sábado, mayo 02, 2015

El otro Leonardo Favio

Un gran artista argentino ahora en una producción fílmica venezolana


Los cineastas Luis y Andrés Rodríguez (Caracas, 29, 08,1974) crearon una hermosa y sensible película, de 96 minutos, para hacerle conocer a sus compatriotas por qué el legendario cantautor  argentino Leonardo Favio (28, 05,1938/05,11, 2012) es también uno de los más importantes directores del cine latinoamericano. Y es por ello que ya alistan el estreno de su documental de ficción  Favio, la estética de la ternura, una exquisita producción de la Villa del Cine, desde este jueves en varias salas de Caracas.

FILMOGRAFIA

Este documental sobre Leonardo Favio utiliza, de manera enternecedora, valiosos fragmentos de su filmografía realizada entre 1962 y 2008, como son:  Crónica de un niño solo; Este es elromance del Aniceto y doña Francisca, de cómo quedo trunco, comenzo la tristeza y unas pocas cosas más y  El dependiente , consideradas como unas  de las mejores películas en  la historia del cine argentino; además de  Juan Moreira;Nazareno Cruz y el lobo; Soñar,soñar; Gatica el mono; Perón, sinfonía del sentimiento y Aniceto

Son nueve testimonios de un polifacético artista, criado en orfelinatos, que luchó contra las desigualdades sociales y logró finalmente el reconocimiento total de su comunidad, al tiempo que rompía lanzas por Perón y todo lo que el significó y  aún  significa. Quien quiera refocilarse  con lo que el artista mostró en sus películas y degustar cada una de sus metáforas deberá dirigirse a la Cinemateca Nacional de Venezuela y pedir que se las exhiban o que hagan otro ciclo con ellas, porque fue precisamente así que  Luis y Andrés, más conocidos como “Los Morochos”, descubrieron al cineasta en la década de los años 90, y a quien ahora homenajean con  Favio, la estética de la ternura.

CINEASTA DE GRAN TERNURA

Pero “Los Morochos” no hicieron precisamente una “colcha  de retazos” con las nueve creaciones de Leonardo Favio. Tras volverlas a ver en La Habana se atrevieron, pues,  a construir un ambicioso documental para demostrar que se trataba de un  director con gran ternura por su patria y su gente, capaz de decir muchas cosas, como los más grandes maestros europeos. No trabajaron con un guión convencional sino a partir de las líneas temáticas y de las situaciones que brotaban de cada de unas de las películas. Crearon personajes como el niño que rapan en un orfelinato  y se entrega a su mágico deambular a lo largo de los fotogramas de esos nunca agotadores  96 minutos del filme, al tiempo que plasmaron atmosferas donde los paisajes y el agua eran otros seres acompañantes de ese largo viaje cinematográfico, hacia la mítica Ítaca que persiguen todos los grandes artistas latinoamericanos. Su cine, por lo que hemos visto y degustado, es de descubrimiento, a lo Joaquín Cortez.

Si Leonardo Favio no tiene parangón como cantautor por sus pegajosas canciones de amor, podemos decir que como cineasta también logra plasmar su música melodramática en una peculiar realidad latinoamericana, como la que describe Gabriel García Márquez, pero que el argentino construyó para cada una de sus creaciones fílmicas. Quedamos impresionados por los fragmentos de  Juan Moreira  y el fantástico ballet  en Aniceto, para señalar a esos impactantes fotogramas que bien acompañan a sus otros siete hermanos, para decirlo coloquialmente.

Creemos que al exhibir Favio, la estética de la ternura   en las salas venezolanas, también sería recomendable que la Cinemateca Nacional de Venezuela, o alguno de los canales de la televisión del Estado,  programara un ciclo de las películas de Leonardo Flavio, quien fue un legendario luchador  por la independencia latinoamericana y un admirador de Hugo Chávez, a quien quería conocer  personalmente, como se los dijo el cineasta a “Los Morochos”, mientras ellos culminaban  el acopio de material para su documental, por allá en los días de  octubre de 2012. Él, por supuesto, también es uno de los personajes claves en “Favio, la estética de la ternura”, por las glosas y los análisis que les dijo a los cineastas venezolanos.

El tiempo es un verdugo

Cuando murió Leonardo Favio, el diario argentino La Nación publicó que él  era considerado uno de los directores de cine más importantes del país, quien supo dejar su sello propio en el séptimo arte nacional y generó un fenómeno de culto en torno a sus películas. "Definir a Favio sería maniatarlo y él quería ser libre", dijo Alfredo Alcón, protagonista de una de sus películas,  Nazareno Cruz y el lobo. Reflexivo y verborrágico, decía que no le gustaba mirar sus trabajos una vez estrenados. "Uno tiene que hacer las cosas y dejarlas volar. No hay que quedarse pegado. Eso te empequeñece. Siento envidia por los realizadores que tienen en su casa los afiches de sus películas. Pero, para mí, guardarlas sería como quedar prisionero de algo...", dijo una vez. Durante la realización de su película  Perón, sinfonía del sentimiento, fue diagnosticado con una rara enfermedad que lo llevó a replantearse muchas cosas sobre el paso del tiempo, tema al que se refirió en varias ocasiones: "Le tengo terror. El tiempo es un verdugo que te espera, inapelable. Por eso, la lucha estéril de la gente que tiene que salir en la televisión me da pena. Me gusta, en cambio, la vida en los pueblos: cómo todos van envejeciendo al unísono, no lo perciben, y como no salen en la TV, no necesitan de esa lucha desigual contra la naturaleza”. Leonardo Favio nació el 28 de mayo de 1938, en Luján de Cuyo, Mendoza, y recibió el nombre de Fuad Jorge Jury, que luego cambió para dedicarse al arte. Sus primeros pasos los dio en el radioteatro, como joven actor. Desde el momento en que comenzó a formarse en este rubro supo que seguiría por ese camino y comenzó a buscar la manera de destacarse en varias artes. Fue cantante y compositor, uno de los grandes precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las décadas del 60 y 70. Grandes hits como  Fuiste mía un verano  y Ella ya me olvidó, nacieron con su voz. A lo largo de su vida, lanzó 25 discos. El último, en 2011, una colección de sus máximos hits.


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