Todo lo humano es perecedero, pero es posible arrinconar la muerte y para eso debemos trabajar, especialmente en esta Caracas donde el periplo de las instituciones culturales esta signado por la saga vital de sus directivos. Hemos visto como languidecen y cierran algunas agrupaciones porque la Parca se lleva a sus líderes y no son bien sustituidos o también desaparecen los sucesores sin que hayan cuajado sus relanzamientos
Recordamos esto porque el grupo teatral Bagazos, fundado en 1979, creció notablemente y ahora, de la mano de su director-fundador Gerardo Blanco López, inauguró un importante espacio escénico para actividades lúdicas y educativas. Se trata de la sala La Caja Teatral, planta baja del Centro de Artes Integradas, en Terrazas del Ávila, vía Universidad Metropolitana. ¡Larga vida deseamos a este proyecto!
Y para festejar ese exultante logro que favorece a la comunidad, Bagazos estrenó el espectáculo Monólogos del silencio o Aventuras y desventuras de mujeres intensas, dirigido con inteligencia y precisión por Blanco López, con la excelente actuación de Gladys Prince, apuntalada correctamente en la violinista Inés Bravo y los intérpretes María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores.
TEATRO FEMENINO
En un país donde siete de cada diez espectadores teatrales son mujeres, no extraña que se monten obras sobre diversas facetas del quehacer femenino o de los seres humanos en general. Y esto lo hemos aprehendido tras reseñar, a lo largo de cuatro décadas, lo que pasa en los escenarios de Caracas u otras ciudades. ¿Qué por qué el público es mayoritariamente femenino? No damos una opinión rotunda, porque todavía nos limitamos a registrar, a contar cabezas en las plateas y tomar nota para más adelante. Es posible que esas cabecitas rubias o rojizas o castañas sean de gente muy sensible, de seres curiosos, de mujercitas que buscan en la escena explicaciones a sus íntimas preguntas.
Pero dejemos interrogantes y aventuradas respuestas de lado y vayamos al doble motivo de esta crónica: la inauguración de una sala teatral y la presentación de un montaje centrado en peripecias existenciales o en aventuras y desventuras de cinco mujeres intensas, a quienes la primerísima actriz Gladys Prince ha creado, las diferencia profundamente y las hace amar o sufrir o añorar.
Este aleccionador espectáculo por sus contenidos y realización global presenta a la hembra como interlocutora con sus propias vivencias, sus pasiones y su lucha armónica y total por lo que ama o por lo cual se mueve o vive. Integrado por cinco monólogos, son sagas estremecedoras que cuentan, en tiempo de drama y comedia, de la entereza, voluntad, pasión y tenacidad que solamente tienen ellas, las mujeres, porque para ellas el amor es sangre y muchas desgarraduras, físicas y sentimentales.
CINCO EN UNA
La boca amordazada (1999), de la argentina Patricia Zangaro, enseña como la pasión cabalga sobre la razón y el premio es la mujer lapidada por serle infiel al marido y además revivir el mito de Fedra, el amor carnal con el hijastro. Es un corte vertical sobre las leyes islámicas que tienen a la mujer sometida al macho y le niegan su libertad en lo más íntimo. Gladys Prince se transforma de tal manera que la realidad escénica es conmovedora y lastima las ánimas del público, especialmente en esta Venezuela donde la mujer compite de igual a igual con el varón, aunque todavía hay violencia de género.
Amar a solas no es exclusividad masculina, a las mujeres también le pasa lo mismo y para mostrarlo la dramaturga caraqueña Mónica Montañés entrega La historia de un hombre que fue feliz con otra (2004). Es uno de esos amores platónicos donde el objeto macho jamás se entera de la pasión que despierta a su amante cercana, quien envejece atada a un imposible. Una historia agridulce que produce más que sonrisas y enfrenta al público con el espejo para descubrirse impotente con un amor que se pierde por el tiempo y la muerte. Deliciosa y llena de picardía la manera que la actriz utiliza para revelar esa herida que sangra para adentro cuando nos enamoramos y no podemos decirlo o nadie interesa, sino al ser que ama. Ellas y nosotros tenemos el mismo mal.
