jueves, noviembre 09, 2006

El teatro terapéutico de Luis Fernández

Mimí Lazo lleva diez años recorriendo a Venezuela yotros países con su unipersonal El aplauso va por dentro, escrito por Mónica Montañés, dirigido a las cuarentonas que están tratando de darle un cambio a sus vidas, tras un divorcio y unas cuantas relaciones fracasadas. Su esposo Luis Fernández está por el mismo camino: mostrar un "teatro terapéutico" destinado a mujeres y hombres de menor o mayor edad, para que se rían de si mismos y puedan, si quieren, reflexionar y hasta cambiar un tanto las rutas de sus existencias.
NO ERES TÚ ! SOY YO !
Luis (con 37 años de edad, 20 de ellos dedicados a las lides actorales) hasta el pasado fin de semana había realizado 121 funciones de su No eres tú ! Soy yo!, lo cual le contabiliza unas 33 mil personas, en el penthouse de la Torre Corp Banca. Según sus cálculos más conservadores podría llegar hasta el primer trimestre del año 2007. El actor advierte que realiza su trabajo escénico a partir de cinco puntos o cinco ciclos, de diez o quince minutos, cada uno.
"Son ejes temáticos que están íntimamente interconectados. Lo bueno de esta estructura es que puedo hacer el espectáculo de 15 minutos o de hora y media, dependiendo de los diferentes temas que quiera o del evento mismo. Trato de hacerlo siempre igual, pero la idea es hacerlo lo más flexible posible, que no sea teatro, sino un stand up comedy. No tengo mas pretensión que entretener y divertir con un contenido reflexivo, porque la gente se puede quedar en la superficie del chiste o ahondar y ver que eso de lo se están riendo es un reflejo de lo que ellos son y cómo a a través de la risa, que es una de las formas de mostrar la vida real, la cual de por sí es demasiado dura, se puede reflexionar y hasta modificar algunas cosas para no seguir cometiendo los mismos errores".
Puntualiza que en la temática de su show alude siempre al hecho, desesperado, que las mujeres pretenden o anhelan que las quieran o amen, "pero su desesperación parte del hecho de que como ellas no se quieren a sí mismas, pues es imposible que los demás las quieran. Si uno no se quiere es imposible querer a los demás y que los demás te quieran. Nos queremos muy poco los venezolanos y por eso tenemos relaciones disfuncionales.Nos relacionamos a partir de máscaras que hacemos de nosotros mismos, pero nunca de lo que somos realmente. Nos encanta decir y creer que tenemos el país de las mujeres más bellas del mundo, cosa que es totalmente falsa porque se trata de una etiqueta para estresarle la vida a las mismas mujeres y para obligarlas a entrar en esa loca carrera contra sí mismas de ser bellas, cosa que no es cierta. Tienen como meta ser bellas porque creen que con eso se puede obtener la vida perfecta o el amor de tu vida o el hombre ideal o eso que algunos llaman `la felicidad’. La belleza es muy perecedera y si eso se utiliza para la felicidad o la búsqueda de la felicidad, se está partiendo de una situación que pronto pasará y comenzarán entonces los más crueles padecimientos, porque eso además va unido con la juventud -que no es unvalor, sino una circunstancia por la cual transitan casi todos los seres humanos- y los sufrimientos serán mayores".
-¿Usted no toca o alude al tema de la juventud como tal?
–No, por ahora no. Hay demasiada angustia ante el envejecimiento, pero eso es un tema para espectáculos futuros. Especialmente por la desesperada búsqueda de la juventud externa, una búsqueda destinada a fracasar, pero lo mejor es la búsqueda de la juventud interna que es otra cosa. Es la persecución de un sueño, el cual le permitirá al ser humano verse como verdaderamente es.
TÉCNICAS Y MÉTODOS
No eres tú! Soy yo!
dura unos 65 o 70 minutos sin intervalos. Su origen está en el programa radiofónico Sexo sentido que Luis Fernández hace desde hace varios años. De esas entrevistas a mujeres y hombres con problemas, sentimentales y eróticos salió la idea del montaje, cuyo guión básico lo hizo a partir de sus libros Sexo Sentido, donde ha compilado tales entrevistas. "Es un teatro que se hace sobre la marcha, como lo hacen los humoristas, que siempre son unos maravillosos actores", reitera Luis Fernández. "Lo mío es una especie de recorrido sobre las diversas maneras de vincularnos afectivamente, cómo llegamos a las relaciones y de ahí al matrimonio, que se supone que es para toda la vida, pero con unas infidelidades de por medio y al final un divorcio, un despecho y una vuelta a empezar. En ese ciclo hay una serie de cosas que suceden y no es bueno ni malo que uno pase por todas las etapas. Esa es la vida. Y lo importante es que cada vez que se pase por ese ciclo, pues que se vayan cometiendo errores diferentes a los cometidos anteriormente".
-¿Por qué insiste en que es teatro terapéutico?
–Es terapéutico, porque todo lo que es reflexivo ayuda a proseguir en el camino de la vida. Resulta terapéutico por consecuencia, pero ese no es el objetivo, ya que mi objetivo inicial es decirle al público: esta es la vida y vamos a reírnos de ella y de nosotros mismos, y de ahí en adelante lo que tu hagas con esto es problema tuyo.
"El público siempre sorprende por sus reacciones. A veces hago preguntas que son respondidas con entusiasmo, pero en ocasiones el público, especialmente las mujeres, se quedan calladas.La gente que no tenga sentido del humor se puede ofender, o porque se ven reflejadas ahí, y por eso no les gusta".

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