Isaac Chocrón y su fiel compañera Sara |
Esta pieza ¿Amas? la escribi en el año 2012 y nunca se montó, aunque se hizo una reunion de producción. Ahora la publico porque hace temporada La intima del Presidente, de Javier Vidal, un espectáculo que aborda la historia de Estrella Serfaty, la progenitora de Isaac Chocrón, y creemos que ayudará un tanto a los eventuales espectadores y suscitará comentarios.
¿Amas? es relativamente corta y los lectores podrán,por ahora,disfrutarla.
SINOPSIS
Es el Año Nuevo Judío 5772 (29 de septiembre
de 2011) en Caracas y en la terraza del penthouse de un edificio se organiza
una reunión con cena para celebrarlo. Ahí participan: el ama de llaves (goi),
una dama mayor (judía sefardita), otrora ama de casa, y un joven goi. Los tres
se reúnen para revisar sus vidas, expurgar lo vivido y comprometerse a mejorar
a partir del día siguiente, como es la tradición, mientras esperan al dueño de
casa, Isaac (judío sefardí), quien llegará más tarde, para inaugurar el evento.
PERSONAJES
SARA:
mujer (goi), ama de llaves, mayor de 60 años.
ESTRELLA:
mujer judía sefardita, ama de casa, mayor de 60 años o edad simbólica.
LUIS:
caballero (goi), fotógrafo, mayor de 40 años
o
edad simbólica.
ESCENOGRAFIA
Y VESTUARIO
La obra
se desarrolla en la terraza de un penthouse. En ese espacio vacío, con un
ciclorama negro que tenga las siluetas de los edificios de una gran ciudad o de
un montaña como el Ávila, hay una mesa redonda y cuatro sillas, además de un
mueble para colocar los alimentos, así como los platos, los cubiertos, el
mantel y las servilletas, además de las botellas de licor y las respectivas
copas.
Hay un teléfono que deberá repicar hacia el
final de la obra. Un aparato de sonido portátil debe inundar de música orquestal
a la escena, pero esto queda a la voluntad del director, aunque la música es
necesaria y a un volumen bajo.
Y por supuesto no puede
faltar un candelabro judío
Los
dos personajes femeninos vestirán elegantemente, para la fiesta, mientras que
ESTRELLA usará un collar vistoso o una gargantilla. El hombre, con paltó,
overol de jeans y franela blanca con el letrero I Love NY, zapatos deportivos de lona, con una cámara fotográfica,
con flash, al cuello. Es importante a utilización de una cámara fotográfica con
flash
PRIMERA ESCENA
SARA
(Entra por la izquierda, empuja un
carrito con los
ingredientes
para la cena. Se detiene ante la mesa,
la revisa
y va
sacando uno a uno lo que lleva en el carrito: el candelabro,
un recipiente
metálico o de vidrio para las manzanas y una
vasija
elegante para la miel, el mantel, servilletas, la cubertería,
copas,
vasos, además de una serie de elementos que chequea
con
una lista que porta, Sobre su vestido de gala lleva un
delantal
largo, de color rojo. Habla para la cuarta pared)
No
soy cocinera, pero en casi cinco décadas he aprendido truquitos para satisfacer
a mi gente…quienes se comen todo…repiten y hasta me llaman artista de la
cocina. ¿Hay qué creerles?
SARA
(Que ha terminado de revisar y ubicar en
la mesa y el
mueble
de la cocina todo lo que traía en el carrito, va hasta el
proscenio. Retrocede, va al mueble, se sirve un
whisky, se
ajusta
el delantal y revisa de nuevo lo que va a colocar en la
mesa,
esta distraída y no se da cuenta que LUIS ha entrado a
escena
y le dispara un flash. Ella, sorprendida, voltea, da un
grito
y suelta una palabrota)
Coñooo...quién
eres tú...muchacho, si…si…eres Luisito,
no te sentí llegar, y me asustaste con tus fotos… A mi edad ya no puedo recibir
sorpresas así… (Se abalanza sobre él, lo abraza y lo besuquea con intensidad).
LUIS
(La agarra por los brazos y la revisa
rápidamente) Estás bella, 20 años sin verte y casi no te reconocía…estás
rejuvenecida, jejeje. ¿Mucho botox, acaso?
SARA (Se
suelta de LUIS y retrocede para mirarlo mejor) No mijo, unas cremitas y la dieta obligatoria de
esta casa…Pero esta noche nos
salimos de esas reglas y comeremos lo tradicional, pero nos bebemos unos
whiskys.
LUIS
¿Qué celebramos? ¿Comeremos tu famoso pabellón
criollo a la llanera?
SARA
Es viernes y vamos a celebrar el Año Nuevo Judío 5772
como es la tradición en este hogar del
doctor Isaac. Desde
hace 47 años hacemos lo mismo. Soy su
ama de llaves, pero
hago de todo en esta casa. Para él, soy
su mujer…pero sin
sexo, como esos matrimonios que pasan de
30 años y se
convierten en hermanitos jejeje.
LUIS
(Revoletea
entre los muebles y trata de revisar todo lo
que
ve). ¿Qué comeremos?
SARA
(Lo vuelve a agarrar y lo sienta en una
silla) Comeremos
lentejas, con muy buen sabor y de
acuerdo a una receta que
me enseñó mi jefe. Hay filetes de
pescado, ensaladas de
berenjenas y pimentones, pan tradicional
y de postre tenemos
helados y manzanas con miel. Y para beber
hay vino blanco,
whisky y vodka. Espero que no tomemos en
exceso.
LUIS
Gracias por invitarme, tú has sido mi segunda madre e Isaac es un amigo o ese
amante que deseché o el padre que nunca tuve…y de verdad quería verlos…no hubo
tiempo para las despedidas. (Tras de
tirar su parlamento comienza a revisar la terraza, contempla los escasos
muebles, observa los alimentos y se lanza a tomar fotos sin parar, como si
tuviese rabia)
SARA
(Lo observa, emocionada) ¡Pero qué
lindo está mi
muchachito! No sabíamos como avistarte y
no conseguíamos
tu dirección.
LUIS
¿Qué están tramando? ¿Acaso la lectura de un
testamento? ¿Ya aquí piensan en eso?
SARA
Eso del testamento de Isaac se hará o se conocerá en
Algún momento. Habrá sorpresas.
LUIS ¿Y cómo estas tu ahí?
¿Él no tiene precisamente
descendientes?
SARA
Sí, todos sus hermanos murieron y no tiene hijos
biológicos ni adoptivos, hasta ahora.
LUIS
Él sabe muy bien que tú has trabajado no menos de cuatro décadas en su casa.
SARA El sabe muy bien de mis necesidades y de
las de mis hijos. Tú estabas en un primer borrador de su testamento, pero por razones mayores te sacó. En el nuevo testamento estoy yo y las hijas de su adorada
prima, quien lo cuidó cuando él tenía 7 años y ella 15.
LUIS
¿No me has dicho para qué es esta reunión? ¿No es
solamente Año Nuevo Judío? ¿Se podrá
saber?
SARA
Estás llegando y no he podido contarte. Hay una reunión
íntima e importante, porque mi doctor Isaac
quiere contar
algunas cosas.
LUIS Habla mujer, habla.
SARA
Isaac se irá de gira para ver no sé cuántos montajes de algunas obras suyas,
creo que hasta Australia irá. Además dará talleres sobre Shakespeare, su otra
obsesión, pero centrado en las piezas románticas, como lo comentó. Un año o dos
estará afuera.
LUIS
Y si va tan lejos tú también irás con él, porque solo no
creo que se demore tanto tiempo. Ya lo
conocemos.
SARA
Sí, me llamará cuando me necesite, cuanto le hagan
falta mis sopas, los bistecs encebollados,
las papas fritas y
necesite camisas bien planchadas, porque
sin mí no puede
estar. ¿Pero cuéntame qué pasa contigo?
LUIS
Nuevos amigos, nuevos proyectos, mis obras
fotográficas han ido ganando terreno o
capturando clientes, y
hasta una exposición me están
organizando.
