de actores, escritores y guionista, así
como los directores y técnicos latinoamericanos están siendo contratados para
ellas; además a esto se agrega el fantástico aumento del mercado televisivo por
Internet, con un gran volumen de espectadores para esas series y otros filmes.
¿Es una gran empresa o industria cultural para
millones de espectadores?
Si, y por supuesto
eso también ha cambiado la manera de hacer televisión, porque a la telenovela
clásica latinoamericana, el culebrón de factura y estética cubana prerrevolucionaria, está
dando paso a series con temáticas distintas, más contemporáneas, y en algunas
de ellas bastante críticas del sistema social y político latinoamericano.
¿Eso, más temprano que tarde, repercutirá en la
vida cotidiana de los telespectadores?
En Colombia se
hacen no menos de 10 teleseries al año, más las internacionales sobre todo
Netflix y Sony. Y, como dije anteriormente, es un gran mercado laboral. Existen
leyes que ayudan a la inversión en este campo. Colombia elimina 40% de
impuestos a los productores audiovisuales que inviertan ahí en esa industria
cultural.
¿Y qué pasa con su trabajo artístico en Venezuela?
En cuanto a mis
proyectos en Venezuela estoy a un mes del estreno de mi documental Kueka, cuando las piedras hablan, centrado
en "el robo", si así se puede llamar, de una roca de 30 toneladas, la
cual fue sacada sin autorización del pueblo de la gran Sabana, hace ya más de
15 años; esa piedra pertenecía a los mitos originarios de uno de los pueblos
Pemones. Y ahora está en Alemania. El estreno será el 27 de octubre. Por otro
lado estoy esperando la respuesta del Cnac para la realización de mi primera
película de ficción. En caso de que sea aprobado el proyecto empezaríamos a
finales de año en Caracas.
¿Qué ha pasado con su sala Río Teatro Caribe?
Mi gente y yo hemos seguido sobretodo poniendo atención en la infraestructura de nuestro espacio. Los invito a que pasen por ahí, en San Bernardino, y vean como ese teatro se ha convertido en un espacio de referencia para nuestros artistas, sobre todo los más jóvenes y sus novedosas propuestas. El espacio nocturno de los viernes es ya un escenario importante para las bandas de música urbana venezolanas y el teatro, como tal, es uno de los espacios más interesantes, que hay en Caracas para propuestas originales.
Mi gente y yo hemos seguido sobretodo poniendo atención en la infraestructura de nuestro espacio. Los invito a que pasen por ahí, en San Bernardino, y vean como ese teatro se ha convertido en un espacio de referencia para nuestros artistas, sobre todo los más jóvenes y sus novedosas propuestas. El espacio nocturno de los viernes es ya un escenario importante para las bandas de música urbana venezolanas y el teatro, como tal, es uno de los espacios más interesantes, que hay en Caracas para propuestas originales.
¿Cómo ven a Venezuela desde afuera en estos
momentos?
Venezuela vive momentos difíciles pero seguimos apostando, desde adentro o desde fuera o desde sea que nos encontremos, al reencuentro con nuestras potencialidades expresivas. Pienso que nuestro mayor esfuerzo debe estar en este momento en crear los puentes necesarios con América y el mundo para salir de esa espesa implosión en la que nos encontramos. Al contrario de lo que leo y escucho muchas veces, la solución al problema venezolano no está solo en Venezuela está en manos de los latino americanos. Somos pueblos hermanos muy parecidos en nuestra historia, prácticamente de un mismo origen, y creo que cerrar las fronteras es lo menos inteligente que ha sucedido en los últimos años. Y no me refiero sólo a las fronteras físicas, las más importantes, las fronteras culturales deben ser abiertas transparentes enriquecedoras siempre.
Venezuela vive momentos difíciles pero seguimos apostando, desde adentro o desde fuera o desde sea que nos encontremos, al reencuentro con nuestras potencialidades expresivas. Pienso que nuestro mayor esfuerzo debe estar en este momento en crear los puentes necesarios con América y el mundo para salir de esa espesa implosión en la que nos encontramos. Al contrario de lo que leo y escucho muchas veces, la solución al problema venezolano no está solo en Venezuela está en manos de los latino americanos. Somos pueblos hermanos muy parecidos en nuestra historia, prácticamente de un mismo origen, y creo que cerrar las fronteras es lo menos inteligente que ha sucedido en los últimos años. Y no me refiero sólo a las fronteras físicas, las más importantes, las fronteras culturales deben ser abiertas transparentes enriquecedoras siempre.
TEATRERO ORIGINAL
Francisco Denis Boulton (Caracas, 1962), quien comenzó
su abecé teatral con el grupo Malayerba, de Ecuador, para después estudiar en
la escuela de Jacques Lecog y participar en la compañía de Philippe Genty, es
uno de los más extraños y creativos teatristas criollos. Su rareza consiste en
que lleva, más de dos décadas, mostrando un teatro contracorriente, una
entretenida mezcla de circo de salón con teatro de texto. Eso gusta o disgusta,
pero es imposible ignorarlo si se tiene en cuenta la monótona cartelera
caraqueña . Funda la agrupación Río Teatro Caribe en la sucrense
población de Río Caribe, hacia 1994, pero en 1999 se traslada a Caracas para
inaugurar la Sala Río Teatro Caribe. Ahí, en una quinta de San Bernardino, ha
mantenido una programación constante además de talleres de perfeccionamiento y
exploración del lenguaje teatral y dancístico. Ha presentado, en su espacio, o
en otras salas caraqueñas, notables montajes .Hace un teatro, raro, extraño,
porque no maneja códigos conocidos dentro de la vida cultural capitalina. Para
este artista y su gente, la metáfora escénica es asumida siempre en su
totalidad. En sus espectáculos, el público se ve obligado a convertirse en
creador de una obra, donde, por lo general, las imágenes toman cuerpo y
movimiento y se presentan de manera surrealista. Sus performances, a veces
complejas en su sintaxis conceptual, se nutren de múltiples universos poéticos,
ancestrales, históricos y con imágenes provocadoras, pero ocasiones también
poseen un cierto aire absurdo y cómico, con escenas inscritas en una poética
sugerente, simple pero profunda. En el terreno de lo simbólico, trata de ser
coherente con sus propuestas o verosímil, así la historia tenga que armarla el
espectador según su propio mundo referencial, que es la gran posibilidad que da
el teatro que elabora la metáfora como ficción. Ahora está afuera de las fronteras
físicas venezolanas, pero sigue aquí, entre nosotros, gracias a la Internet y
la televisión. ¡Vivimos el futuro!
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