El actor venezolano y su director español |
El actor y dramaturgo venezolano
Doriam Sujo está muy destacado desde hace una semana en los cinematógrafos
españoles, donde lo exhiben, como protagonista, de la pelicula hispana Bollywood made in Spain, del director
Ramón Margareto. Ahora al dar el salto a la pantalla grande, este criollo (36
años) cuenta por qué, cómo lo hizo y qué seguirá haciendo.
¿Por qué en España y
desde cuando?
Me vine a España en
búsqueda de un crecimiento profesional. En Venezuela si no tienes una
ideología política es muy difícil prosperar y como hombre de
cultura no suelo casarme con ninguna doctrina. Prefiero tener valores que me
ayuden a ser cada día mejor persona y profesional, pero sobre todo, que me abra
la mente a tener nuevas experiencias. Aquí estoy desde el 9 de marzo de 2007, justo
después de graduarme en la Universidad.
¿Cuál es su balance hasta
ahora?
Positivo. Migrar es
duro, y más si sales de tu propio país sin intención de quedarte en otro, pero
ahora me siento satisfecho por los objetivos que voy logrando y no me arrepiento.
España es un país muy amable y con una gente maravillosa.
¿Qué perdió o qué ganó con la
inmigración?
Nunca se pierde, creo
que toda experiencia enriquece el alma, aunque quedarme a vivir en España fue
una decisión dura. No es fácil dejar la casa y a nuestros familiares y
nuestros muertos. En Venezuela, ya estaba logrando cositas como actor,
estaba consiguiendo castings para Colombia y México, gracias a lo que ya venía
haciendo en Caracas. Cada vez conseguía más oportunidades como actor en
RCTV, pero al cerrarlo... en fin. Aún sigo soñando que estoy en mi país y
me suelo despertar con un vacío en el pecho, pero es que en
Venezuela, ya no se podía estar. La delincuencia era cada vez peor. La cultura
era cada vez más política y el venezolano era cada vez más violento. Recuerdo
que mi último suceso en Caracas fue un intento de robo por un niño de unos 12
años...un niño. Con la migración volví a disfrutar de la libertad de hablar con
la gente en la calle sin miedo, de caminar por la ciudad sin importarme la
hora. De entender otra formas de interpretar, de crear, de trabajar.
¿Cómo fue el proceso de
adaptación?
Compleja. Al principio
no me enteraba muy bien, así que me dedique a observar, observar y escuchar.
Luchaba cada día por integrarme y hoy por hoy, cuento con muy buenos amigos y
amigas, y hasta podría decir que tengo una familia elegida que me brinda mucho
cariño.
¿Satisfecho o lo
repetiría?
Repetir como en el 2007,
no. Es duro. Satisfecho jamás, trato de no acomodarme. Me gusta ponerme
pequeños retos que me motiven a vivir cada día. Quizás iría a otro país por
trabajo. Como actor, me gusta mucho conocer nuevas culturas.
¿Se lo aconseja a las nuevas
generaciones y a las adultas también?
Bueno, yo lo que
aconsejo es que lo hagan con cabeza. Que sean consientes de que los que migran
son ellos y que deben integrarse. Hay que tener claro que debemos luchar, y dar
lo mejor de nosotros cada día, pero sobre todo, ser consientes de que el país
que elijas para comenzar un nuevo camino jamás será como Venezuela, así
que la nostalgia se convertirá en una sombra que siempre les acompañará,
hay que saber lidiar con ella.
¿Qué hay en el futuro?
Seguir trabajando.
Actualmente sigo escribiendo teatro para mi sala en Madrid que se llama
"El Burdel a escena", ubicado en corazón de la ciudad,
específicamente en Lavapiés. Quiero seguir luchando por mantener la
calificación de extraordinario en todos nuestros montajes, lo que nos
convierte en una referencia escénica de la cartelera madrileña. Como actor
estoy en la búsqueda y a la espera de nuevas oportunidades.
¿Ya eres español?
Si, tengo doble
nacionalidad.
¿Y Venezuela?
Ufff... No puedo ser
objetivo, porque lamentablemente llevo muchos años sin ir. Pero por las
noticias que leo casi a diario, lamento por la situación por la que esta
pasando. Lamento que no exista una oposición firme, y que el venezolano se
deje humillar de la forma que lo hacen .Venezuela debería dejar de ser tan
ingenua y luchar por un verdadero cambio. Yo deje de manifestar por la
falta de seriedad de los políticos a la hora de exigir derechos y por las
rochelas de los manifestantes. Me gusta mucho el humor venezolano, pero creo
que todo tiene su momento. Cuando se lucha por el futuro hay que ser serios.
El venezolano debe madurar, pero sobre todo debe de dejar de esperar que
alguien nos rescate y/o libere. Hay que ser sensatos y menos
melodramáticos para conseguir los cambios positivos en la
vida. Si ves las noticias, parece toda una telenovela. Hay una nostalgia
muy toxica en el ambiente, hay que soltar. Se que el venezolano es
inteligente, arrecho y luchador, lo demostramos fuera de nuestro país, por eso
si creo en un cambio, pero hay que aparcar los gritos, los dramas y los shows
victimistas para conseguir que Venezuela vuelva a ser el gran país que nos
merecemos. Debemos de dejar de ser sumisos peones para convertirnos en
ciudadanos responsables, sin miedo. Venezuela no es de los políticos,
Venezuela es de los venezolanos sin importar raza, ideología y sexo.
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