martes, noviembre 07, 2006

No hay una formula para el éxito en el cine

En la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (Anac) hay un "ruido" o un "disgusto" o una "crisis" en las relaciones con el Estado venezolano.Y es Iván Zambrano, presidente de dicha organización gremial, quien lo explica de esta manera:
–Realmente se trata de una situación diferente, es una crisis nueva en donde el asunto no es la negativa del gobierno a asignarle recursos al cine nacional.Más bien se trata de concepciones diferentes en cuanto a la gestión del sector cinematográfico. Por una parte, ciertamente, hay más recursos invertidos y contamos ahora con el aporte que los sectores privados hacen a Fonprocine. Para algunos funcionarios públicos el centralizar decisiones y desconcentrar los recursos es la mejor vía para impulsar el cine, mientras que para los gremios profundizar la participación y la cogestión, estableciendo normas claras y equitativas que permitan la transparencia en la asignación de los recursos, es mejor que la discrecionalidad del funcionario.
Agrega que le parece bien bueno que ahora tengan la oportunidad algunos cineastas de hacer cine como lo hacían las grandes casas de Hollywood, con un gran productor, (en nuestro caso el Estado) y una gran estudio (La Villa del Cine). "Eso con seguridad será un cine diferente al que hasta ahora se ha hecho en el país: un cine de autor-productor, un cine de calle, un cine sin recursos. Para lo que están proponiendo con laVilla del Cine, tendríamos que conocer mejor acerca de los derechos y las formas de asociación para producir en ese sistema, porque lo que sabemos hasta ahora es que todavía no se ha terminado de dotar y están trabajando en diversos proyectos del gobierno".
NO HAY CENSURA
-¿Hay más dinero pero se complica el procedimiento para la distribución del dinero? ¿El Estado censura los guiones o pone obstáculos al creador?
–No ha habido hasta ahora censura de algún guión, proyecto o película. Lo que hay es un proyecto de Reglamento de la Ley de Cine, elaborado por un funcionario contratado por el anterior presidente del Cnac, en el cual se modifica la composición de las comisiones de estudio de proyecto. Hasta ahora las comisiones estaban integradas por una mayoría del sector cinematográfico privado y en esta propuesta se invierte la correlación con cuatro funcionarios y tres representantes de la comunidad cinematográfica organizada. Eso nos preocupa y por eso pedimos que no se apruebe así. Pero hay que ser muy claros en esto, en la convocatoria de este año, la comisión que está estudiando los proyectos sigue siendo bajo el esquema de siempre, con una mayoría de los sectores que representan los gremios e integrada por conocedores de la materia (guionistas, directores, productores, críticos, etcétera).
-¿Si la botija del Estado se pone alta o difícil, queda como alternativa el sector privado?
–Hemos estado procurando la reglamentación de dos artículos que favorecen la inversión del sector privado en el cine venezolano y la creación de una serie de incentivos para hacer atractiva esa participación, como exoneraciones de impuestos, etcétera.Lo que sucede es que otras prioridades han ocupado el tiempo de la dirección del Cnac y no hemos podido adelantar los pasos para que entren en vigencia esas regulaciones. Asimismo, al detenerse las mesas de trabajo para la discusión del reglamento, no se ha podido aprobar éste, para darle el piso legal necesario. El sector privado de todos modos está participando al aportar a Fonprocine, más ahora que en el primer trimestre del 2007 la televisión deberá cancelar su cuota-parte.
-¿Hasta dónde es negocio hacer cine en Venezuela si se tiene en cuenta el número de salas, el número de espectadores, la piratería y el poco o nada apoyo de las televisoras? ¿En pocas palabras, cómo hacer para que aumente la audiencia al cine nacional, si se tiene en cuenta que el cine foráneo barre a las producciones endógenas?
–Lo principal, y aunque suene contradictorio, es tener más películas. Todas las cinematografías exitosas tienen una variedad de productos y así el público tiene de donde escoger. Pero si tú no puedes ver películas por años o apenas se producen tres o cuatro, la gente no adquiere el hábito, ni se acostumbra, y siendo el gran porcentaje de cine en las pantallas ajeno al país, el espectador se acostumbra a una mirada alejada de su realidad, de su imaginario y de sus propias fantasías. Para que tengamos más público debemos garantizar la continuidad de la producción.Eso se logrará cuando tengamos seguridad en cuanto a los fondos dedicados a la producción y se diversifiquen las posibilidades para producir.
-¿Para el actual Estado o Gobierno el cine es una arma de culturización estratégica y por eso quiere un cine menos violento o un cine historicista al estilo de la primera época del cine cubano?
–Para cualquier gobierno suena muy atractivo eso del poder de los medios. Y hemos tenido muchos momentos en que funcionarios públicos han querido un cine lleno de pajaritos y cascadas, sin la presencia del venezolano con todos sus conflictos.Pero la realidad es más fuerte que la ficción y no hay manera de sacarla de las pantallas. Por más que traten de desviarnos el foco, de voltear la cámara a otro lado, siempre se te van a colear las imágenes de esas calles llenas de insatisfacciones, de penurias. Entre las sabanas surgirá un diálogo para decirte que algo anda mal en la sociedad, en el país o entre la gente. Así hagas películas en cualquier iglesia, o aísles los actores en un estudio, hay un país al cual pertenece ese director, ese guionista, esos creadores que quieren expresarlo. Y ojalá tengamos la oportunidad de ver películas venezolanas como las de la primera época del cine cubano, sobre todo como La muerte de un burócrata o Memorias del subdesarrollo.
-¿El objetivo de hacer cine en Venezuela es crematístico?
–Si por crematístico hablas de lo que llamamos meramente comercial, bueno, eso es lo que mueve a algunos que se meten en el cine como negocio y han hecho eso que los brasileños llaman "pornochanchadas". Pero aun esas que intentan ser negocio se enfrentan a una ruleta, porque nadie tiene asegurado el éxito en el cine. Lo que queremos es que se garantice la posibilidad de producción y el creador, el autor, tenga la posibilidad de seguir haciendo cine y no que al terminar su película y pasarla por los diversos circuitos de difusión, se encuentre arruinado y comenzando de cero. Las cinematografías de nuestros países sólo se garantizan con un apoyo firme y continuado del Estado y lo reitero aquí.
-¿Cuál es el cine que deben hacer ustedes o el cine que quieren ver los venezolanos, o cuál es el cine criollo que puede competir con lo foráneo?
–Ya lo dije: mientras más variedad y más libremente se produzca más posibilidades tendrá el público de escoger lo que quiera.

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