Por ROBERTO
LOVERA DE SOLA |@ CodigoVenezuela
El título de ¿Amas? un curioso juego metafórico? Es
toda una definición, más allá de pensarse en un ama de llaves, presente entre
sus personajes, es la pregunta sobre el amor, es decisivo en la vida: amamos o
no, sino no lo hacemos no somos humanos
Nos da gusto recibir en esta sesión
de “La tertulia de los sábados” a Edgar Moreno Uribe de quien vamos a escuchar
ahora la lectura dramatizada, que es de hecho un estreno, de su pieza de teatro
¿Amas?, un título de grande
bifrontalidad, como lo veremos. Queremos darle las gracias que haya permitido a
la Fundación Herrera Luque que esta sabrosa comedia dramática se escuche por
vez primera en nuestra sede dentro de esa serie de actividades que estamos
organizando para acercar el teatro a las gentes.
Antes de entrar en ¿Amas? debemos decir que es muy grande
la deuda que el teatro venezolano de las últimas décadas tiene con Edgar Moreno
Uribe. A su constancia se debe el singular trabajo de comentario crítico de
nuestra actividad en este campo la cual le ha dado tema para numerosas columnas
como para la preparación de sus libros cuya consulta es obligatoria si deseamos
seguir el periplo de la escena venezolana desde fines desde los años sesenta
hasta estos días.
¿Amas? no puede ser de mayor importancia.
Ello por varias razones: por rendir en ella homenaje a Isaac Chocrón (1930-2011)
a quien fue, a nuestro entender, el primer dramaturgo venezolano del siglo XX (ver
nuestro “Isaac Chocrón, el primer dramaturgo del siglo XX venezolano”,www.arteenlared.com: Caracas:
abril 13,2012). Segundo por ser una pieza de caris biográfico que toca el
aspecto más doloroso de su vida y de su obra literaria, vertida en varias de
sus piezas. Decimos creador literario porque Isaac lo fue sino porque así nos
lo confesó un día: “Mi pasión fundamental no ha sido el teatro ha sido
escribir”(El Universal, Caracas:
Febrero 18,1973). En tercer lugar porque las vivencias que se recrean en ¿Amas? fueron las que dieron nacimiento
a sus piezas más íntimas, a sus llamadas obras familiares, Animales feroces (1963),Clipper
(1987) y Tap dance (1999). Todas
ellas tocan uno de sus temas predilectos: el amor. De estas visiones nosotros
no excluiríamos ni La máxima felicidad (1976),
ni Escrito y sellado (1993) en donde
su concepción de la familia elegida, uno de sus temas más queridos, aparece
claramente.
Pero fue el dolor, el abandono de la
madre, lo que dio nacimiento, en Animales feroces, a su gran
meditación sobre esta íntima tragedia. En la siguiente Clipper nos mostró, con toda ternura, el universo familiar que lo
sostuvo en el abandono; en Tap dance
encontramos la historia de la reconciliación. Sin embargo, la noche que fuimos
a ver Tap dance, en el camerino de
los actores, al darle nosotros está opinión Isaac nos dijo, “no Roberto, esta
no es la pieza de la reconciliación es la pieza del perdón”. Hasta allí llevó
su transparencia anímica, por todo este proceso fue por lo cual pudo ser Isaac
el hombre feliz que fue. Y el hombre realizado, sobre todo en sus palabras para
el escenario, alguien que comprendió que, como en La Revolución (1971), si un cambio no es interno no tiene sentido,
todo surge dentro de nosotros desde adentro hacia afuera. No al revés.
Hemos señalado que hay en el título
de ¿Amas? un curioso juego
metafórico? Es toda una definición, más allá de pensarse en un ama de llaves,
presente entre sus personajes, es la pregunta sobre el amor, es decisivo en la
vida: amamos o no, sino no lo hacemos no somos humanos.
Aquí en ¿Amas? estamos ante una incursión en el hecho vital más doloroso
que el hombre Isaac Chocrón vivió. Pero Moreno-Uribe ha ido mucho más allá. No
solo en la obra aquella mujer que reacciona contra la opresión de la época que
vivían las mujeres en los años treinta, contra aquellos matrimonios impuestos,
con aquellas uniones en la cual la primera vez que la pareja se besaba y hacía
el amor era en la noche de bodas, algo incomprensible hoy en día. Para nosotros
está claro que hoy en día nadie se debe casar con quien no ha convivido antes
en todas las instancias de la sexualidad y del erotismo.
Eso no era así entonces. El personaje
de Estrella reacciona contra aquella opresión. Ella en un acto de rebeldía
suprema abandonó al esposo y a los hijos y se fue tras aquel General, que más
tarde fue Presidente de la República, que le ofreció vivir el amor con
libertad. Tal el parlamento en donde dice, “yo decidí ser una mujer libre,
precisamente en la década de los 30 del siglo XX, cuando a las señoras casadas
solo nos quedaba la sumisión”, líneas que nos llevan a la entraña de ¿Amas? Fue desde luego aquella decisión
un hecho escandaloso en aquella pequeña Caracas de 200.000 habitantes en que
ella se fue, durante el carnaval de 1935, con uno de los tres hombres más
importantes del país. Fue tan polémica aquella decisión como aquel otro
abandono de los años cincuenta cuando una dama de la alta clase caraqueña
abandonó al esposo y se fue con el jefe de la policía.