SARA
El doctor consiguió tu dirección con amigos suyos que
te conocen, los del Repertorio Español.
LUIS
Después de Miami, Nueva York es la ciudad más
importante para los venezolanos, y así
ha sido desde el siglo
XIX, comenzó con Páez y no cesa. Y no me
preguntes por qué
es eso.
SARA ¿Qué hay de amores?
LUIS Vivir
sin amar no es, propiamente, vivir, pero nos
acostumbramos; aunque lo viejo no puede
ser sustituido tan
fácilmente.
SARA En mi pueblo se dice
que vaca vieja no olvida el
portillo…no te estoy diciendo vaca, por
supuesto, jejeje.
LUIS Así es, otra vez lo
hice y me fue mal, muy mal. Tranquilo
por ahora, aunque sigo cazando, los
hombres somos así:
cazadores, como lobos, y mucho más los
de nuestra
Condición…tú sabes…
SARA
(Quien no se ha
perdido ni una palabra lo interrumpe y
le
pregunta, como haciéndose la tonta) ¿De qué condición
hablas…ahora eres hombre lobo, como los
de la televisión
jejeje?
LUIS
¡Sara!… ¿se te ha olvidado tan pronto?
SARA
Ahhh, jejeje, perdona la pregunta.
LUIS He
cambiado mucho, pero soy lo que siempre he sido: ¡yo! Vivo precisamente en Nueva York que es como tener a un lobo en medio de un millar de ovejitas
tiernas. Monumental tienda por departamentos o colosal mall donde hay de todo, especialmente
carne humana…mmm…pero vampiro no soy todavía.
SARA
¿Y tú carne humana….jamás? Jejeje
LUIS Jamás, estás loca mujer. Isaac es el que ha
dicho que
La probó y le quedó gustando, pero no sé
más. Eso lo declaró
durante una frívola entrevista de
farándula, y lo dijo como para
crear polémica pero no le hicieron caso.
SARA
Pensamos que Nueva York te había enloquecido
porque su oferta de excesos altera a
cualquiera.
LUIS Soy ya muy adulto como
para perder los estribos…ya
no tengo veinte abriles. Lo que tenía
que perder no lo perderé
dos veces jejeje.
SARA
¿La virginidad? Sería una grosería que la mantuvieras
y precisamente tú. ¿Qué haces, a qué te
dedicas? Tu huida
preocupaba muchísimo…y más en estos
tiempos.
LUIS
Aunque no lo creas, Sara, no solo de sexo vivimos los
seres humanos. ¿No sé qué pasa contigo?
SARA
Esta bien mi amor, está bien, no te molestes.
LUIS Leo,
escribo poesía, veo teatro y películas a montón, y me dedico a tomar fotos en
los castings para venderlas después. Mis gastos están controlados…no quiero
verme pobretón ante la vejez que asoma y tener que pedir en la calle o en una
institución pública. He estado viviendo para mí, fundamentalmente. Suena raro,
pero es una madurez obligada y hasta adelantada en mi estado actual.
SARA¿Pero
nada de nada? No te lo puedo creer Luisito, tú que eres o eras una liga entre
Rodolfo Valentino y Porfirio Rubirosa, legendarios hombres enamoradores a
quienes yo hubiese querido conocer personalmente…por supuesto.
LUIS
Te gustaron por todo lo que dicen de ellos. Lo de Rodolfo
te lo acepto, sí, tengo un poco de ese
actor, pero lo de Porfirio
nunca…era un tanto exagerado en todo.
SARA
No creo que hayas sido tan casto durante todos años
es imposible en un hombre como tú…ya te
conocemos por acá.
LUIS
Las cosas obvias no se cuentan porque se vulgarizan.
Aprendí a ser prudente, más errores no
puedo cometer. Quizás
aquí salte de nuevo a la locura y
bueno...no quiero hablarte
más de eso… Dime, ¿por qué hay tan solo
cuatro sillas, somos
tan pocos los invitados?
SARA
Isaac decidió y manda. Además hizo hincapié en el
número cuatro.
LUIS
Si, Isaac siempre está lleno de misterios y de cábalas
numéricas. Una vez le escuche decir que
se pueden tener
muchos amigos, esos de la familia
elegida, como siempre lo
proclama, pero que son únicamente
cuatro, y reiteró ese
cuatro,
los que él necesitará para ser llevado al cementerio,
judío en este caso.
SARA
Creo que él no estaba pensando en la muerte, en ella
no se piensa jamás…porque la llevamos
todos en la espalda
desde que nacemos…zape
LUIS
Vamos a ver que dice cuando llegue.
SARA Isaac
ya no hace esas bacanales de intelectuales a que te acostumbraste cuando vivías
con nosotros. La mayoría de sus amigos se han ido y quedamos pocos. Esta noche
estaremos: él, una señora que es muy importante para él, tú y yo. Somos cuatro
los que cenamos éste Año Nuevo Judío.
LUIS
¿Una señora muy importante? ¿Quién puede ser?
¿Editora o periodista o escritora? ¿No creo que sea novia…
jejeje? ¿Dime la verdad, por qué me
invitan a mí? ¿Qué
encerrona es esta?
SARA
La más sorprendida por los invitados fui yo, pero cuando
me lo dijo, o cuando me lo argumentó, él
que nunca explica lo
que piensa o quiere hacer. Cuando dio tu
nombre comprendí,
eres su viejo y único amor… pero el de
ella me dejó fría y sin
aire, porque creía que era imposible…
que volvieran a reunirse.
LUIS
(muy
preocupado) Sara,
¿quién es la señora de marras
que viene a cenar con nosotros?
SARA
Su madre, mí Luisito, la señora ESTRELLA viene por
primera vez a esta casa. Y no preguntes
más, por favor, porque
ella puede estar al llegar y tú no la
conoces y yo la he tratado
muy poco. Debes comportarte porque es su
mamá.
LUIS
¿Creía que estaba muerta ya o
desaparecida para
siempre de su vida? Hace unos años en
Repertorio Español,
de Nueva York, escuche que vivía en un
modesto apartamento,
diagonal al edificio Dakota, en la calle
72 del Westside. Nunca
se me ocurrió comprobarlo…bueno...para
qué.
SARA
¿Nunca te habló de ella? ¿Nunca te lloró al evocarla?
Yo lo he escuchado nombrándola varias
veces y siempre llora
cuando lo hace, como ocurrió en la
madrugada de aquel
domingo 6 de noviembre de 2011…Algo
tiene entre manos.
LUIS
(Interesado) Es un personaje
interesante para un
fotógrafo como yo…nunca la vi en carne y
hueso, nunca, es
casi una leyenda o un mito, una especie
de Medea a la
venezolana, porque abandonó o sacrificó
a sus tres primeros
hijos y después la abandonaron a ella y
no pudo dejar atrás a
sus otros dos hijos.
SARA
Aja, sabe más que yo. Sí, la saga de esa dama está llena de amores y abandonos,
como las de todas las mujeres de este país o en este continente, que han tenido
que criar solas a sus hijos o con otros padres postizos.
LUIS
Primero dejó a su esposo para irse con otro y después la abandonaron a ella
porque la cambiaron por otra. Una venezolana historia, rocambolesca como pocas,
en este Macondo que no tuvo su Gabo.
SARA
Tú sabes tus cosas amiguito.
LUIS En
pueblo chiquito todo se sabe. Recuerdo cuando un estudiante, un colombianito
compañerito de la UCV, le preguntó por el destino de su mamá y ahí Isaac le
respondió, casi automáticamente: “no sé
si vive o muere, no me interesa”, y nos dio la espalda…Ahora…por fin
conoceré tal leyenda en cuerpo y alma.
SARA Una vez, solo una, la vi. Tocó a la
puerta del otro apartamento, en la avenida La Salle. Era impresionante su porte
y su personalidad. Le abrí y me dijo con
tono nada grato: “¿Dónde está mi hijo?”
Tragué saliva y le respondí, también fuerte: “está en su trabajo, búsquelo”. Dio la vuelta y se fue…dejando una
estela de tristeza…no sé, no me gustó aquello.
LUIS ¿Qué
te dijo Isaac?
