Moisés Guevara |
El
fallecimiento de Moisés Guevara, director teatral, actor y gestor cultural, se
dio hacia el 16 de agosto de 2017. Aquella infausta noticia fue dada a conocer
por el promotor cultural Douglas Palumbo.
Nosotros
lo recordamos ahora porque conocimos ampliamente su periplo existencial y
teníamos una deuda profesional y además se marchó con la promesa de escenificar
mi obra sobre el transexual Marilyn.
Moisés
Guevara fue egresado de los talleres de actuación del Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral, CELCIT, donde ocupó el cargo de Coordinador
General Adjunto. Reconocido en los años 1995 y 1997 como mejor productor
teatral con el Premio Nacional del Artista. Posteriormente se convirtió en
Director Artístico de Trasnocho Cultural hasta su despido en el año 2011. Desde
ese centro cultural impulsó la creación de nuevos espacios en pro del quehacer
teatral; sus grandes logros como gestor en materia de cultura se materializan
en el Espacio Plural y la creación del programa “Haciendo Público Lo Privado”
ciclo de lecturas Dramatizadas que se realizó durante el año 2004 y 2005 en el
Teatro Trasnocho y que le valió una mención especial del Premio Municipal de
Teatro ese año.
Como
director teatral, entre sus trabajos más importantes destacaron: “Pequeños
Crímenes Conyugales” de Eric-Emmanuel Schmitt “SALIERI, una gran historia” de
Giovanni Reali “Los Figurantes” de Alonso de Santos “Educando a Rita” de Willy
Russell “La muerte y la Doncella” de Ariel Dorfman “Ciertas Condiciones
Aplican”, ”Diógenes y las camisas voladoras” de Javier Vidal, “La Maleta”
de Julio Mauricio “Mandarinas” de Carmen García Vilar, “Sueños de mujer” de
Carmelo Castro y “Una ex súper 4 x 4” de Belén Marrero.
Después de su salida de
Trasnocho Cultural, un suceso no suficientemente aclarado, aunque tiene nombres
y apellidos viajó a España y se estableció en Ecuador durante una temporada.
Fue ahí, en el año 2014, donde Guevara trabajó con el equipo de Enchufe TV –
productora audiovisual especializada en humor y parodias– y
participó en algunos episodios como actor invitado, siendo su interpretación
más célebre la del Profesor Girafales en el Trailer de El Chavo: La Película,
que alcanzó más de 8 millones de visitas en YouTube.
Desde
Ecuador contó todo lo que quería, aunque habrá algunos que querían leer otras
cosas, esos que se pasan las noches tasando el bien y el mal que hacen. A esos
les llegará su momento de llanto o de crujir de dientes, declaró a un medio
venezolano que aquí transcribimos.
-¿Cuánto
tiempo en Ecuador?
- Año y medio.
-¿Cómo ha sido su
proceso de adaptación?
-Difícil. Complicado. Tan duro
como para cualquier inmigrante. Tener que irte porque sientes que tu país ya no
te quiere. Porque sientes que tus amigos te dieron la espalda, te
traicionaron y ni siquiera te llaman para saber cómo estás. No es fácil de
procesar. Ni hablar de los despojos, las pérdidas y robos.
-¿Cómo son los
ecuatorianos, especialmente la gente de la cultura?
-Son lo más amable que he podido
encontrar. Vivir en lo que fue un Virreinato es distinto, completamente
distinto, a vivir en una Capitanía de Puerto. No es fácil hacer teatro
aquí. Pero me recibieron con los brazos abiertos. No hay nada vulgar en las
carteleras teatrales y eso me ha hecho pensar que lo que en su momento propuse
para crear nuevamente el teatro independiente en Venezuela, como bien lo
supieron hacer Juana Sujo, Horacio Peterson, el Nuevo Grupo, entre
otros, ya que no puedo recordar tantos nombres que son parte de mi admiración
profesional, me ha llevado a la conclusión de que no me entendieron. Por eso ya
no estoy en mi país.
