lunes, febrero 10, 2020

Para no olvidar al cubano Miguel Ponce


El teatrista  o teatrero cubano Miguel Ponce, una de las figuras más destacadas del teatro en el exilio, falleció el martes 7 de enero de 2012 en Barquisimeto, víctima de una dolencia cardíaca. Aqui lo recordamos porque lo conocimos y además impulso a varios jóvenes venezolanos, como Armando Carias en Asalto y otro texto, de Fernando Arrabal,El arquitecto y el emperador de Asiria.
Ponce, de 80 años, impartía un taller de actuación en el país suramericano cuyo objetivo era montar una versión de Hamlet, de William Shakespeare, que se estrenaría aquel  27 de marzo, Día Internacional del Teatro.
De acuerdo con la información que cita al actor mexicano Federico Castillo, compañero y discípulo del teatrista durante 33 años, Ponce “Estaba lleno de energía”. El cubano había sufrido un primer infarto cardíaco el 31 de diciembre, del que se repuso; y el martes 3 de enero, en la madrugada, sufrió otro que le causaría la muerte.
“Después del primer paro aguantó hasta el final”, declaró Castillo.“Todos estamos muy conmovidos”.
Tras su salida al exilio en 1965, Ponce ejerció como actor, director y profesor en Miami, Nueva York y Los Ángeles, actividades en las que sobresalió y que desempeñó también más tarde en varias ciudades europeas y latinoamericanas.
Nacido el 29 de septiembre en la ciudad de Matanzas, el teatrista cubano trabajó en varias compañías de la Isla, entre ellas, Teatro Estudio, donde fue alumno de Vicente Revuelta.
Sobre Ponce, el actor también cubano Orestes Matacena (Los Ángeles), declaró: “Fue como un hermano para mí”. Y recordó sus trabajos en La Habana y la fundación de Teatro 66 en Miami.
Al respecto, dijo: “Cuando salió de Cuba vía México, llegó a Los Ángeles y enseguida se puso en contacto conmigo, que para entonces vivía en Miami”.
Con Teatro 66 consiguieron representar varios títulos del teatro universal y contaron como actores con figuras como Alfonso Cremata, Mario Salas Lanz, Norma Niurka y Teresa María Rojas.
Esta última, desde Miami, expresó sobre Ponce: “Fue un hombre consagrado a las tablas”. “Cerca de 1967 me dirigió en la comedia ¡No, por favor!, junto a Luis Oquendo y Cecilio Noble, ya fallecidos. Después nos vimos en España. Fue un excelente actor que vivió dedicado al teatro”, añadió.
En 1968 Ponce y Matacena fundaron en Nueva York la compañía Teatro de Las Américas, con la que sorprendieron al público y la crítica desde su primera función al representar The Grab Bag, dirigida por Ponce y producida por Matacena, en la que aparecían desnudos masculinos y femeninos.
Sobre la compañía, Matacena recuerda “¡Llegamos a estrenar hasta 18 obras en un año!”.
En los 70, Ponce fue contratado como director artístico de una sala en San Francisco por la compañía Zoetrope del realizador estadounidense Francis Ford Coppola, según Matacena.
“Miguel trabajó como actor en varios países de Europa. Y cuando estuvo en Polonia trabajó en el teatro (de uno de los innovadores de la escena mundial) Jerzy Grotowski”, añadió.
Sobre el trabajo de Ponce en Nueva York, el cineasta Iván Acosta destacó que fue uno de los primeros en llevar teatro en español a los parques de la ciudad.
“Fue uno de los directores más audaces y exigentes del teatro cubano en el exilio. En 1969 presentó al aire libre las comedias Mefistófeles y El velorio de Pachencho en el Lincoln Center”, dijo Acosta, que lo recuerda como “una persona muy solitaria que siempre soñó con volver a hacer teatro en Cuba”.
También el actor Rubén Rabasa recordó la etapa neoyorkina de Ponce: “El grupo cambiaba de nombre de acuerdo a los años. Primero fue el Teatro 66, luego el 67 y después el 68. Más tarde conseguimos un local que bautizamos El Teatro de Las Américas de Nueva York, con la ayuda del State Council of the Arts, con el que hicimos obras en español y en inglés”, dijo.
“Luego Ponce se fue a Colombia y fundó una escuela de actores”, añadió y subrayó la pasión que este sentía por la enseñanza: “Todo ser humano debería estudiar drama para comprender los problemas de sus semejantes”, repetía Ponce, según Rabasa.
Por su parte, la vedette Mirta Medina recordó cómo en los 60 en La Habana “fui a verlo porque me dijeron que estaba haciendo audiciones a jóvenes principiantes. Y como yo tenía tanta avidez de aprender asistí a sus talleres en la sala El Sótano de El Vedado”. “Era una persona muy afable, inteligente y con mucha paciencia para enseñar. Para él todo era poesía”.
En los últimos años Miguel Ponce actuó y dirigió en Miami con sus grupos Minimal Teatro —creado en Madrid en 1985 con el nombre de Teatro Iberoamericano— y Nuevo Teatro 66. Sus últimos montajes fueron Asalto (2009), El ángel de la culpa (2010) y Romeo y Julieta (2010).
El sepelio del teatrista cubano tuvo lugar en el Cementerio Municipal de Barquisimeto, señala la nota de El Nuevo Herald y añade “Entre los familiares cercanos que le sobreviven se encuentran su hermana Ida María Ponce, residente en Miami, y varios sobrinos, entre ellos el actor Roland Rusinek”.


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