sábado, abril 25, 2020

MORTAL ACOSO PARA ADOLESCENTE


COMEDIA DRAMÁTICA SOBRE ACOSO DE ADOLESCENTE 
DE Edgar Antonio Moreno Uribe
basada en informaciones de prensa colombiana y aún sin concluir 
PERSONAJES
Sergio, no mayor de 18 años (convencionales)
Daniel, no mayor de 18 años (convencionales)
Madre: mujer de 50 años o menos (convencional)
DIDASCALIAS GENERALES
 Escenario a la italiana, desnudo o desaforado. Con luces de penumbra. En el foro debe aparecer una pantalla para la proyección de un video, cuyo contenido se describirá aparte.
En el centro del piso del escenario debe pintarse o colocarse la silueta de un hombre cuyo cadáver haya sido levantado por las autoridades.
Ahí, al comenzar la función debe aparecer, hacia la derecha del escenario, una silla o una butaca donde una mujer (que se llama MADRE), deberá reproducir la composición de La Pieta de Miguel Angel, y que tendrá sobre sus piernas a un muchacho, que será SERGIO, semidesnudo o totalmente desnudo, cubiertos ambos a medias por una inmensa tela que oculta  parte de la cabeza y los brazos de la mujer y parte del cuerpo del muchacho, de cuyas manos cuelga un maletín “mirandino” (con los colores de la bandera  que trajo Francisco de Miranda a Venezuela).
Se escucha  música popular instrumental, distorsionada de algún grupo colombiano, como Aterciopelados, o alguna otra agrupación, por recomendación o elección del director, se escuchará en la sala, con un volumen discreto.
………………..
PRIMERA ESCENA
 Sergio y Daniel bailan abrazados, puede ser un bolero popular  instrumental, dándole tres o más vueltas al escenario y con la música aturdiendo. Dejan de bailar hacen mutis por la derecha. Apagón general. Del techo del escenario cae  un “cuerpo”
 MADRE
(DIRECTO HACIA EL PÚBLICO)
Ya el muchacho que estaba sobre el regazo de la  MADRE se ha retirado, pero deja el maletín mirandino y de allí ella ha tomado tres cartas que leerá a lo largo de la representación)
MADRE
Vamos a mostrarles la ficción de un hecho ocurrido a las siete de la noche del lunes 4 de agosto de 2014, en Bogotá. El cuerpo que estaba sobre la silueta del piso era el de un suicida, mi hijo SERGIO. Ustedes deben saber que cada 40 segundos, en alguna parte del mundo, una persona se quita la vida. Más de 800 mil personas mueren cada año voluntariamente, y esta es la segunda causa principal de fallecimientos entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que  por cada adulto que se suicida, posiblemente más de otros 20 intentaron inmolarse.Son datos escalofriantes que divulga la Organización Mundial de la Salud.
Ese hombre, que se mató, mi SERGIO, todavía adolescente, entró a engrosar esa cifra estéril que ha divulgado la OMS, pero antes de hacerlo dejó por escrito todos los indicios que apuntan a que su muerte está fuertemente relacionada con la discriminación que vivió en su colegio por ser homosexual o gay. Un mes después de los hechos, con el dolor vivo —algo innombrable— que significa perder a un hijo de esa manera , sus familiares autorizamos revelar los detalles de su historia que nutrieron a los periódicos y otros medios de comunicación de Colombia y del mundo, pues todo se desarrolló en Bogotá, en una de las aceras del Centro Comercial El Titán, el cual desde su apertura se ha destacado por su diseño arquitectónico innovador, convirtiéndose en ícono de la ciudad y referente de las copropiedades de tipo mixto: comercial y empresarial. Otro bogotano sitio famoso para salir de este mundo, ya que el más reconocido es el Salto de Tequendama
MADRE
(Leyendo):
 SERGIO, mi hijo, entró a engrosar esa cifra estéril que ha divulgado la OMS, pero antes de hacerlo dejó por escrito todos los indicios que apuntarían a que su muerte está fuertemente relacionada con la discriminación que vivió en su colegio por ser gay. Un mes después de los hechos, con el dolor vivo —innombrable— que significó perderlo, se comenzaron a revelar algunos detalles de su historia.
MADRE
(Con el maletín, en las manos, de donde ha extraído tres cartas, toma una, pone todo lo demás en el piso, y lee)
Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja, Daniel.
SERGIO
Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras.
MADRE
(Toma una segunda carta y lee)
Hoy espero que lean o escuchan las palabras de un muerto, las palabras de un muerto que siempre estuvo muerto, que caminando al lado de hombres y mujeres imbéciles que aparentaban vitalidad, deseaba suicidarse.
