Cuando
ya habíamos elaborado una modesta reseña sobre el libro La sociedad postcapitalista de Peter Drucker (Viena, 1909-Claremont, 2005),publicado por el Grupo Editorial Norma, nos topamos con el
excelente artículo de Oscar Viloria Rendón, el cual decidido a utilizar, en su totalidad, por
considerarlo de gran factura y adecuado para que sea conocido por nuestros lectores.
Considera
Viloria Rendón que Peter Drucker es uno de los teóricos más influyentes de
nuestro tiempo en el campo de los negocios, la gestión y la administración. Es
autor de numerosos libros sobre esta práctica económica El tema del libro que
reseñamos está referido a la profunda transformación que está viviendo el mundo
hoy y que no es otro que la creación de una sociedad postcapitalista.
Según
Drucker, cada dos a tres siglos se produce en la historia de Occidente una
súbita transformación cuando se cruza lo que el autor llama una “divisoria”:
“En el espacio de unas cuantas décadas, la sociedad se reestructura a sí misma,
cambia su visión del mundo, sus valores básicos, su estructura política y
social, sus artes y sus instituciones clave. Cincuenta años más tarde hay un
nuevo mundo y quienes nacen entonces no pueden siquiera imaginar el mundo en
que vivieron sus padres. En estos momentos estamos viviendo una transformación
así”.
Drucker
hace referencia al comienzo del libro en tres grandes divisorias anteriores:
siglo XIII, siglo XV y Siglo XIII. 1. Siglo XIII: La ciudad como nuevo centro
económico del mundo europeo; el surgimiento de los gremios como nuevos grupos
sociales dominantes; el renacer del comercio entre grandes distancias; el arte
Gótico como arquitectura particularmente urbana; vuelta a Aristóteles como
fuente primigenia de sabiduría; universidades urbanas que sustituyen a los monasterios
como centros del saber; nuevas órdenes urbanas –dominicos y franciscanos- como
portadores de religión, saber y espiritualidad; paso del latín a las lenguas
vernáculas; nueva pintura en Siena y creación de una literatura europea con el
Dante. 2. Siglo XV: Invención de la prensa de tipo móvil en 1455 por Gutenberg
y con ella el libro impreso; Martín Lucero y la Reforma Protestante; el
Renacimiento y su esplendor en Florencia y Venecia entre 1470 y 1500;
descubrimiento de América en 1492; creación de la infantería española, primer
ejército permanente desde las legiones romanas; adopción en Occidente de la
numeración arábiga; la investigación científica con el desarrollo de la
anatomía. 3. Siglo XVIII: La máquina de vapor de Watt, la Revolución Americana
y la publicación de “La riqueza de las naciones” de Adam Smith, todos en el año
Documentos y reseñas... 325 1776.
En
las siguientes décadas: la Revolución Industrial; la universidad moderna; la
escolaridad universal; la emancipación de los judíos; el poder económico de los
Rothschild. Pues bien, para Drucker nuestro tiempo es nuevamente un período de
transformación en un escenario que no se limita a la sociedad y a la historia
“occidentales” en tanto que no existe hoy una civilización occidental y una
historia occidental.
En
una entrevista que le hicieran a Peter Drucker en el año 1989, publicada al
comienzo de su libro “Gerencia para el futuro. El decenio de los 90 y más allá.
(Managing for the future, 1993) comenta: “La mayor parte de las cosas que
aceptamos como axiomas ya no se ajustan a la realidad presente”.
Y
acude al concepto, creado por él, de “una divisoria” para explicarlo: “La razón
de la confusión actual es que en algún momento entre 1965 y 1973 atravesamos
una “gran divisoria” y entramos en el siglo siguiente, dejando atrás las
creencias, los compromisos y las alineaciones que habían dado forma a la
política durante uno o dos siglos”.
