Dos venezolanos participan en espectáculo español con texto de Isaac Chocrón |
Isaac Chocrón Serfati
se marchó el 6 de noviembre de 2011, tras legar importantes obras de teatro,
novelas y ensayos. Actualmente, mientras
aquí en Caracas hace temporada su última pieza, Los navegaos (2006), en el
Teatro Trasnocho, en Madrid se le representa Animales
feroces (1963), una adaptación
firmada por Raúl Iniesta y producida por el Colectivo Fisión Escénica.
Desde Madrid, el venezolano Alejandro Arroyo
cuenta que después de su estreno, en Sevilla, ahora llegan al Kubik Fabrik, un espacio de creación escénica situado en el
popular barrio Usera de Madrid, con el espectáculo sobre la pieza chocroniana,
dirigido por el también venezolano Rennier Piñero, afincado en la península
ibérica desde el 2007.
SUICIDIO
Subraya Arroyo que el suicidio es, hoy en día,
uno de los pocos tabúes que todavía persisten en la sociedad occidental. “Sin
embargo, es la primera causa de muerte violenta en el mundo, por encima de los
asesinatos, las guerras o los accidentes de tráfico. En España comienzan a
conocerse casos de personas que se quitan
la vida a causa de la crisis económica, un ruido de fondo hasta ahora
silenciado, del que ya es imposible apartar la mirada. ¿Qué sucede cuando una
persona decide acabar con su vida? ¿Cómo lo viven sus familiares o sus amigos?
¿Cómo debe enfrentarse a este problema la sociedad?”, puntualiza Arroyo.
LA FAMILIA ORENSE
Y agrega que el
suicidio es el punto de partida de Animales Feroces, texto que gira en torno a las relaciones de la familia
Orense, instalada en Venezuela, un clan hebreo de clase media alta,
costumbrista y de profundo arraigo a su tierra y a los cánones de lo cívico y
moralmente aceptable en la sociedad. El disparador de esta singular pieza es el
suicidio de Ismael; esta acción consumada y la alteración de las vidas de cada
uno de los miembros de la familia son el marco para revelar las dinámicas
familiares insanas que marcan el devenir de los Orense”.
El montaje, comenta
Arroyo, nos planta de frente al tabú, demostrándonos que el suicidio sigue
siendo algo maldito e innombrable, que convierte a las familias en víctimas y
nos recuerda que cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, y que
diariamente se quitan la vida 10 personas en España. “En esta obra, sin duda,
lo que más conecta no es el hecho suicida en sí, sino la búsqueda de respuestas
por parte de los familiares, que deben lidiar con el enigma y el estigma”.
Revela Arrollo que el
manejo naturalista del texto contrasta escénicamente con un tratamiento que se
aleja del realismo e incorpora lo simbólico. “Para ello, la propuesta se
enriquece con una importante apuesta narrativa de la luz, que resaltan las 17
fotografías o cuadros que componen transversalmente la obra”.
Agrega que el universo sonoro del espectáculo se genera gracias a la pausa, el silencio frente
a sonidos fuertes y la palabra, elementos esenciales que se enmarcan por una
notable apuesta musical, con una adaptación firmada por el director musical
Juan Pablo de Juan, que nos acerca a la música sefardí, interpretada en escena
por el cantante Imanol Laura y el propio Juan Pablo de Juan.
EL HOMBRE COMO SER SOCIAL
"Judío, homosexual
y escritor" así se definía el propio Isaac Chocrón Serfati (Maracay, 25 de
septiembre, 1930/Caracas, 6 de noviembre, 2011), uno de los dramaturgos
venezolanos más representativos del
panorama latinoamericano del siglo XX. Además de ser un prolífico y reconocido
autor, fue un reconocido director-gerente con la creación y conducción de la
Compañía Nacional de Teatro. Fundó, junto con José Ignacio Cabrujas y Román
Chalbaud, a la institución El Nuevo Grupo, referencia clave en el panorama
teatral latinoamericano. Su forma de escritura se aproxima al existencialismo,
reflexionando continuamente sobre el individuo y la condición humana, teniendo
especial importancia en su obra el hombre como ser social en el marco familiar,
ya sea en la familia natural o en la familia adquirida, y cómo en éste marco,
trata de superar las frustraciones y perversiones impuestas a un personaje por
el entramado familiar y la sociedad.
DOS VENEZOLANOS
Alejandro Arroyo revela que Kubik Fabrik es un
proyecto que se identifica con las nuevas propuestas escénicas y el cual pretende, como fábrica de creación, ayudar a
los profesionales, artistas, compañías, a cerrar sus procesos de trabajo. Kubik
es más que una sala de teatro de exhibición. Es una comunidad de creadores,
artistas y profesionales de las artes escénicas. “Muchas gracias por su interés en nuestro trabajo. Tengo un grato
recuerdo suyo porque hizo una bonita mención de uno de mis últimos trabajos en
Caracas en el 82, La manzana podrida,
de Orlando Arocha. Fue una buena crítica, pero, aunque no lo hubiera sido, lo
considero experto analista del teatro de nuestro país. En la obra interpreto a
Daniel, el tío ocultamente homosexual que tiene una atracción, no completamente
definida, por su sobrino. Todo un reto por las implicaciones, y un asunto que
asombra haya sido tratado en la Venezuela de los 60 ya que incluso en la Europa
de hoy tan aparentemente abierta y liberal el planteamiento es cuando menos
peculiar. En todo caso el tema de la sexualidad no es el primer plano de esta
obra. La trascendencia de la misma radica en las relaciones entre las personas,
en este caso miembros de una misma familia que sacrifican sus necesidades más
justas en favor de los deseos e imposiciones de otros. Como dice Daniel
"...lo único que hago es bailar al compás de la música que otros me
tocan...".Este montaje está dirigido por Rennier, novel y avanzado talento venezolano que se
está construyendo un lugar importante en este país. Somos los dos únicos
venezolanos en la obra”.
FICHA TÉCNICA
El equipo de Animales feroces está compuesto por
Pilar Massa, Belén de Santiago, Manuel Ollero "Piñata", Makarena
Ruiz, Luisa Benito, Pilar Barranco, Sergio Jaraiz, Antonio Ventura y Alejandro Arroyo. Hay dos
músicos: Juan Pablo de Juan e Imanol Laura. El director escénico Rennier Piñero,
los ayudantes de dirección: Darío Sigco
y Raquel Alarcón. La iluminación es de Jesús
Antón la director musical es responsabilidad de Juan Pablo de Juan. El
espectáculo se estrenó en la sala TNT, Atalaya, Sevilla, en diciembre de 2012.
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