SERGIO
Me lamento de no haber leído tantos libros como hubiese deseado, de no haber escuchado tanta música como otros y otras, de no haber observado tantas pinturas, fotografías, dibujos, ilustraciones y trazos como hubiese querido, pero supongo que ya puedo observar a la infinita nada.
MADRE
  Nuestro suicida, mi hijo SERGIO, pidió que donaran sus órganos y que no lo enterraran con el uso de servicios religiosos de curas ni tampoco utilizaran oraciones y también dejó claro que el detonante de su muerte fueron todos los problemas que tuvo últimamente en el colegio.
MADRE
(QUE SIGUE LEYENDO)
 Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de su expareja, DANIEL.
SERGIO
Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras.
MADRE
(LEE)
Mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso, es el mensaje que todavía se lee en el muro del Facebook de  mi SERGIO. Eso creía ese joven, para quien el amor no era una cuestión de géneros, de hombres y mujeres que se casan y reproducen.
SERGIO
Hace seis años estudiaba en el Gimnasio Campestre, una institución católica, de 600 estudiantes de clases media y alta, que se ufana de “rescatar los valores para alcanzar la paz”.
MADRE
(Mientras tira su texto, en la pantalla trasera, en el foro, se proyectan las tomas fotográficas de varios aspectos diferentes de SERGIO y su amigo DANIEL, dándose besitos o dándose caricias. Esos fueron los selfies que lo llevaron a al final no deseado)
Llegó aquí por la ilusión de  nuestra familia para que cursara bachillerato en un colegio más grande y con mejores instalaciones, a las del barrio o zona residencial, donde cursó becado  toda la escuela primaria.
SERGIO
Estaba en 11° grado, y mi novio Daniel, desde hacía mes y medio, era un compañero del curso. Todo empezó a comienzos de mayo de 2014, cuando el profesor Mauricio Ospina decomisó un celular que tenía unas fotos con mi pareja dándonos unos beso. El profesor llevó el caso a las directivas de la institución y los dos jóvenes fuimos llamados a “Psicorientación”.
PANTALLA BLANCA EN EL FORO
(Se ilumina y aparece la composición de  varias fotos tomadas con celular, Lo recomendable es que se repitan varias veces, de acuerdo al criterio del director y por todo lo que eso significa)
MADRE
Allá les dijeron, a mi SERGIO y a su DANIEL, que estaban cometiendo una falta grave, porque el manual de convivencia decía que estaban prohibidas “las manifestaciones de amor obscenas, grotescas o vulgares en las relaciones de pareja dentro y fuera de la institución” y que esas relaciones debían ser autorizadas por sus padres. Mi SERGIO y su pareja fueron llamados en repetidas ocasiones a la oficina de la psicóloga del colegio, Ivón.
SERGIO
Fue ella quien nos citó, junto a la coordinadora de turno y cuatro docentes más, para que explicáramos nuestra relación de pareja y para que les contáramos a nuestros padres que estábamos citados para hablar del tema. DANIEL y yo estábamos preocupados y temerosos de esta reacción. Me llené  de valor. Primero le conté a mi papá, a quien le tenía una profunda confianza, y luego a mí mamá. Los dos me respaldaron y me recordaron que más allá de nuestras preferencias sexuales era su hijo y me  iban a apoyar. Pero la situación  fue radicalmente distinta para mi novio, Daniel: sus padres si se escandalizaron, lo aislaron y lo retiraron de clases. Temí lo peor.
 MADRE
Fui a la cita acordada. Al llegar, la rectora Amanda preguntó por el papá de Sergio, quien por compromisos laborales no pudo asistir. Ella respondió que Sergio no podía entrar a clases hasta después de vacaciones cuando se diera la reunión con su papá presente. “¿Está violando mi derecho a la educación?”, le preguntó  mi Sergio, y ella respondió desafiante que sí.
Cansados de tantos atropellos, yo y mi  Sergio radicamos una queja ante la Secretaría de Educación de Cundinamarca en contra del colegio Gimnasio. En el documento quedó la denuncia de varios cobros arbitrarios en el colegio y la discriminación que tuvo mi hijo por su preferencia sexual. La rectora no entregó los últimos resultados académicos de  mi Sergio, a pesar de estar “a paz y salvo” con la institución.