-¿Qué hace y
qué planes organiza?
-Sigo haciendo teatro. Le agradezco a
Juan Diego el haberme invitado, a su madre Ivonne Attas el haberme apoyado.
Tengo dos obras de teatro estrenadas y escribo dos, gracias a Xiomara Moreno y
el Diplomado de Dramaturgia que creó para la Universidad Central de Venezuela.
-¿Cómo es el
espectáculo que actualmente presenta?
-Muy divertido. Estoy trabajando con
el sexólogo Ezequiel López Peralta, quien no siendo actor está realizando
un stand-up comedy de manera impecable. Y agrego que tengo a
mi lado a dos de mis más recientes alumnos, Nina León y Kleyverth Durán, los
cuales me llenan de orgullo, admiración y respeto por todo lo que Venezuela
puede seguir entregándole al mundo.
-¿En qué terminó el corto en
YouTube que se convirtió en fenómeno viral?
-Yo pensé que no volvería a actuar.
Fue un escándalo que hoy día supera las 11 millones de visitas. No hubo mayor
problema. Todo lo contrario, una respetuosa y estrecha amistad con el grupo de
jóvenes que conforman ENCHUFE TV. Y recibir palabras de felicitación del hijo
de Gómez Bolaños fue un honor. Por demás, ser parte de un equipo de trabajo que
acaba de ganar por votación popular el Stramy Awards, es un privilegio.
-El poeta Miguel
Hernández decía que donde se pierde también se gana. ¿Está de acuerdo?
-Sí. Pero donde pierdes duele. Donde
se supone vas ganando no deja de producir temor. Es como la sensación de actuar
y saber que pronto se abre el telón.
-Estaba sacando un
grado en la UCV. ¿En qué quedó eso?
-Mantengo el orgullo de poder
escribir en mi Currículum que soy un estudiante escapista, pero tengo la
fortuna de haber viajado el año pasado seis veces a Caracas para obtener el
Diplomado Isaac Chocrón.
-¿Hay pasaje de
regreso a Caracas?
-Hasta que yo no sienta, no mire, no
observe y no vea que hay democracia, no pienso volver. Salí de Caracas en
autobús, no había manera de salir vía aérea, por lo tanto el país se convirtió
en una cárcel. Fueron cuatro días. Y a los 50 años decidí que quiero recorrer
América Latina. Por lo pronto, tendré el privilegio de hacer dos funciones en
Bogotá de mi más reciente montaje.
GRACIAS
CABRUJAS
Moisés Guevara había dicho que
“para nadie es secreta mi vida y soy un hombre exclusivamente de teatro y que
además llevo más 20 años sacando adelante proyectos de restauración de
arquitectura de teatros, abriendo espacios, como el del Paraíso, en los
años 90, y el Trasnocho, a lo largo de los primeros 12 años del
siglo XXI. Gracias a José Ignacio Cabrujas mudé mis neuronas al Teatro del
Paraíso, legendario espacio conocido como La Casa Sindical del Paraíso. Dediqué
dos años a gerenciar su restauración, aprendí de todo, desde batir cemento
hasta reconectar una consola de iluminación de los años 50. Fue una maravilla y
montamos: El pez que fuma, La casa de Bernarda Alba, Sonny,
diferencias sobre Otelo el Moro de Venecia, El día que me
quieras y Acto Cultural. En agosto de 1999 todo aquello se
derrumbó para los artistas. Venía un nuevo siglo y otros retos, como los que
vivo ahora. Tengo presente que Cabrujas, de manera premonitoria ante lo que se
venía por mi trabajo y mis pasiones, me dijo antes de su fatal y último viaje a
Porlamar: “Moisés, no hable mal de su gremio, eso hablará mal de
usted”. Y me insistió en que los teatreros “somos el sistema
digestivo del país al que pertenecemos, nuestro teatro de hoy intenta traducir
lo que somos”. No puedo olvidar jamás sus predicas y más ahora en
estos tiempos de torva teatralidad social”.
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