Teatro y muñecos en escena por una pareja de viejos |
La vejez es antesala de la muerte por
razones biológicas. Pero por excesos sentimentales o porque no hay suficientes
actores mayores no se le utiliza en Caracas con mayor frecuencia temática en sus
espectáculos teatrales, pero en esta Tierra de Gracia, donde todo cambia cada
24 horas, y no es un chiste, ya asoman dos o tres montajes, al parecer por el
reflejo del espectáculo español o la cartelera de Buenos Aires. ¿O será que
nuestros teatreros descubrieron o asumieron que cada día que pasa también marchan
hacia la senectud?
Hemos escrito, y lo reiteramos ahora,
que la vejez es un inevitable proceso individual que se vive en contextos y
en sociabilidades determinadas. No es lo mismo ser anciano que anciana, no es
lo mismo tener recursos económicos o no tenerlos, tener o no tener acceso a la
cultura. Estas y otras variables conceptuales dibujan una vejez distinta que
depende de muchos factores diferentes, tal como Simone de Beauvoir, lo
plantea en su libro La Vejez (1970), donde parte de una visión
concreta de la vejez: el problema de la marginación que padecen los ancianos
como un elemento de discriminación que hay que superar, porque es injusto que
las personas mayores resulten arrinconadas, silenciadas, al imponerse el
criterio que rige la vida moderna: el de la productividad, que atrapa y hace
infelices tanto a jóvenes como a ancianos.
Simone De Beauvoir al escribir sobre
la vejez lo hace para romper “la conspiración del silencio” y criticar a la
sociedad de consumo que trata a los ancianos como parias, quienes al no tener
fuerza económica, acaban por no tener derechos, y ni siquiera se les reconoce
la capacidad de tener sentimientos. En ellos el amor, los celos parecen odiosos
o ridículos, la sexualidad repugnante, la violencia irrisoria. Deben dar
ejemplo de todas las virtudes. Ante todo se les exige serenidad; se afirma que
la poseen lo cual autoriza a desinteresarse de su desventura. Esta percepción
es un fracaso de toda la cultura. Que durante los 15 o 20 últimos años de su
vida un hombre no sea más que un desecho es prueba del fracaso de nuestra
civilización”.
NOTICIAS DESTACADAS
Y lo reiteramos ahora porque los viejos y las viejas de Venezuela han sido noticias
destacadas en los medios informativos nacionales e internacionales, no
solo porque salieron a la calle para exigir pacíficamente el respeto y el
cumplimiento de sus derechos y sus beneficios, sino porque el teatrero José
Jesús González, como antes lo hizo Gerardo Blanco, han realizado, o preparan, sus artísticos tributos a la
ancianidad, que también es para los recuerdos y a la esencia de la vida misma,
al escribir y producir la comedia Par
de viejos, estrenada y aplaudida durante el pasado VIIFITCs2018, y Noche de Guardia, a mostrarse desde el
15 de junio en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural; pero antes, Blanco en el mismo escenario plasmó su texto Nos
vemos el miércoles, donde de manera jocosa revela la historia de tres mujeres mayores, quienes
viven, o esperan sus mutis, en un ancianato y se reúnen cada miércoles para
tomar el té y sumergirse en esos recuerdos que diariamente se les repiten,
hasta que no puedan más.
DOS VIEJOS EN ANCIANATO
Par de viejos, que después se presentó en la sala La Viga, del Centro Cultural
Chacao, cuenta con los primeros comediantes José Francisco
Silva y Magalys Álvarez. Es una estrujante comedia dramática sobre una singular pareja de artistas de avanzada edad,
Gabriel, viejo actor retirado especialista en Shakespeare, y Antigua,
una titiritera-marionetera. Ambos cómplices en el arte y en la
vida, se congregan en el generoso espacio de su dormitorio en un asilo
para ancianos, y usando sus discapacidades, sus pesares y
aciertos, sumados a sus amores y miedos, con sus recuerdos y
desencuentros; se reúnen para rememorar glorias pasadas y
así evadir su cruda realidad. Festejan, como pretexto, durante una
noche de Navidad, perdida en las brumas de sus recuerdos, y esperan la llegada
del unigénito, un caballero que ahora es el gobernador de la comarca, quien
puede llegar o dejarlos esperando, cual si fuesen personajes ionescanos.
González considera que su pulcro y bien
escrito espectáculo Par de viejos no
es más que un homenaje al adulto mayor, seres olvidados “especiales y
queridos que nos dieron tantos en sus años de productividad; es una
revisión al pasado, mí homenaje a Shakespeare y a la hermandad en la cual creo
y práctico”.
