Informaciones y críticas sobre artes escénicas y literatura
sábado, abril 05, 2014
La guerra no perdona al teatro
Entre las ruinas de Palmira sobrevive está joya, amenazada ahora por la guerra.
El critico Oscar Acosta publicó en el diario cultural "Todosadentro"(5 de abril de 2014) este articulo", el cual republicamos gracias a su cortesia.
Escenarios de casi 2000 años de antigüedad en peligro. El conflicto bélico en Siria
amenaza patrimonios de la humanidad.La expansión de la cultura griega y, posteriormente,
del Imperio Romano en las tierras que bordean el mar Mediterráneo,dejó un
importante legado patrimonial constituido, en gran parte, por verdaderas joyas
arquitectónicas que asombran por su magnificencia y perfección constructiva.
Entre ellas, los edificios teatrales destacan por su gran cantidad y
monumentalidad, lo que denota la trascendencia que tuvo el arte escénico para
los pueblos primigenios de la civilización occidental. No hubo ciudad o pueblo
medianamente relevante donde se asentaran,en la que griegos y romanos no construyeran un teatro. La actividad
dramática constituyó, junto a las ceremonias religiosas de ese entonces, el
centro y esencia de la cultura colectiva.
Un legado persistente.El diseño de estos edificios evolucionó de un simple
terraplén campestre en el que se oficiaban ceremonias en honor de Dionisos,
deidad de las cosechas y la fertilidad, hasta llegar a la sofisticada
construcción semicircular ideada en Atenas, de esmeradas condiciones acústicas
y visuales, que sirvió de modelo al resto de los teatros. La capacidad de los
mismos da cuenta de su trascendencia política y cultural, así como de la
importancia que le confería la aristocracia gobernante como factor de
dominación ideológica. Cabe la comparación con la industria televisiva
contemporánea: el teatro era, además de un espejo para reflejar la existencia
misma, el medio ideal para reafirmar la hegemonía imperante. En esos espacios surgió el arte dramático
occidental, al cual le debemos un legado
vigente hoy día, incluso en la terminología que lo designa. Términos
como escena, teatro, tragedia, comedia,
drama, coro y orquesta, entre otros, provienen de la cultura griega, así
como importantes aspectos estructurales y
estilísticos de la representación escénica. Estas maneras estéticas
originadas en la Grecia antigua, se extendieron por todo el Imperio Romano,
generalizándose en Europa, para culminar imponiéndose en nuestramérica
con el proceso de la conquista y colonización.
Las centenares de teatros antiguos de la época que
aún existen en Europa y Asia son atractivos turísticos muy visitados. Algunos,
como el Herodión y el de Epidauro, situados en Grecia, son sede de espectáculos y festivales
anuales, tal como hace dos milenios, lo que denota sus magníficas condiciones
acústicas y solidez constructiva. El de Epidauro, puede albergar unas 14.000
personas, equivalente a la capacidad del Poliedro de Caracas. Al teatro romano
de Mileto (Turquía), con una fachada de 140 metros.
y 30 metros. de altura, se le calcula una capacidad para más de 20 mil
personas. No hay, en la época moderna, edificios para espectáculos artísticos
de tal envergadura.
Pero lo que no pudieron lograr terremotos, saqueos,
guerras e invasiones pasadas, hoy pudiera ocurrir en instantes dado el poder
destructivo de las armas modernas. Ya, en 2011, las ruinas teatrales de
Sabratha, en Libia,padecieron una
espeluznante lluvia de balas de las fuerzas mercenarias de la OTAN. La barbarie
fagocitaria del capital no para. Hoy, algunos de estos portentos del ingenio
humano están bajo seria amenaza. El conflicto bélico en Siria, iniciado en 2011
y agudizado por mercenarios de todo cuño apoyados por el sionismo, los
gobiernos europeos y el norteamericano, tiene como frente algunos de estos
templos dramáticos. Las ciudades antiguasde Apamea y Bosra, que cuentan con el teatro más grande y el mejor
conservado, respectivamente, de todos cuantos existen de la época romana, han
sido zonas de cruentos combates. En Palmira, donde se asienta otra colosal joya
escénica, se emplazaron trincheras de obuses y ametralladoras en los
alrededores de lo que en tiempos remotos fue lugar y trono absoluto de los
actores.
Al dolor por los heridos, deudos y la pérdida de
vidas, se suma el de la humanidad lesionada en su totalidad ancestral. Los
tiempos difíciles que vivimos, no han perdonado ni al teatro. Como dijo Henry
Miller, “Cada guerra es una destrucción del espíritu humano” .
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