Alexandra Álvarez |
Si algo ha hecho la diáspora venezolana ha
sido incentivar la creatividad. Los venezolanos se dedican a cosas que no
habían hecho antes, o a otras que se derivan de lo que antes hacían, pero
adaptándolas al contexto en que se encuentran.
Los artistas han hecho carreras magníficas
fuera del país, los deportistas han competido por medallas recorriendo el mundo
y, lamentablemente, también hemos sabido de venezolanos en las tragedias más tristes,
justamente por estar en todas partes.
Otros
se dedican a leer y a escribir, sin dejar de pensar en el día en que se pueda
volver a vivir viendo el Ávila, las playas del Caribe, o las montañas andinas.
Alexandra Álvarez es profesora, jubilada de
la Universidad de Los Andes, autora de varios libros, entre ellos uno sobre la
teoría de la cortesía. Esta teoría ha estado muy en boga y considera la
cortesía como una práctica social que tiende a evitar conflictos y facilitar la
interacción, lo cual se logra sobre todo cuidando la imagen del interlocutor y
la propia.
La cortesía y el protocolo han sido temas muy
estudiados en Venezuela. Los manuales de urbanidad, como el de Manuel Antonio
Carreño, el de Marisela Guevara, y algunos más recientes son ejemplos de ello. Hay en Caracas un Instituto de Protocolo y
Etiqueta, de alta calidad, llevado por
Hortensia Orsini.
Fascinada por la labor de estos compatriotas,
sin olvidarse, claro está, del Conde de Chesterfield, del Barón Knigge y de
Emily Post, Alexandra pretende llevar esos conocimientos al público a través de
las redes sociales con su blog Buenas y Malas Maneras —https://buenasymalasmaneras.blogspot.com.uy/ de una manera sencilla
y destinada a un público variado.
Las buenas maneras son esenciales no solo
para lucirse en sociedad, sino también para el buen funcionamiento de las
empresas y las instituciones como, por ejemplo, las educativas. Las entrevistas
en las universidades norteamericanas se organizan con una conferencia del aspirante,
pero también con una cena en la que debe mostrar que “sabe comer con cuchara”,
como decían nuestros abuelos, y mantener una conversación agradable y educada.
En las empresas, contribuyen a facilitar en trabajo en equipo. En la familia
son fundamento de la armonía.
Alexandra vive ahora en Montevideo. Allí
pretende dirigirse a empresarios, adolescentes y a las amas de casa. La
tradición venezolana de las buenas maneras
la mantiene vinculada a su gente
y la acerca a las nuevas caras de la diáspora.
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