MICROBIOGRAFIA
González lleva 25 años en el teatro.
Se inició en la Escuela de Arte Dramático de Maracay con maestros como Roció
Rovira, Alejando Bastidas y Mariozzy Carmona, entre otros. Decidió venirse a
Caracas y aquí avanzó en su formación en la Escuela de Artes de la UCV, con maestros
como Isaac Chocrón, Xiomara Moreno, Ugo Ulive, Leonardo Azpárren, Orlando
Rodríguez. Simultáneamente egresó de la Escuela Juana Sujo, donde encontró el
apoyo de maestros como Gilberto Pinto, José Gabriel Núñez, Esteban
Herrera, Orlando Rodríguez entre otros y esa etapa finalizó con el Séptimo
Taller de Formación Artística del grupo THEJA de la mano de José Simón
Escalona, Rosalio Hinojosa, Javier Vidal y Angélica Escalona. Grandes
experiencias que marcaron su formación para llegar a lo que hoy en día es su
mayor logro: consolidar su agrupación Teatro del Encuentro, que este año
celebrará sus dos décadas en la escena nacional.
“Desde los 17 años me ha cautivado tanto la dirección como la dramaturgia
y me siento muy a gusto en ambas posiciones. Me apasiona crear, soy muy
inquieto, mi amor eterno es el teatro, aunque me nutro siempre del cine, la
música y las artes plásticas. Un director y un dramaturgo deberían ser unos
apasionados del conocimiento”.
González considera que “el teatro no
escapa de la realidad de mi país; vivimos en una cuerda tensa y así habitamos
en las artes escénicas, muchas veces desprotegidos, sin políticas culturales.
Hace muchos años no disfrutamos de unos verdaderos subsidios de cooperación
cultural. El precio de las producciones es incalculable y ninguna agrupación
actualmente tiene para costear dignamente su realización. Pero seguimos
luchando, creando; los que aún apostamos a un mejor país; aquí hay mucho
talento, muchos creadores con ganas de mostrar. La dignificación depende de
nosotros, de unirnos como gremio y hacer respetar nuestros derechos como
creadores y hacedores de sueños, deberían de darle
espacio a agrupaciones que honren la creación y la investigación, no solo el
teatro ligero, tenemos que ser serios a la hora de asumir nuestra profesión, el
teatro es un hecho social, que de uno u otra forma debería transformar al
espectador al salir de cada función y actualmente en nuestro país
es uno de los pocos medios para decir verdades”.
PIEZAS RARAS
Después de ver Par de viejos y compararla con Nos vemos el miércoles debemos reconocer son piezas raras para el contexto
teatral venezolano, donde esos argumentos centrados en la vejez no se tocan
sino como para hacer torpes chiste. Pero que resulta que ahí se propones unas
reflexiones sobre el abandono voluntario o involuntario a que se someten a los ancianos y además se propone una revisión sobre la
esencia misma de la amistad como uno de los vínculos más hermosos que podemos
cultivar, un soporte para la vida, y la
cual en la vejez cobra una importancia capital. ¡Ya los griegos lo escribieron
y nos legaron sus piezas!
El espectáculo Par de viejos,
que no supera los 70 minutos, es una exhibición de técnicas actorales por parte
de los dos veteranos comediantes que ahí se presentan. Hay humor de principio a
fin, pero también hay un no-sé-qué que obliga a reflexionar o aceptar de
inmediato, ya que la unica forma de no llegar a viejo es morirse antes y eso no
es precisamente lo que se desea, porque el ser humano se auto
engaña con una eternidad que no existe ni existirá por ahora. Ver un
actor viejo encarnando o a un atormentado personaje viejo es conmovedor a grado
extremo, además de que exige de unas técnicas y unos dominios histriónicos respetables,
como nos sucedió con José Francisco Silva y Magalys
Álvarez. Verlos y aplaudirlos con sumo placer, es preguntarnos: ¿y para dónde
vamos? De verdad que la respuesta se rechaza tácitamente…pero se admite al
salir a buscar el vehículo y haber perdido, momentáneamente, su ubicación.
Recordamos que “en la gerontología
social se afirma que la presencia de los mayores en manifestaciones artísticas,
como el teatro, es una manera de remover pensamientos, recuerdos y sentimientos.
Revivir a través del teatro, hechos y vivencias cercanas a nosotros y a nuestros
ascendentes es equiparable, en muchas ocasiones, a ordena y sacarle el polvo al
baúl de nuestros recuerdos”.
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