Hijo de venezolana y polaco alemán: Alexander Malinoski |
Graciela Clemente y Alexander Malinowski se
quedaron solos hace 14 años. Ella sacó adelante a su hijo único, quien ahora es
algo más que un promisorio teatrero, porque ha demostrado talento para dirigir ambiciosos
espectáculos y además es el director más joven del Segundo Festival de Teatro Contemporáneo
Estadounidense y lo demuestra con su montaje Fabulación ya ha comprobado que es algo más que una esperanza blanca.
Alexander en castellano rápido y castizo dice:
Alexander en castellano rápido y castizo dice:
-Mi mamá es peluquera, y cuando comencé en
esto del teatro ella pensó que solo era un hobby vacacional. Cuando se dio
cuenta de lo serio que me lo estaba tomando, no lo aprobó al principio, pero
luego entendió lo que significaba para mí y ahora es mi mayor apoyo. Es la
mejor mamá del mundo, además soy hijo único. Mi papá se
llamaba Czeslaw Malinowski. Aunque mi apellido es de origen polaco, él nació en
Alemania y llegó a Venezuela con cuatro añitos, huyendo, con mis abuelos, de la
Segunda Guerra Mundial. Tengo 23 años, cumplo 24 en septiembre.
-¿Qué hace ahora?
Estudio Artes en la Universidad Central de Venezuela y voy por el octavo
semestre. Y, además, estudio un TSU en Emergencias Prehospitalarias, sé que
suena loquísimo, pero lo hago en Los Teques. Mi otra pasión en la vida es la Medicina.
Y me siento agradecido de poder desarrollarme en ambas. Aunque el teatro es mi prioridad.
-¿Por qué el teatro?
El teatro, aunque suene a cliché, me salvó. Mi padre falleció cuando yo
tenía diez años y eso me sumergió en un limbo existencial, aún a mi corta edad sentía
que había perdido mi guía y a mi héroe. Lo intenté todo, deportes, cursos de
computación, aprendí hablar inglés, pintura, música, y nada me satisfacía.
Cuando llegué al teatro como una última y descabellada opción, fue una
bendición. Sólo espero del teatro que me permita devolverle aunque sea un poco
de lo mucho que él me ha otorgado a mí. A los 12 años me inscribí en un taller
vacacional de teatro infantil y aunque en principio me fue bastante mal, porque
sentía que no tenía lo necesario, me sentí tan cautivado por la magia que viví
que nunca me separé del teatro hasta ahora. He tenido grandes personas a mi
lado que admiro, respeto, y que me han enseñado muchísimo del teatro e incluso
de la vida. Principalmente, Xiomara Moreno, Orlando Arocha y Diana Volpe.
También he tenido la oportunidad de formarme con maestros como Javier Moreno,
Levy Rossell, Diana Peñalver, Matilda Corral, Jennifer Morales, Francis Rueda y
Santiago Sánchez, estoy muy agradecido de ellos y espero no hacerlos quedar mal,
jamás.
-¿Cómo llegó Fabulación a
sus manos?
Fabulación llega a mis manos porque yo el año pasado hice el Taller Superior de Puesta
en Escena que ofrece La Caja de Fósforos, dictado por Orlando Arocha. En ese
taller nosotros tuvimos como una de las muchas asignaciones, que leer 14 piezas
de teatro, y entre ellas estaba Fabulation.
Yo me enamoré del texto y lo elegí para hacer mi evaluación final del taller,
una muestra de 20 minutos de la obra. A raíz de allí, Orlando Arocha y Diana
Volpe, que son los organizadores del Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense,
me confiaron la enorme responsabilidad de montar la obra completa para cerrar
el festival. No conocía a Lynn Nottage antes de enfrentarme con este texto.
Ahora me muero por leer todas sus piezas, me parece una dramaturga
excesivamente inteligente y precisa.
-¿Cómo ha sido ese trabajo
hasta llegar al espectáculo?
Fue un proceso muy duro porque es la primera vez que me enfrento a una
pieza tan grande como director. Un elenco grande, con varios actores de mucha
experiencia a los cuales he admirado durante mucho tiempo, y una obra tan
delicada por la cantidad de personajes y de espacios escénicos. Todo un reto.
Pero la armonía que respiramos como equipo fue maravillosa desde el primer
momento, desde los actores, el productor, la asistente, la coach vocal, el
coreógrafo... todos. Todo fluyó bien y no puedo estar más feliz y agradecido.
¿Proyectos?
Estoy en proceso de pre-producción de Edipo Rey, de Sófocles, que me gustaría inscribir para participar
en el Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho. No puedo decir más porque
es un proyecto que está comenzando a cocinarse. Tengo 23 años, cumplo 24
ahorita en septiembre, soy el director más joven del Festival. Mi plan es
seguir dirigiendo, mejorar y aprender todo lo que pueda, también actúo y soy
iluminador, formado por Gerónimo Reyes. Seguir haciendo teatro es lo que quiero
y por lo que estoy trabajando. Aún creo que hay muchísimo que hacer en este
país, mi país.
-¿Qué es Fabulación?
Pasa con todas las piezas que componen este Festival, la dramaturgia
norteamericana contemporánea tiene la particularidad de ser extremadamente
incisiva, ellos tienen la capacidad de burlarse de su propio Sistema y de
exponer sus vísceras. Esta obra utiliza el personaje de Undine, para hablar
sobre una estructura social en putrefacción. La obra es muy específica en
cuanto a tiempo y espacio, pero el tema es universal. Cuaja perfectamente en
cualquier sociedad, y en nuestro país, con la situación actual, le cae como
anillo al dedo. Los venezolanos ya tenemos 17 años viviendo en una Fabulación cada vez más rebuscada.
¿Cómo no identificar la tragedia del personaje protagónico con nuestro día a
día? Imposible. Este tipo de dramaturgia es muy particular, pero creo que
tenemos autores venezolanos que conectan con este mismo sentir desde una
técnica distinta. El humor oscuro e inteligente de Lynn Nottage me recuerda por
momentos a Cabrujas, Xiomara, Chalbaud e incluso a Fernando Azpúrua.
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