El Popol Vuh en escena. |
La comedia dramática Asia y el lejano oriente, de Isaac Chocrón, fue estrenada el 12 de
marzo de 1966 en el Teatro Municipal de Valencia, bajo la égida de Román
Chalbaud y con la participación actoral
de América Alonso, Luis Abreu, Doris Wells, Asdrúbal Meléndez, Eduardo Serrano,
Conchita Obach, Hilda Breer, Enrique Benshimol, Daniel Farias y Marta
Lancaster. Y sirvió como semilla artística para la creación de El Nuevo Grupo,
a mediados de la temporada de 1968, el cual debutó con la pieza Trick Track, el Teatro de Camara de las
hermanas Contreras, sala que después adoptó el nombre de Teatro Alberto de Paz
y Mateos.
Y recordamos esto, porque cuando es creada la
Compañía Nacional de Teatro, el 22 de mayo de 1984,según el Decreto No. 122,
publicado en la Gaceta Oficial No, 32981, fue designado Isaac Chocrón
como director general de la nueva institución, asociación civil del Estado,
según el Decreto No. 134, para iniciar así un gran desafío que era, y sigue
siendo, apoyar la labor de los profesionales que han contribuido al desarrollo
del teatro venezolano, así como propiciar
la promoción y capacitación de los nuevos valores, y cuyo repertorio debe
incluir las mejores obras del teatro venezolano e internacional para el
disfrute de todo el país.
Y
Chocrón no lo pensó dos veces: el 27 de febrero de 1985, dispuso que la CNT
debutara, precisamente, con Asía y el
lejano oriente, nuevamente dirigida por Chalbaud. El espectáculo, ahora en
el Teatro Nacional de Caracas, hizo 49
funciones para contabilizar unos 14 mil espectadores. Y el histórico elenco lo integraron, entre otros, Rafael
Briceño, Francis Rueda, Manuel Salazar, Marcelo Rodriguez, Javier
Paredes, Saul Arocha, Costa Palamides,
Aura Rivas, Marta Track ,Tania Sarabia, Eva Moldofi, Aleska Díaz
Granados y Gabriela Martínez.
Cuando
Asia y el lejano oriente fue
mostrada por la CNT, Venezuela era otro país. Chocrón tomó el extraño absurdo
que proponía su texto para presentarle a los espectadores una reflexión sobre
los excesos con la deuda pública, el perenne caso de los políticos corruptos y
los banqueros ladrones, además de un cierto deseo de fuga antipatriótica en
algunos sectores de la población.
Y
comenzó así la CNT una empresa cultural en la cual los teatreros depositaron
sus esperanzas para que ayudara al siempre soñado y anhelado el desarrollo de
las artes escénicas nacionales y además formara nuevos actores y atrapara más
espectadores. Una tarea que no ha cesado y que permitido la participación de un
centenar de actores y técnicos, además del estreno o el debut de escritores
nacionales y extranjeros, y el importante adiestramiento del desempeño de un
personal administrativo y las gerencias responsables de profesionales como
Alfredo Caldera, Eduardo Gil, Néstor Caballero, Ugo Ulive, Pantelis Palamides,
Hector Manrique y llegamos hasta Carlos Arroyo, un artista llanero que tiene su
agrupación en Guanare, desde hace un treintena de años y está ahora prestado,
por así decirlo, a la CNT.
Y como la historia de las artes escénicas criollas
no se detiene en la contemplación del pasado sino que se proyecta con fuerza en
el presente y prepara a las nuevas generaciones, La Compañía Nacional de Teatro
(CNT), al arribar a su 35 años de labores artísticas, ejecutó la producción y exhibición de un
monumental espectáculo basado en Popol Vuh, el libro sagrado del pueblo
maya, también conocido como El libro del
consejo o El libro de la comunidad, para la apertura del Octavo Festival
Internacional de Teatro de Caracas, el viernes 12 de abril, a las 11 de la
mañana, en el teatro Municipal,
histórica sala donde permaneció hasta el 26 de mayo, tras hacer no menos de 14
funciones para casi unos diez mil espectadores.
Habría que
subrayar que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura avaló este
proyecto de la CNT, cuyo director general es Carlos Arroyo, ya que está
consciente de “la urgente necesidad de reafirmar nuestros valores como pueblo,
venezolano y de nuestra América”, y para eso nada mejor que llevar a escena uno
de los textos más poéticos y génesis de la creación del hombre como es Popol
Vuh, texto que ha sobrevivido a las traducciones y otras amputaciones
propias de la cultura colonial española, aunque las nuevas generaciones han
revisado sus textos.
Cabe puntualizar
que la contemporánea y ambiciosa propuesta artística de este trabajo de la CNT
con el Popol Vuh está basada en la historia de la región latinoamericana
y adaptada, como es lógico, a las diferentes culturas indígenas de nuestro
país, como un aporte fundamental para el fortalecimiento de nuestra identidad.
Este Popol Vuh,
sobre el cual ha estado trabajando la CNT, está basado en el mito de la
creación según la leyenda maya quiché. Ahí, los dioses en consejo hacen la
palabra y en acuerdo se proponen crear el mundo, emerge la tierra de la magia, montañas,
mares, ríos y cielo, luego dan vida a los animales esperando su reconocimiento
y adoración, al no ser adorados por aquellos seres, deciden condenarlos a vivir
errantes en la tierra y ser devorados entre ellos. En un tiempo sin tiempo
donde no existía el sol ni luna ni los días ni las noches. Los dioses continúan
su cometido en busca del ser que los adorara, el consejo, moldeo barro y madera
en busca de la máxima creación: el hombre.
La propuesta
escénica del espectáculo Popol Vuh ha sido llevada a cabo por el maestro José Luis León, bajo
un concepto minimalista en sus elementos, pero con mucha riqueza visual y sonora.
Los personajes son representados
por actores-bailarines y manipulación de objetos. La escenografía refleja el
carácter mágico de la obra, con tecnología audiovisual y lumínica, sobre fondo
en completo blanco, con escasos elementos corpóreos. La iluminación refleja el vacío, la nada, tomando
luego un juego de tonos haciendo alusión al sol y la luna. La música, creada
por el maestro Federico Ruiz e interpretada por la Orquesta Filarmónica, es
parte esencial de la historia, se relaciona en todo momento con los elementos
agua, tierra y aire y acompañará la pieza durante unos 90 minutos de duración.
Y, como es lógico, el elenco estable de la CNT aportó su musculo y su sangre,
además del talento de ese grupo de profesionales ahí reunidos, donde destacaron
Aura Rivas y una pléyade de nuevas figuras actorales.
No es la primera
vez que en Caracas se escenifica a este mágico y extraño texto para el público
criollo. Sin lugar a dudas que ahora se hizo con una producción ambiciosa, como
pocas se han ejecutado de dicho texto, demostrando una capacidad creativa más
que digna, una muestra indudable de la madurez que el teatro está alcanzado a
lo largo y ancho del país por la fortaleza y el talento de sus nuevas
generaciones.
Durante
el segundo semestre de este 2019 se podrá ver una segunda temporada del Popol
Vuh con mayores rigores estéticos, como se debe hacer en una CNT
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