En diálogo con la prensa bogotana, la secretaria de Educación de Cundinamarca, Piedad, afirmó que aún no han respondido la queja que interpuso la madre de Sergio. Sin embargo, explicó que se realizaron visitas para verificar las denuncias. El informe que reportaron los funcionarios, luego de hablar con la rectora Castilla, señaló que mi Sergio era un joven abandonado por su familia, pero nunca refirió el trato discriminatorio por parte del colegio que denunciamos sus padres. En cuanto a las supuestas irregularidades por cobros arbitrarios, explicó que siguen en proceso de investigación, porque el colegio pidió suspender las visitas, ya que tras la muerte de mi Sergio manifestaron sentirse amenazados por la Unión Libertaria Estudiantil, la organización anarquista a la que perteneció mi muchacho.
La última reunión entre el colegio y los padres de mi Sergio fue el 12 de julio. A ella asistieron la rectora, el director, la psicóloga y una profesora. Las directivas dijeron que no era cierto que estuvieran discriminando a Sergio por su orientación sexual, pese a sus reproches sobre que no tuvieran la misma actitud frente a las parejas heterosexuales. La rectora  Castillo afirmó que este caso era distinto porque existía una queja de acoso sexual contra mi hijo, Sergio, quien lo negó sorprendido. Sus padres pedimos pruebas. La rectora dijo que no las tenían en ese momento y advirtió que la única forma para que el joven volviera a clases era que presentara un certificado de acompañamiento psicológico todos los meses hasta el día de su grado.
MADRE
El lunes 14 de julio su papá llevó el certificado al colegio para que su hijo por fin reanudara clases. Pero al día siguiente, mientras Sergio esperaba que lo recogiera la ruta del bus, la psicóloga lo llamó y le dijo que los documentos no cumplían con los “parámetros requeridos” y que no podía ir a la institución. Llamé desesperada al psicólogo para decirle que me ayudara a corregir los certificados porque no querían dejarlo entrar. Yo ya veía muy angustiado a Sergio por todo eso.
Por esos días, fiscales de la Unidad de Reacción Inmediata de Engativá llamaron por error al papa de mi  Sergio y le contaron que efectivamente existía una denuncia por acoso sexual contra su hijo. La queja la habían puesto los papás del compañero de Sergio, el susodicho Daniel. El derecho de petición que hicieron, el 22 de julio de 2014, dice que Sergio “pretende con su actuar manipular y dominar a su hijo para que acceda a mantener una relación de noviazgo con él por medio de manifestaciones afectivas en público”.
Sergio estaba destrozado con la denuncia, afirmó su papá, Robert. Por eso decidimos retirarlo e inscribirlo en su antiguo colegio. Sus compañeros lo despidieron con mensajes en una cartelera pequeña. La directora y profesora de ese pequeño plantel, Olga, recuerda a mi Sergio como el mejor estudiante que ha tenido y relata que por esos días él le contó la situación y le pidió consejo, porque “lo único” que quería era terminar el bachillerato.
MADRE
El 28 de julio,  nosotros, los papás de Sergio, radicamos la petición de retiro, en la que dejaron constancia de la discriminación y trato degradante que recibió nuestro hijo por parte de las directivas. En el documento solicitamos que le  reintegraran los derechos de grado y les dieran certificados de paz y salvo. El colegio negó la petición el 1° de agosto, argumentando que ya se había hecho la reserva y consignación de la fiesta de graduación.
MADRE
Para seguir con la pesadilla, a mí, su mamá, me pusieron una denuncia ante una Comisaría de Familia por abandono de hogar, manifestando que yo vivía en Cali y que Sergio estaba solo en Bogotá, con su abuela de 90 años. El asunto terminó, por así decirlo, con una visita domiciliaria a Sergio, a la que yo, su madre, no pude asistir. Entraron a mi casa y cuestionaron a Sergio, al final la funcionaria dijo que no se trataba de un caso de “violencia intrafamiliar”.
MADRE
A pesar del retiro del colegio, por trámites de inscripción, Sergio presentó las pruebas del Icfes a nombre del Gimnasio, el pasado 3 de agosto. Yo volé a Cali al día siguiente para avisarle al gerente de la sede en la que trabaja que no podía viajar más porque me afanaba mucho que por los procesos legales en curso afectaran más a mi Sergio. Esa misma noche, del 4 de agosto. regresé a Bogotá. Cuando entré encontré en la mesa del comedor una nota en que el decía: “Se presentó un problema, no puedo ir al colegio”. Extrañada subí a buscar a Sergio a su cuarto. En la cama encontré la segunda nota para mi y su papá, junto a varios libros y otra nota para sus amigos.
SERGIO
 Estas cosas sólo las pueden tocar mi madre o mi padre. Las que están selladas entregarlas así. No abrirlas.
MADRE
Allí también dejó la segunda misiva, quizá la más dura y desesperanzadora, donde se despide con cariño de su papa, de su abuela y de mí.
