El escritor venezolano Edgar Borges y el cantautor panameño Rubén Blades |
En Nueva York, el pasado
jueves, a una temperatura bajo cero grados centígrados, los periodistas de la Editorial
Lleer-e cuentan como las expectativas eran muchas y que las entradas se
agotaron con una semana de anticipación. No sólo se trataba de la primera
presentación pública del cantautor panameño Rubén Blades, sino que esta vez lo
haría para conversar de literatura con el escritor venezolano Edgar Borges.
Todo ocurrió más allá
de lo previsto, el pasado 6 de marzo, quedó público afuera de la sala principal
del Instituto Cervantes de Nueva York (211 East, 49th Street). Personas de
diversas nacionalidades se dieron cita para escuchar un conversatorio que
despertó la emoción y los aplausos del público.
En la introducción,
Ignacio Olmos, director del Cervantes, destacó las trayectorias de los
participantes. De Rubén Blades dijo que dividió la historia de la salsa en un
antes y después de su obra; de Edgar Borges destacó su apuesta por la ficción
como vía transformadora de realidades. Después le correspondió el turno a Ignacio
Latasa, editor del libro Vínculos.
Apuntes con Rubén Blades (Leer-e), motivo de este encuentro. Latasa
expresó su emoción por la concreción del Foro. El editor reveló que había
propuesto la fecha del evento porque ese día cumplía años Gabriel García
Márquez, uno de los principales referentes literarios en la obra de Rubén
Blades, hasta el punto de que en el año 1987 grabó la producción “Agua de luna”, basada en los relatos
del Premio Nobel colombiano.
Un poco más tarde, el
escritor Edgar Borges reconoció “la importancia de que el Instituto Cervantes
abriera sus puertas a la música popular como expresión literaria, con un
creador global como Rubén Blades”. Luego relató algunos de los motivos que
inspiraron la realización de su obra.
“Me acerqué a tu obra desde una ventana-le dijo a Blades-; una ventana
como una mirada. El libro contiene siete ventanas que son como distintas perspectivas
que observan la ruta, esa ruta que en tu obra has denominado Maestra Vida”.
El autor nacido en
Caracas y residenciado en España le dijo al creador panameño que si bien el
argumento de su obra es la ruta por la Maestra Vida, observa que todo el
proceso de creación se divide en dos ciclos, dos tiempos. Un ciclo callejero,
cuestionador de la sociedad, irónico, que va desde las primeras grabaciones en
Panamá con El Conjunto Latino, Los Salvajes del ritmo y Bush y sus magníficos,
hasta la incursión en el sonido de Nueva York con bandas como Pete
Rodríguez, Ray Barreto, Louie Ramírez,
Luis Perico Ortiz, Fania All Star y Willie Colón. Y otro tiempo que nace a
partir de la obra Maestra Vida y se desarrolla con la creación de grupos como
Seis del Solar y Son del Solar, grabaciones con Editus y la orquesta de Robert
o Delgado, participaciones con músicos del rock como Sting, Lou Reed, Elvis
Costello, Bod Dylan y colaboraciones con bandas como Maná, Fabulosos Cadillacs,
Son Miserables y Calle 13. Si para Edgar Borges el primer ciclo de Blades tiene
un “color callejero”, el segundo adquiere una dimensión existencial y un tono
claroscuro. El compositor de “Pedro
Navaja”, “Buscando América” y “Amor y control”, compartió la visión de
Borges, aunque admitió que “nunca lo había pensado de esa manera”.
Rubén Blades contó
que su gusto por la lectura le venía de su abuela, una mujer vanguardista para
la época; recordó que en una ocasión el García Márquez y Carlos Fuentes fueron
a verlo en un concierto en México y le dijeron que “su obra es literatura que
llega a los sectores populares”. Uno de los momentos cumbres del Foro fue
cuando Edgar Borges le dijo a Rubén Blades que “tu obra ha pasado de la crítica
social a historias que piden la responsabilidad del individuo. Ejemplo: la
canción Decisiones”, a lo que el
artista afirmó que eso se debía a la madurez. “Las cosas no las va a cambiar un
líder ni la va a cambiar un sistema; las cosas las va a cambiar la gente. Pero
tiene que haber un argumento que oriente, que defina y que motive a la gente
para que se dé el cambio”, puntualizó. A partir de ese momento el conversatorio
giró en torno al compromiso del individuo como única vía para cambiar los
problemas generales.
Blades anunció que participará en las
elecciones de Panamá en el año 2019 y para ello lanzará una serie de propuestas
para transformar direcciones tan importantes como la educación. Rubén Blades se puso de pie y le dijo a los
presentes que “la única posibilidad de cambio la tenía cada individuo desde su
acción personal y colectiva”. Advirtió que no daba declaraciones para quedar
bien con todo el mundo, que lo movía la honestidad de sus pensamientos y que
eso molestaba a alguna gente. Fueron muchos los temas que abordaron los
participantes: la deuda internacional con África; los recursos de América
Latina y la educación; posibilidades y debilidades en Internet para la música; un
próximo disco de tangos que lanzará en junio; la eterna lucha de Pablo Pueblo; la ingenuidad del
personaje Adán García; la música
popular como expresión literaria (citaron nombres como Chico Buarque, Gilberto
Gil, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez y Camarón de la Isla)
y otros aspectos de la realidad mundial.
El Foro transcurrió
entre anécdotas y gustos tanto literarios como musicales. En más de una ocasión
el público rio ante los cuentos de Blades, en otros momentos la atención era
total, por esa noche los fanáticos no fueron a ver cantar a su ídolo sino a
atender su pasión por la literatura. Al final se le dio paso a las preguntas de
los presentes.
La falsa autoría de
la carta de Silvio Rodríguez; la posible candidatura presidencial y otras
tantas inquietudes hicieron difícil ponerle conclusión al evento. Uno de los
momentos más aplaudidos fue cuando una maestra estadounidense intervino para
decir que “mis alumnos estudian la música de Rubén Blades como literatura,
porque su obra es literatura”. El panameño se comprometió a visitar la escuela.
Tras la prolongada despedida, Rubén Blades y Edgar Borges firmaron ejemplares
del libro que dio lugar a este encuentro inolvidable. Por algo el público no quería irse del
auditorio del Cervantes.
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