El dramaturgo Elio Palencia (Maracay, 1963) sigue cosechando éxitos
internacionales. Ahora en Ciudad de México
le representan dos de sus textos más afamados: Penitentes y Arráncame la
vida. No se hará rico, pero él cuenta que le da una satisfacción
inenarrable y además “es un avance positivo para todo el teatro venezolano
poder cruzar las fronteras”.
-¿Que ha pasa con sus obras en
México?
-A partir del entusiasmo que por mi texto Arráncame la vida tuvo la primera Actriz Teresa Selma, quien desde
los años 60 desarrolla su carrera entre Venezuela y México, se propició su producción con un Centro Cultural
de Teatro Independiente llamado El Foco, pequeña sala del Distrito Federal, con
un trabajo sostenido y un público, mayoritariamente joven, en notable aumento. Para
mí ha sido una sorpresa que –dentro del modesto perfil de la escena alternativa-
el montaje haya sido muy bien valorado tanto por la crítica y acogido por los
espectadores, al punto de alcanzar recientemente las cien funciones. Su
director, el también actor Wilfrido Momox, se interesó por leer otros materiales
escritos por mí y decidió emprender el proyecto de Penitentes, estrenado recientemente. Ya veremos de qué manera es
recibido.
-¿Cómo
llegaron sus textos a esos teatreros y por qué decidieron montarlas?
-Como he dicho
antes, a partir de Teresa Selma, a quien en una estadía aquí, la Fundación
Rajatabla había sugerido mi texto para que se lo llevara a México y lo hiciera.
Indudablemente, ayudó el hecho de que ambas piezas están publicadas, una por la
Fundación El Perro y la Rana y la otra por Ediciones CELCIT, al igual que en el
sitio web que mantengo desde hace varios años (www.eliopalenciadramaturgia.com) desde donde bajaron Penitentes tanto Momox, como la gente
del Grupo Barón, de Querétaro, que hizo un interesante montaje hace un par de
años. En cuanto al por qué decidieron montarlas, supongo que, como suele
suceder con colectivos y directores, les han parecido estimulantes para
trabajar escénicamente y porque han coincidido, tanto con sus planteamientos
éticos y estéticos, como con sus posibilidades y expectativas de producción.
-¿Cómo
son sus acuerdos con ellos?
-Básicamente,
iguales a los que establezco con los grupos venezolanos que se han interesado
tanto en Caracas como en otras ciudades del país. Este año se han montado: La Quinta Dayana en Amazonas, Carabobo
y Aragua; Camino a Kabaskén en
Táchira, Como Dios manda en Miranda
y Portuguesa. Lo único que pido es el
fundamental respeto a la esencia de la propuesta textual, el diálogo para
cambios o adaptaciones que pueda generar la dinámica de montaje y, dado que se
trata de colectivos independientes, la cesión solidaria de derechos atenida
simplemente al mínimo porcentaje establecido de liquidación de taquilla, si
hubiere explotación comercial o venta de funciones a instituciones públicas o
privadas. Es decir: si hay beneficios se comparten, si no, todos nos
arriesgamos y disfrutamos el goce del proceso artístico y de ponerlo al
servicio de un público.
- ¿Explicaron las características de los montajes?
-No. En general, no
es algo que me preocupe tanto como el entusiasmo y la identificación que les
haya producido el texto para llevarlo a escena. Establezco, más bien, una
confianza basada sobre todo en la experiencia artística del grupo y sus
creadores, pues valoro y respeto mucho la libertad del arte del director. Además,
me parece muy enriquecedor ser sorprendido por una lectura o interpretación
que, en ciertos casos, puede hacerme descubrir elementos, valores, debilidades
o posibilidades que, al momento de escribir, no había contemplado o no había
hecho conscientes.
-¿No son las primeras obras suyas que salen de la
frontera?
No, Penitentes fue montada por un grupo
latino en Nueva York (Fenix-USA), también en Panamá (Teatro La Quadra) y en
Puerto Rico (El Corralón de San Juan). También se han hecho lecturas dramatizadas
en Miami y de Arráncame la vida en
Nueva York. No ha dejado de ser sorpresivo en el sentido de que siempre he
pensado que el teatro que he escrito ha surgido de un imaginario donde la
venezolanidad o lo local ha sido predominante. Es muy grata la confirmación de
que encuentren empatía en creadores de América Latina y el Caribe, eso da
cuenta de aspectos comunes en cuanto a miradas, historia, características
sociales, personajes, estéticas, público, etc.
-¿Piensa
viajar para verlas?
-¡Pensar, claro
que lo pienso! Hasta si me montan en un pueblito perdido en el Amazonas, tengo
el deseo y la curiosidad por presenciar cómo otros interpretan lo que he
escrito. Pero la cosa no es sencilla, y no por falta de voluntad de
quienes montan o mía, sino porque, entre
otras cosas, estos grupos no suelen contar con los recursos para permitirse
llevar a un autor. Pasaje y estadía tal vez signifiquen un tercio del costo de
una producción, por ejemplo, y entre pagar a actores, escenografía o aviso de
prensa y permitirse un tiquete de avión, la decisión está clara. Además, el
bajo perfil del teatro no necesariamente comercial en nuestra sociedad, no hace
tan accesibles los intercambios publicitarios o los apoyos institucionales.
Sucede aquí también, e incluso, en el Teatro Alternativo de España, por
ejemplo. En año pasado, estando de vacaciones en Ciudad de México pude ver el
montaje de Arráncame la vida y fue
todo un regalo disfrutar de su sobriedad y rigor, así como de ver y oír a la
gran Teresa Selma encarnando a la maestra de Puerto Cambur. Pero lo hice con
mis medios. Aunque, nunca se sabe, no hay que perder la esperanza ni descartar
que las excepciones se den, de vez en cuando y, como en los casos del deporte o
la música, surja la posibilidad de ir. Otros textos
Informa Elio Palencia que están preparando dos
montajes de Habitación independiente
para hombre solo. Uno de teatro académico, como trabajo de egreso de la Escuela
Juana Sujo, bajo la dirección de Arnaldo Mendoza; y otro, con carácter profesional,
para el próximo año, con propuesta del joven director Orlando Alfonso. También
está previsto un musical para el público infantil Miniña, una yegua de otra tierra, que fue seleccionado entre los ganadores
de la III Muestra de dramaturgia Nacional, convocada por la Fundación Rajatabla.
Tengo entendido que el próximo año será producida por Williams López con
dirección de Vladimir Vera, un creador emergente cuyas propuestas escénicas le
han entusiasmado mucho.
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