Francis Rueda en memorable actuación para lacomedia "Bingo" de Román Chalbaud |
Hay varios análisis
que se desprenden del tercer Festival de
Teatro de Caracas y hoy hacemos hincapié en Bingo de Román Chalbaud (Mérida, 1931), estrenado en el teatro
Bolivar bajo la dirección de Costa Palamides y con los actores Francis Rueda, Aura Rivas, Gladys
Prince, Vito Lonardo y Ludwig Pineda, espectáculo que se muestra ahora en el Celarg y
posteriormente en el Circuito Teatral.
Es
una profesional coproducción del Centro
Nacional de Teatro con la histórica agrupación Teatro del Duende, la cual cuenta
con la bien diseñada escenografía y el correcto vestuario de Silvia Inés
Vallejo, la iluminación de Víctor Villavicencio, el movimiento
coreográfico de Carmen Ortiz, el diseño gráfico de Eduard Parúh y la producción de Karla Fermín.
Bingo es una comedia
sobre un quinteto de personajes de la tercera edad, o pasadas las cinco décadas,
y sus libidinosas maneras para sobrevivir a las angustias del tiempo y la
muerte. Es una lección depurada de óptima dramaturgia y hermosa y lúdica visión del autor sobre esa
etapa de la vida para la cual nadie se
prepara: la vejez. Es la historia compartida, pero fragmentada a su vez, de Andy Ramírez, Paul Robinson, Patty Thompson, la
señora Dusseldorf y Maggie, latinoamericanos o descendientes, además del cadáver
del señor Williams, uno que sale para que entre otro en aquel fantástico redil chalbaudiano.
No pretende Chalbaud
filosofar o dar recetas para aprender a vivir. No es un teatro de autoayuda. Plasma
una ficción ambientada en un apartamento, durante un día de invierno de Nueva
York, centrada en seres, todos de origen
latinoamericano, dispuestos a divertirse jugando al bingo y para ello contratan
a un misterioso visitante, ese quinto personaje es venezolano.
Ese apartamento es
una especie de infierno, a lo Puerta
cerrada de Jean Paul Sartre, donde
todos se humillan, pero a la vez se apoyan, mientras les llega el turno final,
al cual no citan pero saben que puede suceder en cualquier momento. Es un home de los que usan las autoridades
neoyorquinas para ayudar a desvalidos o a quienes no tienen tanto para pagar
una renta y prepararse un plato de comida. Sobreviven algunos por las pensiones
y los seguros, siempre deficitarios.
Lo que ocurre deja
sin aliento al público porque cada uno de esos seres, crea una densa atmosfera erótica, no solo visual y
verbal, sino que suscitan interrogantes porque quieren conocer más y más de
todos ellos, sobre sus orígenes y sus etapas anteriores. Los humanos existimos
porque nos preocupa o interesan los demás
Chalbaud rompe una
lanza y reitera, por intermedio de sus personajes como la andropausia y la menopausia no asesinan el instinto sexual,
el cual es tan fuerte como el instinto
de la sobrevivencia, y que todos ellos usan
como elixir para una juventud momentánea o mantenerse activos.
Otra faceta de la
pieza es el lenguaje utilizado: el cual va de lo agresivo a lo amoroso, porque
todos ellos demandan afecto y ayuda para sobrevivir.
Y no podía faltar
una advertencia política ideológica del autor: la miserable explotación a que es
sometido el inmigrante, quien tiene que
hacer de payaso para subsistir o recibir una cama o un pan.
En la primera función
la puesta en escena lució insegura, faltaban ensayos y ajustes con el espacio
teatral, pero algunas actuaciones solventaron: Rueda es
el motor de todo aquello con su Patty y se equilibra con la performance de Pineda
y su polifacético Andy. Más ensayos pondrán al espectáculo en un estadio perfecto.
Bingo es una cartilla
para quienes pretendan escribir una pieza teatral. Ahí estas todas las técnicas
contemporáneas del drama para introducir, desarrollar, crear conflictos y
llegar a una conclusión o un final abierto.
El periodista cultural
y crítico Lorenzo Batallan escribió que
el teatro de Román Chalbaud es republicano y visceral, lo cual no significa que
este escrito con el estómago. Y puntualizó que “puede que se aplauda o se
repudie; puede que contente o incomode: puede que fortifique o que deprima…puede…pero
una cosa es cierta: cuando las gentes
ven su teatro, exclaman convencidas: no hay duda es él”.
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