SARA En
la noche se lo conté y me regañó, porque abrí la
puerta a una desconocida y además le
había dicho donde
estaba. Me molesté también y le dije que
no conocía a esa
señora y que abrí porque creía que había
tocado la puerta
equivocada. Las mujeres entendemos
siempre más a las
mujeres que a los mismos hombres.
Algunas cosas tenemos
que nos diferencian de ustedes.
LUIS
Seguramente lo encontró en la Cancillería o en el
Ministerio de Hacienda o en la calle…o
en el teatro Teresa
Carreño o el Alberto de Paz y Mateos, la
sede de El Nuevo
Grupo.
SARA
No dijo nada más, pero después su amigo Román si me
contó, durante un almuerzo, que ella lo
buscaba para
preguntarle por la herencia de Mercedes,
su hija mayor, muerta
en el terremoto de 1967, junto con sus
dos hijitos y el nuevo
novio que tenía. Sé que después de
muchos años se vieron,
por fin, en Madrid…pero más nada. Nunca
habla de ella, salvo
ahora que viene a cenar…esto parece una
telenovela… ¿me
comprendes?
LUIS
Con tanto tiempo sola en este apartamento te estás
convirtiendo en una cachifa cursi.
SARA
Luisito, mi amor, todos somos cursis…y no queremos
aceptarlo.
SARA y LUIS comienzan a
organizar la cena, acomodan la mesa, preparan el espacio para la fiestecita de
más tarde y además atienden a los alimentos que han de consumir, son tareas
físicas mientras conversan. Y es en medio de esa faena que se dan estos
diálogos, mientras prenden el aparato de sonido y escuchan boleros como
“Lágrimas negras”, entre otros.
LUIS (Quien toma vodka con aguakina, pregunta)
¿Qué pasa contigo Sara? ¿Hasta cuándo lo acompañarás? ¿Tenías planes de irte a
San Fernando de Apure para vivir más tranquila con tus hijos y nietos? ¿Qué te
amarra a Caracas y a una cocina? ¿Será
cierto que no hay amor más sincero que el que sentimos hacia la comida?
SARA Aja…estás
muy preguntón, lo que siempre has sido. Te recuerdo siempre cuando Isaac te llevó por primera vez al otro
apartamento. Estabas flaquito y usabas un roto overol de jean azul desteñido y
una franelita con I Love NY. ¿No creo que estés usando ahora la misma ropa
de aquel entonces? ¿Verdad? (Y le pasa
revista una y otra vez)
LUIS No es la misma…pero
si el mismo modelo, es mi fetiche vestural, cosas mías, me puse esto para venir
y evocar en algo a lo que por aquí pasó.
SARA Recuerdo que mi patrón me dijo a manera
de presentación: “es un buen muchacho,
muy pobre, vive en las veredas de Coche, y es mi alumno predilecto en la
Escuela de Arte de la UCV. Vamos a atenderlo bien y espero que lo trates como
si fuera otro de tus hijos, tiene solo 23 añitos”. ¡Y la cara se le
transfiguró con suma felicidad! Yo te amé desde ese instante…porque él estaba
muy feliz. Ese diciembre o noviembre de
1978 fue inolvidable para los tres, lo recuerdo. ¡Él no cambio más, encontró un
aliciente para vivir!
LUIS Yo
creía que no iba a pasar nada, que era una aventurilla, como tantas otras que
había tenido, pero la química de nuestros cuerpos y eso
otro que no tiene nombre…o que no queremos llamarlo amor… estalló entre
nosotros y quizás hasta más de la
cuenta. Tú lo veías todo y eras discreta.
SARA
Las mujeres sabemos ser discretas o lo aprendemos a la fuerza porque si no nos
cortan la cabeza. Te quería y me
preocupaba cuando peleaban como carajitos, porque tú te tomabas algunas
libertades y lo dejabas mucho tiempo solo.
LUIS Sí, él era
muy dominante y controlador y eso fue lo que nos perdió. Pero yo también
te tomé cariño y me preocupaba que no hubieses terminado tus estudios de
primaria, porque casi no leías y estabas precisamente en un apartamento
convertido en biblioteca, o sea en la casa de un escritor.
SARA Los
estudios no me gustaron mucho, pero terminé la
primaria
en una escuela nocturna y ahora pienso hacer el
bachillerato, pero no pretendo ir a la
universidad. Estoy vieja y
cansada para esos trotes estudiantiles.
Quizás me retire a San
Fernando de Apure para atender a mis
nietos…pero no sé
cuándo.
LUIS
¿Pero ni siquiera unas vacaciones? ¿Te puedo invitar a
Nueva York? Tengo un grupo selecto de
amigos que se
sentirán felices de conocerte, porque
eres famosa aunque no
lo sepas y todo porque eres “la cuidadora del doctor Isaac
…”
como te dicen.
SARA
Nooo…estás loco muchacho…quiero estar a su lado
para siempre… y él ya me propuso una
apuesta: “Sara, quien
se
muera primero se lleva al otro en poco tiempo, porque
no
podemos estar solos jamás”.
LUIS
Creo que eres la única esclava que aún existe en
Venezuela, porque has soportado a Isaac
como nunca
hubieses aguantado a otro hombre.
SARA Si,
soy esclava de mi señor, pero te equivocas: hay
muchas mujeres como yo… esclavizadas a
sus maridos,
quienes incluso ni sexo les dan, porque
están viejas y ellos
optan por las carajitas. Averígualo y te
darás cuentas de la
verdad que te digo. A veces pienso que
el destino nuestro, el
de algunas mujeres, es siempre ser amas
de casa o amas de
llaves, como es el mío, cuidándolos como
si fuesen niños
grandes para que otras…u otros… los disfruten.
LUIS No sé qué decirte. Soy amo de mi casa y no
tengo ama
de llaves…no me alcanzan mis dólares
para tanto.
SARA Luisito, trabajo
desde los 12 años y no sé hacer otra
cosa y aquí en Caracas antes estaba en
una lavandería.
LUIS
Me decías ahora que: “Soy
esclava de mi señor”…No,
no, no, esa es la salutación de la
Virgen María…Creí que te
ibas a convertir al judaísmo para
parecerte más a tu doctorcito.
SARA He
leído muchos libros judíos y me gustan, son
hermosos y llenos de predicamentos para
alcanzar la gloria
eterna. En uno leí algo así como: “No vemos las cosas como
son,
vemos las cosas del modo que somos…” pero tú eres
medio ateo, creo yo, o un poco amargado…pero
ya debes
cambiar mijito.
LUIS
Ya no sé ni lo que soy…pero sigo más aferrado a la vida
desordenada en Nueva York, donde hay dos
mundos: uno real
y contante con muchos dólares y otro
mágico o fantástico con
fantasmas, zombis, vampiros y todo eso
que la televisión, el
cine y el teatro muestran constantemente
como
divertimento…pero son reales y yo sé
porque te lo digo. No
todo es ficción amiga mía.
SARA Te
lo creo porque me lo dices. ¿Tampoco has superado tu separación de Isaac…
verdad? Es difícil olvidar a quien te dio tantos momentos para evocar.
LUIS Si,
eso nunca debió ocurrir... nunca; le hice mucho daño, nos herimos mutuamente.
Pero me perdonó y lo comprobé cuando me enfermé y hasta me cuidó.
SARA Cuando
usted se fue…él tuvo que someterse a terapia
psiquiátrica porque no podía
concentrarse, no comía y lloraba
todo el tiempo. No podía tener nunca una
mañana mejor y
estaba siempre pensando en el día de
ayer…todo el tiempo.
Inolvidable aquel año 1992.
LUIS
¿Y nunca buscó otro? Sé que le sobraban oportunidades
aquí y afuera, donde acudiera tenía
gente dispuesta…tú
sabes…atraída por su talento y su fama…y
por su poder…
alguien dijo que el mayor afrodisíaco que existe en el
mundo
es el poder…y mejor no hablemos de eso, por ahora.
