Más compatriotas trabajando para su destino escénico. |
Termina el año teatral 2016 y en Caracas comienzan a escasear los
montajes de fin de semana, pero pululan los espectáculos, de escuelas o talleres, con los cuales sus alumnos se gradúan, tal es el caso de Instrucciones para el manejo de las marionetas,
de Héctor Levy-Daniel (Buenos Aires, 1961).Un montaje
dirigido por Pedro Castillo Borgo para
los graduandos del Taller Nacional de Teatro que coordina la Fundación
Rajatabla, proyecto educativo que comenzó con Carlos Giménez (1946-1993) pero
que ha decaído por razones obvias: difícil armar una plantilla de profesores,
no porque no existan ,sino porque se han ido al exterior o las ofertas
económicas no atrae a los educadores.
Menudo problema que debe resolver William López para que la institución que preside sobreviva un poco más, un problema que no es suyo únicamente, pero solo la unidad de los artistas y productores pueden superar esta coyuntura, como ocurrió en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y los espacios teatrales tenían que ser reconstruidos y los actores reflotados o totalmente nuevos.
Menudo problema que debe resolver William López para que la institución que preside sobreviva un poco más, un problema que no es suyo únicamente, pero solo la unidad de los artistas y productores pueden superar esta coyuntura, como ocurrió en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y los espacios teatrales tenían que ser reconstruidos y los actores reflotados o totalmente nuevos.
Sin embargo ahí
vimos, muy lúcidos todos, a María
Fernanda Bistoche, Luis Miguel López, Alexandra Ortega, Ingrid González,
Argenis Fernández, Andreína Salazar y Wilmer Hernández, quienes muestran el
producto de dos años de estudios, grupo valioso que ojalá consiga trabajo remunerado o que haga cooperativas y muestren sus conocimientos.
Esta obra (1997) es un cuento sobre las vivencias o sufrimientos de un grupo de hombres y mujeres secuestradas o privadas de libertad, que deben realizar diariamente una serie de representaciones particulares y, a su vez, darle sentido a sus vidas, manteniendo la esperanza de recuperar la libertad. Hacen teatro para el todopoderoso Mariscal, que podrá decidir la vida o la muerte de cada uno de ellos. Es obvio el batiburrillo de temas ahí sumados: la situación de encierro y el teatro dentro del teatro, línea de estudio que distingue al autor.
Castillo Borgo dirigió este espectáculo, después que docentes y directores invitados, abandonaran el proyecto. Tuvo cinco semanas de ensayo, aunque el grupo contó con dos años de preparación para este resultado, como nos lo reiteró el actor Hector Manrique. ¡Buena suerte a estos cómicos que son, junto con muchos más, el relevo generacional que nos permitirá llegar más allá, donde solo el horizonte es el límite!
Esta obra (1997) es un cuento sobre las vivencias o sufrimientos de un grupo de hombres y mujeres secuestradas o privadas de libertad, que deben realizar diariamente una serie de representaciones particulares y, a su vez, darle sentido a sus vidas, manteniendo la esperanza de recuperar la libertad. Hacen teatro para el todopoderoso Mariscal, que podrá decidir la vida o la muerte de cada uno de ellos. Es obvio el batiburrillo de temas ahí sumados: la situación de encierro y el teatro dentro del teatro, línea de estudio que distingue al autor.
Castillo Borgo dirigió este espectáculo, después que docentes y directores invitados, abandonaran el proyecto. Tuvo cinco semanas de ensayo, aunque el grupo contó con dos años de preparación para este resultado, como nos lo reiteró el actor Hector Manrique. ¡Buena suerte a estos cómicos que son, junto con muchos más, el relevo generacional que nos permitirá llegar más allá, donde solo el horizonte es el límite!
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