En este año Bicentenario no podía faltar una heroína, la colombiana Policarpa Salavarrieta, la Pola (1850) de Lisandro Ruedas. El ejemplar lamento de la fémina que lo sacrifica todo por la libertad de su tierra del yugo español, mientras en el calabozo espera la muerte, sin importarle todo lo que pierde al sacrificar su vida que dedicó por completo a la patria. Gladys aquí enseña lo que es el verdadero sacrifico,
Gerardo Blanco López también se aplica a la dramaturgia y lo demuestra pícaramente con su Bonsái de canutillos (2010) para recordar en clave de humor como el sexo y la locura pueden convertir a una mujer en un arma letal, precisamente porque la soledad y el desamor así lo estimulan. Es una ventana hacia la locura en medio de una sociedad donde todo es normal y lo inconveniente se esconde o se justifica. Nuevamente Gladys se supera a si misma y se metamorfosea por la magia del atuendo y una peluca dorada, aunada a un desopilante trabajo físico.
Y todo se cierra con Mi plegaria (2006) donde la actriz escribe para exaltar a Susanita, mujer que adoraba a su señora, la gran Eva Moreno, personificada ahora por una muñeca al estilo de Armando Reverón.
EL ESPECTACULO
Dirigir monólogos ha sido una de las pasiones de Gerardo Blanco López y así lo demuestra desde 1996 cuando inventó El aplauso va por dentro, el show que Mimi Lazo ha perpetuado todos estos años, gracias además al texto de Mónica Montañés. Y ahora con Monólogos del silencio reitera que sí sabe dirigir actrices y que la escena es como el caldero del nigromante, capaz de inventar mundos y feminidades, apuntalado en la música que interpreta Inés Bravo y los humorísticos anfitriones, María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores. Todo un delicioso y estremecedor trabajo para reiterar ese mundo tan particular en el que transitan las mujeres por…esos hombres.
ESPACIO DE INTEGRACION
El Centro de Artes Integradas (CAI) -dirigido por Trina Itriago y Gerardo Blanco López-tiene como objetivo contribuir a la formación del individuo con un enfoque integral de las artes, la ciencia y la tecnología e impulsar la generación de nuevos valores ciudadanos, la calidad de vida y espacios de integración social. Una asociación civil sin fines de lucro, con amplia trayectoria en organización de talleres para estudiantes y profesionales, que apoya y abre puertas a nuevos valores de la escena nacional, presentando sus montajes. Esta abierto a los que trabajen buscando avanzar y enriquecer el ámbito teatral.
LA CAJA TEATRAL
Recordamos esto porque el grupo teatral Bagazos, fundado en 1979, creció notablemente y ahora, de la mano de su director-fundador Gerardo Blanco López, inauguró un importante espacio escénico para actividades lúdicas y educativas. Se trata de la sala La Caja Teatral, planta baja del Centro de Artes Integradas, en Terrazas del Ávila, vía Universidad Metropolitana. ¡Larga vida deseamos a este proyecto!
Y para festejar ese exultante logro que favorece a la comunidad, Bagazos estrenó el espectáculo Monólogos del silencio o Aventuras y desventuras de mujeres intensas, dirigido con inteligencia y precisión por Blanco López, con la excelente actuación de Gladys Prince, apuntalada correctamente en la violinista Inés Bravo y los intérpretes María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores.
TEATRO FEMENINO
En un país donde siete de cada diez espectadores teatrales son mujeres, no extraña que se monten obras sobre diversas facetas del quehacer femenino o de los seres humanos en general. Y esto lo hemos aprehendido tras reseñar, a lo largo de cuatro décadas, lo que pasa en los escenarios de Caracas u otras ciudades. ¿Qué por qué el público es mayoritariamente femenino? No damos una opinión rotunda, porque todavía nos limitamos a registrar, a contar cabezas en las plateas y tomar nota para más adelante. Es posible que esas cabecitas rubias o rojizas o castañas sean de gente muy sensible, de seres curiosos, de mujercitas que buscan en la escena explicaciones a sus íntimas preguntas.
Pero dejemos interrogantes y aventuradas respuestas de lado y vayamos al doble motivo de esta crónica: la inauguración de una sala teatral y la presentación de un montaje centrado en peripecias existenciales o en aventuras y desventuras de cinco mujeres intensas, a quienes la primerísima actriz Gladys Prince ha creado, las diferencia profundamente y las hace amar o sufrir o añorar.
Este aleccionador espectáculo por sus contenidos y realización global presenta a la hembra como interlocutora con sus propias vivencias, sus pasiones y su lucha armónica y total por lo que ama o por lo cual se mueve o vive. Integrado por cinco monólogos, son sagas estremecedoras que cuentan, en tiempo de drama y comedia, de la entereza, voluntad, pasión y tenacidad que solamente tienen ellas, las mujeres, porque para ellas el amor es sangre y muchas desgarraduras, físicas y sentimentales.
