Nuestras Troyanas hacen temporada en el teatro Alberto de Paz y Mateos.
Por esas gratas cosas
que suelen ocurrir, no siempre, en el ámbito del teatro venezolano, hacen
temporada en las salas Rajatabla y Alberto de Paz y Mateos sendos espectáculos basados
o inspirados en los textos de Eurípides, Esquilo y Sófocles. Nos referimos, pues,
a la vibrante y estremecedora puesta en escena de la contemporánea Medea
del olivar de la dramaturga uruguaya
Mariana Percovich, por parte de Marisol Martínez, y un ambicioso
espectáculo músico, dancistico y teatral
Troyanas nuestras, creado y dramaturgizado
por Costa Palamides.
Para Troyanas
nuestras se ensamblaron las piezas griegas Troyanas,
Hécuba y Agamenón con diferentes estructuras
dancísticas y rituales de la cultura
popular venezolana, como los Turas, Vasallos de la Candelaria, Diablos
Danzantes de Naiguatá, Tamunangue larense y Cantos a San Juan, todo esto con poemas
y textos de poetas y dramaturgos latinoamericanos y venezolanos como
Ramón Palomares, Pablo Neruda, Cintio Vitier, Gustavo Pereira, Marco Antonio de
la Parra, Elio Palencia, Peky Andino Moscoso, Jose Antonio Ramos Sucre, Eugenio
Montejo, Aime Cesaire, Luis Alberto Crespo, Blanca Varela, Luis Pales Matos y
Eduardo Galeano entre otros. Fragmentos de intelectuales quienes redimensionaron
los mitos griegos como también la palabra de grandes poetas de nuestro
continente, musicalizados por su hermano el compositor Pantelis Palamides.
NUESTRAS TROYANAS
Troyanas nuestras
es un explosivo hibrido teatral con los
personajes griegos que muestran a
esas mujeres conquistadas, esclavizadas, desplazadas, martirizadas y explotadas
en tierra extranjera, que calza sin duda alguna con una visión
“nuestramericana”, ha dicho Costa Palamides.
Hay recordar que originalmente Troyanas
nuestras fue estrenada durante la temporada 2017 de la Compañía
Nacional de Teatro (CNT) con su elenco estable y era una adaptación
dramatúrgica de cuatro piezas fundamentales del teatro trágico griego, a
saber: Troyanas y Hécuba de Eurípides, Agamenón de Esquilo y Electra de
Sófocles .Pero que para su temporada del 2018 fue reformulada gracias a un equipo creador liderizado por Carmen
Ortiz en la coreografía, Gerónimo Reyes en la iluminación, Pantelis Palamidis
en la composición musical de 20 canciones originales, Julia Carolina Ojeda en
la maestría de canto, Lina Olmos en el diseño de vestuario y Caremilys Artigas
en el concepto escenográfico.
Costa reitera que está
muy orgullosos de representar ahora Troyanas
nuestras en el Teatro de Alberto de Paz y Mateos, gran amante de la
tragedia griega, quien en 1955 montó la primera Electra de Sófocles en Caracas y además llevó a escena piezas
importantes de quien fuera su maestro: Federico García Lorca, que el pasado 5
de junio se cumplieron 120 años de su nacimiento. Y subraya esto porque en Troyanas Nuestras, uno de los momentos más desgarradores de Andrómaca
tiene la rúbrica poética del gran Federico: "Si tu oyeras a la
amarga adelfa sollozar, ¿qué harías, amor mío? Suspirar. Si tú viera que la luz
te llama cuando se va, ¿qué harías, amor mío? Pensaría en el mar. Si yo te
dijera un día, te amo, desde mi olivar. ¿Qué harías, amor mío? Clavarme un
puñal”.
En este esfuerzo
creativo de los hermanos y Palamides ahora están acompañados por un valioso elenco donde participan veteranos y jóvenes
profesionales como Aura Rivas, Francis Rueda, Ludwig Pineda, Luis Domingo
González, Livia Méndez, Maria Alejandra Tellis, Citlaly Godoy, Marxlenin
Cipriani, Marcela Lunar, Jean Manuel Pérez, Arturo Santoyo, Costa
Palamides y Yordano Marquina, pertenecientes el elenco estable 2018 de la CNT.