SERGIO
Hoy espero lean las palabras de un muerto que siempre estuvo muerto, que caminando al lado de hombres y mujeres imbéciles que aparentaban vitalidad, deseaba suicidarse, me lamento de no haber leído tantos libros como hubiese deseado, de no haber escuchado tanta música como otros y otras, de no haber observado tantas pinturas, fotografías, dibujos, ilustraciones y trazos como hubiese querido, pero supongo que ya puedo observar a la infinita nada”. Pido  que se donen  sus órganos y que no me sepulten con  rezos de curas ni oraciones. Quiero dejar  claro que el detonante de mi muerte fueron todos los problemas que tuve últimamente en el colegio.
MADRE
La tercera carta la dejó en la mesa de noche de mi alcoba: “A quien corresponde”, decía y en ella desmiente las acusaciones por acoso sexual de la familia de su novio Daniel.
SERGIO
 En la memoria de mi celular y en el escritorio de mi pc, quedan dos pantallazos de nuestras conversaciones en Whatsapp que demuestran que él, mi Daniel, no se sintió acosado en ningún momento, pues respondía con naturalidad a mis mensajes. También hay pantallazos de la conversación que él tuvo con un amigo suyo  después de que les contara a sus padres sobre su orientación sexual, en los que escribió que estaba vuelto mierda debido a la posición que tomó su madre después de recibir la noticia (…) Él puede confirmar la veracidad de toda esta información, así como los testigos de nuestros actos (cuando había). Nunca en mi vida he acosado sexualmente a nadie, me parece un acto reprochable.
MADRE
El 4 de agosto de 2014, Sergio se bañó a las 7:00 p.m., le mostró el uniforme de su nuevo colegio a la persona que cuidaba a su abuela y salió de la casa. Dejó la comida servida. Llegó al centro comercial Titán Plaza y tras cruzar varios mensajes de despedida con amigos se lanzó de la terraza. Falleció tres horas después en la Clínica Shaio de muerte cerebral. El viernes 8 de agosto fue el funeral. Una de sus compañeras, que pidió proteger su identidad, recuerda que ese día fueron 40 de los 42 estudiantes de 11° grado del colegio. A la semana siguiente, el martes 26 de agosto, a los estudiantes los citaron a una reunión. La psicóloga les pidió que fueran discretos con el suicidio de Sergio. La rectora les dijo que como no habían pedido permiso para ir al velorio, tenían que reponer el día el próximo sábado. En la reunión nunca escucharon que la rectora lamentara la muerte de Sergio, pero sí que se refirió a él como “anarco”, ateo y homosexual. El diario El Espectador, según una crónica, llamó en cinco oportunidades al Gimnasio Castillo para consultar sobre todas las denuncias a la rectora Castillo, manifestaron que estaba en una reunión y no podía hablar.
Para quienes conocían y querían a Sergio nada en la descripción que hizo la rectora podía considerarse malo. Sabían que él, así como sacaba los primeros puestos en todas las clases, también era gay, anarquista y pertenecía a la Unión Libertaria Estudiantil. Conocían su estilo crítico e irreverente, sus duros reproches a las religiones y su apertura para expresar sus preferencias homosexuales.
Mi Sergio quería graduarse, tenía pensado estudiar inglés en Australia y luego ingeniería ambiental. Su papá dijo a la prensa que su hijo se suicidó como un grito de protesta. Yo afirmo que no descansará hasta limpiar su nombre, por eso presentaré, con el apoyo jurídico de Colombia Diversa, una tutela la próxima semana. En una de las tres cartas que mi SERGIO dejó se despidió de su abuela. Escribió que iba a extrañar sus manos, su manera de mirar, de soñar, de añorar la juventud-
SERGIO
 Nunca deseé morir antes que ellas, pero esto ya no da más. En realidad pido unas muy sinceras disculpas por esto. Considero el suicidio como uno de los actos más valientes que puede llegar a cometer el ser humano y la única salida que existe de un infierno terrenal. Aquel que toma la decisión de quitarse la vida voluntariamente, ha dejado de lado las moralidades obscenas que nos han impuesto a través de los años, se ha liberado de ataduras con las que nos mantienen en una larga vida sin objetivo y con valor ha enfrentado la muerte. Independientemente del motivo por el cual una persona se suicide o se quiera suicidar, la decisión es plenamente personal y no se debe ver a través del cristal moral o cristiano, simplemente, hay que aceptar la osadía de esta emancipadora acción. Sí. La verdad me siento identificado en algunos aspectos con esa autobiografía de Hermann Hesse, El lobo estepario, como en la cuestión del suicidio, la confrontación interior, ese egotismo que Harry muestra en diferentes ocasiones. Además, me llama mucho la atención la complejidad que se le da al ‘yo’ como una construcción plural de cosas interminables y no como una dualidad entre lo que podría denominar perfectamente: lo ‘bueno’ y lo ‘malo’..
