Ya las facetas vitales, intelectuales e histórico-políticas de los malogrados poetas José Asunción Silva y Federico García Lorca fueron rescatadas, respectivamente, por el diplomático Enrique Vargas Ramírez en las tragedias teatrales Muerte en la Candelaria y Destino del Unicornio; pero ahora este escritor entrega su reciente obra dramática, Memoria de la Gran Convención, la cual no es otra cosa que el deceso de Colombia, al plasmar los graves aspectos históricos e ideológicos que llevaron al fracaso de esa unión política que a su vez significó “la muerte” de Bolívar en 1828,como él mismo héroe lo dice: ”Todo, Manuela, todo lo grande que intenté quedó reducido a cenizas. ¡Qué amargo es el vino de la gloria que se pudre!” (Pag. 288).
Memoria de la Gran Convención, que lleva como subtitulo “Vivencias de la relación Bolívar-Santander”, es una publicación del Grupo Editorial Norma, con 288 páginas, además de una exquisita selección de fotografías sobre piezas pictóricas sobre el tema independentista, será “bautizada” el martes 31 de julio, a las siete de la noche, en los salones de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), en Altamira.
Enrique Vargas Ramírez (Cúcuta, 21 de diciembre de 1926), quien fuera embajador de Colombia ante Venezuela, entre los años 2004 y 2006, explica que su pieza comprende el periodo trascurrido desde la Convocatoria del Congreso Anfictiónico, en diciembre de 1824, hasta el final de la Convención de Ocaña, en junio de 1826.Su trama se centra en los hechos, los ideales, el pensamiento y el juego y deseos de los protagonistas por excelencia de este drama: Bolívar y Santander, ya que fueron ellos los que influyeron con mayor intensidad –para bien o para mal- en la fundación y la permanencia de la República unitaria que nació en el Congreso de Angostura. También figuran en la pieza: Páez, Sucre, Pedro Briceño Méndez, José Rafael Revenga, Florencio O`Leary, Manuelita Sáenz y algunos próceres y villanos.
Enfatiza el escritor -reconocido ingeniero y político liberal- que en su obra se refleja asimismo la lucha política por la creación de las instituciones republicanas en la América meridional para sustituir al régimen colonial, la iniciación de los partidos políticos y la lucha por el poder, además de la presencia señera de Santander, la propuesta napoleónica y posterior rebelión militar de Páez, y toda una serie de sucesos que lesionaron la unidad de Colombia y la frustración de Bolívar por su fracaso.
Vargas Ramírez explica que no escribió teatro para leer, sino para ser montado. ”Escribí Memoria de la Convención para que ser representado y confío en que más tarde que temprano se pueda llevar a escena. He tenido ofertas para escenificarlo, pero no vale la pena mencionar mayores detalles por ahora, pero indudablemente quiero verlo representado y para eso se editó aquí. Es una especie de regalo para los venezolanos por el momento histórico que viven. Creo que aquí tiene mucho atractivo. Se trata de un drama cuya memoria histórica ha pugnado, desde siempre, por convertirse en expresión verbal para uso y difusión de la sociedad, expresión de la que el teatro es el medio por excelencia”.
-¿Por qué se perdió Colombia?
-Las causas son infinitas, pero la verdad es que hubo una falta de avenencia entre Bolívar y Santander. Santander se opuso a la constitución boliviana de una manera radical. En el fondo tambien se opuso al Congreso Anfictiónico y nunca consideró que era una buena idea el que Bolívar buscara el protectorado de Inglaterra, proyecto en el cual el Libertador se había especializado y había avanzado mucho. Son cosas de tipo ideológico y probablemente de tipo práctico que tenían uno y otro. No hubo manera en que se pudiera convenir en un momento en algunas de esas cosas, una o dos o las que fueran.
-¿Santander era partidario de pedir el apoyo estadounidense?
-Hasta cierto punto sentía más simpatía hacia Estados Unidos que hacia Inglaterra. Inglaterra era y es una monarquía y de alguna manera para él era inconcebible que se pudiera tomar un modelo inglés o que pudieran nuestros países tomar por ese rumbo. De manera ahí hubo un primer encontrón o choque. Y en muchas otras cosas no convinieron ideológicamente.
