Un teatro que copia a la vida |
Un
informe de la Unicef encendió las alarmas en los
hogares y escuelas de todo el mundo al revelar que la mitad de los estudiantes
de 13 a 15 años de ese universo (150
millones) dice haber sufrido algún tipo de violencia de sus compañeros de la escuela o en su entorno, eso que se conoce como bullying, fue
difundido por la agencia EFE, el 6 de septiembre de 2018, en el diario
catalán El periódico.
Según ese documento, titulado Una lección diaria #STOPViolencia infantil en las escuelas,
el acoso y las peleas físicas interrumpen la educación normal de 150 millones
de niños de entre 13 y 15 años a nivel global. El informe indica que esa violencia
entre iguales, cuyo indicador es el número de niños que dicen haber sufrido
acoso o haber participado en una pelea física en el último año, es algo
generalizado en la educación de los niños en todo el mundo. Esta realidad
afecta el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes, tanto en países pobres
como ricos, según Unicef.
"La educación es clave
para la construcción de sociedades pacíficas y, sin embargo, para millones de
niños alrededor del mundo la escuela no es un lugar seguro", lamentó
Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef. Para Fore, "cada día, muchos
estudiantes, ya sea en persona o en internet, se enfrentan a una serie de
peligros, desde peleas, presión para que formen parte de
pandillas o intimidación a formas de disciplina violentas, acoso sexual o
violencia armada. Estas situaciones afectan su aprendizaje en el corto plazo, y
a la larga pueden provocarles depresión, ansiedad y hasta llevarlos al
suicidio. La violencia es una lección inolvidable que ningún niño debería de
aprender", advierte.
Incluimos en esta reseña una información tan especializada para advertirle
a los lectores que actualmente se presenta en Espacio Plural de El Trasnocho Cultural
el excelente espectáculo teatral El pequeño
poni de Paco Bezerra (Francisco Jesús Becerra Rodríguez, Almería,
1978) centrado precisamente en el bullying
o violencia escolar, gracias a la producción profesional adelantada por el
Grupo Teatral Skena, donde participan, convincentemente, los actores Juan Carlos Ogando y Ana Freitas, bajo la correcta y precisa dirección
de Daniel Dannery, en funciones los viernes a las 5:00 pm y sábados y domingos
a las 4:00 pm, donde se mantendrá hasta el 16 de diciembre.
¿Y cómo el temible bullying se hizo parte del teatro mundial actual y
llega a Venezuela? Paciencia, El pequeño
poni no es otro montaje del mal llamado “teatro comercial”. No, es una
catedra, muy didáctica, sobre lo que la pasó a un niño de 10 años, Luismi, que
es fanático de los dibujos de la serie de cine y televisión My Little Pony lanzada al mercado mundial
desde los años 80, en Estados Unidos. Con esta pieza teatral, basada pues en
hechos reales, como los que registra el documento de la Unicef, se reitera una
vez más que la realidad nutre el teatro y que este, como creación didáctica que
es, lo utiliza para educar y además entretener, en el caso de la producción
venezolana es artísticamente perfecto y además impactante por las actuaciones
de Ogando y Freitas.
Con El pequeño poni el teatro venezolano insiste en usar la teatralidad
realista para sus espectáculos y en este caso utilizan una sobria mesa de
comedor, con dos sillas, un sofá de un puesto y una pantalla para un video con
la imagen de Luismi que va cambiando a medida que avanzan las acciones
escénicas y lo puntualiza el texto de los padres de Luismi, Jaime e Irene. Se
siente y se ve una atmósfera sobria que apuntala el texto y las acciones
teatrales. Buena dirección ahí detectable.
En El pequeño poni, ha comentado Ogando, se reitera que Luismi lleva a
su colegio un pequeño maletín adornado con los dibujos de My Little Pony y desencadena una inusitado acoso escolar o bullying
un hostigamiento escolar, matonaje escolar o maltrato escolar, que no es otra
cosa que el maltrato físico, psicológico, verbal o física de forma reiterada en
las aulas y temas espacios de la escuela. Dicho en criollo es un chalequeo más.
