A
una edad en que muchos se empantuflan y enchinchorran, este artista venezolano planifica
y saca adelante sus proyectos. Nos referimos al dramaturgo y cineasta Román
Chalbaud Quintero (1931), quien ya exhibió uno de los dos espectáculos prometidos y adelanta la preproducción de su
película La planta insolente de temática histórica.
Lo primero
es la comedia Muñequita linda, de
Luis Britto García (Caracas, 1940), producción del Centro Nacional del Libro
que hizo temporada del 15 al 17 de marzo en la Sala Anna Julia Rojas y la
cual reaparecerá en el Teatro Nacional,
con un elenco donde destacan Francis Rueda, José Luis Useche, Antonieta Colón,
Vitó Lonardo, Jorge Canelón, Norma Monasterios, Adriana Gavini y César Augusto
Roa, entre otros.
Muñequita linda,
estrenada en 1985 por el director Enrique Porte, en la sala Alberto de Paz y Mateos,
y remontada por Hernán Marcano en el Ateneo de Caracas hacia 2006, ha regresado
porque Chalbaud quiso recontar la saga de la muchacha Delia, quien mató a su
novio Egidio porque la abandonó después de acostarse con ella e incumplir su
palabra de matrimonio. Es un hecho histórico de los caraqueños años 40 del
siglo XX, ficcionado porque era la primera fémina que lavaba su honor de tal
manera. La obra transcurre en tres épocas: el golpe cívico militar del 18 de
octubre de 1945 contra el general Isaías Medina Angarita, el putsch contra el
presidente Rómulo Gallegos el 24 de noviembre de 1948 y la caída del general
Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, por otra alianza cívico militar.
Esta
Muñequita 2012 reitera conceptos
sobre la política y especialmente subraya una serie de conductas inherentes a
nuestra idiosincrasia, tiene una deliciosa carga humorística y, por si fuera
poco, rescata la música popular de la época, con temas como “La múcura está en
el suelo”, “La maricutana”,”Muñequita linda”, “Júrame” y todo lo mejor de la
orquesta Bello Caracas Boys, los cuales se interpretan y se bailan como parte
de la argumentación.
Para
el autor Luis Britto García su Muñequita linda es una
historia de amor con final trágico, donde una mujer se enamora y liquida al
objeto de su pasión porque le incumple lo prometido. Todo esto en medio de los
ajetreos de sórdidos empresarios y políticos dedicados a sacar a Medina
Angarita, a Gallegos y después a Pérez Jiménez, porque la renta petrolera era
el verdadero gran tesoro de la cueva de Alí Babá. La metáfora es obvia, siempre
y cuando el espectador avance críticamente en esa especie de “telenovela
teatral”.
Chalbaud hace cambios exactos en el texto para aligerar el ritmo escénico y utiliza audiovisuales sobre los asaltos militares a la incipiente democracia y las reacciones libertarias del pueblo. Esos aportes hacen dinámica y patética a la obra misma, la cual inicialmente tenía una pátina costumbrista. Es notable la secuencia del asesinato que comienza con la detención de la homicida y cierra con los disparos vengadores del honor femenino. Buena solución para escenas conmovedoras. Es el característico estilo del cine chalbaudiano aplicado al teatro.
Chalbaud hace cambios exactos en el texto para aligerar el ritmo escénico y utiliza audiovisuales sobre los asaltos militares a la incipiente democracia y las reacciones libertarias del pueblo. Esos aportes hacen dinámica y patética a la obra misma, la cual inicialmente tenía una pátina costumbrista. Es notable la secuencia del asesinato que comienza con la detención de la homicida y cierra con los disparos vengadores del honor femenino. Buena solución para escenas conmovedoras. Es el característico estilo del cine chalbaudiano aplicado al teatro.
Memorables
actuaciones de Useche y Roa, la reaparición de la primera Francis Rueda y ese
monumento de resistencia que es la veterana comedianta Antonieta Colón. Silvia
Inés Vallejo se luce con su escenografía, mientras que vestuario, iluminación,
musicalización y las imágenes de soporte para el espectáculo son valiosos
aportes de Altagracia Sarmiento, David Blanco, Federico Ruiz y Julio García,
respectivamente.
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