MADRE
 Sus palabras son una puñalada para quienes creemos que su muerte deja lecciones profundas y complejas sobre esta sociedad limitada, tan fiel representada por el sistema educativo.Luego de que se conociera del suicidio de mi Sergio Urrego, por la discriminación por su orientación sexual, la opinión comenzó a conocer detalles de las situaciones que llevaron al joven a quitarse la vida. Se supo que profesores y directivas del colegio condenaron su relación afectiva con un compañero, pero  que sometieron a los dos muchachos a una especie de juicio en frente de sus padres.
MADRE
Pero prácticamente nadie se ha preocupado por DANIEL, el novio de Sergio, de su misma edad, quien fue objeto de las mismas supuestas censura y violación de derechos fundamentales. A Colombia Diversa, organización que defiende los derechos de la comunidad Lgbti le inquietó la situación y  estado emocional de DANIEL, quien en estos momentos carga con la experiencia de condena de su colegio, el rechazo de sus padres y la impresión y tristeza por la fatal muerte de su compañero sentimental.La representante a la Cámara, Angélica Lozano, quien también es activista Lgbti, dice que se desconoce la suerte de DANIEL. Ella declaro que le  preocupa que nadie sepa nada del joven, hostigado por la rectora para acusarlo de un delito que no cometió de él..
MADRE
No volvimos a saber de  DANIEL  y lo único que cuentan los compañeros de curso es que estába incomunicado. Cerró sus cuentas en Facebook y Twitter.
Hasta el momento la Fiscalía, que investiga a la rectora y profesores del Gimnasio Castillo por discriminación, no ha mencionado citación alguna a los padres de los jóvenes ni ha expresado su intención de considerar también a DANIEL como víctima.
Según los compañeros de los muchachos, DANIEL fue presionado por las directivas y su familia para acusar a su pareja. Yo supe hace unos días que DANIEL quería hablar y que pide que no lo juzguen. Él también es otra víctima del colegio. Fue condicionado para hacer esa denuncia, dijo, aunque no aclaró si había tenido contacto reciente con expareja de su hijo fallecido. Aunque la mayoría de personas consultadas desconocen la situación de DANIEL, Julián Vargas, activista de la Unión Libertaria Estudiantil, grupo al que pertenecía mi SERGIO afirmó que el último contacto que se tuvo con DANIEL fue después del plantón frente al colegio. Dijo que quería hacer un comunicado en el que contaría todos los hechos y que fue presionado por la rectora Amanda Castillo para denunciar a mi SERGIO. Sin embargo, pasaron los días y finalmente no lo hizo. Para Vargas es posible que DANIEL se sienta impotente por la actitud de su padre homofóbico.
DANIEL, asegura Vargas, dijo sentirse arrepentido tras ver el desenlace que eligió mi SERGIO, sin embargo, sostuvo que él y su familia recibieron amenazas al culparlos del suicidio..
MADRE
Evelyn, compañera de mi SERGIO, aún recuerda el día que fueron citados los familiares de Sergio y Danilo, quienes fueron obligados, según ella, a salir del closet frente a sus padres. “Si la rectora Amanda Castillo no hubiera forzado esa situación, posiblemente ellos estarían juntos”.
Su compañera describe a mi SERGIO como un joven irreverente que luchaba por sus ideales sin hacerle daño a nadie. Dice que la excusa perfecta para expulsar al joven se dio cuando el profesor Mauricio Ospina decomisó un celular en el que encontró una foto de Sergio besando a DANIEL, su pareja y compañero de curso con quien sostenía una relación sentimental desde un mes y medio atrás.  A DANIEL lo describe como un joven más callado, algo introvertido, pero interesado, según ella, en tener una relación sentimental con Sergio.Pese a que tenía el apoyo de su familia y amigos, mi SERGIO se vio sorprendido por la denuncia interpuesta en la fiscalía.
SERGIO
 Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras.
MADRE
Luego del funeral de  mi SERGIO, según algunos compañeros, la rectora se refirió a mi muchacho como joven “abandonado, anarco, homosexual y ateo”.Antes de morir,  mi Sergio publicó una frase con la que se definía:
SERGIO
 Mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso, la cual después del impacto de su caso en la opinión pública, al parecer, se convertirá en mi legado.
