jueves, noviembre 23, 2006

Susanita Pons aún no se rinde

Dos actores venezolanos libran una singular lucha desde los escenarios para reivindicar a sus realistas personajes y además abogar por el respeto de la sociedad a los derechos humanos. Mimí Lazo es Valeria y defiende a las mujeres cuarentonas que luchan por conseguir un amor serio y caminar acompañadas hacia sus horizontes existenciales. Mientras que Franklin Virgüez hace a Susanita Pons, estridente travesti que actúa su historia en los botiquines caraqueños, y también los mexicanos , y además de confesar su pulcro amor hacia el bolerista ecuatoriano Julio Jaramillo, pide conmiseración para su tipo de vida.
Valeria y Susanita Pons son los protagonistas de los monólogos o unipersonales El aplauso va por dentro y Mister Juramento / Homenaje a Julio Jaramillo, sendas y auténticas creaciones teatrales venezolanas que ya han trascendido las fronteras
ACTOR Y PERIODISTA
Virgüez (Barquisimeto, 1953) se instaló en Caracas, al principio en el 23 de Enero, cuando cumplió 14 años. Fue office boy y fotógrafo en la Cadena Capriles hasta que decidió saltar a los escenarios, paras lo cual se preparó en la Escuela de Arte Escénico Juana Sujo, donde debutó en la comedia La decente, de Miguel Mihura, dirigido por Marcos Reyes, y hacia 1978 se le vio en la telenovela Rafaela, de Delia Fiallo, que transmitió Venevisión. Desde entonces nunca más abandonó los escenarios, los platós ni los sets televisivos.
Pero Virgüez no es sólo actor. Se graduó como comunicador social en la Universidad Central de Venezuela, hacia 1990, con la tesis En la televisión a colores el negro no se ve: Discriminación y autodiscriminación artística del negro en la televisión venezolana. Un tema que él ha vivido o sentido en su piel morena.
Trató que José Ignacio Cabrujas le escribiera un unipersonal a partir de una serie de sucesos que conocía, pero fue, finalmente, Néstor Caballero quien lo hizo. Emergió así Mister Juramento / Homenaje a Julio Jaramillo.
Virgüez no escribió ese monologo porque le dio miedo y no tenía la experiencia literaria. Se lo contó todo a Caballero, en especial su experiencia con el actor Manuel Poblete. Pero el espectáculo no es la historia de ese comediante, pero si le impactó o inspiró “la soledad en que vivía, porque era homosexual y tenía sus normas de vida, sus sufrimientos y otras confidencias que él me hizo. Él me decía que era muy duro ser marico y no tener plata, porque sin dinero nadie le daba un beso, nadie se lo hacía de gratis”.
Él insiste que Mister Juramento es una amarga historia de la soledad de un homosexual, pero es también la soledad de cualquier otro ser humano que no tenga afectos sinceros y que además tenga que pagar por esos afectos. “La estoy montando desde 1996 y ha sido un éxito donde la he exhibido. Cuando la mostré en Miami, me escribieron notas hermosas en la prensa. Aquí también ha sido así. El público se ha manifestado también”.
Reitera que “Mister Juramento es también una advertencia sobre lo que es llegar a viejo sin tener una vida organizada, cuando se vive en una sociedad sin una verdadera seguridad social. Pero mi obra también es una advertencia o denuncia sobre el rechazo social, sobre la violencia que hay contra la pobreza, contra la marginalidad, y sobre el rechazo a los homosexuales, rechazo contra el cual yo he combatido. Soy amigo de muchos de ellos. En este mundo del arte no puedes ignorarlos, porque están ahí y en todas partes”.
PEDRO O SUSANITA
Virgüez explica que “Mister Juramento puede aceptarse como un homenaje a Julio Jaramillo, pero es una comedia, donde se enfoca a la soledad, como tema central, a partir de la historia de Pedro Maldonado, nombre del único personaje de la obra, quien nació en el Guarataro, Parroquia San Juan, y desde muy pequeño manifestó tendencias a la homosexualidad. Siempre quiso ser artista, y aunque cantaba muy mal, llegó a transformarse en Susanita Pons, apodo que adoptó por su admiración a dos grandes divas de los años 50”.

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