Tres actrices de postín.:Claudia,Valentina y Verónica. |
Verónica
Arellano, Valentina Cabrera y Claudia Nieto son diestras actrices que asumieron
la tarea nada fácil de plasmar a cuatro mujeres criollas que viven situaciones críticas,
a las cuales superan y prosiguen hacia adelante, según como las concibieron los
escritores Gladys Prince, José Gabriel Núñez, Rubén León y Rubén Darío Gil, hasta
así crear el lúdico espectáculo Cuentos
nocturnos, que hace temporada en el Teatro San Martín de Caracas, bajo la correcta
égida de Rubén León.
Cuentos
nocturnos, producción del grupo Afrodiartes, auspiciada por el proyecto
Fondos Concursables del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, más allá de ser una auténtica visión
de la feminidad venezolana, es una demostración fehaciente de como sus intérpretes
sí tienen talento de sobra para encarnar a sus personajes y dar además el apoyo necesario
a los de las otras. Una verdadera cátedra que debe ser vista y analizada por
las nuevas generaciones actorales.
No es un montaje feminista ni nada preñado de contenidos ideologizántes a favor o en contra de otros u otras. Es una deliciosa
y sana nostalgia de aquellos mejores tiempos idos, como son las cálidas etapas
de la adolescencia, los noviazgos, los hijos y los nunca deseados divorcios,
además de los cambios de conductas que brotan gracias a las nuevas tecnologías
de comunicación, según las propuestas de Gladys, Núñez, Rubén León y Gil con sus respectivos textos: Matinée, Infidely Chat, Diestras y siniestras, y María Marín; todo esto sobre una incesante
cortina musical, con canciones, ritmos y
bailes de los años 60,70 y 80, además de temas como Desesperanza, Bésame mucho
y Pa´ todo el año, que interpretan a
capela o en correctos coros.
Un torbellino del pasado con mujeres que amaron y
nunca lo olvidan. El espectáculo no
alcanza los 60 minutos y deja el deseo de seguir escuchando los desenlaces de
las damas plasmadas, porque sus historias son comunes en esta irredenta
Venezuela.
Llamamos la atención a los actuales administradores
del Teatro San Martín de Caracas porque no entregan los programas de mano respectivos
de cada espectáculo ni tampoco hacen promoción de los eventos programados. No
sabemos de quien es la culpa, pero eso sí perjudica al público que paga -éramos
siete en la función del 16 de enero- y afecta seriamente al TSMC mismo,
porque sin audiencia no hay ingresos y el fantasma del cierre vuelve a rondar,
precisamente ahora que se cumplen 23 años de actividades. Por ahí existe una ordenanza
de espectáculos públicos que norma esos asuntos y además recomienda la puntualidad con los horarios de las respectivas funciones. Hace falta, pues, Gustavo Ott al
frente de esa estratégica sala el suroeste caraqueño.
1 comentario:
Excelente comentario, como siempre muy acertado!
Me sumo a las líneas finales, falta gerencia en la promoción y difusión de los espectáculos presentados en esa sala, cuando fui eramos unos 15 espectadores disfrutando de tan maravilloso montaje.
Saludos.
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