SARA
Nunca vi a nadie más aquí y estoy segura que cuando
viajaba tampoco lo hacía. Tiene pánico
de enfermarse de
aquello…que usted sabe. En una
ocasión…llorando comentó
que el pasado le había dado una lección
y no podía
repetir…algo así…nunca más o never more.
LUIS Así ha sido, lo sé,
pero fue en Alburquerque donde nos
topamos accidentalmente y pude
consolarlo. Cuándo se instaló
a dar clases en una universidad de ese
desierto. Hasta una
comedia dramática escribió para no
olvidar jamás nuestra
amistad. ¡Amistad que es el amor
perfecto porque está basada
en el respeto mutuo y porque cada quien
vive en su casa!
SARA
Si sé que escribió y me leyó lo que dedicó a mi
personaje.
LUIS
Si, lo sé. Le pedí que escribiera sobre cuando habíamos
sido felices y que me hiciera un
personaje teatral para vivir
eternamente porque había sido contado
escénicamente. Y
Dios o Jehová nos lo concedieron.
SARA
A mí también me hizo personaje de otras obras y me he
visto varias veces en escena. Es extraño
¿verdad? Por eso no
lo puedo dejar solo jamás. No me
arrepiento de todo lo vivido
a su lado, aunque tenga ese carácter tan
atravesado, tan de
niñito malcriado.
LUIS ¿Cómo
te trataron los demás hombres, Sara, tú nunca
cuentas nada, ni monjita que fueras?
SARA
Luis, los otros hombres sufren, casi todos, de un
síndrome, tan incurable como el del
Sida.
LUIS
¿Qué vaina es esa, qué síndrome tan mortal es ese? ¿No
tiene cura tampoco por ahora? ¡Jejeje
que estás diciendo!
SARA Bueno…son
cosas que el doctor Isaac me
explicó, porque siempre se preocupó por mi culturización: es el Síndrome de
Jasón, porque alude a un griego que abandonó a su esposa Medea, con quien tenía
dos hijos, para casarse con otra mujer más joven y poderosa.
LUIS Sara
eso es un cuento de teatro griego pero que se haya convertido en conducta
general de los hombres… es otra cosa. ¿De dónde sacó ese cuento?
SARA Luisito, escucha, según ese síndrome, los hombres nos enamoran a nosotras, abrimos
las piernas, les damos hijos y después nos abandonan por otras…más jovencitas o
carajitas o tienen fortunas o haciendas. Y si una no tiene una profesión
liberal, pues debemos dedicarnos a lo que sea para mantener a las crías y
sobrevivir nosotras. He vivido gracias a mi señor que me dio trabajo desde el 5
junio de 1965. He sido su ama de llaves.
LUIS ¿Pero
qué pasó con el Jasón aquel?
SARA Ahh…jejeje…no
sé, imagino que nunca más vio a los hijos ni a la mujer, porque eso era un
cuento de la Grecia requete antigua.
LUIS Ahh,
ya entiendo más o menos la metáfora ¿Pero nunca un hombre te trató bien a ti o
también le dio ese síndrome de Jasón y huyó? ¿Isaac llenó tus ambiciones?
SARATuve
tres hijos y no por gracia del Espíritu Santo, pero prefiero no hablar de eso.
Mi único hombre es Isaac y soy su mujer…pero sin sexo…jejeje. He comprendido que
para tener éxito con los hombres hay que tener además el cerebro entre las
piernas, para dominarlos y esclavizarlos. Un consejo que doy a mis camaradas de
género. Con ustedes, los…las cosas son diferentes… ¿verdad?
LUIS Prefiero no hablarte de nosotros, pero a ti
tan mal no te
ha ido, por lo que dices…tu trabajo, tus
viajes a Europa y
Estados Unidos… de los que me he
enterado… y no sé
cuantas cosas más.
SARA
Si, soy la esclava del doctor Isaac y cuando él muera no
sé qué será de mí. ¿Y a ti como te han
tratado los hombres,
porque tú, que eres goi como yo, tienes
tus historias, en la UCV
eras famoso antes de empatarte con él ?
LUIS
Me sorprende como juegas con los términos como goi
tan fácilmente en una conversación. Has
aprendido mucho en
esta casa... Por mi belleza y mi
inteligencia atraía hasta las
moscas. Le gustaba a mucha gente; atrapé
durante seis meses
a un acucioso colombianito, pero lo dejé
por Isaac, y después
me fui con el bailarín más hermoso jamás
visto en Venezuela,
quien terminó siendo el propio demonio.
Y ahí se acabó todo,
hasta que Isaac me convirtió en
personaje teatral y entendí
entonces, como lo dice Amado Nervo, que “el amor
verdadero
hace milagros, porque el mismo es ya el mayor
milagro”.
SARA
¿No has pensado quedarte con nosotros, al menos
mientras yo esté sola, ya que el viaje
del doctor Isaac es
inminente?
LUIS
Primero lo veo, hablamos y decidimos, porque puede ser
que me vaya con Isaac para hacerle las
fotografías de su
itinerario, como lo soñamos alguna vez.
En Caracas no pienso
vivir jamás, solo de pasada. Mi cama y
mi techo están en
Nueva York, y de pronto también serán
tuyos.
SARA
Maluco… y yo me quedaré sola aquí otra vez. No lo
mejor es que me lleven a mí también, no,
no, no.
LUIS Tranquila
mujer, hablaremos con Isaac, porque de repente hasta se le ocurre invitar a su
mamá también... ahora que anda con ese etapa del perdón que no es lo mismo que
reconciliación…según se comenta.
SARA La
verdad es que no te he dicho algo…para no alarmarte: estoy en tratamiento por
un cáncer en un pulmón, me lo radiaron y puede ser que haya desaparecido, pero
nunca se sabe. No quiero tampoco quedarme aquí sola, antes prefiero irme con
mis hijos a San Fernando de Apure.
LUIS Algo
me advertía que aquí no estaba todo bien. Esos cánceres son traicioneros y tú
no debes descuidarte. Ahora comprendo esta celebración de Año Nuevo Judío…que
no es más que un pretexto para despedirnos definitivamente o citarnos para
otros más adelante y no se sabe dónde.
SARA No te hagas el trágico amiguito. Se te
olvido que tampoco yo puedo morir, porque también soy personaje de teatro.
LUIS Ahhh ya veo que Isaac te he enseñado
muchas cosas y que es tanto lo que sabes que no quieres irte de su lado,
esclavita de mi señor. Menudo dueto han armado. Pero lo mejor es que no pongas
en peligro tu vida, porque es lo único que tienes.
SARA
Bueno dejemos el cáncer y el teatro para otros
momentos. Pero te cuento que para pasar
el tiempo he estado
practicando en una academia de baile,
porque quise
aprenderlo bien. ¿Tú crees que podríamos
dar unos pasitos
mientras llega la dama? Así recordamos
cuando bailábamos a
la espera del doctor Isaac y tú
insistías que lo más romántico
era un tango, creo que “La cumparsita”.
LUIS
Jajaja…te las sabes todas, te has dado cuenta que
nuestro tiempo es limitado y que no
debemos desperdiciarlo
jamás.
SARA
(Entra la música de un tango, que ha puesto en el
aparato,
y ella agarra a Luis para dar los primeros pasos)
¿Cómo es la cosa mi parejo tanguero?
LUIS
No sé si he olvidado algunos pasos, porque en Nueva
York bailo cosas frenéticas, pero ahora,
al menos con unos
tangos evocamos ese siglo XX mezquino y
traidor, donde nos
ocurrieron tantas cosas… y nos
divertimos así un rato y hasta
le damos un ambiente más festivo a esta
terraza…que me
parece más bien un velorio, sin muerto,
de pobres…jejeje
(Comienzan a danzar al compás del tango y a
medida que bailan la luz de escena comienza a decrecer. La pareja se acerca al
lado derecho o al izquierdo, como lo decida el director, para que Sara suelte a
Luis y para que Estrella, que llegó y está entre cajas, lo tome. Esto debe
hacerse rápido y a oscuras para que el público se sorprenda cuando regrese la
luz de escena, y aparezcan bailando en el centro del escenario y María los mire
con asombro)
APAGÓN
SEGUNDA ESCENA
LUZ GENERAL
(Luis se da cuenta que le
han cambiado la pareja y trata de parar de bailar, pero Estrella lo agarra por
los brazos y les dice a él y a Sara, con tono festivo)
ESTRELLA ¡Sorpresa
mis queridos gois! No se dieron cuenta como subí a esta terraza y he podido
escuchar buena parte de lo que decían sobre mí, y cuando comenzaron a bailar,
pues me entusiasmé y aquí me tienen, cual una aparición! Yo soy la señora
Estrella que ustedes esperaban para esta reunión…perdónenme que haya entrado
así…quitando pareja y echando un pie tanguero…todo esto me recuerda a mi alegre
juventud en aquel Maracay del Benemérito.
