Jan Vidal Restifo, Julie Restifo y Javier Vidal Pradas |
Ambicioso y respetable plan de
trabajo tiene Javier Vidal Pradas para este 2019, donde, por supuesto, su
esposa, la actriz Julie Restifo, es parte muy importante. Nos cuenta el
periodista y destacado teatrero que espera montar la comedia que escribió sobre
una familia disfuncional, cuyo nudo es el transgénero, donde el actor Sócrates
Serrano encarna a la madre transgenérica.
“Sigo como director artístico en Radio
Caracas Televisión Internacional con una atractiva serie sobre mitos y leyendas
latinoamericanas escrita por Martin Hahn y José Simón Escalona, cuyo título
provisional es Almas en pena. Todo eso
nos llevará el primer semestre de este peculiar año. Por supuesto que el 2018
fue absolutamente satisfactorio para mí y mi familia”.
Admite que su pieza La íntima del Presidente estuvo seis meses en la cartelera del Trasnocho
Cultural y dos semanas más en Miami “con
cartel vuelto”, como diría Gabriel Martínez. “Luego me invitaron como director del
montaje Doble o nada de la
dramaturga y periodista mexicana Sabina Berman, agotando toda su pequeña
temporada; este año abrirá en la sala grande del Trasnocho. En el microteatro
también participamos con una pieza mía, dirigida por Julie y actuada por mi
hijo Jan Vidal Restifo: Qué rica esta la
viuda”.
Advierte, con satisfacción, que el melodrama La íntima del Presidente, centrada en
la vida del general Isaías Medina Angarita y su romántica relación con Estrella
Serfati, la madre de Isaac Chocrón, completó su tetralogía sobre el poder en
Venezuela y la presencia de los gochos en la política criolla. “Con mis piezas
no pretendo historialiciar o historiar nuestro pasado sino poetizar nuestra
historia a través de la dramaturgia. Es la mejor forma que encontré para
enfrentarme al presente de mi país”.
¿Por qué ese interés por la historia política venezolana y entregar así
cuatro textos, todos además representados?
El público joven, ese que va al
teatro, por supuesto, poco conoce de nuestra historia mediata y la historia, la
petit historia, la historia de cachifas, la historia oral, levanta siempre un
atractivo morboso a todo nivel. La cronología que he mostrado como mis cuatro
piezas es ajustada, casi exacta a la objetividad de los hechos, pero el
diálogo, la vida privada, a todos, nos atrae observarla, degustarla, como voyeristas,
como mirones de parque, como mudos infantes tras el ojo de una cerradura. Ahí
están, pues, Diógenes Escalante y Ramón J. Velázquez (Las camisas voladoras), Cipriano Castro Y Juan Vicente Gómez (Los compadres), Eleazar López
Contreras, Isaías Medina Angarita (La íntima del Presidente), Marcos Pérez Jiménez (La catira del general), todos gochos, todos del Táchira. Son
figuras que se revelan teatrales por todos sus costados. Después, dentro de
esas ficciones me acompañaron Camilo José Cela, Laureanito Vallenilla, Arturo
Uslar Pietri, un gallego albañil de inspiración real, Estrella Serfati y una
doncella -la ninfa- para calmar las ansias del sátiro de Castro. Esos fueron
mis personajes donde el público y la crítica encontró un lenguaje y una
estilística que me adverbializa: vidalianos, vidalianamente, etcétera”
¿Cuál de esos personajes prefiere?
No puedo tener preferencias por
ninguno de estos personajes, pero creo que Estrella Serfati, quien le parió dos
hijos a Medina Angarita, me iluminó con su luz y su, paradójicamente,
oscuridad. Como dramaturgo ni me enamoro ni juzgo a mis personajes. Los expongo
como testigo de un tiempo y un espacio para que el público sea el juez. Sólo
él, el público, es quien puede juzgar. Desde luego que la crítica, como público
especializado, con más razón y mayor conocimiento del hecho escénico. He ahí mi
respeto tanto a uno como a otro.
¿Está cerrado, para usted, ese tipo de teatro sobre la historia
venezolana?
No, creo que pueden haber aún muchos
rincones dramáticos que pueden saltar a la escena. Por ejemplo, López Contreras
es una figura clave en los grandes cambios políticos porque fue el mejor
traidor de la política al voltearse a los gomecistas. Esperemos a ver cómo
avanza la historia contemporánea, en la cual estamos participando todos los que
habitamos esta Tierra de Gracia. No podemos adelantarnos a dramatizar los hechos
que estamos presenciando, pero si tomamos apuntes para esos teatros posibles.
¿Otros trabajos teatrales en marcha?
Para el 27 de enero me presentaré en
el teatro Municipal de Chacao con el monólogo Sí, esto es un hombre de Primo Levy, judío italiano superviviente
del campo de Auschwitz, bajo la dirección de Julie Restifo. Será el primer unipersonal
en mi carrera. Sigo celebrándome. Luego iniciaré los ensayos de La señora Imber donde Julie
interpretará a Sofía, bajo mi dirección en una versión ajustada al texto del
periodista Diego Arroyo Gil.
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