La empresa perdona un momento de locura de Rodolfo Santana (Guarenas, 14 de octubre de 1944) es una de las obras más importantes del teatro político venezolano, porque ahí se muestra lo que hizo y hace actualmente el capitalismo. Convierte en maquinas a los trabajadores y los explota hasta enloquecerlos para sustituirlos por otros o para echarlos a la calle, a veces con una modesta jubilación o simplemente con unas “gracias”, más nada.
Es de tal calidad su texto y tan contundente su contenido, que ya fue llevada al cine por Mauricio Wallerstein con Simón Díaz en el rol protagónico. Y como el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 esta dedicado a exaltar la dramaturgia de Santana no podían dejarla de exhibir, por lo cual convocaron al grupo Salamandro Teatro, de San Cristóbal, estado Táchira, para que su primer actor y director, Freddy Pereyra viniera a la capital y la mostrara en el teatro San Martín, junto a la actriz Nilka Vélez.
En La empresa perdona un momento de locura se plasman las consecuencias derivadas de unas historias del protagonista, Orlando Núñez, un obrero que, ante un accidente laboral sufrido por un compañero, reaccionó con una psicosis que lo hizo actuar de manera violenta.
Núñez lleva casi 30 años de su vida trabajando de manera ejemplar en esa fabrica a la que, para descargar su ira, le ha destruido costosos bienes materiales.
Una psicóloga somete a terapias precisas al obrero y lo obliga a confesar que su verdadero gran drama, que lo tiene sin sueño y con una ira que se desborda por sus poros, es el asesinato de su hijo mayor, Antonio a manos de la policía del régimen, tras acusarlo de intentar asaltar un banco, pero la verdad es que lo liquidaron por ser un luchador revolucionario.
La psicóloga le entrega un muñeco de tela para que lo golpee con toda y su fuerza y así lograr que desahogue su ira, pero Núñez entiende el trasfondo del tratamiento y se resiste hasta donde sus fuerzas se lo permiten. Sabe que le van a condecorar y además le harán unos regalos monetarios, porque tratan de comprarle su conciencia y además lo quieren usar como ejemplo para sus compañeros de trabajo.
Pereyra, o Núñez, hace una actuación memorable y deja en claro que no se rinde aunque así se lo quiera ver. ¿Cuántos hay como él?
Esta obra, que esta jugada cen clave de comedia, es una dura cátedra sobre lo que es la utilización de la ciencia y el supuesto humanismo burgués como instrumentos de dominación social, Y aunque Santana la escribió hace 40 años tiene una vigencia que no debe asombrarnos.
Este montaje que es verdaderamente memorable, no solo por la amarga verdad de sus contenidos, sino también por la calidad de producción exhibida, contó además con el apoyo de Jorge Luis Dávila y Luis Muñiz.
Es de tal calidad su texto y tan contundente su contenido, que ya fue llevada al cine por Mauricio Wallerstein con Simón Díaz en el rol protagónico. Y como el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 esta dedicado a exaltar la dramaturgia de Santana no podían dejarla de exhibir, por lo cual convocaron al grupo Salamandro Teatro, de San Cristóbal, estado Táchira, para que su primer actor y director, Freddy Pereyra viniera a la capital y la mostrara en el teatro San Martín, junto a la actriz Nilka Vélez.
En La empresa perdona un momento de locura se plasman las consecuencias derivadas de unas historias del protagonista, Orlando Núñez, un obrero que, ante un accidente laboral sufrido por un compañero, reaccionó con una psicosis que lo hizo actuar de manera violenta.
Núñez lleva casi 30 años de su vida trabajando de manera ejemplar en esa fabrica a la que, para descargar su ira, le ha destruido costosos bienes materiales.
Una psicóloga somete a terapias precisas al obrero y lo obliga a confesar que su verdadero gran drama, que lo tiene sin sueño y con una ira que se desborda por sus poros, es el asesinato de su hijo mayor, Antonio a manos de la policía del régimen, tras acusarlo de intentar asaltar un banco, pero la verdad es que lo liquidaron por ser un luchador revolucionario.
La psicóloga le entrega un muñeco de tela para que lo golpee con toda y su fuerza y así lograr que desahogue su ira, pero Núñez entiende el trasfondo del tratamiento y se resiste hasta donde sus fuerzas se lo permiten. Sabe que le van a condecorar y además le harán unos regalos monetarios, porque tratan de comprarle su conciencia y además lo quieren usar como ejemplo para sus compañeros de trabajo.
Pereyra, o Núñez, hace una actuación memorable y deja en claro que no se rinde aunque así se lo quiera ver. ¿Cuántos hay como él?
Esta obra, que esta jugada cen clave de comedia, es una dura cátedra sobre lo que es la utilización de la ciencia y el supuesto humanismo burgués como instrumentos de dominación social, Y aunque Santana la escribió hace 40 años tiene una vigencia que no debe asombrarnos.
Este montaje que es verdaderamente memorable, no solo por la amarga verdad de sus contenidos, sino también por la calidad de producción exhibida, contó además con el apoyo de Jorge Luis Dávila y Luis Muñiz.
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