Lleva 79 años sobre la tierra venezolana y otro tanto habitando en el inconsciente colectivo de sus habitantes desde que descubrió al cine y aprendió las formas para hacerlo, primero como crítico y después como asistente de dirección. Desde entonces no lo ha abandonado, aunque en ocasiones le es infiel con el teatro, su otra pasión. Román Chalbaud, el artista merideño de quien hablamos y el que más ha dado a la cinematografía nacional y el que verdaderamente ha trascendido y conquistado las pantallas internacionales, festejó su antesala a los 80, critica década bisagra donde ya está, guapeando, su compañero de infancia e infortunios, Isaac Chocrón, con una reunión especialmente íntima, presidida por Alicia Quintero, su mamá de 98 años.
Chalbaud, en medio del cromático movimiento de su fiesta, donde además estaban los conspicuos fantasmas de sus cintas y obras teatrales, se confesó molesto porque no lo atienden telefónicamente a donde llama para saber el proceloso destino a las pantallas de una de sus más recientes películas, Días de poder, escrita al alimón con el ya desaparecido José Ignacio Cabrujas, pero tiene su plan B para que esa “joyita” sobre el cine político sea vista allende las fronteras.
Su otra preocupación es lo que pasa con la exhibición de las películas venezolanas aquí en este pais, precisamente cuando festeja sus 200 años de independencia. Dice que “cuando en los años 70 comenzó lo que dimos en llamar El nuevo Cine Venezolano el público acudió en masa a ver nuestras películas. Se hacían alrededor de diez películas por año y, por lo general, cuatro o cinco estaban dentro de las más taquilleras del año. A medida que continuó el éxito, muchas de esas películas se estrenaban en doce salas de Caracas y algunas de ellas llegaron a tener un millón de espectadores. De pronto, a mediados de los años 80 comenzó una dura campaña contra el cine venezolano, muy parecida a la campaña que la oposición hace contra el gobierno revolucionario de Chávez. El gobierno de entonces retiró las partidas crediticias y nos quedamos con un presupuesto exiguo que permitía solamente la realización de una película por año. En 1992 los cineastas unidos logramos introducir en el Congreso de la República la deseada por años Ley de Cine. El presidente de la Motion Picture llamó por teléfono a Carlos Andrés Pérez, entonces Presidente de la República, para decirle que era absurdo que Venezuela tuviera una Ley de Cine. Es decir, sólo USA puede hacer cine, sólo USA puede distribuir cine, solo USA puede exhibir cine. Y por eso la gran mayoría de las salas de cine en el mundo entero le pertenecen a USA, como le pertenecen las películas, como le pertenecen los distribuidores, como le pertenecen los exhibidores, como quiere que le pertenezcan los espectadores. Este nuevo diseño de salas de cine en los Centros Comerciales acabó con los cines populares, con los cines de reestreno. Es el diseño de unos nuevos espectadores que más que ver películas van a las salas a comer y a hablar por los celulares. Como los distribuidores y exhibidores se han negado al boleto único, ellos son los dueños absolutos de las cifras, y es posible que los lunes por la mañana lleguen a su oficina a ordenar: Bájenle el promedio a esta película o Súbanle el promedio a esta otra. Un oligopolio. Los oligopolios no están permitidos en USA. Y te lo cuento a ti ahora para que alguien lo lea y se de cuenta de lo que esta pasando”.
Y cierra el pico. No quiere decir más nada del cine venezolano actual, con el cual está sumamente comprometido, y mucho más con las tres últimas películas que ha realizado. Espera que todo siga bien, como va, y que mejoren otras cosillas, y que pronto los venezolanos vean y disfruten su más reciente largometraje, Días de poder.
Comenta que se marcha a Málaga, España, donde, del 27 de noviembre al 4 de diciembre, se realizará, por primera vez el Festival de Ronda. “Voy como jurado y ahí exhibiré, en sección especial y fuera de concurso, una copia en DVD de la película que tu ya viste aquí en mi casa, Días de poder. Te contaré lo que de ella digan o escriban. En la malagueña Ronda hay una escuela de productores de cine y tendré varias conferencias con los alumnos, porque donde precisamente uno más aprende es cuando se asume la docencia. Habrá, como es obvio, preguntas sobre lo que pasa aquí en Venezuela y yo diré lo que para mi y millones como yo pensamos y vivimos”.
Comentó que “el Festival Internacional de Ronda/Cine Político para el Siglo XXI, nace con la pretensión de darle una vuelta de tuerca al cine y la política, de ser una cita dirigida sobre todo a un público joven, el que maneja con más soltura las nuevas formas, los códigos y referencias que van marcando el cambio real de siglo en el lenguaje y el compromiso del ciudadano. En este nuevo festival, cono afirman sus organizadores, nos hemos fijamos como objetivo prioritario propiciar un intenso diálogo a tres bandas, entre los cineastas, que acudirán con sus películas, políticos abiertos al debate y un público que tendrá como componentes fundamentales a estudiantes universitarios invitados por el festival. Ken Loach, el gran director inglés de Kes, Family Life, Tierra y libertad, El viento que agita la cebada, Buscando a Eric y decenas de títulos inolvidables, acudirá a Ronda para recibir la primera Goyesca de Honor como homenaje del festival y presentar su nueva película, Route Irish”.
-¿Qué pasó con la película centrada en el general Cipriano Castro y su desafío al imperialismo estadounidense?
