lunes, noviembre 14, 2011

Mimi Lazo en el 23 de Enero

Ana María Lazo, conocida como Mimi Lazo (Caracas, 23-11-54), reputada actriz y exitosa productora de espectáculos, estuvo en el teatro Cristo Rey, del 23 de Enero, para predicar la necesaria lucha reivindicativa de las mujeres venezolanas con su monólogo El aplauso va por dentro, escrito y estrenado por Mónica Montañés y Gerardo Blanco, aquel 7 de junio de 1996, en la sala de conciertos del Ateneo de Caracas.
Mimi perdió la cuenta exacta de las funciones realizadas de El aplauso va por dentro desde su estreno, pero su esposo Luis Fernández cree que andan cerca de los 3600 y van a proseguir mostrándolo no saben hasta cuando y ahora con más pasión después de ver la gratísima reacción del público que los aplaudió de pie y estruendosamente el pasado domingo 14 de noviembre, en la histórica parroquia popular, durante el desarrollo del Festival Nacional de Teatro de Caracas 2011.
El aplauso va por dentro, disfrutado por más de 500 mil espectadores alrededor del mundo, plasma la historia de Valeria, divorciada y con dos hijos, y una carrera profesional en ascenso, mientras espera la llamada del hombre con el cual ya compartió algo más que una noche. Define presente y futuro de su vida, el mismo día que cumple 40 años. Transcurre su rutinaria clase de aeróbicos, y entre un ejercicio y otro, el espejo le ratifica la pérdida de la juventud, su miedo a la soledad, a darse cuenta que desde hace mucho sólo vive para los demás, y que solo lleva dentro...un silencioso aplauso por todo lo hace, como es luchar denodadamente para sacar adelante a su familia y conquistar un espacio decente dentro de la sociedad competitiva en que se desempeña; al tiempo que duerme sola y rumia frustraciones hasta que consiga que un verdadero hombre se fije en ella y la haga feliz, porque nunca pierde las esperanzas de amar recíprocamente.
No son Mimi y la autora Mónica unas loquitas antimasculinas ni tampoco bobas románticas. Lo que hacen es un llamado de atención a las féminas para que no decaigan en sus luchas particulares porque esten sin la compañía estimulante de un varón. Y por el contrario esperan que los hombres cambien más temprano que nunca y se den cuenta que son necesarios y que ellas los reclaman para si y sus hijos, porque la patria necesita hogares estables, difícil tarea para hacerla bien y solas.
El espectáculo, donde participa Luis Fernández como profesor de los aeróbicos, tiene atmósferas intimistas donde no faltan satisfactorios momentos románticos, como cuando Valeria sueña y baila con su novio, pero también se torna ácido y cruel porque la desprecian y la dejan para el día siguiente. Ahí viene la clase práctica de resistencia y lucha que Mimi imparte a sus compañeras de género cuando son abandonadas y están para hundirse.



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