Pero centrado en los varones y las hembras menores de 18 años, por ahora, pero eso también sucede en los adultos y se
torna en algo más grave y hasta peligroso.
Se trata, pues, como han reiterado los artistas venezolanos que hacen posiblemente
El pequeño poni, de una problemática
que afecta a muchas familias del mundo occidental donde Venezuela no está excluida,
además, como lo podrán constatar los espectadores caraqueños por ahora. “Con la pieza se busca hacer un
llamado, no de manera pedagógica, de atención a los espectadores acerca del
tema del bullying y muy por debajo los temas de identidad sexual, que pueden
ser en muchos casos el causante principal de las burlas”.
Pero hay que reiterar que El
pequeño poni no es una obra infantil y su mensaje está
directamente enviado a los padres que podrán, al finalizar la historia, tomar
sus propias conclusiones acerca del tema. Esta obra, escrita y montada en 2016
ha dado la vuelta al mundo, montándose en otros países como: Chipre,
Alemania, Argentina, Grecia, Uruguay, China e Inglaterra, lo cual demuestra el
poder que tiene esta temática en la sociedad mundial, de la cual ni un solo
rincón se escapa.
REALIDAD HECHA FICCIÓN
El pequeño poni no es producto de la ficción, es una cruda realidad teatral construida por
Paco Bezerra y el director Luis Luque,
para mostrarla durante la temporada española de 2016. Se trata, pues, de Luismi,
que es un niño de carne y hueso, que si existe y tiene, desgraciadamente,
muchísimos otros nombres. Y, en concreto, dos: Como registra, la agencia EFE, en
Carolina del Norte, Estados Unidos, hace apenas tres años, Grayson Bruce, también de nueve
años, no pudo entrar a su escuela después de sufrir ataques físicos y verbales
repetidos por parte de sus compañeros por llevar una mochila de esta serie de
televisión. La dirección del centro lo consideró "detonante de acoso"
y acusó al pequeño de "disrupción en el aula". Un mes antes, otro
chico de 11 años llamado Michael
Morones sufrió un episodio similar por seguir estos dibujos.
Intentó suicidarse y hoy sufre daños cerebrales irreversibles por la falta de
oxígeno.” Sin quererlo, la serie My Little Pony se ha
convertido en uno de los mayores símbolos de la lucha contra el bullying a nivel mundial”.
Paco Bezerra leyó las historias de estos dos muchachos y no se quedó en
un mero titular de periódico. Se reunió con el director Luis Luque y parieron
un texto tan descarnado y real como imprescindible en una sociedad que necesita
profundizar mucho más en la lucha
contra el acoso escolar. El pequeño poni, es un retrato sensato y necesario sobre el
miedo, la soledad, la inseguridad y eso denominado la 'dictadura de la
mayoría'.
Como lo han acentuado los críticos y periodistas españolas, lo
interesante de la obra creada por Bezerra y Luque es que se aborda el acoso
escolar desde el ámbito familiar. ¿Cómo
afrontan los padres una situación tan terrible? "Creo que
donde teníamos que ir es al micromundo familiar, que es donde se generan los
dioses y los monstruos. En este caso queríamos contar la historia a través de
las voces de los padres", analiza el director español de El pequeño poni, por momentos tan cruda
y dolorosa como incómoda en nuestro fuero interno, enfrenta a la madre de
Luismi (quien está presente sin aparecer en toda la función), que quiere a toda
costa protegerle y justifica esa mayoría y 'lo normal', y a su padre, más
visceral y beligerante aunque se le acaba yendo de las manos. Pero en el fondo
todo estriba en un planteamiento tan sencillo como poderoso: aceptar al diferente".
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