Maigualida Gamero
no ha llegado todavía a los 50 años pero ya es una importante artista activista
del teatro venezolano. A ella le preguntamos:
¿Por qué hay pocas mujeres en el teatro
venezolano entregadas a la promoción y dirección, entre otras
actividades?
Esta pregunta me parece muy interesante, me recuerda que durante el 2015
viajé a Mérida, Yucatán, México a representar a Venezuela en el I Encuentro de
la Mujer en la Escena Latinoamericana, fui la única invitada por Venezuela, y
mi ponencia la sacaron en un libro junto a las demás. Allí yo rescato la labor
de, por ejemplo, Jorgita Rodríguez, Karla Fermín, Karin Valecillos, entre otras
mujeres que damos el 100% con pasión por el arte; pero también digo que lo que
se conoce afuera es la obra de los hombres actores, directores, gestores… Pero
es el momento de la mujer nuevamente.
¿Qué pasa con la
mujer en el teatro venezolano?
En el teatro caraqueño el papel de la mujer se
ha visto repotenciado en el área de la producción teatral, así como nuevas
directoras y escritoras. Sin embargo, creo que uno de los problemas ha sido el
de no poder publicar textos en físico. La difusión se ha hecho mucho más a
autores masculinos, según mi punto de vista. Desde la Producción y la Gestión
teatral comercial encontramos a Jorgita Rodríguez. En el área pública o del
Estado a Ingrid Ross. A Sofía Mirabal, en el área independiente y a Karla
Fermín. El teatro desde la mujer caraqueña es un teatro tenaz, guerrero,
luchador. Un teatro que lucha por obtener su espacio. Es un trabajo de
hormiguita donde hay que ganarse el respeto a punta de perseverancia, es así
como particularmente veo y trabajo por este sueño de hacer ciudades más
creativas. Hacer ciudadanos y no solo habitantes de un espacio. Sueño con
ciudadanos que vivan y construyan ciudadanía.
¿Hay misoginia en el teatro venezolano?
Yo creo que no. Simplemente pienso que las mismas mujeres debemos darnos
la visibilidad que pedimos. Hay muchas mujeres productoras, escritoras
diseñadoras y directoras, buenas, creativas, solo que no le hemos dado la
difusión necesaria, pero eso es un asunto de cada quien, el de hacerse
visible. Yo no he sentido misoginia cuando he ido a solicitar apoyo para
mis eventos, han sido más las veces de actitud abierta, apoyo, que los reveses,
aunque sí me han cerrado puertas, pero donde una puerta se cierra... hay otras
que se abren. Y mi agrupación Festea es
un ejemplo de ello. Son 15 años dando ese encuentro, el cual que me ha
permitido traer grupos foráneos tanto del exterior como del interior.
¿En cuál de ellas se siente mejor?
Me encanta la planificación de eventos culturales, la creación de
escenarios de encuentro, Festea es un ejemplo de ello. Lo que nosotros en
Pathmon Producciones llamamos la Gerencia Teatral creativa. La Producción me
gusta mucho. La Dirección escénica me tienta siempre y la ejerzo con pasión, la
Actuación me permite ejercitarme como decía Artaud "como una atleta de los
sentimientos", para conmover.
¿Qué ha pasado con usted durante este año?
El 2018 me trajo el viajar a Estados Unidos por primera vez. Visitar
Miami fue un logro al participar en el Festival del Monólogo Latinoamericano
"A una sola voz", organizado por Havanafama Teatro. Representar
a Venezuela con un texto del venezolano Jan Thomas Mora del cual he dirigido
algunas de sus obras y actuado en ellas. La obra que llevé fue La Taconera,
dirigida por Carlos Del Castillo. Ha sido un reto porque es mi tercer monólogo;
también llevé La madre Pasota, de Darío Fo, el cual llevo 14 años haciéndolo.
Lo más significativo fue la autogestión para el viaje, lo hago porque me gusta,
me apasiona, pero qué bonito sería que nuestro ente oficial cultural nos diera
apoyo a todos los artistas que vayamos a representar al país ese sería un
verdadero cambio. A nivel nacional el haber realizado la edición número 15
del Festea fue un esfuerzo titánico en un año sumamente difícil; prácticamente
sin dinero; solo con el apoyo de unos cuantos... pero salimos adelante, los
participantes siguen apoyando nuestro evento y eso simplemente se
agradece. También presentamos nuestro montaje de Federico y Dióscoro,
en el Festival de Teatro de Caracas, un texto del español Rubén Buren. Ha sido
un año de menos producciones, más de realizar Talleres. Además el
2018 me trajo a nivel escénico y académico ingresar a la Escuela César Rengifo
como Docente de Actuación 3, Historia comparada de las artes y Escritura
creativa, una nueva etapa en la Escuela en la que me formé como actriz.
¿Profundizará lo que hay para el
año entrante?
Proyecto Festea Escuela continuará con el Festival Teatral de Autor que,
como iniciativa de mi agrupación Pathmon Producciones, le dedicamos la pasión
por crear sueños para representarlos. Somos una iniciativa particular que
recibe apoyos mixtos. Somos un evento de conciliación, de verdadero desarrollo
y apoyo a los jóvenes creadores. Por ello el enfoque cambiará...este año ha
servido para reflexionar sobre muchas cosas. También pensamos llevar a escena
un nuevo texto del español Buren y la planificación de alguna gira internacional.
Se vive y se sueña o se sueña y se vive.
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