 MADRE
El caso de mi Sergio  se está olvidando. Se cumplieron varios años de su  muerte, quien se quitó la vida después de ser discriminado en el colegio Gimnasio Castillo Campestre por ser homosexual.  Su caso sentó un precedente judicial y puso en evidencia la exclusión que padecen en Colombia los menores LGBT en espacios educativos. A nivel penal, tres personas fueron implicadas: Rosalía  e Ibonne, veedora y piscología del colegio que ya fueron condenadas; y Amanda , rectora de la institución. Previo a la realización de esa audiencia, la defensa de Castillo ha tratado de dilatar el proceso y les pidió a las autoridades no olvidar este caso. La audiencia se ha aplazado en dos ocasiones. La última vez fue porque el abogado suplente de la rectora se presentó al juzgado sin el poder. Fue evidente que buscaban dilatar, les dije que eso era un circo y me salí de la sala.
 Amanda Castillo, quien quedó en libertad por vencimiento de términos, fue procesada por los delitos de discriminación agravada, falsa denuncia contra persona determinada y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. De acuerdo con las pesquisas, la rectora realizó actos de discriminación contra Urrego por ser gay y, una vez el joven perdió la vida, habría intentado ocultar la verdad alterando y escondiendo pruebas. Por último, el delito de la falsa denuncia se le imputó porque habría presionado a la pareja de Sergio a que lo denunciara por acoso sexual a sabiendas de que no era cierto, pues se trataba de una relación consentida.
La Corte Constitucional aseguró que mi SERGIO sí fue discriminado por la institución y ordenó al Ministerio de Educación revisar los manuales de convivencia de todos los colegios del país, con el fin de garantizar que respeten la orientación sexual e identidad de género de los estudiantes. Sin embargo, hasta el año pasado el ministerio solo había revisado 5.610 manuales de los 19.600 que existen en los colegios del país, es decir, el 28 %. No hay certeza de que el 72 % de los colegios no discriminen a sus alumnos.
“Frente a esa sentencia no se ha hecho nada. En lo penal, ya están libres las condenadas y a la rectora se le vencieron los términos, entonces tampoco tiene cárcel; por eso no asiste a las audiencias y volvió a asistir al colegio. Además, las condenas no se han implementado como deben ser. Ibonne Cheque se comprometió a pedir disculpas públicamente y todavía no lo ha hecho. Esas disculpas no son para mí, porque a mi hijo no me lo van a devolver. Pero socialmente ella debe reconocer que como psicóloga atropelló a un niño y faltó a su ética profesional. No siento que haya reparación y el caso de Sergio se está olvidando”, agregó Reyes a El Espectador.
Después de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, aceptó el 2 de octubre de 2017 su responsabilidad en el caso de Sergio Urrego. Fue condenada a 35 meses de prisión y se comprometió a testificar en contra de la rectora del plantel educativo. Un año antes, Rosalía Ramírez, veedora del colegio, también había aceptado su responsabilidad. Ambas sentencias fueron trascendentales porque se convirtieron en las dos primeras condenas penales en el país por discriminación debido a la orientación sexual, tipificada como delito desde 2011.
 INFORMACION CONSULTADA
Sergio Urrego se quitó la vida hace cuatro años debido a la discriminación que sufrió en su colegio. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Además del proceso penal, en la jurisdicción administrativa cursa otro proceso por la muerte de Sergio Urrego. Alba Reyes interpuso el 20 de septiembre de 2016 una acción de reparación directa con la que busca que la Secretaría de Educación de Cundinamarca responda por no haber vigilado y detectado a tiempo que el Colegio Gimnasio Castillo Campestre no contaba con los mecanismos para prevenir y atender el acoso escolar del que fue víctima el alumno de 16 años por parte de las directivas y docentes. 
Al contestar esta demanda y para argumentar que no tenía responsabilidad, la Secretaría de Educación culpó a los papás de Urrego por su muerte. Al conocerse públicamente este concepto, la entidad se retractó. 

La lucha de Alba Reyes, madre de Sergio Urrego

4 de agosto del 2018

Una mirada profunda con una sonrisa que se eleva con cada mínimo detalle, basta para sentir la presencia de Alba Lucía Reyes. Amante del arte, publicista de profesión y activista por los derechos de la comunidad LGBTI. Sin embargo, lo que más la hace sentir orgullosa es ser la madre de Sergio David Urrego Reyes, uno de los rostros más visibles de la lucha antidiscriminación en Colombia.
Alba Reyes creció en compañía de su madre, su niñez fue tranquila. Al terminar su etapa de colegio inició a estudiar publicidad, mundo donde construyó su vida profesional. Tiempo después realizó una especialización en mercadeo.