SARA (Entre felicidad y asombro) Perdone
señora… estábamos pendientes de su llegada, pero decidimos bailar para entretenernos…y
de repente la veo ahí con Luisito… ¡qué pena, señora!
ESTRELLA ¿Tú eres la ama de
llaves, Sara, verdad? Ya sabía de ti y creo que una vez nos vimos en la puerta
de otro apartamento de mi hijo, tu amado doctor Isaac.
SARA Si…señora…qué
pena…qué dirá mi señor cuando se lo contemos…cómo entró aquí y nos tomó por
sorpresa.
LUIS Soltará
una carcajada y me echará la culpa, como siempre, por no estar pendiente de la
llegada de tan distinguida dama.
ESTRELLA (Se acerca y revisa con curiosidad a Luis) ¿Y
tú
quién eres?...Creo haberte visto
antes…tu físico no es común
y además eres atractivo...no sé dónde.
Ah…si en el Foyer del
Lincoln Center durante una función de Tosca o de Norma…no,
no, quizás en alguna cafetería de la
Universidad de Nueva
York…no, no, tampoco hay tantos diablos
sueltos por ahí que
una se confunde…pero ahora si te
recuerdo… fue durante un
estreno de la pieza Escrito y sellado, de Isaac Chocrón, en el
Repertorio Español, de la calle 27 de
Manhattan, ahí fue…pero
que cambiado estás, te conservas muy
bien…pareces que
tienes el secreto de Dorian
Grey...jejeje. ¿Qué haces aquí?
LUIS
(Impactado por la entrada de Estrella y por
lo que le ha
dicho,
trata de decirle algo, pero no le salen las palabras)
Perdóneme señora…
SARA
(Ante el atolondramiento de Luis, es Sara
quien le
hace
el quite) El es un ex…no, un gran amigo del doctor Isaac,
vivió aquí con nosotros hace un tiempo y
después se fue de
gira por el mundo. Ahora vive en Nueva
York…según me ha
dicho.
ESTRELLA Yo también vivo en
Nueva York, mi querida
Sara. Sobran las explicaciones, soy muy vivida para no
entender ciertas cosas y los lugares de
las gentes… ¿Y en esta
casa no le dan ni agua a las visitas?
Hasta ahora me han
bombardeado con palabras y palabras…que
horror con estos
gois criollos...jejeje
SARA (Que se siente regañada por
la mamá de su patrón y ahora trata de ser amable) ¿Quiere
usted licor? ¿Qué le sirvo?…Tenemos vinos, whisky, ron y hay hasta
champaña…pero será para los postres…una variedad de helados.
ESTRELLA (Quien
ha tomado cariñosamente las manos de Luis, expresa muy divertida) Este
señor y yo tomaremos whisky… aunque él no sabe que el licor escocés tumba el
pelo a los hombres, como escribía Miguel Otero Silva en “El morrocoy azul”, por
allá en la década de los 40.
LUIS
(Que
ya luce animado, se desprende cuidadosamente de
las
manos de Estrella y busca servir los vasos de whisky, pero
Sara
se le adelanta) Está bien Sara, tú siempre tan despierta
como ejemplar ama de llaves que eres.
¿Verdad, señora
Estrella que lo que decía Otero Silva es
un chiste de la época?
ESTRELLA Si, por supuesto, era una broma con sanas
intenciones, porque aludía a caballeros
que libaban en los
céntricos bares caraqueños de lujo y
casi todos eran calvos o
asomaban ya sus largas frentes. Y entre
esos consumidores
había políticos, como el general
civilista Isaías; intelectuales,
como Andrés Eloy y otros más. Esa
Caracas no tenía más de
200 mil habitantes y llegaba hasta La
Candelaria…bueno eso
es historia de una ciudad que se fue.
SARA
Por favor, vamos a tomarnos este whisky y rompemos
así el hielo jejeje como dice mi doctor Isaac.
ESTRELLA
No puedes estar un minuto sin evocarlo, ¿pero
qué te dio ese hombre…mijita?… ¿Lo
quieres mucho?
SARA Amor,
señora, como nunca antes me lo dio, hombre
alguno…un amor que es compañía.
LUIS Tratando
de hacer un chiste) Ella, Sara, proclama a los cuatro vientos que es la
mujer del doctor Isaac… pero sin sexo.
ESTRELLA
Sara sabes muy bien como todas los
mujeres vivimos de los recuerdos y los hombres (pone una mano sobre un hombro de LUIS) viven del olvido… ¿Por qué?
No sé, pero sí tengo amarga experiencia de eso.
LUIS
¿Usted sabe o conoce mucho de hombres…verdad?
ESTRELLA Yo y tú somos especialistas en hombres, si
nos atenemos a nuestras respectivas historias de vida…jejeje.
LUIS
Perdone señora…no quise ofenderla ni nada parecido. ¿Pero usted que sabe de mí?
ESTRELLA No te preocupes, eres un bebé a mi lado y
sé que todo lo contado sobre mí me ubica por encima de La Garza, la madame del
burdel aquel de La Guaira, El pez de fuma,
un antro para marineros, chulos, machos, travestidos y cuantas locas caían por
ahí. Pero nada de eso es verdad.
ESTRELLA (Un tanto molesta por la impertinencia de Luis) Dime Sara ¿cómo te
ha tratado mi hijo, a lo largo de tantos años?, ¿cuéntame cómo han sido estas
décadas, dime la verdad?
SARA Ay señora… que cosas me viene a
preguntar ahora… a una se le olvidan las cosas desagradables… y las malas ya
fueron tapadas por tantas cosas buenas de mi doctorcito.
ESTRELLA ¿Pero nunca te armó
un escándalo o te ofendió, cómo acostumbran los hombres?
SARA Bueno… en una ocasión, y fue la primera y la última… como tenía la
ropa tan descuidada, se me ocurrió almidonarle unas camisas… y ayyy lo que
pasó…se puso una camisa azul y no le
cerraban ni los puños ni el cuello…él entró en cólera… y como yo le dije que
les había hecho…bueno…él me gritó y me
las tiró a la cara…ay señora, yo también me
arreché…ay perdone… señora, me molesté y le dije que me respetara,
porque si no me iba para mi pueblo.
ESTRELLA Pero
ahora veo que no fue así.
SARA Así
fue señora, nunca más me ofendió, cambió rotundamente. Nos entendemos a punta
de miradas o de gestos con las manos o con la boca, como si fuésemos
sordomudos…pero es que nos conocemos tanto.
ESTRELLA Que
bueno ha sido Jehová con él, porque tú fuiste su compañera, cómplice, y hasta
bastón o enfermera porque sé que ha tenido problemas delicados de salud. Dios
te pagará en esta vida o en la eterna, estoy segura.
SARA (Como
tratando de distraer a Luis que ha estado pendiente del diálogo de ella con
Estrella) Luis…déjate de tantas preguntas necias a la señora Estrella y
menos ahora que vamos a cenar. Tomate tu whisky y cállate mi amor, cállate,
deja que hable lo que se le antoje y que nos cuente lo que quiera….ella es toda
una leyenda, y en última instancia es la ama de esta casa, que es de su hijo.
ESTRELLA (Volviendo al ataque contra Luis) Te
entiendo bebe, yo sabía que en esta reunión me encontraría con preguntas
incómodas, pero no te preocupes, tengo una piel más dura que cualquiera
elefanta. Además, no hay preguntas incómodas, sino respuestas inapropiadas…y no
hago eso...todavía. Tus preguntas obedecen, estoy segura, porque aún no has
comprendido que las diferencias entre gustar,
querer y amar, son las mismas que hay en un por ahora, por un tiempo y por
siempre.
