Un espectáculo para público inteligente |
El Tercer Festival de Teatro de Caracas, organizado por
Fundarte y con la presencia de unos 600 mil espectadores y artistas entre el 11 y el 27 de abril en 25 salas y diversos
espacios públicos, deja balances de crecimiento y clases de ciudadanía por los
contenidos de las 118 obras exhibidas, procedentes de todas las regiones venezolanas. El teatro criollo
fue, pues, un territorio de paz, muestra patética de que podemos materializar
los sueños.
Ahora, mientras tirios y troyanos desentierran sus hachas,
conviene resaltar que, entre los elencos
que participaron en la justa, impacta positivamente el trabajo exhibido por la
agrupación Art-O de Caracas, la cual hizo una temporada en la sala Rajatabla
con su montaje El tour, el placer de tus
ruinas, donde se propusieron demostrar que Marx y Shakespeare se dan la
mano y hasta se besan gracias a la ficción escénica y para eso desnudan las
bases de nuestro sistema social, al
tiempo que excitan los sentidos hacia una coherente explosión de imágenes
sugerentes algunas, en medio de un fantástico baile acompañado de un singular sound track y fragmentos
de los textos dichos con los énfasis adecuados o rebuscados. Un inteligente experimento,
el cual recomendamos que sea visto, siempre y cuando los histriones puedan o lo
dispongan.
¿Qué fue lo que vimos en el espacio arena de Rajatabla? Disfrutamos
a Ofelia
sentenciando a Agamenón, Hamlet proyectando la muerte de Clitemnestra como
venganza de una madre asesina, las criadas
de Genet pidiendo a gritos, en medio de los olores de los guisos provenientes
de una cocinilla eléctrica, la necesidad de una revolución social y, como es
lógico, a Gregorio Sansa ahogado por la alienación que le produce el
sistema capitalista que lo ha esclavizado.
¿Cómo,
eso es un panfleto?, puede rebuznar el lector-espectador-estúpido. No es así.
Es una clase magistral de teoría política con una esmerada selección de algunos
de los textos que escribieron los griegos, Shakespeare, Kafka y otros autores,
quienes nutrieron y se infiltraron, por los simpáticos vasos comunicantes de la
cultura universal en escritores criollos comprometidos, como César Rengifo, Rodolfo
Santana, Román Chalbaud o hasta José Ignacio Cabrujas, porque predicaron, sin
pretender jamás adoctrinar, que toda la historia de los seres humanos, hasta
nuestros actuales momentos, no es otra cosa que una saga multiforme de la lucha
de clases, de los poderosos contra los oprimidos o de cuando los liberados vencen a sus
opresores y después deben enfrentar o resolver como avanzar o retroceder en sus
logros humanitarios. ¡Más didáctico imposible!
El
elenco está integrado por Shakti Maal, Sandra Moncada, Anthony Lo Russo, Jorge
Gordillo, Patricia Ramírez y Orlando Alfonzo, todos justos y esperanzadores. La
dirección de arte es de Arnoldo Maal y la iluminación de Alfredo Caldera.
Para
la directora Marisol Martínez -nieta de los legendarios e inolvidables teatreros
Lily Álvarez Sierra y Gabriel Martínez- este montaje es un audaz y
lúdico periplo por las ruinas de un puente que conecta al teatro, como
territorio delirante de la utopía, con una sociedad derrumbada por injusticias
y desigualdades. ¡Hay teatro para ahora!
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