El 25 de noviembre de 1997 tuvo a su primer y único hijo a quien amaría incondicionalmente

Sergio creció rodeado del amor de su madre y abuela, una familia pequeña que le inculcó lo principal para formar al gran ser humano que resultó ser: respetar las diferencias de las personas y comprender que su libertad de expresión era esencial.
Además de estos principios básicos que aprendió en casa, Sergio, con los años, se dejó cautivar por el arte de la literatura que lo ayudó a expresar lo que que pasaba por su mente. Pero como si fuera parte de una fatalidad prevista, esos mismos pensamientos serían los barrotes que lo encerrarían en un silencio cómplice que al final le ganaría la batalla.

Más allá de “la infinita nada”

Arrastrando un intenso sentimiento de soledad que parecía atravesar su ser, Sergio Urrego de 16 años, tomó una decisión. El beso que un día se dio con un compañero de colegio, la demanda que recibió por acoso sexual a causa de este acto inocente, la falta de profesionalismo de su plantel educativo, el cuestionamiento de por qué no podía vivir libremente su sexualidad, fueron sólo algunas de las razones que lo llevaron al limite donde la muerte parecía ser mejor que su sufrimiento terrenal.
La noche del 4 de agosto de 2014, Sergio llegó al Centro Comercial Titán Plaza. Caminó agobiado entre cientos de personas, subió a la terraza y se lanzó al vacío. Alba, al llegar a su apartamento, encontró las cartas que él escribió antes de irse. Fueron varios los escritos, en uno de ellos manifestó:
“Me lamento de no haber leído tantos libros como hubiese deseado, de no haber escuchado tanta música como otros y otras, de no haber observado tantas pinturas, fotografías, dibujos, ilustraciones y trazos como hubiese querido, pero supongo que ya puedo observar a la infinita nada”.
La infinita nada. Infinita y profunda como el dolor que vivió Alba tras perder a su único hijo, su gran tesoro, su amor eterno, su fiel amigo. Él le dejó sus letras para que fueran apreciadas, una historia única que ocasionó el revuelo de todo un país y un legado que hoy, sigue latiendo con fuerza.

Amor de madre inigualable / Cortesía Fundación Sergio Urrego

La madre activista de la comunidad LGBTI

Alba Reyes contó a KienyKe.com la historia de cómo pasó de ser una madre envuelta en líos judiciales tras el suicidio de su hijo, a una activista por los derechos de la comunidad LGBTI liderando desde el año 2015 la Fundación Sergio Urrego. Obra social que ha venido trabajando en la transformación cultural de estereotipos y conductas estigmatizantes y discriminatorias en el ambiente escolar.
Empezó narrando como fue ese primer año de líos judiciales con el colegio Gimnasio Castillo Campestre, donde estudió Sergio, el asedio que vivió por parte de los medios de comunicación y su lucha por limpiar el nombre de su hijo tras comentarios malintencionados que rodearon este desafortunado caso.
Sobreponerse al dolor que dejó la partida de Sergio parecía un camino poco probable para esta mujer, pero con una fortaleza descomunal y gracias a la carta que le dejó sintió que tenía una gran responsabilidad. La muerte de su hijo no sería en vano, allí había un legado para que otros adolescentes que podrían estar viviendo esta situación no llegaran al mismo desenlace.
“Esta causa ahora es mi motor de vida”.
Alba está consciente que esta lucha que emprendió tras la muerte de Sergio no es solo de ella, pertenece a todos aquellos que creen en el respeto hacia el libre desarrollo de la sexualidad y que con labor social impactan en la cultura colombiana dejando a un lado la discriminación. Gracias a ello, están salvando vidas de niños y jóvenes que reprimen su realidad.
En estos años de arduo trabajo, Reyes ha logrado evidenciar el atraso social que existe en Colombia respecto a temas LGBTI. Tabús que terminan alimentado la ignorancia y generando un daño colosal en algunos jóvenes, que en el peor de los casos llegan a quedar sin hogar luego que sus familias descubren que su orientación sexual es diferente.
“Todos los días me levantó para seguir y pensar que siempre que se hace algo, por pequeño que sea, tiene un impacto social maravilloso
Frente a la relación que ha tenido con otras instituciones educativas, Alba afirmó que ha sido complicado acceder a estos espacios académicos, ya que las marchas tras el fallecimiento de Sergio y todo lo que rodeo este caso, generó mensajes de odio que han cerrado el diálogo entre la fundación y diferentes instituciones.
