“Todo el mundo es talentoso,
es original y tiene algo que decir. Ningún individuo es igual al otro, teniendo
en cuenta las herencias genéticas. Cuando uno se decide a escribir es
obligatoriamente original, si sabemos encontrar nuestra verdadera conciencia, que
es el centro de primer orden para tomar decisiones y es ahí donde reside toda
originalidad, toda veracidad y toda alegría. El uso de la imaginación y el
esfuerzo creativo de la escritura deben cultivarse a diario, aunque sea un
rato; pero no escribiendo para presumir, si no en la búsqueda de la verdad;
hasta la salud mejora y desaparecen los achaques de enfermedades y hasta el
aburrimiento del alma que pueden venir de los escritos rechazados, aunque nada
se publique, aunque no se hagan montajes, en el caso del teatro; con cada frase
escrita ampliamos nuestra capacidad de comprensión, puesto que ningún proceso
creativo que involucra sentimientos e imaginación pueden ser considerados una pérdida
de tiempo”.
Así pensó y así lo leyó Gilberto Agüero, el 22 de abril de 2009, en ocasión de recibir el Premio Marita King de Dramaturgia 2008, por su obra Mono con revólver, en un acto realizado en los espacios de la Casa del Artista.
Así pensó y así lo leyó Gilberto Agüero, el 22 de abril de 2009, en ocasión de recibir el Premio Marita King de Dramaturgia 2008, por su obra Mono con revólver, en un acto realizado en los espacios de la Casa del Artista.
Y hemos recordado aquí sus sabias palabras porque ahora Román
Chalbaud, presidente del Premio de Dramaturgia Marita King, hizo público el
veredicto de la cuarta entrega de este galardón, donde participaron 25 concursantes,
creado para estimular a los autores de teatro, según la convocatoria para este
año 2013.
Chalbaud, acompañado de
los críticos Leonardo Azparren Giménez, Luis Alberto Rosas, Carlos Herrera y
Edgard Antonio Moreno Uribe, leyó el acta del jurado del certamen por medio de
la cual se designó a Ibrahim Guerra ganador del concurso por su
pieza Juan Francisco de León, la rebelión de los negros de Panaquire, un texto que destaca por el manejo acertado del personaje
histórico y la utilización de una estructura dramática con aportes de otros
recursos escénicos, más allá de la teatralidad.
El jurado además decidió otorgar dos menciones especiales
para las piezas Aguas negras de
Jesús Benjamín Farías y El deterioro
de Gilberto Agüero Gómez.
Juan Francisco de León
es uno de los líderes del movimiento pre independentista en Venezuela. En 1749
comandó a unos 800 amotinados en Panaquire, descontentos por los procederes de
la Compañía Guipuzcuana se presentaron en Caracas. Y como el gobernador no cumplió
su palabra de expulsar a la compañía, León volvió meses más tarde a la cabeza
de 8 mil manifestantes. En 1751 organizó una tercera revuelta armada, pero él y
su hijo fueron derrotados.
Hay que reseñar que hacia 1959, José Ignacio Cabrujas fue
aclamado por el Teatro Universitario de
la UCV, tras presentar su obra Juan Francisco de León, bajo la dirección
de Nicolás Curiel, considerada todo un alegato anticolonialista e incitador de
la sublevación contra la corona de los reyes de España.
Ahora, Guerra tiene otra versión escénica de la saga de ese
notable pre independista, germen de lo que pasaría años después en estas
tierras venezolanas.
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