Un novedoso espectáculo salió de Parque Central. |
En estos días, precisamente cuando los
políticos tratan de imitar al teatro y no les funciona la trama ni los actores,
porque elaboran mal sus guiones y pretenden burlarse de la inteligencia del
pueblo-espectador, conviene recordar, para beneplácito de los habitantes de
Caracas, que las verdaderas artes escénicas no han desaparecido de esta
Venezuela ni del Complejo Habitacional Parque Central. Y es por eso que, desde
el sótano 1 del edificio San Martín, donde está la sala La rampa, salió
para presentarse en el teatro Principal (donde cantara Carlos Gardel el 25 de
abril de 1935), esquina con la plaza Bolívar, durante los días sábado 23 y domingo
24 de febrero, el extraño montaje dancístico-teatral-circo Tropical.
Sorprendente y grata creación de la agrupación Igual a Uno Teatro,
bajo la dirección de Gregorio Magdaleno.
En Tropical, montaje que combina
sabiamente las técnicas del baile o la danza con el teatro y el circo, los
espectadores pudieron rememorar y disfrutar como “ser y no
ser” identifica al
inglés Shakespeare o que “inventamos o
erramos” es el reto que el venezolano Simón Rodríguez le hizo a los
latinoamericanos hace más de dos siglos, o aquel “pienso,
luego existo” del francés Descartes que generó toda una revolución en
las maneras de abordar el análisis de la realidad, temida
revisión que ya la había iniciado muchísimos siglos antes ese "solo
sé que no sé nada" del griego Sócrates.
Aclaremos las funciones que Tropical no
son una densa clase de filosofía reducida a un entretenido recital de
sentencias memorables con bailecitos aleatorios, son, eso sí parte, algunos de
los textos, bien actuados, que transmiten las actrices-bailarinas
protagonistas Osleyda Pérez y Yarumí González,
apoyadas por el actor Amílcar García, quienes emprenden, a lo largo de 90
minutos, un singular viaje escénico, con sus bailes y
movimientos a través de la búsqueda de su propio nombre y a partir de ello, de
la búsqueda del ser.
Es, pues, Tropical una indagación teatral, donde se suda, como ha dicho el
director-autor Magdaleno, para descubrir quiénes somos, frente a unas maneras,
unas formas impuestas en nuestros propios comportamientos. “Entonces nosotros
como espectadores podemos conocer lo que podría ser el cliché, la iconografía
de lo tropical, es decir, por ejemplo, los mambos, los bailes, los merengues,
las cumbias, que de alguna manera signan una manera de ser y que nos contrastan
en nuestra mirada interior”.
Tropical no es más
que una pieza de teatro arte, ese que
muchos teatreros tienen miedo identificar por su nombre y al cual miran
peyorativamente porque es, sin lugar a duda, teatro filosófico
y además consideran que el público es ignorante y lo que
quiere o hay que servirles es la banalidad de algunos textos. Este trabajo es consecuencia de dos años de exploración, de continuo
entrenamiento, preparación y búsqueda de las verdades de cada intérprete.
Ver Tropical reivindica al arte del movimiento escénico
dancístico que injustamente algunos críticos habían calificado de banal porque
sus artífices no emiten palabras o sentencias de trascendencia y únicamente se
desplazan sincrónicamente.
Gracias a Tropical se recuerda
al viejo arte del teatro circense y se rompe la cuarta pared y se va hacia el
público y lo afronta con sus preguntas que lanza cuales dardos de filosofía o
conocimientos generales y glosa sus respuestas, además que lo premia con
mandarinas, naranjas mangos o cambures. Hace una fiesta o un happening en la
sala teatral, distiende las distancias y todos participan, al tiempo que lo
baña con pétalos de flores o pedazos de coloridos papeles. Y toda esa fiesta culmina
con esta memorable frase de Goethe: "Mientras no mueras y
resucites de nuevo serás un desconocido para la oscura tierra".
En Tropical, Gregorio
Magdaleno, actor, director y escritor, con más de 40 años
de trayectoria artística, permite conocer su visión sobre el arte y la vida,
las cuales ha logrado conjugarse para llevarle al público general una pieza
para plantearle la razón sobre el ser, su origen y verdad,
buscando así enfrentarlo con la complejidad y singularidad del ser
humano.
Y no podemos cerrar esta reseña sin
recordar que Igual a Uno Teatro es una agrupación nacida en el 2016, la
cual hace vida en la sala La Rampa y
tiene como norte la búsqueda de un desarrollo estético fundamentado en la
posibilidad creadora de los seres humanos como capacidad única para un
desarrollo intelectual y espiritual, armonioso y creciente; esta agrupación se
dedica a mostrar historias, eventos y sucesos humanos hilados por la búsqueda
del significado del ser, a través de la propia búsqueda expresiva del actor o
actriz.
La rampa es el antiguo espacio
experimental del Celcit, creado por el filósofo del teatro Juan Carlos De
Petre, en las décadas de los 80 y los 90 del siglo XX, el cual se transformó en
la Sala Altosf, en el año 1993 y ahora, desde el año 2016, se convirtió en La
Rampa, siempre bajo la égida de Magdaleno. Gracias al apoyo de Fundarte y la
empresa Corpocapital (que gerencia al Complejo Habitacional Parque Central) fue
posible su reacondicionamiento y ahora es un espacio alternativo para las
nuevas generaciones de artistas venezolanos.
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