Hace pocos meses, esta mujer se retiró de su trabajo como publicista y enfocó todo su tiempo en el manejo de su fundación.
La Fundación Sergio Urrego busca contribuir a la prevención del suicidio por discriminación y también brindar asesoría psicológica y jurídica a personas que han sido víctimas de exclusión.
Una de las cosas que más lamenta es no haber podido acompañar a Sergio en su proceso para aceptarse sin etiquetas. Por ese motivo considera que actualmente está siendo llamada a ser el apoyo de otros casos como el de su hijo, que se encuentran en un anonimato desolador. Ella asegura hay que ser fuertes.
“Nadie debería tener una etiqueta porque todos somos iguales. Tú no te presentas diciendo: Hola, soy heterosexual”.
Al recordar a su hijo, dejó caer un par de lágrimas, su voz empezó a temblar, su mirada que parecía inquebrantable dejó visible a una madre que por cuatro años no ha olvidado el último beso y abrazo que le dio a Sergio; lo último que pudo decirle y el amor que le brindó con fuerza inimaginable.
“Él es lo más adorado de mi mundo, es todo mi amor. Un amor eterno de mamá”.
Nunca pensó en llegar a ser una fuerte vocera en este tipo de iniciativas, tampoco ser un activista y figura reconocida en la lucha de la comunidad LGBTI en Colombia. Jamás dejará de recordar a su hijo, eso es claro, este será un luto eterno que se mezcla con celebrar la vida de todos aquellos que lograran aceptarse a sí mismos gracias a su lucha.
Alba Reyes amará eternamente a su hijo, al siempre recordado, Sergio Urrego.
Para conocer más sobre la fundación y el trabajo que realiza ingrese a http:// fundaciónurrego.org  
El suicidio del estudiante del colegio Gimnasio Castillo Campestre que tuvo como detonante el bulying al que fue sometido por su condición homosexual está en la base de la decisión  de la Corte Constitucional que ordenó la revisión de los reglamentos de convivencia escolar, para garantizar que desde estos no se promoviera la discriminación de ningún tipo y se diera espacio a la inclusión de género.
Esta sentencia llevó a la Ministra Parody a contratar a las Naciones Unidas para redactar la polémica cartilla titulada Ambientes escolares libres de discriminación que generó un rechazo masivo y tuvo como consecuencia la desautorización del Presidente Santos a su divulgación.
Pero, ¿qué pensaba realmente Sergio Urrego? Su opinión y convicciones están en sus escritos. Antes de cometer suicidio, el 4 de agosto de 2014, el joven escribió una serie de cartas que revelan su pensamiento y sentimientos que lo llevaron a  tomar la fatal determinación.Al menos tres cartas fueron escritas por Sergio Urrego apenas minutos antes de acabar con su vida. Estos son los textos revelados:
Primer carta:
«Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras«
Segunda carta en la que se despide de su familia, su padre, madre y abuela a quienes con devoción:«Hoy espero lean las palabras de un muerto que siempre estuvo muerto, que caminando al lado de hombres y mujeres imbéciles que aparentaban vitalidad, deseaba suicidarse, me lamento de no haber leído tantos libros como hubiese deseado, de no haber escuchado tanta música como otros y otras, de no haber observado tantas pinturas, fotografías, dibujos, ilustraciones y trazos como hubiese querido, pero supongo que ya puedo observar a la infinita nada«.
Tercera carta dejada en la mesa de noche de su madre y donde desmiente haber acosado sexualmente a su pareja y compañero en el Colegio Castillo Campestre:
«A quien corresponda:En la memoria de mi celular y en el escritorio de la pc quedan dos pantallazos de nuestras conversaciones en Whatsapp que demuestran que él no se sintió acosado en ningún momento, pues respondía con naturalidad a los mensajes. También hay pantallazos de la conversación que él tuvo con un amigo después de que les contara a sus padres sobre su orientación sexual, en los que escribió que estaba vuelto mierda debido a la posición que tomó su madre después de recibir la noticia (…) Él puede confirmar la veracidad de toda esta información, así como los testigos de nuestros actos. Nunca en mi vida he acosado sexualmente a nadie, me parece un acto reprochable
Nunca deseé morir antes que ella (su abuela), pero esto ya no da más. En realidad pido unas muy sinceras disculpas por esto«Poco antes de suicidarse Urrego modificó su estado en su Facebook, y puso estas letras que corresponden a una canción. Además puso un  emoticón de cara feliz y el link para reproducir la canción:
Adiós mundo cruel
Te dejo hoy
Adiós, Adiós, Adiós a todos
No hay nada que puedan decir
para cambiar mi mente
Adiós.

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