CINCO EN UNA
La boca amordazada (1999), de la argentina Patricia Zangaro, enseña como la pasión cabalga sobre la razón y el premio es la mujer lapidada por serle infiel al marido y además revivir el mito de Fedra, el amor carnal con el hijastro. Es un corte vertical sobre las leyes islámicas que tienen a la mujer sometida al macho y le niegan su libertad en lo más íntimo. Gladys Prince se transforma de tal manera que la realidad escénica es conmovedora y lastima las ánimas del público, especialmente en esta Venezuela donde la mujer compite de igual a igual con el varón, aunque todavía hay violencia de género.
Amar a solas no es exclusividad masculina, a las mujeres también le pasa lo mismo y para mostrarlo la dramaturga caraqueña Mónica Montañés entrega La historia de un hombre que fue feliz con otra (2004). Es uno de esos amores platónicos donde el objeto macho jamás se entera de la pasión que despierta a su amante cercana, quien envejece atada a un imposible. Una historia agridulce que produce más que sonrisas y enfrenta al público con el espejo para descubrirse impotente con un amor que se pierde por el tiempo y la muerte. Deliciosa y llena de picardía la manera que la actriz utiliza para revelar esa herida que sangra para adentro cuando nos enamoramos y no podemos decirlo o nadie interesa, sino al ser que ama. Ellas y nosotros tenemos el mismo mal.
En este año Bicentenario no podía faltar una heroína, la colombiana Policarpa Salavarrieta, la Pola (1850) de Lisandro Ruedas. El ejemplar lamento de la fémina que lo sacrifica todo por la libertad de su tierra del yugo español, mientras en el calabozo espera la muerte, sin importarle todo lo que pierde al sacrificar su vida que dedicó por completo a la patria. Gladys aquí enseña lo que es el verdadero sacrifico,
Gerardo Blanco López también se aplica a la dramaturgia y lo demuestra pícaramente con su Bonsái de canutillos (2010) para recordar en clave de humor como el sexo y la locura pueden convertir a una mujer en un arma letal, precisamente porque la soledad y el desamor así lo estimulan. Es una ventana hacia la locura en medio de una sociedad donde todo es normal y lo inconveniente se esconde o se justifica. Nuevamente Gladys se supera a si misma y se metamorfosea por la magia del atuendo y una peluca dorada, aunada a un desopilante trabajo físico.
Y todo se cierra con Mi plegaria (2006) donde la actriz escribe para exaltar a Susanita, mujer que adoraba a su señora, la gran Eva Moreno, personificada ahora por una muñeca al estilo de Armando Reverón.
EL ESPECTACULO
Dirigir monólogos ha sido una de las pasiones de Gerardo Blanco López y así lo demuestra desde 1996 cuando inventó El aplauso va por dentro, el show que Mimi Lazo ha perpetuado todos estos años, gracias además al texto de Mónica Montañés. Y ahora con Monólogos del silencio reitera que sí sabe dirigir actrices y que la escena es como el caldero del nigromante, capaz de inventar mundos y feminidades, apuntalado en la música que interpreta Inés Bravo y los humorísticos anfitriones, María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores. Todo un delicioso y estremecedor trabajo para reiterar ese mundo tan particular en el que transitan las mujeres por…esos hombres.
ESPACIO DE INTEGRACION
El Centro de Artes Integradas (CAI) -dirigido por Trina Itriago y Gerardo Blanco López-tiene como objetivo contribuir a la formación del individuo con un enfoque integral de las artes, la ciencia y la tecnología e impulsar la generación de nuevos valores ciudadanos, la calidad de vida y espacios de integración social. Una asociación civil sin fines de lucro, con amplia trayectoria en organización de talleres para estudiantes y profesionales, que apoya y abre puertas a nuevos valores de la escena nacional, presentando sus montajes. Esta abierto a los que trabajen buscando avanzar y enriquecer el ámbito teatral.
LA CAJA TEATRAL
Teniendo a Bagazos-asociación civil sin fines de lucro, con 32 años de trayectoria-como motor, su objetivo es hacer un espacio para que profesionales y agrupaciones, dicten talleres, cursos, seminarios en aras de la formación teatral; presenten espectáculos, lecturas dramatizadas, montajes y eventos especiales; una escena donde los artistas se encuentren e intercambien experiencias y proyectos que puedan contribuir al desarrollo cultural del país. Este teatro, que se inició como un sueño de Salvador Itriago, tiene un aforo de 74 puestos y dispone de estacionamiento gratuito con vigilancia privada.
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