--¿Qué pasó con Páez?
-Páez tenía un proyecto que se lo planteó al Libertador y que Santander motejó “monarcómano”. Entre Páez y Santander existía una vieja disputa que había comenzado en la guerra de los llanos y que se dio por mucho tiempo; entre los dos había una pelea casada: indudablemente los dos nunca pensaron de la misma manera y eran temperamentos completamente opuestos.
- A menos de 200 años de ese fracaso, estudian en las cancillerías latinoamericanas planes de integración. ¿Qué significa todo eso?
-Es que Bolívar era genial, indudablemente tuvo una concepción grandiosa de toda una unión americana. Él siempre luchó por eso en una u otra forma, a su manera, on su ideología, y dentro de sus circunstancias. Entonces ese ideal bolivariano de la unión entre los países sobrevivió y hoy en dia se afirma y se debe afirmar mucho más. Esa fue una idea genial o fundamental, esa idea pervivió, y esa idea todavía es una de las cosas por las cuales luchamos en nuestros países, por unirnos, por estar en bloques que verdaderamente van más allá de las propias nacionalidades. Y se han dado una serie de proyectos de integración. La que más está cerca del sueño bolivariano es la Comunidad Andina de Naciones, porque era lo que él tenia más a mano y lo que pensó en hacer en un momento dado, que era la unión entre Colombia (Venezuela, Colombia y Ecuador) con Bolivia y Perú. Eso es lo que práctica y geográficamente es la CAN. De manera que esa idea, aunque se perdiera en ese momento, revivió y creo que es fundamental y creo que eso perdurará y se harán más estrechas.
-¿Y el Mercosur y el Alba?
-El Mercosur es una realización de un conjunto de naciones muy importantes. Tienen planes que son muy importantes, tienen recursos, tienen relaciones con el mundo que son realmente fundamentales para salir hacia delante. Yo creo que el Mercosur es una gran realización de América y que con el futuro debe buscarse la integración de los dos bloques que por ahora aparecen visibles, como la Comunidad Andina de Naciones y el Mercorsur. Yo creo que eso se va logrando a medida que se limen las asperezas y a medida que los países comprendan más una ideal total o final. El Alba, que es un proyecto del presidente Hugo Chávez, todavía no ha tomado forma. Pero la verdad es que las tres son interesantes, pero deben buscar una serie de afinidades, una serie de alianzas, una serie de proyectos, una serie de ideas y desarrollos económicos que hagan la grandeza de estos países.
Memoria de la Gran Convención, que lleva como subtitulo “Vivencias de la relación Bolívar-Santander”, es una publicación del Grupo Editorial Norma, con 288 páginas, además de una exquisita selección de fotografías sobre piezas pictóricas sobre el tema independentista, será “bautizada” el martes 31 de julio, a las siete de la noche, en los salones de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), en Altamira.
Enrique Vargas Ramírez (Cúcuta, 21 de diciembre de 1926), quien fuera embajador de Colombia ante Venezuela, entre los años 2004 y 2006, explica que su pieza comprende el periodo trascurrido desde la Convocatoria del Congreso Anfictiónico, en diciembre de 1824, hasta el final de la Convención de Ocaña, en junio de 1826.Su trama se centra en los hechos, los ideales, el pensamiento y el juego y deseos de los protagonistas por excelencia de este drama: Bolívar y Santander, ya que fueron ellos los que influyeron con mayor intensidad –para bien o para mal- en la fundación y la permanencia de la República unitaria que nació en el Congreso de Angostura. También figuran en la pieza: Páez, Sucre, Pedro Briceño Méndez, José Rafael Revenga, Florencio O`Leary, Manuelita Sáenz y algunos próceres y villanos.
Enfatiza el escritor -reconocido ingeniero y político liberal- que en su obra se refleja asimismo la lucha política por la creación de las instituciones republicanas en la América meridional para sustituir al régimen colonial, la iniciación de los partidos políticos y la lucha por el poder, además de la presencia señera de Santander, la propuesta napoleónica y posterior rebelión militar de Páez, y toda una serie de sucesos que lesionaron la unidad de Colombia y la frustración de Bolívar por su fracaso.