LUIS
No quiero ofenderla, las mentiras no puede hacerle daño…pero si quiere hablamos
de recetas cocineriles…judías o venezolanas.
ESTRELLA Luisito, siempre he
sido ama de casa y no cocinera ni ama de llaves, oficios para los cuales nunca
me criaron, pero he cambiado y ahora soy capaz de prepararte unas cuantas
chuletas de res y ensaladas variadas. Pero me has tocado la lengua y es bueno
que sepas, porque has vivido poco, que lo peor que le puede pasar a una mujer o
a un hombre es llegar a pensar mal de sí mismos. No me voy a disculpar ante ti
porque ignores cosas que no has estudiado o analizado. Los hechos históricos
hay que revisarlos teniendo en cuenta muchas cosas, no son chismes banales.
SARA (Asustada
por la intensidad de la discusión que se está suscitando, busca evitar el
enfrentamiento) Me preocupa la tardanza del doctor…y ni siquiera ha
llamado. Además las calles de esta Caracas contemporánea son peligrosas.
LUIS (Quien sabe que ha tocado un avispero trata
de abrir dialogo con Sara) ¿Él no tiene celular? ¡Sigue desafiando a la
tecnología!
ESTRELLA (Que no tiene ganas de parar y menos ahora
que tiene auditorio, precisamente en la casa de su hijo, enfrenta a su
contrincante) Luis, yo decidí ser una mujer libre, precisamente en la
década de los 30 del siglo XX, cuando a las señoras casadas solo nos quedaba la
sumisión entre las cuatro paredes de inmensos caserones o acompañar a nuestros
esposos en sus negocios de mercería, como era mi caso, o atender a nuestros
hijos, ayudadas por las muchachas del servicio doméstico, por supuesto aquello
era en las clases altas y medias en ascenso.
LUIS (Molesto
porque Estrella lo agrede verbalmente) Pero cuando la mujer es madre sus
libertades tienen limitaciones, creo yo, de acuerdo a su clase y su cultura.
SARA (Empeñada
en detener el zafarrancho verbal que se avecina, toma la hielera que está sobre
el mueble) Luisito, no tenemos hielo, ¿puedes bajar a la cocina y traer un
poco del que está en la nevera grande?… bueno tú conoces esa cocina muy bien,
baja. ¡Por favor!
LUIS (Que no quiere complicarse más la vida con
Estrella, toma el recipiente) Ahhh, si, ya bajo, perdóneme señora, ya
regreso.
ESTRELLA
(Quiere ganarse la confianza de Sara y se
le acerca) Este muchachote es sensible e inteligente, además de romántico;
se le nota que le preocupan los problemas ajenos. A mí me enseñaron que lo que
no comprendemos no lo podemos poseer y voy a tratar de explicarle lo que pasó y
las consecuencias desde mi natural punto de visita. ¡Necesito que me escuche! ¡Ya verás!
SARA Él es inteligente y aunque no sabe mucho
de su pasado, puede entenderla.
ESTRELLA Es posible que
conozca algunos aspectos de mi historia, pero los detalles, las lágrimas y los
sufrimientos no… de eso si estoy segura.
En Venezuela la vida sexual es intensa, pero en secreto, y todos y todas
la ocultan cuando se levantan de las camas o salen a la calle. ¿Por qué? ¡No
sé!
SARA Quizás no conoce bien su verdad. Tiene nobleza
de sentimientos, como decíamos antes, por eso nuestro doctor Isaac enloqueció
con él.
ESTRELLA
Debo hacerle entender como las mujeres
somos algo más que una costumbre, no somos sillones que permanecen donde los
dejan; que las mujeres, como también ocurre con los hombre, somos variantes y
undívagas como el mar. No quiero que me perdone, ni cosa parecida, no me hace
falta, pero sí que me escuche. Eso mismo ocurrió con mi Isaac y finalmente me
perdonó por el daño que le hice…y creo en su sinceridad.
SARA (Con
el rostro transfigurado por lo que ha oído) ¿Usted reconoce que le hizo
daño a mi doctor Isaac? ¡Bendito sea Dios o Jehová o Ala! ¡Él la perdonó! ¡Por eso yo lo amo y lo amaré
siempre! (Y se arrodilla y trata de rezar)
LUIS
(Entra
corriendo, ve a Sara arrodillada, coloca la hielera en el piso y trata de
levantarla) ¿Qué te pasa mi viejita, qué te pasa? ¿Qué ocurre aquí? (y mira desafiante a Estrella)
ESTRELLA (Tomándose
con mucho sabor o felicidad su whisky, mira a Luis, que sigue en el suelo y cariñosamente
le dice) Espero que no hayas oído nada de lo que han hablado aquí estas dos
amas, porque ya te lo contaré a ti. Déjala que rece, que le dé gracias a
Dios…todos debemos rendirle pleitesía a nuestro Jehová misericordioso.
LUIS
(No sabe qué hacer, titubea y se levanta
para ver a las dos mujeres rezando. Cavila unos segundos y les dice)
Señoras, por favor, vamos a ponernos alegres…por favor
SARA
(Se levanta) Yo estoy no alegre…sino
feliz, porque
ahora vamos a tener más alegría en esta
casa. Y por favor, no
abras más tu boca.
ESTRELLA
(Busca a Luis y Sara con la mirada y con
su
cuerpo
para decirles con tono grave) Estamos aquí para un
ritual de “Rosh Hashanà”, el Año Nuevo
Judío y el comienzo
de otro, el 5772. Es momento de
reflexión, balance y toma de
conciencia sobre cómo han sido nuestras
acciones en el año
que concluye y cómo deseamos que sean en
el que
comenzará. No sois judíos, pero Isaac y
yo lo somos, os lo
recuerdo porque trataremos de seguir
algunas pautas de la
tradición. (Va hacia el mueble).
SARA
(Trata de ayudarla y le entrega el
recipiente con las
manzanas
verdes y un vasija con la miel) Señora aquí le tengo
esto listo…creo que es lo que necesita,
así lo hemos hecho
anteriormente. (También le muestra el candelabro)
LUIS
(Trata de servirse
otro whisky para calmar su ansiedad)
Mientras ustedes rezan yo quiero beber,
perdónenme.
ESTRELLA
(Lo mira cariñosamente y le dice con tono
maternal)
Espérate unos minutos y tomamos todos, y mientras
llega Isaac yo reviso lo que tenemos
aquí, desde mi óptica y mi
experiencia.
LUIS
(Que
poco a poco se muestra menos agresivo hacia la
dama)
Está bien, señora, la escucho.
SARA
Me preocupa el señor, se hace tarde y ni siquiera llama.
ESTRELLA ¿Si te refieres a Isaac?, tranquilízate de
una vez, porque de repente se queda en esa fiesta, puede ser que haya conocido
a alguien y esté en plena conversación, además él sabe que yo tengo que hablar
con sus otros dos amores…porque eso son ustedes para él. ¡Verdad!
LUIS
(Se ha dado cuenta de sus errores y trata
de cambiar) ¿Ahhh…usted tiene algo qué contarnos...algo nuevo?
ESTRELLA
(Que ha tomado las manzanas y la vasija
con
la
miel, las manosea con mucho cariño y evoca tiempos idos,
les
dice) Estas manzanas y este recipiente de miel
nos
recuerdan que hay que esperar de la vida
siempre lo mejor y
debemos saber derrotar los fracasos.
Usamos manzanas
verdes, que son entre las de su especie
las más amargas o
más ácidas, porque al combinarlas con el
dulce de la miel nos
recordarán lo que significa para nuestra
tradición un nuevo
año. Lapso donde momentos de amargura se
combinaran con
momentos de dulzura, o donde las
dificultades se mezclaran
con situaciones de plenitud y armonía.
Ese es el mejor deseo
de un nuevo comienzo, el deseo de ser conscientes
de nuestra
fragilidad y de nuestros límites.
