miércoles, enero 16, 2019

Sí,todo un hombre

Jan Vidal Restifo, Julie Restifo y Javier Vidal Pradas

Ambicioso y respetable plan de trabajo tiene Javier Vidal Pradas para este 2019, donde, por supuesto, su esposa, la actriz Julie Restifo, es parte muy importante. Nos cuenta el periodista y destacado teatrero que espera montar la comedia que escribió sobre una familia disfuncional, cuyo nudo es el transgénero, donde el actor Sócrates Serrano encarna a la madre transgenérica.
“Sigo como director artístico en Radio Caracas Televisión Internacional con una atractiva serie sobre mitos y leyendas latinoamericanas escrita por Martin Hahn y José Simón Escalona, cuyo título provisional es Almas en pena. Todo eso nos llevará el primer semestre de este peculiar año. Por supuesto que el 2018 fue absolutamente satisfactorio para mí y mi familia”.
 Admite que su pieza La íntima del Presidente estuvo seis meses en la cartelera del Trasnocho Cultural y dos semanas más  en Miami “con cartel vuelto”, como diría Gabriel Martínez. “Luego me invitaron como director del montaje Doble o nada de la dramaturga y periodista mexicana Sabina Berman, agotando toda su pequeña temporada; este año abrirá en la sala grande del Trasnocho. En el microteatro también participamos con una pieza mía, dirigida por Julie y actuada por mi hijo Jan Vidal Restifo: Qué rica esta la viuda”. 
 Advierte, con satisfacción, que el melodrama La íntima del Presidente, centrada en la vida del general Isaías Medina Angarita y su romántica relación con Estrella Serfati, la madre de Isaac Chocrón, completó su tetralogía sobre el poder en Venezuela y la presencia de los gochos en la política criolla. “Con mis piezas no pretendo historialiciar o historiar nuestro pasado sino poetizar nuestra historia a través de la dramaturgia. Es la mejor forma que encontré para enfrentarme al presente de mi país”.
¿Por qué ese interés por la historia política venezolana y entregar así cuatro textos, todos además representados?
El público joven, ese que va al teatro, por supuesto, poco conoce de nuestra historia mediata y la historia, la petit historia, la historia de cachifas, la historia oral, levanta siempre un atractivo morboso a todo nivel. La cronología que he mostrado como mis cuatro piezas es ajustada, casi exacta a la objetividad de los hechos, pero el diálogo, la vida privada, a todos, nos atrae observarla, degustarla, como voyeristas, como mirones de parque, como mudos infantes tras el ojo de una cerradura. Ahí están, pues, Diógenes Escalante y Ramón J. Velázquez (Las camisas voladoras), Cipriano Castro Y Juan Vicente Gómez (Los compadres), Eleazar López Contreras, Isaías Medina Angarita (La íntima del Presidente), Marcos Pérez Jiménez (La catira del general), todos gochos, todos del Táchira. Son figuras que se revelan teatrales por todos sus costados. Después, dentro de esas ficciones me acompañaron Camilo José Cela, Laureanito Vallenilla, Arturo Uslar Pietri, un gallego albañil de inspiración real, Estrella Serfati y una doncella -la ninfa- para calmar las ansias del sátiro de Castro. Esos fueron mis personajes donde el público y la crítica encontró un lenguaje y una estilística que me adverbializa: vidalianos, vidalianamente, etcétera”
¿Cuál de esos personajes prefiere?
No puedo tener preferencias por ninguno de estos personajes, pero creo que Estrella Serfati, quien le parió dos hijos a Medina Angarita, me iluminó con su luz y su, paradójicamente, oscuridad. Como dramaturgo ni me enamoro ni juzgo a mis personajes. Los expongo como testigo de un tiempo y un espacio para que el público sea el juez. Sólo él, el público, es quien puede juzgar. Desde luego que la crítica, como público especializado, con más razón y mayor conocimiento del hecho escénico. He ahí mi respeto tanto a uno como a otro.
¿Está cerrado, para usted, ese tipo de teatro sobre la historia venezolana?
No, creo que pueden haber aún muchos rincones dramáticos que pueden saltar a la escena. Por ejemplo, López Contreras es una figura clave en los grandes cambios políticos porque fue el mejor traidor de la política al voltearse a los gomecistas. Esperemos a ver cómo avanza la historia contemporánea, en la cual estamos participando todos los que habitamos esta Tierra de Gracia. No podemos adelantarnos a dramatizar los hechos que estamos presenciando, pero si tomamos apuntes para esos teatros posibles.
¿Otros trabajos teatrales en marcha?     
Para el 27 de enero me presentaré en el teatro Municipal de Chacao con el monólogo Sí, esto es un hombre de Primo Levy, judío italiano superviviente del campo de Auschwitz, bajo la dirección de Julie Restifo. Será el primer unipersonal en mi carrera. Sigo celebrándome. Luego iniciaré los ensayos de La señora Imber donde Julie interpretará a Sofía, bajo mi dirección en una versión ajustada al texto del periodista Diego Arroyo Gil. 


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