No se olvidaron del autor altamente comprometido con su su pueblo. |
El cuarto año del mutis del dramaturgo Rodolfo Santana Salas (Caracas,24.10.1944/Guarenas, 21.10.2012) no pasó desapercibido para los teatromaníacos caraqueños, pues en el
Teatro Nacional se presentaron sendas producciones de sus obras Tiranicus y Rock para una abuela virgen: una
farsa sobre las nefastas consecuencias del mal gobierno de un tirano y una
comedia sobre los cambios de las conductas sociales como consecuencia del paso
del tiempo. Esperabamos algo más trascendente en cuanto a la calidad global de esos
dos montajes pero no se dio, salvo el espectàculo de El Animador que trajo desde
Guanare -para la sala Rajatabla- la gente de Carlos Arroyo con los actores Anibal
Grunn y Wilfredo Peraza, centrado en un tragicòmico secuestro que cuestiona las
perversidades de la television comercial. Un memorable trabajo de la Compañia
Regional de Portuguesa.
Hoy reseñamos Rock para una abuela virgen, según dirección y actuaciones que adelantaran Jennifer Morales y los artistas Adriana Bustamante, Nuvia González, Luis Ernesto Rodríguez, Dennys Licett y el trompetista Johangel Graterol. Esta compleja comedia fue estrenada por José Domínguez durante la temporada 1988 del Ateneo de Caracas y Olegario Barrera la llevó al cine, en 1998. Sin lugar a dudas que tiene sus atractivos para los teatreros.
No es una comedia fácil porque su carga humorística desacraliza varios dogmas de la Iglesia Católica, pero termina siendo una gran humorada sobre como han cambiado las relaciones interpersonales en la sociedad venezolana, en menos de un siglo, especialmente en lo referente a las conductas eróticas de hombres y mujeres.
En este nuevo montaje hay que resaltar la pulitura actoral del elenco ahí reunido, especialmente con los roles desempeñados por Adriana y Nuvia, los verdaderos motores del montaje que se desarrolla a lo largo de 70 minutos. Creemos que el espectáculo merece más cuidado en la producción, ya que la plantilla actoral es buena, pero evitando que la versión escénica ampute algunos chistes claves para degustar más el rock de la obra
Hoy reseñamos Rock para una abuela virgen, según dirección y actuaciones que adelantaran Jennifer Morales y los artistas Adriana Bustamante, Nuvia González, Luis Ernesto Rodríguez, Dennys Licett y el trompetista Johangel Graterol. Esta compleja comedia fue estrenada por José Domínguez durante la temporada 1988 del Ateneo de Caracas y Olegario Barrera la llevó al cine, en 1998. Sin lugar a dudas que tiene sus atractivos para los teatreros.
No es una comedia fácil porque su carga humorística desacraliza varios dogmas de la Iglesia Católica, pero termina siendo una gran humorada sobre como han cambiado las relaciones interpersonales en la sociedad venezolana, en menos de un siglo, especialmente en lo referente a las conductas eróticas de hombres y mujeres.
En este nuevo montaje hay que resaltar la pulitura actoral del elenco ahí reunido, especialmente con los roles desempeñados por Adriana y Nuvia, los verdaderos motores del montaje que se desarrolla a lo largo de 70 minutos. Creemos que el espectáculo merece más cuidado en la producción, ya que la plantilla actoral es buena, pero evitando que la versión escénica ampute algunos chistes claves para degustar más el rock de la obra
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