El colega
periodista Albor Ruiz nos hizo llegar, desde Nueva York, un ejemplar de su
libro Por si muero mañana, por
intermedio de un matrimonio de amigos, María Clemencia López y José Ignacio
Jiménez. Leerlo fue como comernos un plato grande de dulce de lechosa y ahora debemos
de comunicárselo los lectores. Una tarea fácil.
Albor
nací el 27 de noviembre de 1940, en Cárdenas, una ciudad costera tranquila e
histórica: en ella fue donde ondeó la bandera cubana por primera vez. Pertenece
a la provincia de Matanzas, y queda a unas tres horas de La Habana. Es su
primer libro de poemas, aunque algunos de sus versos datan del año 1974. Es
decir, entre 1974 y 1981 escribió lo que conforma la mitad del libro más o
menos.
“Después
no hice más poesía hasta hace unos tres años. Estos últimos componen la otra
mitad aproximadamente. Entre esos dos períodos me dediqué al periodismo. Siempre
me ha parecido un atrevimiento atribuirse el título de poeta, después de todo
creo que la poesía es lo más depurado del lenguaje y seguramente lo más
hermoso. Pero como suele suceder, los amores tormentosos e intensos avivan los
sentimientos y los deseos de expresarlos y de ahí surge lo poesía en mi caso,
en particular durante los primeros años”.
“Luego,
ya con el peso del tiempo sobre los hombros, es la nostalgia, la casa donde
nací, el mar, los amigos, la patria, los recuerdos y el deseo de dejar en claro
quién soy y en qué creo Por si muero mañana”.
“Además,
sencillamente me encanta la poesía, lo mismo leerla que escribirla y me
sorprendió cuando alguna gente sugirió que debía publicar mis poemas. De ahí, y
sin grandes pretensiones, este libro de 62 páginas que en tres capítulos compilan
a no menos de 38 poemas”
Albor,
con más de 50 años fuera de Cuba, advierte que mucha gente lo conoce como
columnista político y algunos se han sorprendido de que en este libro se revele
su parte más íntima, más vulnerable quizás. “No parece escrito por la misma
persona”, me han comentado varios amigos. Es que esta es la otra cara de mi moneda,
es decir, la otra dimensión de quién soy”, afirma en una mini entrevista que le
hicimos a la distancia
“De
los lectores sencillamente espero que les guste, que lean mi poesía y se
identifiquen con el hecho de que están escritos con el corazón, y en definitiva
que quieran leerme más de una vez”.
Tendrán
ustedes, los lectores interesados buscarlo, posiblemente en Amazon, o pedirlo a
alguien que se los traiga desde la famosa Capital del Mundo.
EN nuestra intensa lectura topamos, en la página 24 con “Puesta de sol”, donde dice:
No sé
si hay vida después de la muerte,
Aunque
sería bonito levantarse andar
Solo
sé que cuando se pone el Sol
Hay muerte
después de la vida
(2017)
Y más adelante, en la página 41, regala esto,
muy íntimo y hermoso, además:
“Una tarde”
El
silencio de la tarde y su misterio
En
el cuartito de estudiante
La
vieja cama y un extraño
Hilo
de sombra en la ventana
La
luz abrumadora y secreta
De tu
guardada desnudez
(2018)
Y cierra con, en la página 62, con
“Por si muero mañana”
Lo escribo
en el muro de los sueños
Sepan
todos que nunca tuve dueños
En
Nueva York, San Juan, Miami ni La Habana
Volver al suelo, tierra cubana
Extranjero
soy y ella me llama
Sepan
todos que Cuba me reclama
Por
si muero mañana
(2018)
Albor
Ruiz no anuncia más poemarios pero es posible que si lo haga, mientras espera
el final de ese e inevitable largo viaje.
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