El diseño gráfico, proveniente de la
larga noche del Paleolítico, tiene una característica o peculiaridad que el
arte no posee. Debe comunicar contenidos, mientras que el artista pinta por una
necesidad interior y porque necesita expresar su punto de vista a través de lo
que hace.
Así piensa y lo ha demostrado,
durante las últimas seis décadas, un criollo cuya línea paterna desembarcó de
Alemania y aquí se unió a la familia de Arturo Michelena, en el siglo XIX,
mientras su abuelo materno vino a caballo desde la región andina con la
revolución del general Cipriano Castro. Es el diseñador gráfico John Lange
Sayago, nacido el 7 de abril de 1930 en una casona de la esquina de Palmita, en
la parroquia Santa Teresa. Se transformó en el diseñador gráfico cultural más
importante de Venezuela y eso lo pudieron comprobar los incrédulos, que aún
quedan, cuando visitaron su monumental exposición antológica en los espacios de
la Sala Trasnocho Arte Contacto (TAC), en el Centro Comercial Paseo Las
Mercedes.
Para esa muestra John Lange.
Reseña de una estética personal fueron seleccionados 334 objetos o
íconos –guardaron otro centenar, porque no había más espacio- que puntualizaron
su descollar en tres complejas áreas: la producción editorial (libros,
catálogos afiches y otros especímenes brotados de las imprentas), la creación
escenográfica (centrada en los espectáculos de El Nuevo Grupo) y la labor
museográfica (Centro Cultural Consolidado, Museo de Arte Contemporáneo y TAC).
Cuando comenzó -tras abortar sus
estudios de arquitectura y después de una década de dominar las técnicas del
grabado y la serigrafía, como lo reveló en varias exposiciones- ya existían los
diseñadores Nedo y Gerd Leufert, pero a él lo influyó, definitivamente, el
italiano Bruno Munari (Milán, 1907-1998), el mismo que en el ocaso de su vida
manifestara su preocupación porque el diseño gráfico comenzara en el principio
de las cosas, es decir, en la guardería.
Desechó la posibilidad de convertirse
en artista del grabado, porque su labor como diseñador lo absorbía y además se
metió en los mundos del teatro y la danza, y la museografía. “A uno lo hacen
las circunstancias, como fue conocer a Isaac Chocrón y Román Chalbaud y
participar así en la fundación de El Nuevo Grupo”, el más sabio y positivo
proyecto teatral venezolano del siglo XX. “Cuando comenzamos teníamos siete
personas en el patio de butacas y fue progresivamente subiendo. Y de ahí el
éxito que tiene el teatro de hoy en dia”.
Cree que lo más importante cuando se
trabaja es sentirse satisfecho con lo que se hace, porque si el trabajo
significa un sacrificio es el acabose. Hizo, hasta ahora, unos 180 o más libros
de arte, 23 museografías, unas 20 escenografías teatrales teatro, una enorme
cantidad de portadas, porque participó en la apertura de Monte Ávila y con
Alirio Palacios crearon las portadas de las distintas colecciones.
Todo su trabajo tiene una referencia hacia lo cultural, aunque pudo hacer publicidad comercial y de seguro que le habría ido muy bien, pero eso nunca le interesó, porque le pareció que lo que se hacía era engañar a la gente y eso le molestaba. Renunció a todo lo publicitario y se orientó a lo artístico, teniendo la suerte de haber encontrado personas como Francisco de Juan, Hans Neumann, Simón Alberto Consalvi, etcétera. Tuvo el privilegio de relacionarse con una serie de personajes que de alguna manera lo estimularon, lo animaron. Tiene una serie de notas que tomó y de reflexiones que escribió, porque fue docente durante muchos años. ¿Podrá ser su biblia del diseño?
Todo su trabajo tiene una referencia hacia lo cultural, aunque pudo hacer publicidad comercial y de seguro que le habría ido muy bien, pero eso nunca le interesó, porque le pareció que lo que se hacía era engañar a la gente y eso le molestaba. Renunció a todo lo publicitario y se orientó a lo artístico, teniendo la suerte de haber encontrado personas como Francisco de Juan, Hans Neumann, Simón Alberto Consalvi, etcétera. Tuvo el privilegio de relacionarse con una serie de personajes que de alguna manera lo estimularon, lo animaron. Tiene una serie de notas que tomó y de reflexiones que escribió, porque fue docente durante muchos años. ¿Podrá ser su biblia del diseño?
Esta satisfecho plenamente de lo
hecho y no se arrepiente. Descarta por ahora el retiro. Sigue trabajando,
aunque no como hace años, pero, como decía el maestro Soto: “El impulso va
mermando con los años, pero sigo activo”.
La crítica Marta Traba afirmó que el estilo John Lange se caracteriza porque cada diseño es un caso único, donde cada contenido es reducido a una estructura estética.
Sentencia
La crítica Marta Traba afirmó que el estilo John Lange se caracteriza porque cada diseño es un caso único, donde cada contenido es reducido a una estructura estética.
Sentencia
Es modesto y por eso cree que si no
ha dejado una escuela, sí ha formado un grupo de personas cercanas a él, que de
alguna manera reflejan su manera de sentir el diseño, o sea que tenga contenido
y función social. Hay un grupo, con Pedro Mancilla a la cabeza, Guillermo
Salas, Rubén Bresan y otros muchachos y muchachas que han seguido lo que les
enseñó. Todos continuaron por ahí y aunque cada uno tiene su propio estilo,
conservan algo de esa influencia que el maestro les acentuó. insiste en que el
diseño tiene esencialmente la tarea de transmitir contenidos a través de un
afiche, de un catálogo, de un libro, de un empaque; por intermedio de cualquier
medio impreso, porque su idea final o su razón de existencia es revelar de la
manera más clara posible todos lo que encierra. Debe comunicar y en la medida
que lo hace de la manera más diáfana posible, cumple su razón de existencia o
para lo cual fue creado. Un afiche de Miro contiene la exposición de Miro,
porque el que lo ve y lee el texto se entera de todo. ”Si no lo consigues se ha
fracaso en el diseño”, es su sentencia.
Ahora descansa en paz.
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