Su director y
versionista Costa Palamides dice que le regocija realizar esta temporada
de Troyanas nuestras porque eso significa que la CNT si está
creando un repertorio teatral de primer nivel. “Debo decir que la fusión
escénica de tragedias clásica, como son Troyanas, Hécuba y Agamenón se hizo esta vez para su
participación el Festival Internacional de Teatro de Caracas 2018 con un lleno
absoluto en el Teatro Principal. No podemos olvidar que el público ha sabido
apreciar el contenido de identidad nacional puesto que en esta obra se
sincretizan diferentes tradiciones dancísticas y rituales venezolanas”.
El montaje de esta
segunda temporada en Caracas hizo necesario una reformulación con las
actrices y actores del elenco estable la Compañía Nacional de Teatro y también se ha conseguido adaptar
nuevas marcas temporales y espaciales. La principal premisa ha sido mantener un
repertorio para consiguientes representaciones en circuitos teatrales y
festivales nacionales e internacionales”.
MEDEA URUYUAYA
La Medea,
según la autora Mariana Percovich, cuenta las vicisitudes de una humilde mujer,
una campesina que asesinó a su hija mientras dormía, para saciar sus celos
porque su marido la ha abandonado para irse con otras mujeres. Es un suceso que
ocurrió en Cerro Chato, Uruguay,
el cual ha sido transformado en toda una tragedia. Ahí, gracias a la sencillez
del dispositivo y sus movimientos se convierte en un rancho móvil, el cual
busca acercar al público a las contradicciones que implica ahogar la propia
creación. El elenco está conformado por un colectivo de investigación, un grupo
de artistas independientes de reconocida trayectoria como Marisol Martínez,
Hany Rivera, Sandra Moncada, Randimar Guevara y Luz Dary Quitian.
Podría reiterarse que es todo un crimen
pasional, según una visión posmoderna, de Percovich, que le debe mucho a Seneca,
Eurípides y Henar Muller, cuyos textos plasman la historia de la asesina confesa de Cerro Chato (Uruguay). Ahí se
enseña como la madre, Medea, mata por venganza, la historia de la traición, del
desamor de Jasón. La puesta en escena es un tránsito por lo femenino, desde lo
femenino, por el sexo, por nuestra realidad, por el delirio. Es, pues,
un montaje sencillo pero convincente de como la dramaturgia griega sobrevive a
través de los tiempos y permite alteraciones para que sea más acercada a los públicos
de América latina. Una muestra además del talento de la directora Marisol
Martínez.
FIGURAS MITICAS
Y mientras aquí en
Caracas se disfruta de estos dos montajes, la directora española Carme
Portacelli, quien montó Troyanas en
Europa, asegura que “es evidente que los mitos griegos siguen haciendo oír su
voz en la sociedad: en la pintura, en las representaciones teatrales, en la
literatura. Sus figuras míticas, con el transcurso de los siglos, adquieren
nuevos rasgos, por parte de los autores, al situarlos en la sociedad en la que
vivimos”.
Ella afirma que las
tragedias muestran un orden y la relación entre el individuo y la sociedad,
entre el orden individual y el colectivo. Muestran ese pecado contra el
bienestar social que ha creado el individuo cuando se deja llevar por sus
sentimientos más brutales, sus miedos, su arrogancia, sus celos...“Hoy seguimos
viendo cómo las mujeres son seres de segunda categoría a las que no importa
excesivamente lo que les suceda: después de cada guerra, e incluso durante la
guerra y sin guerra, a las mujeres se las viola reiteradamente, se les falta al
respeto, se las maltrata sin ningún respeto, sin ni siquiera temor a las leyes
que prohíben la violencia... No pasa nada, sus problemas, sus sufrimientos
siempre quedan en la cola, siempre hay problemas más importantes: los niños, el
hambre, los refugiados...”
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