- Desde el pasado 31 de diciembre de 2009 tengo el guión que me entregó Luis Brito García. Ese fue un encargo del Presidente de la República, pero hasta ahora no hemos podido hacer nada. Espero que a mi regreso de España algo se sepa, confío. Castro es clave en la historia de las luchas independentistas de Venezuela. Y lo recuerdo porque por ahí hay unos cuantos ignorantes.
Chalbaud, en medio del cromático movimiento de su fiesta, donde además estaban los conspicuos fantasmas de sus cintas y obras teatrales, se confesó molesto porque no lo atienden telefónicamente a donde llama para saber el proceloso destino a las pantallas de una de sus más recientes películas, Días de poder, escrita al alimón con el ya desaparecido José Ignacio Cabrujas, pero tiene su plan B para que esa “joyita” sobre el cine político sea vista allende las fronteras.
Su otra preocupación es lo que pasa con la exhibición de las películas venezolanas aquí en este pais, precisamente cuando festeja sus 200 años de independencia. Dice que “cuando en los años 70 comenzó lo que dimos en llamar El nuevo Cine Venezolano el público acudió en masa a ver nuestras películas. Se hacían alrededor de diez películas por año y, por lo general, cuatro o cinco estaban dentro de las más taquilleras del año. A medida que continuó el éxito, muchas de esas películas se estrenaban en doce salas de Caracas y algunas de ellas llegaron a tener un millón de espectadores. De pronto, a mediados de los años 80 comenzó una dura campaña contra el cine venezolano, muy parecida a la campaña que la oposición hace contra el gobierno revolucionario de Chávez. El gobierno de entonces retiró las partidas crediticias y nos quedamos con un presupuesto exiguo que permitía solamente la realización de una película por año. En 1992 los cineastas unidos logramos introducir en el Congreso de la República la deseada por años Ley de Cine. El presidente de la Motion Picture llamó por teléfono a Carlos Andrés Pérez, entonces Presidente de la República, para decirle que era absurdo que Venezuela tuviera una Ley de Cine. Es decir, sólo USA puede hacer cine, sólo USA puede distribuir cine, solo USA puede exhibir cine. Y por eso la gran mayoría de las salas de cine en el mundo entero le pertenecen a USA, como le pertenecen las películas, como le pertenecen los distribuidores, como le pertenecen los exhibidores, como quiere que le pertenezcan los espectadores. Este nuevo diseño de salas de cine en los Centros Comerciales acabó con los cines populares, con los cines de reestreno. Es el diseño de unos nuevos espectadores que más que ver películas van a las salas a comer y a hablar por los celulares. Como los distribuidores y exhibidores se han negado al boleto único, ellos son los dueños absolutos de las cifras, y es posible que los lunes por la mañana lleguen a su oficina a ordenar: Bájenle el promedio a esta película o Súbanle el promedio a esta otra. Un oligopolio. Los oligopolios no están permitidos en USA. Y te lo cuento a ti ahora para que alguien lo lea y se de cuenta de lo que esta pasando”.
Y cierra el pico. No quiere decir más nada del cine venezolano actual, con el cual está sumamente comprometido, y mucho más con las tres últimas películas que ha realizado. Espera que todo siga bien, como va, y que mejoren otras cosillas, y que pronto los venezolanos vean y disfruten su más reciente largometraje, Días de poder.
Comenta que se marcha a Málaga, España, donde, del 27 de noviembre al 4 de diciembre, se realizará, por primera vez el Festival de Ronda. “Voy como jurado y ahí exhibiré, en sección especial y fuera de concurso, una copia en DVD de la película que tu ya viste aquí en mi casa, Días de poder. Te contaré lo que de ella digan o escriban. En la malagueña Ronda hay una escuela de productores de cine y tendré varias conferencias con los alumnos, porque donde precisamente uno más aprende es cuando se asume la docencia. Habrá, como es obvio, preguntas sobre lo que pasa aquí en Venezuela y yo diré lo que para mi y millones como yo pensamos y vivimos”.
Comentó que “el Festival Internacional de Ronda/Cine Político para el Siglo XXI, nace con la pretensión de darle una vuelta de tuerca al cine y la política, de ser una cita dirigida sobre todo a un público joven, el que maneja con más soltura las nuevas formas, los códigos y referencias que van marcando el cambio real de siglo en el lenguaje y el compromiso del ciudadano. En este nuevo festival, cono afirman sus organizadores, nos hemos fijamos como objetivo prioritario propiciar un intenso diálogo a tres bandas, entre los cineastas, que acudirán con sus películas, políticos abiertos al debate y un público que tendrá como componentes fundamentales a estudiantes universitarios invitados por el festival. Ken Loach, el gran director inglés de Kes, Family Life, Tierra y libertad, El viento que agita la cebada, Buscando a Eric y decenas de títulos inolvidables, acudirá a Ronda para recibir la primera Goyesca de Honor como homenaje del festival y presentar su nueva película, Route Irish”.
-¿Qué pasó con la película centrada en el general Cipriano Castro y su desafío al imperialismo estadounidense?
- Desde el pasado 31 de diciembre de 2009 tengo el guión que me entregó Luis Brito García. Ese fue un encargo del Presidente de la República, pero hasta ahora no hemos podido hacer nada. Espero que a mi regreso de España algo se sepa, confío. Castro es clave en la historia de las luchas independentistas de Venezuela. Y lo recuerdo porque por ahí hay unos cuantos ignorantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario