La catalana Carme Portaceli es otra victima de Francisco Franco. Aquel nefasto régimen fusiló sin formula de juicio al poeta Federico García Lorca y lo sepultó en una fosa común, en el barranco de Viznar, al lado del profesor Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, en la madrugada del 19 de agosto de 1936, cuando la Guerra Civil daba sus primeros zarpasos. Ella, que está ahora en Caracas para montar y estrenar la pieza Así que pasen cinco años del malogrado vate granadino, lamenta no haber leído sus obras ni su poesía durante la etapa de la formativa adolescencia y sólo pudo hacerlo cuando el generalísimo se largó para siempre al Valle de los Caídos, después de 39 años de tiranía y tras aupar, a regañadientes, un difícil transito hacia una democracia monárquica, en la cual participan millones de españoles.
Carme, que comenzó su periplo en el teatro como asistente de dirección hacia 1981, montó durante la temporada de Pamplona de 2005, y después llevó a Madrid, La casa de Bernarda Alba. Ese fue su primer espectáculo lorquiano, y ahora, cuando ya ha contabilizado 45 puestas en escena con textos de Pinter, Tabori, Marivaux, Koltes, Kroetz y otros, prueba Así que pasen cinco años porque tiene “una profundidad muy grande, porque es Federico a pleno pulmón, porque se refiere a la verdad y el mundo mental ese donde se alojan todos nuestros fantasmas”.
Al pedirle más definición de lo que será su montaje caraqueño, el cual debe estrenar con el Taller Experimental de Teatro (TET) el 27 de noviembre, en la sede de la Asociación Cultural Humboldt y donde permanecerá hasta el venidero 7 de diciembre, puntualiza que es la historia de un joven que tiene que esperar un lustro para desear a su novia, pero cuando se cumple ese lapso y sale a buscarla, ella lo rechaza y lo manda a buscarse otra; aparece un maniquí que le insiste en que debe conseguirse otra y tener un hijo, él lo hace pero no la ama y le pide un lapso de cinco años para hacerlo. Es entonces cuando él se queda sin ese futuro y muere sin realizarse sexualmente.
Esta catalana, de verbo arrebatador y convincente personalidad, recuerda que García Lorca le dijo al mundo que hay que vivir, sentir y dejarse. “Que hay que estar despierto para sentir el propio impulso vital y no lo que te dicen que hay que hacer, que hay preguntarse muchas cosas a partir de lo que dice nuestra propia consciencia”.
Adelanta que su espectáculo es hiperrealista y tiene un escena un sofá blanco de ocho metros, además de un cortina de agua; pero en el tercer acto, que es el mundo mental, esta limpio y despojado de casi todo dispositivo y se usa todo el espacio escénico, y queda la imagen de un bosque con un piano de cola. Hay música y especialmente bandas sonoras. Crea un espacio sonoro, un mundo donde el espectador se sumerge y puede escuchar hasta su propio corazón.
Tras afirmar que García Lorca no era nada convencional, precisamente por conocer las profundidades del alma humana, advierte que con este montaje tiene una dificultad enorme, “porque no esta planteado desde un punto de vista naturalista. Es una obra donde la verdad está siempre presente. Se trata de una pieza que se le conoce como un drama imposible porque busca el teatro desde la verdad, que es lo que intento seguir y quiero mostrar a los venezolanos. Anticipo que le huyo a la peste del naturalismo, pero en cambio me acerco a la verdad del alma, que lo hace mental que lo hace enfrentarse con su infierno personal”.
Todavía no puede garantizar el definitivo tiempo escénico de su creación escénica, que es auspiciada por los Ministerios de Cultura de España y Venezuela, pero cree que no llegará a los 90 minutos, gracias, además, a que cuenta con un equilibrado elenco criollo donde destaca la primera actriz Haydee Faverola.
La joven democracia monárquica hispana no ha obstaculizado los montaje de los textos de García Lorca ni de otros “autores malditos” durante el franquismo, pero Carme se lamenta que sí haya espectáculos muy convencionales, donde hay geranios, albahaca y hasta patios andaluces y otros detalles folklóricos, que “ahogan la verdad del poeta”.
Cree que García Lorca y otros escritores de ideas avanzadas vetados por el franquismo deben ser representados con alta creatividad, ya que se vive el siglo XXI y los seres humanos afrontamos otras realidades, “precisamente ahora que hay un feroz capitalismo y un individualismo tan grande”. No se puede olvidar que Federico decía que nunca seria político, pero si era revolucionario,”porque no hay verdadero poeta que no sea revolucionario”.
Mausoleo rojo
A Federico, de 38 años, lo mataron por ser homosexual y además “rojo” o del Frente Popular que ganó las elecciones de febrero de 1936. Actualmente, el juez Baltasar Garzón, el mismo que le amargó el otoño al general Augusto Pinochet, propone abrir la tumba donde reposa al lado de otros hispanos. Buscará sus huesos para hacerles la prueba del ADN. Es seguro que el poeta más importante de España tenga así un mausoleo justo a su medida y su tarea precursora.
Carme, que comenzó su periplo en el teatro como asistente de dirección hacia 1981, montó durante la temporada de Pamplona de 2005, y después llevó a Madrid, La casa de Bernarda Alba. Ese fue su primer espectáculo lorquiano, y ahora, cuando ya ha contabilizado 45 puestas en escena con textos de Pinter, Tabori, Marivaux, Koltes, Kroetz y otros, prueba Así que pasen cinco años porque tiene “una profundidad muy grande, porque es Federico a pleno pulmón, porque se refiere a la verdad y el mundo mental ese donde se alojan todos nuestros fantasmas”.
Al pedirle más definición de lo que será su montaje caraqueño, el cual debe estrenar con el Taller Experimental de Teatro (TET) el 27 de noviembre, en la sede de la Asociación Cultural Humboldt y donde permanecerá hasta el venidero 7 de diciembre, puntualiza que es la historia de un joven que tiene que esperar un lustro para desear a su novia, pero cuando se cumple ese lapso y sale a buscarla, ella lo rechaza y lo manda a buscarse otra; aparece un maniquí que le insiste en que debe conseguirse otra y tener un hijo, él lo hace pero no la ama y le pide un lapso de cinco años para hacerlo. Es entonces cuando él se queda sin ese futuro y muere sin realizarse sexualmente.
Esta catalana, de verbo arrebatador y convincente personalidad, recuerda que García Lorca le dijo al mundo que hay que vivir, sentir y dejarse. “Que hay que estar despierto para sentir el propio impulso vital y no lo que te dicen que hay que hacer, que hay preguntarse muchas cosas a partir de lo que dice nuestra propia consciencia”.
Adelanta que su espectáculo es hiperrealista y tiene un escena un sofá blanco de ocho metros, además de un cortina de agua; pero en el tercer acto, que es el mundo mental, esta limpio y despojado de casi todo dispositivo y se usa todo el espacio escénico, y queda la imagen de un bosque con un piano de cola. Hay música y especialmente bandas sonoras. Crea un espacio sonoro, un mundo donde el espectador se sumerge y puede escuchar hasta su propio corazón.
Tras afirmar que García Lorca no era nada convencional, precisamente por conocer las profundidades del alma humana, advierte que con este montaje tiene una dificultad enorme, “porque no esta planteado desde un punto de vista naturalista. Es una obra donde la verdad está siempre presente. Se trata de una pieza que se le conoce como un drama imposible porque busca el teatro desde la verdad, que es lo que intento seguir y quiero mostrar a los venezolanos. Anticipo que le huyo a la peste del naturalismo, pero en cambio me acerco a la verdad del alma, que lo hace mental que lo hace enfrentarse con su infierno personal”.
Todavía no puede garantizar el definitivo tiempo escénico de su creación escénica, que es auspiciada por los Ministerios de Cultura de España y Venezuela, pero cree que no llegará a los 90 minutos, gracias, además, a que cuenta con un equilibrado elenco criollo donde destaca la primera actriz Haydee Faverola.
La joven democracia monárquica hispana no ha obstaculizado los montaje de los textos de García Lorca ni de otros “autores malditos” durante el franquismo, pero Carme se lamenta que sí haya espectáculos muy convencionales, donde hay geranios, albahaca y hasta patios andaluces y otros detalles folklóricos, que “ahogan la verdad del poeta”.
Cree que García Lorca y otros escritores de ideas avanzadas vetados por el franquismo deben ser representados con alta creatividad, ya que se vive el siglo XXI y los seres humanos afrontamos otras realidades, “precisamente ahora que hay un feroz capitalismo y un individualismo tan grande”. No se puede olvidar que Federico decía que nunca seria político, pero si era revolucionario,”porque no hay verdadero poeta que no sea revolucionario”.
Mausoleo rojo
A Federico, de 38 años, lo mataron por ser homosexual y además “rojo” o del Frente Popular que ganó las elecciones de febrero de 1936. Actualmente, el juez Baltasar Garzón, el mismo que le amargó el otoño al general Augusto Pinochet, propone abrir la tumba donde reposa al lado de otros hispanos. Buscará sus huesos para hacerles la prueba del ADN. Es seguro que el poeta más importante de España tenga así un mausoleo justo a su medida y su tarea precursora.
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