Pero esto nos lleva a comprender que
hay un sesgo feminista muy definido en la interpretación que nos ofrece el
dramaturgo de la protagonista de ¿Amas?
y su supremo acto de rebeldía, que es de aquellos que todo lo cambian, porque
la rebeldía es siempre creadora. En aquel 1935 cuando se fue con su General
algo debió sentir dentro de si misma: la necesidad de vivir en libertad, de
escoger por si misma su destino. Curiosamente fue el mismo año, los que
estuvieron aquí el mes pasado, en la lectura de la pieza Pioneras de Alicia Alamo Bartolomé (1926), se dieron cuenta que ese
fue el año en que la mujer tomó un papel protagónico en la vida venezolana.
Dijo: esto soy, esto quiero. Y en adelante luchó por sus derechos y por los
fueros de su intimidad. No es casual que en los años en que la protagonista de ¿Amas? vivía con su amante el universo
femenino venezolano se alteraba. En la literatura escrita por mujeres surgida
con fuerza en aquellos tiempos, como nos lo ha mostrado la crítico Luz Marina
Rivas en su Discurso de la otredad (1992),
aparecían las nuevas palabras, por vez primera: en 1944, encontramos a la
protagonista de Tres palabras y una
mujer de Lucila Palacios(1902-1994) que no quiere ser ama de casa, las tres
palabras del título y por vez primera nos encontramos en nuestra ficción con un
aborto; en 1949 vemos la llegada del período mestrual a Ana Isabel, el
personaje de la novela de Antonia Palacios(1904-2001), cosa nunca contada
antes. Pero en esa década apareció entre nosotros la primera causa feminista
cuando Ligia Parra Jahn asesinó al novio que la había llevado a la cama y no
había cumplido con su palabra de matrimonio, en una época en que la virginidad
era un valor, ya no lo es para suerte de nuestras hijas. Fue entonces cuando
nuestra inolvidable Ana Mercedes Pérez escribió su gran alegato en Yo acuso a un muerto.
Así tiene sentido esto que dice la
protagonista de ¿Amas? : “Es posible
que conozca algunos aspectos de mi historia, pero los detalles, las lagrimas, y
los sufrimientos no…estoy segura. En Venezuela la vida sexual es intensa, pero
en secreto y todos y todas la ocultan cuando se levantan de las camas o salen a
la calle, ¿por qué? ¡No sé!!”.
Pero hay más, en aquella noche del
encuentro, a la cual el hijo llega tarde, ella expresa: “lo que no comprendemos
no lo podemos poseer y voy a tratar de explicarle lo que pasó y las
consecuencias desde mi natural punto de visita. ¡Necesito que me escuche! ¡Ya
verás!”
Esta es una de las caras de ¿Amas? Pero hay otra. Es la que el
autor denomina el “síndrome de Jasón”, aquel personaje de la mitología griega
quien abandona a su esposa e hijos para irse tras otra mujer. Aquí es la
historia de los hombres nuestros que hacen esto, pero no sólo por irse tras una
mujer más joven sino siguiéndole los pasos a una con más posibilidades económicas
que él. Fue así como Estrella se quedó sola con sus dos hijos, los tenidos en
aquella unión.
El personaje central de ¿Amas? solo aparece en escena al final.
Así la historia central de ¿Amas? es
presentada a través de Samuel, un sefardita, su nombre en hebreo quiere decir
“el que Dios escucha”. Quien a través del vivir, a través del dolor, se
purifica y llega hasta el heroísmo de perdonar a aquella madre que lo abandonó.
Pero también ¿Amas? es una historia de amor. Un relato amoroso centrado en la rebelde
que abandona para tener una vida más plena, pero sobre todo escogida por sí
misma. Y lo hace por saber, en uno de los parlamentos se expresa eso, que sin
amor no se puede vivir, pero aquel amor para ser verdadero debe ser compañía,
debe ir más allá, del solo gustar al otro, del solo querer, debe ser una
relación de amor, eso acabamos de escuchar, sucede en ¿Amas?. Por ello leemos: “que las diferencias entre gustar, querer
y amar, son las mismas que hay en un por ahora, por un tiempo y por siempre”. Y
solo en el “por siempre” hay amor.
Tal la grave historia que Edgar
Moreno Uribe nos plantea en su pieza. Solo se crea lo nuevo, nos dice, con
rebeldía. Y creando nuevos espacios para el vivir: tal la historia del
protagonista con Sara, el otro personaje, aquella relación de amor sin sexo
pero amorosa en el fondo, tanto que leemos: “Sara, quien se muera primero se
lleva al otro en poco tiempo, porque no podemos estar solos jamás”.
Encontramos también en ¿Amas? la relación amorosa con un
discípulo que él vivió, con lo cual la pieza está sembrada también dentro de
los caminos de la diversidad sexual.
(Leído en la sede de la Fundación
Francisco Herrera Luque, en la sesión de “La tertulia de los sábados”,
celebrada la mañana del 25 de agosto de 2012. Allí los actores Fedra López,
Carlota Martínez y José Antonio Barrios hicieron la lectura dramatizada de la
pieza ¿Amas?).
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