En
esta entrevista encontramos importantes puntos que son desarrollados por
Drucker en el libro que reseñamos. Siguiendo con la entrevista a Drucker:
La última “divisoria” se había cruzado un siglo antes, en 1873. El siglo
liberal, en el cual la doctrina política dominante fue el laissez-faire, se
inició en 1776 con la publicación de “La riqueza de las naciones” de Adam
Smith, y se cerró con la quiebra de la bolsa de valores de Viena y los pánicos
financieros de París, Londres, Francfort y Nueva York en 1873. A los diez años
de la quiebra del Banco de Viena, el canciller alemán Otto von Bismarck había
creado el seguro nacional de salud y el seguro obligatorio de vejez. A los
veinte años los socialistas se habían convertido en una gran fuerza política en
los principales países de Europa continental. En Estados Unidos, en los años 80
del siglo XIX se creó la Comisión de Comercio Interestatal para reglamentar los
ferrocarriles, las leyes antimonopolio y las primeras leyes estatales para
reglamentar los valores de la bolsa. En la primera mitad del siglo XX se vio el
poder irrestricto del Estado en los casos de Hitler, Stalin, Mussolini y Mao,
en contraposición a las restricciones democráticas y jurídicas del poder del
Estado en Estados Unidos, Europa y Japón en la posguerra. Y el período
1968-1973 marca también una “divisoria” comparable a 1873, cuando finaliza la
era en la cual el gobierno representaba la causa “progresista”.
La
vida económica ha tomado entonces una nueva configuración: 1. La economía de
las materias primas se ve desligada de la economía industrial. 2. La 326
Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura manufactura se está desligando de
la mano de obra. 3. La economía “real” de bienes y servicios se ha desvinculado
de la economía monetaria. 4. El comercio complementario y el comercio
competitivo se han reemplazado por el comercio de adversarios que estimula el
proteccionismo. 5. La inversión interior no sigue al comercio. A los
inversionistas les es fácil producir en el exterior e importar al mercado
interno en lugar de producir en el país y exportar. Abandonamos la entrevista y
regresamos al libro: “Es discutible si la actual transformación se inició con
el advenimiento, alrededor de 1960, del primer país no occidental, Japón, como
gran potencia económica, o con el ordenador, esto es, con el dominio de la
información”. Como puede verse Drucker da en la entrevista una fecha
(1965-1973) y unas causas (la “crisis del petróleo, el dólar flotante y la
rebelión estudiantil en todo Occidente) del inicio de la última “divisoria”
diferentes a las dadas en “La sociedad postcapitalista”.
Pero
esto no es lo significativo ni tampoco lo importante. Lo significativo y lo
importante es que estamos viviendo un proceso de transformación: “Todavía
estamos claramente en medio de esta transformación; si nos dejamos guiar por la
historia, no se completará hasta el 2010 o el 2020, pero el paisaje político,
económico, social y moral del mundo ha cambiado ya. Nadie nacido en 1990 sería
capaz de imaginar el mundo en el que crecieron sus abuelos (esto es, mi
generación) o el mundo en que nacieron sus padres”. La sociedad postcapitalista
será, para Drucker, una sociedad no-capitalista y no-socialista, pero no
acapitalista ni anti-capitalista. Será una “sociedad instruida” y una “sociedad
de grandes organizaciones” -oficiales y privadas- que necesariamente operan en
virtud del flujo informativo.
La periodificación de las “divisorias” de Drucker no obedece a criterios genéricos o alguna filosofía de la historia. Drucker no es historiador académico. Como economista, contemporáneo de Paul Samuelson, es un teórico pragmático de la gestión. Es de resaltar que las “divisorias” dentro de este largo período de un poco más de dos siglos, “La Revolución industrial”; la “Revolución de la productividad”, la “Revolución de la gestión“ y, por último, la actual, la “Revolución del saber”, dicen más que la “Primera revolución industrial”, la “Segunda revolución industrial” y la “Tercera Revolución Industrial” de Ernest Mandel o de Lester Thurow (Construir riqueza, Vergara, Argentina,2000. Original: Building Wealth, 1999). La gran “divisoria” de Drucker, siglo .XVIII al siglo XX puede ser contrastada con otras visiones teóricas e históricas de la economía.