Debemos estar conscientes
que un bocado de manzana verde con miel
es la combinación
perfecta para vivir plenamente.
SARA
Señora, hace años hicimos ese ritual porque teníamos
un rabino entre los invitados, quien
además hizo toda una
consagración con una oración en hebreo y
como no sabíamos
esa lengua nos pasó unas hojas con la
traducción en español
para que las leyéramos. ¿Cómo lo vamos a
hacer? ¿Así o más
sencillo?
ESTRELLA
Vamos a ser heterodoxos: manzanas y miel,
lentejas y lo que tú, Sara, nuestra
inigualable ama de llaves,
haya preparado. Cada uno rezará su
oración favorita. Jehová
entiende muy bien lo que pasa en esta
terraza. Pero si viene
mi hijo, nos ceñimos a lo que diga, es
varón y eso tiene sus
razones.
SARA (Riéndose de la decisión de Estrella)
Hay….señora, si
usted supiera lo que ha pasado por esta
casa. En una ocasión
habían tantos gois venezolanos invitados
que el doctor Isaac
me mandó a preparar un inmenso pabellón
criollo con
baranda… que ellos devoraron y él solito
se comió sus
lentejas…más nada, y eso sí: mucho
whisky. Desde entonces,
estas reuniones fueron más pequeñas o
íntimas o como un
funeral de pobre… como ha dicho Luisito
desde que llegó
LUIS
¿Ahora si podemos brindar con otro whisky?
ESTRELLA
(Con
mucho humor y ayudando a servir los
tragos,
le dice a Luis) Recuerda que el whisky tumba el pelo y
que yo sepa el retrato de Dorian Grey no
usa peluca…Jejeje.
LUIS
(Que ha captado la indirecta y trata de
jugar con ella) No soy Dorian Grey ni tampoco tengo un retrato diabólico
escondido en alguna parte.
ESTRELLA
No te alteres con mi chiste, vive como quieras y deja que los demás te juzguen
o te imiten, sin preocuparte por ello, pero asume eso sí las consecuencias de
lo que haces…como ya lo hiciste en otro momento de tu existencia.
SARA
Señora…¿cuánto tiempo esperaremos al doctor Isaac…usted cree que el vendrá?
ESTRELLA En esta casa mandas
tú, porque el ama de llaves eres tú…y yo que sigo siendo una ama de casa no estoy
precisamente en mi morada. Espera un momento mientras cuento algo que deben
saber, pero con mis detalles…esos que no han leído en ninguna parte o visto en
comedia o película alguna. Ya verán. Pero no se emborrachen para que comprendan
mejor lo que le ocurrió o lo que hizo ésta venezolana, judía sefardita, que
asumió la vida con la intensidad que creía merecer. Mujer que más que
adelantada de época, fue una mujer sin época.
LUIS
¿Por qué Isaac, no contó esa historia
suya en sus obras literarias?
ESTRELLA Él y solo él puede
decirlo, aunque en varios de sus textos estoy ahí, muy doméstica, según su
óptica, pero eso ya no importa ahora, porque llegó mi momento de hacerlo.
SARA
Señora… y porque no dejamos ese cuento para después de la cena…así Isaac también
estaría con nosotros y podría escucharlo.
ESTRELLA
(Trata de ubicarse por delante de la mesa
y de cara a la cuarta pared) Mi aventura comenzó aquel martes de Carnaval
de 1935, en Maracay. Yo, con dos amigas y dos muchachos de la servidumbre
salimos de nuestra casa y caminamos hacia la plaza Bolívar para ver el desfile
de las carrozas, estábamos a unas ocho cuadras. Íbamos disfrazadas de manolas
españolas. Tenía el presentimiento de que algo rotundo pasaría con mi vida esa
noche, pero no tanto. Cuando nos acercamos a la avenida Bolívar, sentí que me
levantaban unas inmensas manos de brazos morenos y me colocaban con mucho
cuidado en la grupa de un caballo negro inmenso. No pude gritar por la
velocidad como lo hicieron y hasta pensé que eran jóvenes enviados por nuestros
amigos o por mi esposo, y lo único que se me ocurrió fue agarrarme de la camisa
del jinete, un zambo corpulento, que picó espuelas y arrancó a correr, seguido
de otros dos jinetes.
LUIS¿Y
la gente que iba con usted no grito…no hizo nada?
ESTRELLA
Era martes de Carnaval de 1935 y la locura imperaba no solo en las calles
maracayeras. Recuerdo, que en menos de cinco minutos estábamos entrando al
patio trasero de una casona y ahí parado, con su uniforme de faena, estaba ese
hombre que había visto pasearse frente a la tienda de mi marido…para sonreírme,
devorarme con los ojos y pasar una y otra vez delante de nosotros. Él me dio su
mano para ayudarme a bajar del caballo y me condujo suavemente al interior de
una lujosa sala. Era el tercer hombre más poderoso de Venezuela y había sido
elegida por él, como siempre lo quise desde cuando cumplí 14 años y lo vi por
primera vez en un desfile militar. Estaba materializando aquel sueño de
virgencita y ahora estaba despierta y humedecida…además sin nada que decir…porque
me dio un beso cuyo sabor duró muchas lunas más. Con los años comprendí que el
amor tiene razones que la razón no entenderá jamás. (Da la vuelta y busca en el mueble un vaso para servirse un whisky,
mientras LUIS y Sara se han quedado absortos ante lo escuchado y ni siquiera se
mueven).
SARA Señora,
¿por qué dejó atrás a sus hijos, eso nunca lo
he comprendido, desde que me contaron
esa huida suya…
hacia delante…hacia su felicidad, como
nos cuenta ahora?
ESTRELLA (Bebe con elegancia su licor, respira hondo y los mira a ambos, con
cierto gesto de curiosidad) Fácil es preguntar, pero otra cosa es haber
vivido todo aquello. Yo era como la turista del Titanic que trata de salvarse
del naufragio y ha olvidado cubrirse y ahora está desnuda a bordo del bote
salvavidas. ¿Me comprenden?
LUIS ¿No
era feliz en su hogar?
ESTRELLA Me obligaron a casarme cuando no había
cumplido los 15 y nunca germinó el amor, a pesar que parí tres muchachitos y
aquel esposo era un buen hombre. Huía o me raptaban a mi gusto y no llevaba a mis tres hijos y
tampoco podía hacer nada. Averigüen la severidad de las leyes familiares de
aquellos tiempos… no tenía la patria potestad y solo un juez podía autorizarme
a llevarme mis pequeños. Eso me atormentó, pero tenía que salvarme, era ese
momento o nunca. Eso es todo. Confieso mi verdad porque la viví. Y por eso pedí
perdón a mi hijo y lo entendió porque él también ha padecido por el amor o por
la búsqueda de ese amor…y ambos aprendimos, en carne viva, que cuando lo
encontramos no se puede posponer jamás…y debemos desafiar al mundo si es
necesario para tenerlo y vivirlo. ¿Tú, Luisito, crees eso…verdad?
LUIS Señora
no sé qué decirle…perdóneme. Si he amado y me han amado muchísimo, pero fui
infiel, como somos la mayoría de los hombres… y perdí o abandoné al hombre que
me amó como nadie después pudo hacerlo y Dios me castigó, pero ya no puedo
desandar nada de aquello. Esta noche, es bueno que todo se sepa y me ayude a
pedir perdón. Usted y yo hemos perseguido el amor, lo hemos disfrutado, y
después lo hemos perdido y no sabemos cuándo o dónde lo encontraremos de
nuevo…si es que Dios nos da otra oportunidad.
SARA ¿Feliz con semejante romance…díganos la
verdad? ¿Aceptó ese rapto tan descarado?
ESTRELLA Luché
por la felicidad, la perseguí y la alcancé, no fue fácil, porque era un hombre
muy liberal, un solterón acostumbrado a darse sus gustos…lo domé y al final fue
mío y además le di una hembrita y un varón, que eran su orgullo.
LUIS
¿Pero no la hizo su esposa, era su concubina…así como
quedó para la historia?
