La prensa y la crítica que promocionaron y evaluaron el primer periplo artístico del chileno Horacio Peterson, entre 1949 hasta 1971 nunca sospecharon la repercusión que tendría su segunda etapa, cuando él abandonó el Ateneo de Caracas y fundó al Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas, al cual dirigió hasta finales del 2002, logrando convertirlo en importante instituto de capacitación para las artes escénicas.
Mucho antes de la muerte de Peterson (25 de noviembre de 2002), una junta directiva, integrada por ex alumnos del maestro que vino del lejano Coquimbo, se dio a la tarea de mantener funcionando y creciendo su “escuelita”, que actualmente tiene un comodato con el Centro Simón Simón Bolívar y recibe un soporte económico del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Y es por eso que Carmen “La Negra” Jiménez, directora general de la institución, en la cual lleva más de un cuarto de siglo, no descansa en su dura batalla: ampliar el espacio físico del Laboratorio, ubicado a la salida sur de la estación Bellas Artes del Metro caraqueño. Es albacea de ese legado.
Porque se marchó Horacio y su sueño de ampliar el otrora modulo de ventas de ventas de Parque Central no pudo concretarse a pesar de estar en una zona cultural y educativa, “La Negra” se animó a proyectar un nuevo espacio dotado técnicamente para escenificar los trabajos de grado de los estudiantes de los últimos niveles de formación en artes escénicas y además permitir que se presenten las nuevas agrupaciones emergentes.
Con el apoyo de varios profesionales, con Valentina Hers a la cabeza, ya se tiene un proyecto de ampliación para modificar notablemente el volumen y las áreas de la edificación, construir un tercer piso y un anillo de puentes lo suficientemente amplios para colocar al público y tener así una perspectiva de espectáculo “tipo foso”, con dos cabinas en los extremos; además se creará una terraza para integrar al Laboratorio con los cultivos organopónicos “Bolívar 1” y ubicar además un cafetín y servicios sanitarios para el público. Para evitar transmitir las cargas de la nueva sección del edificio, que albergará la sala, se diseñará un sistema estructural independiente con columnas adosadas al edificio existente y cerchas en el nivel superior de donde “cuelga” la nueva sala.
Se estima que el área total a intervenir será aproximadamente de 1.591 metros cuadrados, distribuidos a su vez en cuatro niveles: con la cual se podrá incrementar el número de aulas de clase y además recibir a 100 personas en el nuevo espacio teatral. Surgirá entonces “un elegante cajón rectangular blanco, que además tendría un mural alusivo, posiblemente, a la historia teatral de nuestra nación venezolana”.
Pero una cosa es proyectar sobre el papel y elaborar una didáctica maqueta. Y otra cosa es conseguir “los reales”. Lo primero está avanzado, pero lo segundo ha sido difícil, a pesar de la novedad del proyecto, porque los costos están por el orden de los cuatro millardos de bolívares.
“La Negra” ha tocado decenas de puertas y siempre la envían al mismo sitio: Ministerio para el Poder Popular de la Cultura. Ella sueña, y tambien Horacio, que el gobierno bolivariano le meta el pecho, “teniendo en cuenta que nuestro proyecto es bonito, práctico y barato, y está en una zona cultural, donde participan, además, las agrupaciones comunales de Candelaria, Parque Central y San Agustín, por ahora”.
Amor por Caracas
Mucho antes de la muerte de Peterson (25 de noviembre de 2002), una junta directiva, integrada por ex alumnos del maestro que vino del lejano Coquimbo, se dio a la tarea de mantener funcionando y creciendo su “escuelita”, que actualmente tiene un comodato con el Centro Simón Simón Bolívar y recibe un soporte económico del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Y es por eso que Carmen “La Negra” Jiménez, directora general de la institución, en la cual lleva más de un cuarto de siglo, no descansa en su dura batalla: ampliar el espacio físico del Laboratorio, ubicado a la salida sur de la estación Bellas Artes del Metro caraqueño. Es albacea de ese legado.
Porque se marchó Horacio y su sueño de ampliar el otrora modulo de ventas de ventas de Parque Central no pudo concretarse a pesar de estar en una zona cultural y educativa, “La Negra” se animó a proyectar un nuevo espacio dotado técnicamente para escenificar los trabajos de grado de los estudiantes de los últimos niveles de formación en artes escénicas y además permitir que se presenten las nuevas agrupaciones emergentes.
Con el apoyo de varios profesionales, con Valentina Hers a la cabeza, ya se tiene un proyecto de ampliación para modificar notablemente el volumen y las áreas de la edificación, construir un tercer piso y un anillo de puentes lo suficientemente amplios para colocar al público y tener así una perspectiva de espectáculo “tipo foso”, con dos cabinas en los extremos; además se creará una terraza para integrar al Laboratorio con los cultivos organopónicos “Bolívar 1” y ubicar además un cafetín y servicios sanitarios para el público. Para evitar transmitir las cargas de la nueva sección del edificio, que albergará la sala, se diseñará un sistema estructural independiente con columnas adosadas al edificio existente y cerchas en el nivel superior de donde “cuelga” la nueva sala.
Se estima que el área total a intervenir será aproximadamente de 1.591 metros cuadrados, distribuidos a su vez en cuatro niveles: con la cual se podrá incrementar el número de aulas de clase y además recibir a 100 personas en el nuevo espacio teatral. Surgirá entonces “un elegante cajón rectangular blanco, que además tendría un mural alusivo, posiblemente, a la historia teatral de nuestra nación venezolana”.
Pero una cosa es proyectar sobre el papel y elaborar una didáctica maqueta. Y otra cosa es conseguir “los reales”. Lo primero está avanzado, pero lo segundo ha sido difícil, a pesar de la novedad del proyecto, porque los costos están por el orden de los cuatro millardos de bolívares.
“La Negra” ha tocado decenas de puertas y siempre la envían al mismo sitio: Ministerio para el Poder Popular de la Cultura. Ella sueña, y tambien Horacio, que el gobierno bolivariano le meta el pecho, “teniendo en cuenta que nuestro proyecto es bonito, práctico y barato, y está en una zona cultural, donde participan, además, las agrupaciones comunales de Candelaria, Parque Central y San Agustín, por ahora”.
Amor por Caracas
Horacio Peterson, como reseña la historia aún no escrita del teatro venezolano de la segunda mitad del siglo XX, vino a rodar películas en Caracas y se quedó porque ese proyecto fracaso y él descubrió el amor por esta tierra y su gente. Trabajó largos años en el Ateneo y después prosiguió con su Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas durante un tiempo suficiente para apuntalar su misión de aupar el movimiento teatral vernáculo. Otra sería la saga de las artes escénicas criollas, si ese chileno, nacido el 22 de abril de 1922, hubiese seguido hacia Londres. Aquí formó a miles de actores y actrices, montó más de 120 piezas y además desarrolló un especial método de capacitación, el cual se aplica en su Laboratorio, ese que ahora necesita crecer para ser más útil.
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