Vargas Ramírez explica que no escribió teatro para leer, sino para ser montado. ”Escribí Memoria de la Convención para que ser representado y confío en que más tarde que temprano se pueda llevar a escena. He tenido ofertas para escenificarlo, pero no vale la pena mencionar mayores detalles por ahora, pero indudablemente quiero verlo representado y para eso se editó aquí. Es una especie de regalo para los venezolanos por el momento histórico que viven. Creo que aquí tiene mucho atractivo. Se trata de un drama cuya memoria histórica ha pugnado, desde siempre, por convertirse en expresión verbal para uso y difusión de la sociedad, expresión de la que el teatro es el medio por excelencia”.
-¿Por qué se perdió Colombia?
-Las causas son infinitas, pero la verdad es que hubo una falta de avenencia entre Bolívar y Santander. Santander se opuso a la constitución boliviana de una manera radical. En el fondo tambien se opuso al Congreso Anfictiónico y nunca consideró que era una buena idea el que Bolívar buscara el protectorado de Inglaterra, proyecto en el cual el Libertador se había especializado y había avanzado mucho. Son cosas de tipo ideológico y probablemente de tipo práctico que tenían uno y otro. No hubo manera en que se pudiera convenir en un momento en algunas de esas cosas, una o dos o las que fueran.
-¿Santander era partidario de pedir el apoyo estadounidense?
-Hasta cierto punto sentía más simpatía hacia Estados Unidos que hacia Inglaterra. Inglaterra era y es una monarquía y de alguna manera para él era inconcebible que se pudiera tomar un modelo inglés o que pudieran nuestros países tomar por ese rumbo. De manera ahí hubo un primer encontrón o choque. Y en muchas otras cosas no convinieron ideológicamente.
--¿Qué pasó con Páez?
-Páez tenía un proyecto que se lo planteó al Libertador y que Santander motejó “monarcómano”. Entre Páez y Santander existía una vieja disputa que había comenzado en la guerra de los llanos y que se dio por mucho tiempo; entre los dos había una pelea casada: indudablemente los dos nunca pensaron de la misma manera y eran temperamentos completamente opuestos.
- A menos de 200 años de ese fracaso, estudian en las cancillerías latinoamericanas planes de integración. ¿Qué significa todo eso?
-Es que Bolívar era genial, indudablemente tuvo una concepción grandiosa de toda una unión americana. Él siempre luchó por eso en una u otra forma, a su manera, on su ideología, y dentro de sus circunstancias. Entonces ese ideal bolivariano de la unión entre los países sobrevivió y hoy en dia se afirma y se debe afirmar mucho más. Esa fue una idea genial o fundamental, esa idea pervivió, y esa idea todavía es una de las cosas por las cuales luchamos en nuestros países, por unirnos, por estar en bloques que verdaderamente van más allá de las propias nacionalidades. Y se han dado una serie de proyectos de integración. La que más está cerca del sueño bolivariano es la Comunidad Andina de Naciones, porque era lo que él tenia más a mano y lo que pensó en hacer en un momento dado, que era la unión entre Colombia (Venezuela, Colombia y Ecuador) con Bolivia y Perú. Eso es lo que práctica y geográficamente es la CAN. De manera que esa idea, aunque se perdiera en ese momento, revivió y creo que es fundamental y creo que eso perdurará y se harán más estrechas.
-¿Y el Mercosur y el Alba?
-El Mercosur es una realización de un conjunto de naciones muy importantes. Tienen planes que son muy importantes, tienen recursos, tienen relaciones con el mundo que son realmente fundamentales para salir hacia delante. Yo creo que el Mercosur es una gran realización de América y que con el futuro debe buscarse la integración de los dos bloques que por ahora aparecen visibles, como la Comunidad Andina de Naciones y el Mercorsur. Yo creo que eso se va logrando a medida que se limen las asperezas y a medida que los países comprendan más una ideal total o final. El Alba, que es un proyecto del presidente Hugo Chávez, todavía no ha tomado forma. Pero la verdad es que las tres son interesantes, pero deben buscar una serie de afinidades, una serie de alianzas, una serie de proyectos, una serie de ideas y desarrollos económicos que hagan la grandeza de estos países.
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