No menos de 22 festivales internacionales
de teatro se han escenificado en Caracas durante los últimos 45 años, los
cuales fueron financiados todos por el Estado venezolano y organizados los 15
primeros por el Ateneo de Caracas y la Fundación Rajatabla que dirigió Carlos Giménez,
y los otros siete por Fundarte, el brazo cultural de la Alcaldía del Municipio Libertador.
Eso ha sido un acierto de los gobernantes y los artistas, más allá de las valoraciones
de los eventos en particular. ¡Un gran placer para el público, como debe ser!
Reiteramos esto porque del 27 de abril
al 6 de mayo de este electoral año, se realizará la séptima entrega del
Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITCcs2018), con la escenificación de
no menos de 200 espectáculos, algunos provenientes de Cuba, Colombia, Uruguay,
Chile, Argentina, México, Ecuador, Perú y España, y, por supuesto los criollos,
donde la Compañía Nacional de Teatro mostrará tres montajes recientes: Baño de damas, Troyanas y Develario.
Los ganadores
de esa “hemorragia teatral” han sido los millones de espectadores que acudieron
y por ende los artistas, quienes siempre se han quejado de la ausencia de público
cuando pasa los susodichos festivales. Y es por eso que el teatrero José Jesús
González ya alista una temporada con el montaje de su
pieza Par de viejos en la sala Viga
del Centro Cultural Chacao, para celebrar así sus 25 años en la disciplina
teatral.
Par de viejos,
cuyo estreno está programado dentro del FITCcs2018, cuenta con los primeros
comediantes José Francisco Silva y Magalys Álvarez. Es
una comedia dramática con la historia de una singular pareja de
artistas de avanzada edad, Gabriel, viejo actor retirado especialista
en Shakespeare y Antigua, una titiritera-marionetera. Ambos cómplices
en el arte y en la vida, se congregan en un generoso espacio, con sus discapacidades, sus
pesares y aciertos; con sus amores y miedos, con sus recuerdos y
desencuentros; se reúnen para rememorar glorias pasadas y
así evadir su cruda realidad.
González ha reiterado
que su espectáculo es un homenaje al adulto mayor; a esos seres olvidados “especiales
y queridos que nos dieron tantos en sus años de productividad; es una revisión
al pasado, un homenaje a Shakespeare y a la hermandad. En agosto regresaremos a la sala Viga con la
versión larga de La feria de la alegría,
un éxito en micro teatro, además en Miami y Maracay montarán mis textos Las dos Fridas y Primero las damas, y a finales de año remontaremos uno de mis
montajes más queridos: Tequila o Ron,
de Gennys Pérez, con un gran elenco”.
UN CUARTO DE SIGLO
Cuenta González que desde hace 25
años está en el teatro. Se inició en la Escuela de Arte Dramático de Maracay
con maestros como Roció Rovira, Alejando Bastidas y Mariozzy Carmona, entre
otros. Decidió venirse a Caracas y aquí inició su formación en la Escuela de
Artes de la UCV, con maestros como Isaac Chocrón, Xiomara Moreno, Ugo Ulive, Leonardo
Azpárren, Orlando Rodríguez. Simultáneamente egresó de la Escuela Juana Sujo; allí
encontró el apoyo de maestros como Gilberto
Pinto , José Gabriel Núñez, Esteban
Herrera, Orlando Rodríguez entre otros y esa etapa finalizó su formación en el Séptimo
Taller de Formación Artística del grupo THEJA de la mano de José Simón Escalona,
Rosalio Hinojosa, Javier Vidal y Angélica Escalona, “todas grandes experiencias
que marcaron mi formación para llegar a
lo que hoy en día es mi mayor logro: consolidar mi agrupación Teatro del
Encuentro, que este año celebrará sus 25
años en la escena nacional”.
Está muy satisfecho por lo hecho en
su primer cuarto de siglo teatral. “Son
largas dos décadas con grandes logros, montajes que me han dado muchas satisfacciones, a la par de dirigir textos de grandes dramaturgos universales como
Shakespeare, Lorca Strindberg, Camus, Ibsen
y dramaturgos nacionales como Núñez , Chalbaud, Orsini y Gennys
Perez entre otros; además he podido mostrar
mis textos dramatúrgicos. El Teatro del Encuentro ha tenido gran apoyo de grandes creadores y me siento muy agradecido de los elencos
maravillosos que hemos conformado a los largo de estas dos décadas, en maravillosas temporadas en
las más importantes salas del país y en más de 20 festivales nacionales e internacionales: en
fin, ha valido la pena todos estos años
de crecimiento, porque la escena es un proceso de crecimiento espiritual, me
involucré con el teatro y la dramaturgia porque me dieron la posibilidad de
reinventarme, de proponer nuevos lenguajes, nuevas formar de ver la vida , de
comunicación; si no la existencia sería
muy aburrida, nunca me propuse ni fama ni dinero; aunque como me decía mi maestro Isaac Chocrón
cuando veía mis primeros espectáculos eres un director y un dramaturgo joven
con mucha suerte y talento, siempre llenas tu sala y eso es un gran logro”. A Chocrón le
encantaba ver el teatro lleno y soy un afortunado que en mis veinticinco años
de trayectoria, tengo un público cautivo que me sigue y eso es mi verdadera
satisfacción”.
“Desde los 17 años me ha cautivado tanto la dirección como la dramaturgia
y me siento muy a gusto en ambas posiciones. Me apasiona crear, soy muy inquieto,
mi amor eterno es el teatro, aunque me nutro siempre del cine, la música y las
artes plásticas. Un director y un dramaturgo deberían ser unos apasionados del conocimiento.
A actualmente realizo estudios de Educación para seguir transmitiendo mis conocimientos,
por medio de los talleres a las nuevas generaciones”.
SATISFECHO Y AGRADECIDO
Como artista venezolano que es, el
artista González considera que “el teatro no escapa de la realidad de mi país; vivimos
en una cuerda tensa y así habitamos en las artes escénicas, muchas veces desprotegidos,
sin políticas culturales. Hace muchos años no disfrutamos de unos verdaderos
subsidios de cooperación cultural, el Estado no los arrebató y espero que
reflexionen porque el precio de las producciones es incalculable y ninguna
agrupación actualmente tiene para costear dignamente su realización”.
Puntualiza que el arte teatral siempre ha sido
el relegado de todos los gobiernos, “pero seguimos luchando, creando; los que aún
apostamos a un mejor país; aquí hay mucho talento, muchos creadores con ganas
de mostrar. La dignificación depende de nosotros, de unirnos como gremio y
hacer respetar nuestros derechos como creadores y hacedores de sueños, deberían de darle espacio a agrupaciones que honren la
creación y la investigación, no solo el teatro ligero, tenemos que ser serios a
la hora de asumir nuestra profesión, el teatro es un hecho social, que de uno u
otra forma debería transformar al espectador al salir de cada función y actualmente
en nuestro país es uno de los
pocos medios para decir verdades”.
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