En Escena 8 de Las Mercedes hay una alternativa |
Por supuesto que la actual crisis sociopolítica venezolana no tiene
puntos de comparación con la que vivió y sufrió España a lo largo de tres años.
Durante esa Guerra Civil Española (1936-1939) se escenificaron en
la zona republicana (la gubernamental, de tendencia izquierdista y centrada en
Madrid) diversos tipos de espectáculos teatrales claramente diferenciados, que
tenían unas circunstancias muy distintas de representación. Por un lado, estaba
el teatro producido en el frente de batalla, con una extrema economía de
medios, que se caracterizaba por una relación directa con las necesidades de la
conflagración (donde hubo descarada intervención extranjera) y una función formativa
sobre el público. Y un teatro con mayores aspiraciones estéticas, representado
en las salas de las grandes ciudades y que tenía como principal objetivo
canonizar momentos fundacionales de la épica del pueblo, presentando una imagen
idealizada de los combatientes. La censura para los contenidos y las básicas formas
de actuación imperaron como es obvio en la zona gubernamental y también en el
sector rebelde o nacionalista.
Recordamos esas características del teatro que se hacía en la zona
republicana española, a manera de información, ya que ante la compleja situación sociopolítica que vive y sufre Venezuela, y
especialmente en Caracas, el teatro no se ha detenido y es por eso que han programado y avanza el festival Cortos y variados,
novedoso y variopinto espectáculo que reúne seis obras cortas, de 20 minutos
cada una, el cual se presenta en una
sola función diaria (de jueves a domingo), hasta el 2 de julio, en el Teatro
Escena 8 de Las Mercedes.
Además, y esto hay que reiterarlo, las otras salas caraqueñas exhiben
sus montajes y hasta hacen funciones gratuitas bajo el rotulo de Teatro en Resistencia. Y hay, como es natural,
un descenso notable en las taquillas porque el público piensa dos veces antes
de salir a la calle, precisamente de noche y con muchos chicos malos sin
controles en las calles.
Cortos y variados, “este experimento” según lo
denomina su organizador, el productor José Manuel Ascensao, permite ponderar
montajes como El reto, Las
amantes presidenciales Los trajes del muerto, Quedé loca por bocona,
Afuera y Chicas venganza, escritos y dirigidos por Johnny Gavlovski,
Carmelo Castro Fernando Martínez y Arnoldo Maal, Yanosky Muñoz, José Simón
Escalona y Angélica Escalona y Dairo Piñeres.
Estos espectáculos, de los cuales
vimos cinco, porque Chicas venganzas no
se presentó el sábado 3 de junio, permitieron conocer argumentos, muy
venezolanos además, y detalles de sus montajes y las respectivas
caracterizaciones, según lo reseñamos a continuación:
EL RETO
Texto denso,
metasífico,dirían algunos, porque es una investigación muy profesional de su
autor, el psicólogo Gavlovski, sobre orígenes
y límites del mal y el bien, materializados
con una pareja de caballeros, vestidos
cual alienados oficinistas contemporáneos,
que cuidan un archivo: uno es Gabriel, el bien (cual ángel Gabriel) y el mal, o
sea Lucio o Lucifer. Es un agudo análisis sobre esos seres de carne y hueso que
al final se deciden comerse una manzana, después de una alucinante tarea física
para quedarse con el control de los archivos. Por supuesto que el contenido de
esta mini pieza es de características filosóficas y suscita rechazos o aceptaciones,
según el estado de ánimo y la cultura del espectador. Las actuaciones, encomendadas
a Gabriel Blanco y José Manuel Ascensao son impactantes, especialmente el
segundo, porque su personaje luciferino es más humano y creíble. Hay, pues, una
tarea muy aguda por parte del director, el mismo Gavlovski. Creemos que es una
obra en creación y que puede llegar a otros estadios teatrales.
LAS AMANTES PRESIDENCIALES
Se dice que al lado de un gran
hombre hay siempre una gran mujer, bien sea esposa o amante o concubina. Es por
eso que la historia íntima de los gobernantes venezolanos es digna de novelas, telenovelas
y teleteatros, además de peliculas. Ahora, bajo el formato de alta comedia, se
presentan las anécdotas amatorias de cuatro controversiales Presidentes de
Venezuela: José Antonio Páez y Cipriano Castro, de la tercera república; Carlos
Andrés Pérez y Jaime Lusinchi, de la cuarta república. Gracias a la
investigación y al trabajo de creación dramatúrgica de Carmelo Castro (sobrino
nieto de Cipriano Castro), quien logra mostrar lo que ha sido el queridaje en
la institución familiar venezolana, a todo nivel, se escenifican cuatro sagas
de igual número de mujeres que acompañaron a esos machos poderosos y significaron
su fuerza o su perdición en sus mundos íntimo. Hay que subrayar que las cuatro
damas estuvieron a la altura de sus circunstancias y fueron útiles, aunque la
sociedad las denigró. Ahí, pues, desfilan, desde Barbarita, la amante de Páez, hasta Cecilia
Matos, que después Pérez la hizo su esposa legítima, además de “La Chanito”, la concubina de
Castro, y Blanca Ibáñez, también desposada por Lusinchi.