Y así vemos que la gran “divisoria” de Drucker cumple condiciones tanto shumpeterianas como marxista. Documentos y reseñas... 327 Condición schumpeteriana. Desde la revolución industrial, que se inicia en el tercer tercio del siglo XVIII en Inglaterra hasta la segunda mitad de la década de los 90 del siglo XX, el capitalismo industrial se desenvuelve en un modo de ondas largas de unos 50 años impulsadas por olas de “innovaciones”. Cuatro ciclos de onda larga (ciclos de Kondratieff) se han observado en el marco de condiciones del capitalismo industrial. La respuesta de Joseph Schumpeter a la pregunta de si podrá sobrevivir el capitalismo es negativa porque el propio desarrollo del capitalismo tiene límites. Condición marxista. A partir de la revolución industrial se desarrolla un proceso de “acumulación del capital” en el cual una parte importante de la “plusvalía” realizada (metamorfoseada en “ganancias”) revierte a la esfera de la producción en un proceso de “reproducción ampliada del capital”. El marco de condiciones de la acumulación del capital es el capitalismo industrial. Las transformaciones desde el siglo XIII y XV hasta el siglo XVIII es para Marx un proceso de “acumulación originaria” del capital. La acumulación del capital es finita y el capitalismo ha de ser superado.
La periodificación de las “divisorias” de Drucker no obedece a criterios genéricos o alguna filosofía de la historia. Drucker no es historiador académico. Como economista, contemporáneo de Paul Samuelson, es un teórico pragmático de la gestión. Es de resaltar que las “divisorias” dentro de este largo período de un poco más de dos siglos, “La Revolución industrial”; la “Revolución de la productividad”, la “Revolución de la gestión“ y, por último, la actual, la “Revolución del saber”, dicen más que la “Primera revolución industrial”, la “Segunda revolución industrial” y la “Tercera Revolución Industrial” de Ernest Mandel o de Lester Thurow (Construir riqueza, Vergara, Argentina,2000. Original: Building Wealth, 1999). La gran “divisoria” de Drucker, siglo .XVIII al siglo XX puede ser contrastada con otras visiones teóricas e históricas de la economía.
Y así vemos que la gran “divisoria” de Drucker cumple condiciones tanto shumpeterianas como marxista. Documentos y reseñas... 327 Condición schumpeteriana. Desde la revolución industrial, que se inicia en el tercer tercio del siglo XVIII en Inglaterra hasta la segunda mitad de la década de los 90 del siglo XX, el capitalismo industrial se desenvuelve en un modo de ondas largas de unos 50 años impulsadas por olas de “innovaciones”. Cuatro ciclos de onda larga (ciclos de Kondratieff) se han observado en el marco de condiciones del capitalismo industrial. La respuesta de Joseph Schumpeter a la pregunta de si podrá sobrevivir el capitalismo es negativa porque el propio desarrollo del capitalismo tiene límites. Condición marxista. A partir de la revolución industrial se desarrolla un proceso de “acumulación del capital” en el cual una parte importante de la “plusvalía” realizada (metamorfoseada en “ganancias”) revierte a la esfera de la producción en un proceso de “reproducción ampliada del capital”. El marco de condiciones de la acumulación del capital es el capitalismo industrial. Las transformaciones desde el siglo XIII y XV hasta el siglo XVIII es para Marx un proceso de “acumulación originaria” del capital. La acumulación del capital es finita y el capitalismo ha de ser superado.
Lo que cierra la “divisoria” de la década de
los noventa, según la tesis de Drucker, es la era del el “capitalismo
industrial. De suerte pues que la “sociedad postcapitalista”, la sociedad del
conocimiento, la sociedad instruida se muestra como la “sociedad
posindustrial”.
Dice
Drucker que "las respuestas a la mayoría de las preguntas siguen estando
escondidas en gran parte en el seno del futuro; lo único que podemos estar
seguros es de que el mundo que surja del presente reordenamiento de valores,
creencias, estructuras sociales y económicas, sistemas e ideas políticas, será
diferente de cualquier cosa que nadie imagine hoy”.
