ANTONIO DELLI
Antonio Delli es uno de los pocos primeros
actores del teatro venezolano que no se ha dejado tragar por su fama de
excelente. Sigue siendo el mismo “muchachito” que llegó a Rajatabla y devoró la
cartilla escénica que predicaba Carlos Giménez. Y lo reiteramos ahora porque
acaba de hacer la primera temporada del monólogo 900, la leyenda del pianista en
el océano, escrito por Alessandro Baricco (Turín, 25 de enero
de 1955), en el Trasnocho Cultural.
Contó Delli que ese texto de Baricco
lo tenía en su casa, en la edición de la editorial Anagrama y también había
visto “la hermosa versión cinematográfica, hecha en 1998 por Giuseppe
Tornatore. Entonces en el 2017 recibí dos señales que me hicieron decidirla en
hacerla: una fue por parte del publicista y empresario Douglas Palumbo, quien, tras
haberla visto montada en Buenos Aires, me comentó que al verla pensó en mí para
hacerla y que me vendría muy bien. Y también Dairo Piñeres casi al mismo tiempo
junto a su productora Johana Villafranca me la propusieron. Así que con
esa doble señal junto a lo que me gustaba esa historia me dije: hay que
hacerla".
Así nos contó Antonio Delli el por
qué y el cómo es que encarnó a ese fantástico personaje de tan conmovedor
unipersonal. “El montaje y los ensayos fluyeron hermosamente. Es un texto
hermoso y exigente, que abordamos desde lo sencillo, desde lo humano,
descubriendo a través del trabajo de mesa y luego del montaje el viaje de esta
fascinante historia contada por un trompetista que formó parte de la banda
y que se convirtió en el mejor amigo de este pianista extraordinario
llamado 900”.
“Me siento muy a gusto con este
hermoso proyecto rodeado de un equipo tan admirado y querido. Uno siempre debe
sentirse agradecido de las cosas hermosas que nos dan la vida y 900, la
leyenda del pianista en el océano es un regalo como actor y como
creador. Además es un texto que nos enseña a respetar las decisiones de cada
quien. Cada decisión es personal y esta obra tiene que ver con respetar a cada
quien y con querernos como somos. El viaje de cada ser humano es fascinante y personal”.
“Me siento realmente agradecido por
tener una carrera teatral tan hermosa, variada y constante. He podido trabajar
con directores extraordinarios de quienes he aprendido mucho como creador.
Trabajar junto al gran Carlos Giménez, por ejemplo, fue muy importante,
mientras además me formé en el Taller Nacional de Teatro, todo un gran
aprendizaje. Con la agrupación Rajatabla viajé por primera vez sin mi familia
fuera de mis fronteras con la pieza Casas muertas, un gran montaje
junto a un maravilloso elenco. En este viaje del 2019 me acompaña mi querido
Dairo Piñeres, director y creador, y estoy muy contento de volver a trabajar
juntos, después del montaje inaugural de la pieza Crónicas desquiciadas de
Indira Páez, que haya pensado en mí para este proyecto. Y, ya que me lo
preguntan, en ambos coinciden la pasión por el teatro y la creación”.
“Después de esta temporada
de 900, la leyenda del pianista en el océano, me presentó en el
teatro Humboldt, en San Bernardino, con la pieza shakespereana Medida por
medida, dirigida por José Tomás Angola, donde soy protagonista, y espero
que también 900, la leyenda del pianista en el océano seguirá
viajando, dios mediante, bastante rato”
¿Qué podemos decir que no se haya
dicho ya de tan memorable performance actoral? Que la sangre italiana combinada
con colombiana que corre por las venas de Antonio está ahí materializada en esa
fantástica leyenda de un niño “sin padres”, abandonado en un barco que surcaba
el Atlántico, y quien fuera formado por ese extraño ángel: un misterio músico, negro además,
que lo adoptó y lo capacitó para ser
alguien de valía.
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