ESTRELLA No
se podía casar conmigo por eso que llaman
razones de Estado. Algunos políticos y
los líderes religiosos
católicos no aceptaban que yo fuese una
mujer judía y
querían, una cristiana, por lo menos,
como Primera Dama. El
mundo estaba en guerra contra el
fascismo europeo y lo que
pasaba en Venezuela era muy vigilado
desde Washington,
además.
LUIS ¿Antisemitismo para
esa época?
ESTRELLA Eran los años 40 y el
mundo estaba en guerra contra Hitler. Mientras horneaban vivos a los judíos en
los campos de concentración, en Venezuela y en el continente…habían aquí
muchísimas indefiniciones ideológicas…pero después el país cambió y lo hizo
para bien de todos…y en eso está todavía.
LUIS ¿Qué pasó con su
romance?
ESTRELLA (Que se ha
sentado en una silla, mientras LUIS se le acerca y toca sus rodillas cubiertas
por la falda larga de su vestido y Sara se coloca en el piso) Él y
yo nos amamos como correspondía. Él se trasladó a Caracas y se fue a vivir con
sus familiares en El Paraíso, no tenía casa propia y no era rico, pero a mí me
instaló en una discreta vivienda en las inmediaciones de la iglesia del Sagrado
Corazón de Jesús, donde a veces pernoctaba o, para evitar el chismorreo, me
visitaba siempre a las cinco de la tarde y se iba a las ocho de la noche o
antes. En esa casucha parí a mis dos muchachitos, en el 1939 y en el 1941, como
era la costumbre de la época, con parteras.
SARA ¿Y ese amor fue muy grande y contra todo
el mundo?
ESTELLA Sí,
pero no pudimos envejecer juntos que es la prueba suprema del amor… A mi Jasón, a mi general Isaías,
convertido en Presidente de la República, no le dejaron gobernar bien ni
tampoco pudo terminar su periodo, aunque hizo importantes reformas, como las
del Código Civil. Tras la locura misteriosa de su heredero para el trono
presidencial, vino un golpe de Estado del partido militar, ayudado por unos
civiles ambiciosos, y todo culminó con su exilio y también el mío. Él en Nueva
York y yo en México. En noviembre de 1945 empezó un destierro obligado y el
cual no era precisamente dorado ni para él y su familia, como tampoco para mí y
mis dos hijos, Teresita a Isaías, productos de nuestro amor y no del deber.
SARA
¿Partido militar? Yo conocí los
partidos adecos, copeyanos, comunistas y hasta chavistas, pero eso de partido
militar si me resulta nuevo, ¿dónde está?, ¿quiénes son?
ESTRELLA Desde el general Páez, los militares activos
y los retirados se han agrupado, con sus familias, y tienen una presencia
notable en el mundo político y en la economía del país por lo cual han impuesto
gobiernos y hasta asumido el mando en ocasiones. Negar su presencia es
desconocer la historia y la vida cotidiana.
LUIS Interesante
esa información que nos proporciona, la tendremos en cuenta, pero volviendo a
lo de su amante, el general Isaías, ¿cuentan que usted lo buscó después, en
Nueva York, para resolver un problema?
ESTRELLA (Toma a LUIS por una mano) Sí, tenía una difícil
situación económica y me vi obligada a trasladarme a Manhattan, a mediados del
febrero de 1952, para finiquitar la manutención de nuestros hijos. Hubo
diligencias en tribunales y así lo reseñaron los periódicos. Se resolvió bien,
pero él enfermó a los pocos meses y murió al año siguiente, aquí en Caracas. Se
fue…si, pero su amor estaba conmigo.
LUIS ¿Su relación pasó
desapercibida?
ESTRELLA No, nunca la
ocultamos y por eso estoy en la larga lista de las concubinas de
los gobernantes venezolanos…una historia que también es bicentenaria. Yo fui
discreta sin que me lo impusieran y entregada a mi hogar y a mi señor. Aprendí
que no es lo mismo una señora que una buena amante.
SARA ¿Cómo
es eso? ¿No entiendo lo de señora y buena amante?
ESTRELLA Una buena amante no
perjudica jamás a su amado, mantiene silencio, es discreta, no causa problemas,
pero las señoras tienen otras conductas…quizás movidas por los celos.
LUIS ¿Su sobrevivencia y
la de sus hijos, cómo fue?
ESTRELLA (No le suelta la mano a su interrogador) Dios
y
los amigos de mi Jasón velaron por
nosotros, fueron
incondicionales y pasamos mejor las
tristezas y duplicamos las
alegrías. Mis hijos crecieron. Creo que
soy bisabuela. Tuve
carestías domesticas, no las niego, pero
mis hijos estudiaron y
se hicieron profesionales. Eso ya no
importa en estos
momentos. Para que recontar aquellas
épocas. No hay que
jurungar el pasado, cuando ya está
superado.
LUIS
¿No tuvo más amantes?
ESTRELLA ¡Qué curioso eres! ¡Qué pregunta mijo! Debo puntualizarte que me casé con
Alfredo Izaguirre, un buen goi venezolano, en México, y procreamos una hija. O
sea que este vientre judío dio media docena de hijos…No preguntes más, mi
periodista improvisado. Confórmate en saber que continuamos viviendo y que al
final, mi primer varón judío, Isaac, me perdonó por haberlo abandonado.
SARA ¿Las
mujeres debemos seguir su ejemplo?
ESTRELLA Soy
una simple mujer que luchó por su amor… y no puedo pretender ahora que las
demás repitan mi acción. Ellas deben asumir que no se puede vivir sin amor,
porque es como estar muerta o amortajada en vida. Mi hermana también dejó a su
marido…y sus hijos, mis sobrinos, se criaron con mis hijos. Pido perdón a
Jehová…eso es todo. En otros tiempos
otros seres humanos me juzgarán.
LUIS ¿Qué hará?
ESTRELLA (Suelta a LUIS) Yo haré lo mismo que
tú y Sara: esperar al juicio final, que es lo único que nos aguarda, porque
nuestras almas, pecadoras o no, son inmortales. Fíjate, mi Isaac se inventó
aquello de los personajes teatrales que también son inmortales. ¡Tenía que ser
mi vástago para salir tan romántico y batallador!
(Suena el teléfono de la
terraza, el cual nunca antes había repicado para nada)
ESTRELLA, SARA Y LUIS (Al unísono y
fuerte) Debe ser Isaac.
SARA ¿Contesto?
ESTRELLA
Y LUIS (Rodean a Sara para
escuchar el diálogo)
SARA Aló, buenas noches…si soy yo señor…estamos
los tres esperándolo… ah…si…como usted mande. ¿Quiere hablar con alguien…en
especial?... Está bien.
ESTRELLA Y LUIS
¿Qué dijo…a qué hora viene?
SARAE
l doctor Isaac está en una fiesta judía muy animada y se ha reencontrado con
amigos de su infancia. Dice que podemos ir cenando y quiere que su mamá se
encargue de la ceremonia….que él viene en camino…con todo el cuidado posible
para evitar asaltos y otras cosas desagradables.
ESTRELLA (Busca un yesquero o fósforos para encender el
candelabro, mientras los otros personajes rodean la mesa y se disponen a rezar.
ESTRELLA dice) Bendito
seas tú, oh eterno…
APAGON GENERAL
(Únicamente quedan encendidas dos velas en el
candelabro del comedor)
APAGON
TERCER ESCENA
EPILOGO
(Aparece Sara, con un sobretodo que le cubre
el traje de fiesta, trae una maleta. Viene a proscenio y dice):
SARA La
fiesta terminó hace tres días y somos muy felices por tal reencuentro. Mi
doctor Isaac llegó cuando íbamos a comernos los helados y brindar con champaña.
Fue hermoso verlos abrazados y hasta les tomé unas cuantas fotos. Vamos ahora hacia el aeropuerto porque iremos
todos a Nueva York, pero mi señor seguirá después hacia San Francisco para
buscar una conexión con Australia. Yo, por ahora, atenderé mi tratamiento
médico en Manhattan. Él me mandará a buscar y todos quedamos en vernos para el
próximo Año Nuevo Judío.
FIN
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