“El
libro se centra en las transformaciones de los países desarrollados, Europa,
Estados Unidos y Canadá, Japón y los países de desarrollo reciente en el
continente asiático, más que en los países en vías de desarrollo del Tercer
Mundo”. Es ésta, entonces, una “transformación sólo del primer mundo basada en
la “tradición occidental”.
Para Drucker pudieran darse milagros económicos
dentro de una o dos décadas por los cuales países pobres y atrasados del Tercer
Mundo se transformen. En las regiones costeras y urbanizadas del territorio
chino; los países de mayor tamaño de Latinoamérica, Argentina, México, Brasil;
los antiguos países comunistas de Europa del Este. Nada dice de la India. La
posición” de Drucker pudiera pecar de ser demasiado centrista y es posible que
no pueda imaginar el mundo en el que crecerán sus nietos y nacerán sus
bisnietos”.
Nosotros
en próxima publicación, de este blog, ahondaremos
en el capítulo, para así llamarlo: La persona educada, el cual consideramos
extraordinario y que vale todo ese libro, el cual nos fue regalado por el
teatrero venezolano Federico Pacanins
Drucker específicamente en el capitulo “La
persona educada, reitera que aunque su
libro trata del ambiente en el hombre vive, trabaja, no trata de la persona.
Pero en la sociedad del conocimiento en la cual estamos entrando, la persona es
central. “El conocimiento no es impersonal como el dinero. No reside en un
libro, un banco de datos, o un programa de computador. Estos solo contienen información
El conocimiento siempre está incorporado en una persona, lo enseña y lo aprende
una persona, lo usa y lo abusa de él una persona. Por consiguiente, el paso al
conocimiento coloca a la persona en el centro. De esta manera, plantea nuevos
retos, nuevos asuntos, nuevos problemas y nuevas preguntas totalmente sin
precedentes relativas a la representante de la sociedad del conocimiento, la persona educada.
Puntualiza que en todas las sociedades
anteriores la persona educada era
ornamental. ”Representaba lo que los alemanes llamar Kultur, termino intraducible, mezcla de respeto y mofa. Pero en
la sociedad del conocimiento, la persona educada es el emblema de la
sociedad, su símbolo, su porta estandarte.
Es el arquetipo social, para usar el término de los sociólogos.Define la
capacidad de rendimiento de la sociedad, pero también personifica los valores,
las creencias y los compromisos de la sociedad. Si el caballero feudal era la
sociedad en la Alta Edad Media, y el burgués era la sociedad en el capitalismo,
la persona educada será la sociedad en
la sociedad postcapitalista, en la cual el conocimiento ha venido a ser el recurso central.
Reitera Drucker que esto tiene que cambiar el concepto mismo de persona educada.
Tiene que cambiar lo que significa ser educado. Se puede, pues, predecir que
definir a la persona educada será una cuestión crucial. Al convertirse el conocimiento
en el recurso clave, la personalidad educada se ve ante nuevas demandas, nuevos retos, nuevas
responsabilidades. Ahora ella si tiene importancia.
Para Drucker la persona educada tiene que estar en capacidad
de poner su conocimiento al servicio del presente, si no de moldear el futuro.
Las propuestas de los humanistas no
contemplan esta capacidad ni les interesa; pero, sin ella, la gran tradición
es una antigualla polvorienta.
Y para que los lectores se interesan más en
este libro, Drucker advierte que el capitalismo
había prevalecido más de medio siglo después cuando Karl Marx lo identifico
como un orden social especifico en su Das
Kapital, cuyo primer volumen salió hacia 1867.El termino capitalismo no
se empezó a usar hasta 30 años después, mucho después de la muerte
de Marx.
Es, pues, un libro digno de talleres o
conferencias de especialistas en las teorías del conocimiento y de la economía,
temas vitales para el actual contexto venezolano.
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