Otro teatrero es Luis Bernal y sube la dificil escalera del teatro de arte caraqueño |
Nació en San Cristóbal y desde aquel año 1972
está sin reposar por los avatares de su existencia y porque busca ser útil a la
patria y su familia. En el Taller Nacional de Teatro (TNT) se hizo teatrero
hace 14 años. Desde entonces ha seguido formándose con maestros como Héctor
Manrique, Javier Dualte, Dimas González, Javier Vidal, Diana Volpe y Hugo Kogan, entre otros.Escribimos pues de Luis Bernal.
Los inicios
Cuenta que sus inicios actorales fueron con
Rajatabla, en la obra Blasón de Lobos
de Valle Inclán. Luego, durante su proceso de formación, llegó a participar en
espectáculos como Macbeth, Aquiladas, La Tierra prometida, Momentum y Bodas de sangre, entre otros. “Después tuve la oportunidad de estar
al lado de Héctor Manrique, él me decía que tenía la vena para dirigir y que
pensara en asumir esos retos. Y, pues, le tome la palabra. Cuando me gradué en
la Universidad Nacional Experimental de las Artes, inmediatamente formé “Con
los pies en las tablas”, empresa productora
con la cual realice y dirigí mi primer espectáculo, nada más y nada menos que Zarzuela, en el Colegio Francia, junto
a maestros de canto lírico como María Elena Vargas, el ruso Nikolay Nazarov,
Xiomara Mistage y la pianista Teresa Cos, entre muchos otros. Después
hicimos un ciclo de teatro musical con cuatro espectáculos en Unearte. Luego de
tomar un taller de dirección, con Dairo Piñeres, teníamos que presentar un espectáculo
final, y de allí sale mi primer montaje: Pony,
nunca te he negado una lágrima de Gustavo Ott. Al mismo tiempo estaba ya planificando la realización de la
obra Nuestra Señora de las Nubes del
argentino Arístides Vargas, sobre la cual he recibido gratas críticas y ahora
la presentaré en el Festival Creajoven, en el Celarg”.
Bernal también ha estado recibiendo formación académica para
el cine con maestros como Pablo De La Barra, Valentina Saad, César Bolívar y Carlos Ospino, entre otros. “Me encuentro
escribiendo mi primer guión cinematográfico el cual pienso dirigir. Lo mío son
las artes escénicas en su totalidad y hacia allá apunto”.
Sus métodos
Bernal explica que cuando lee una obra y se siente
enganchado con la temática, el argumento, los personajes y sobre todo el
mensaje, o, como se dice en el lenguaje teatral, el sub texto, “pues uno
inmediatamente dice: esto tengo que mostrarlo a través de un discurso escénico
y con actores y actrices que le den vida a cada personaje y trasmitan el
mensaje no sólo que está implícito en la obra sino lo que yo como director
quiero comunicar. Porque los que ejercemos este oficio, al mismo tiempo
utilizamos el medio para expresarnos y decir lo que sentimos y pensamos no sólo
del país, sino del mundo y la gente que lo habitamos. Me interesan las obras
que sacudan al público. Que lo hagan no sólo reflexionar sino también lo lleve
a hacerse preguntas. Las dos últimas piezas que he montado, tanto la de Gustavo
Ott como la de Arístides Vargas, tienen que ver mucho sobre la realidad de
nuestros países, tanto en lo político, como en lo social y cultural. Y eso me
gusta reflejarlo en el escenario para que el público de alguna u otra manera
sienta y vea lo que estamos haciendo nosotros como sociedad”.
Gran actriz
Puntualiza, que una vez que se obsesiona con la
obra que quiere montar, “empiezo con el trabajo arduo pero satisfactorio de
producción. Busco el elenco que quiero y necesito para el montaje. En el caso
particular de Nuestra Señora de las
Nubes invite a una excelente actriz –Daifra Blanco- para que no sólo llevara
la responsabilidad de interpretar más siete personajes dentro del montaje, sino
también me facilitara el trabajo tanto de actor como de director al mismo
tiempo. Sin duda alguna, fue muy grata la experiencia y sobre todo el resultado
final fue más de lo esperado. Porque sientes la receptividad, las
críticas y comentarios por parte del público. Apenas hemos ofrecido varias
funciones en el Teatro Principal, y ya la gente nos pide una temporada más
larga. Incluso supimos de espectadores que fueron dos veces a ver la obra, y eso
es el mayor pago que puede tener uno como director, actor y productor del
espectáculo”.
Ayuda para el teatro
El teatro que Luis Bernal y su agrupación “Con los pies
en las tablas” presentan cuenta con la ayuda financiera del Estado venezolano,
por intermedio de convenios con el IAEN y últimamente con el apoyo de la Compañía
Nacional de Teatro, la cual asumió ahora tal responsabilidad. “Además de eso, yo,
como productor general de mi agrupación, también busco alianzas y patrocinios
como Pdvsa La Estancia y la CANTV, entre
otros”.
El túnel
Luis Bernal y su agrupación están planificando y desarrollando
la teatralización de una de las joyas literarias más importantes no sólo
de Latino-américa sino del mundo. Se trata de llevar por primera vez al
teatro venezolano la novela El túnel
de Ernesto Sábato. Su estreno está previsto para el 2014 en el Teatro
Nacional. Así como también La vuelta al
mundo en 80 días de Julio Verne. Además de otros proyectos que ya anunciará,
entre los que se encuentra la culminación de su primer guión cinematográfico. “Soñamos
porque esa es la esencia de los seres humanos, especialmente de nosotros los teatreros”.
Grito de libertad
Luis Bernal escenificó Nuestra señora de las nubes porque hace 14 años la vio por primera
vez en el TNT cuando se iniciaba como
actor – en Rajatabla- y durante un Festival Internacional de Teatro, escenificada
por el grupo Malayerba, de Ecuador, con
el autor Arístides Vargas interpretándola junto a su esposa Charito. “Quedé
impactado. Ahora, luego de tener mayor madurez profesional, quise asumir el
reto de dirigirla y actuarla. Nuestra Señora
de las Nubes es una obra que está más vigente que nunca y si hay algo que me llama la atención de su
dramaturgia es la manera poética de reflejar la realidad de nuestros
atormentados países. La pieza es un canto universal, un grito de libertad…una mezcla de tristeza y estímulo a la
imaginación. Es un lugar donde se construyen y crecen las utopías. Una metáfora
de lo que significa el exilio, que aparece dibujado en múltiples formas.
Mostrando aquello que se ha vivido y padecido en silencio. Por lo tanto
considero que es una obra importante que mostrar, tanto como necesario es un
teatro donde hay tantas cosas que decir, y donde tenemos la capacidad de ser
oídos y la osadía de romper con todos los silencios. Una obra que es un gran
rompecabezas donde intentamos reflejar el desarraigo violento del propio
país”.
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