La intimidad y la fuerza femenina
logra atrapar al espectador en lo que representa "el queridaje como
institución", donde la mujer que acompaña al poderoso puede ser su fuerza
o su perdición; y subraya que la mujer con su sexo puede hacer y deshacer hasta
a un país.
Es, para
nosotros, el mejor texto de investigación y el trabajo actoral más ambicioso,
resuelto por Maga González y Carlos Dugarte con sus
interpretaciones bien diferenciadas. Ahí está el germen para un texto más
amplio o una teleserie, tras vencer los obstáculos legales.
QUEDÉ LOCA POR BOCONA
Basada en hechos reales y
existenciales de un personaje del mundo LGTBI caraqueño, el escritor y director
Yanosky Muñoz crea una historia un tanto inverosímil, pero cuyos actores le dan
una gran dimensión escénica, donde el cuento pasa a un segundo plano y se
destacan así sus performances individuales. Esta pieza merece ser reescrita y
podría convertirse en un espectáculo redondo, donde el periplo existencial del
joven gay tiene más fuerza y trascendencia.
Ahí
está, por ahora, Adrián, un varón de clase media, que sueña con ser famoso y
pertenecer al mundo del espectáculo, quien cuenta las peores situaciones por
las que ha pasado en su vida a consecuencia de no quedarse callado cuando
es oportuno y dejar que las cosas fluyan por sí solas. "Somos dueños
de lo que callamos y esclavos de lo que decimos", este dicho él jamás lo
ha tenido claro y es entonces cuando conoceremos cada uno de los enredos y
problemas donde se verá envuelto el protagonista. Yanosky Muñoz se inspiró en
casos sonados de la farándula, política y la vida cotidiana de amigos cercanos
para llevar a las tablas esta comedia, que cuenta con la actuación estelar de
Ángel David Díaz y su “Sancho Panza”, pero más delgado, Ramphis Sierra.
Hay talento pero falta pulirlo.
EL TRAJE DEL MUERTO
Adam, excéntrico millonario fanático de objetos del más allá, tiene una
pelea con su hija que mantiene separada o en ruinas a la sociedad familiar, a
causa de su afición por los objetos embrujados. Adquiere un supuesto fantasma
que lo atormenta, y lo persigue hasta llevarlo a la muerte. Escrito
por Fernando Martínez, bajo la dirección de Arnoldo Maal y Fernando
Martínez, es un espectáculo que debe ser depurado, especialmente su texto, y
dejar que los trucos teatrales sean más apreciados y degustados por el público.
Tiene un primer actor como Juan Carlos Ogando, secundado por la bella Carla
Müller.
AFUERA
Otra vez José Simón Escalona rompe
esquemas y se atreve con el monólogo de Marquito, quien decide contar como salió
del closet y lo hace de manera didáctica y sin cortapisas. Este un texto hace
parte del espectáculo Raros, que no
ha sido escenificado aún, donde se revelan los dramas de personajes venezolanos,
de carne y hueso, afectados por sus peculiares orientaciones sexuales. Es una
bofetada a la hipocresía machista, que ha abusado de él. El humor escénico resulta
de sus rocambolescas peripecias para conjurar su inusitado y extraordinario
culo y el drama se ve representado irónicamente, en la misma provocación que
emancipa sus extravagantes nalgas. El personaje revela facetas de su vida en un
intento de auto exorcismo, de desfachatez para equilibrar su soledad y lo que
busca es "liberarse del culo". Si la obra deja sin aire al espectador pacato,
la performance actoral de Víctor Hugo Gomes es asombrosa, un trabajo perfecto
de este comediante, conducido por Angélica Escalona.
Más allá de las
valoraciones o evaluaciones de cada uno de los montajes que integran a Cortos y variados, hay que resaltar el
hecho cultural como tal, el que hayan logrado reunirse y generar un espectáculo
que contribuye a drenar los sinsabores de Caracas en estos días. Felicitaciones
para todos ellos y que viva el teatro, el único lugar donde el hombre puede
pensar o soñar en libertad.
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