viernes, marzo 17, 2006

Crímenes en el Trasnocho

José Ignacio Cabrujas y Fausto Verdial no están en escena, pero Moisés Guevara y su esposa Iraida Tapias, y otros artistas, han resucitado a la asociación Teatro Profesional de Venezuela y el próximo 24 de marzo, en el Teatro Trasnocho, debutan con un espectáculo que llega precedido de tumultuosos éxitos de taquilla en España, Chile y Argentina. Se trata de la pieza dramática Pequeños crímenes conyugales, del francés Eric-Emmanuel Schmitt, la cual será interpretada por los populares actores Carlota Sosa y Marcos Moreno.
Moisés Guevara, quien actualmente es el director artístico del Teatro Trasnocho, asegura que Pequeños crímenes conyugales le generará al público sendas preguntas: ¿Cómo hago para que mi marido pierda la memoria y olvide así todo lo que no nos conviene? y ¿Qué puedo hacer para recuperar el amor de mi mujer? Y explica que la hábil trama de la pieza revela cómo, tras de 15 días de hospitalización, por un accidente donde perdió la memoria, Alejandro (Marcos Moreno) es llevado al hogar donde lo espera Carla (Carlota Sosa), su esposa. Y es ahí cuando él, con la ayuda de ella, tratan de despejar las tinieblas de un pasado de 15 años de matrimonio, donde lo más evidente es que hay un amor maltratado y que ambos están obligados a permanecer unidos.
Reconoce Moisés que con esta pieza se pretende conmover, modificar y generar una reflexión entre la audiencia. “Ya que, para mí, el teatro es una necesidad íntima y privada la cual se convierte en una necesidad y al mismo tiempo en un derecho social y por supuesto político. Esta obra nos confronta con la vida en pareja, con los crímenes conyugales, porque todos los que vivimos en pareja o pretenden vivir en pareja se verán reflejados en esta historia y, por supuesto, lo que más me interesa de ella es que rescata el amor, la relación de pareja con todos sus conflictos. Hay además, algo muy importante, no tiene ningún discurso misógino. Con este espectáculo, que se exhibirá los viernes y sábados a las diez de la noche, y domingos a las seis de la tarde, pretendemos estar tres meses en cartelera, porque tenemos planes para una gira nacional, aunque el telón final lo impone el público. Seguiremos hasta que se agoten los espectadores”.
La información sobre esta pieza, estrenada en Francia en el 2003, le llegó Moisés por una investigación que realizó Marcos Moreno, “quien quería desde hace mucho tiempo hacer teatro con Carlota Sosa y conmigo, pero al mismo tiempo ya veníamos reuniéndonos Javier Vidal, Julie Restifo, Carlota Sosa, Rafael Romero, Caridad Canelón, José Luis Zuleta, Marcos Moreno, Miriam Dembo, Iraida Tapias y dos jóvenes actrices para evaluar la posibilidad real de dedicarnos cada vez más al teatro y generar y apoyar más producciones independientes. Hoy en día nos hemos convertido conjuntamente con la directiva del Teatro Profesional de Venezuela en un pool de productores, con inversión concreta para generar más y mejor teatro. Eric-Emmanuel Schmitt, que es el autor vivo de teatro más representado en Francia, hizo el milagro de ponernos en escena de nuevo”.
Y explica que Pequeños crímenes conyugales apareció porque varios teatreros apasionados se dedicaron a buscar el librito en las escuálidas librerías caraqueñas. “Marcos nos ayudó con su lista de exitosas obras de teatro que se estaban montando en varios países. Igualmente, Javier y Miriam hicieron sus investigaciones y nos pusimos a buscarlas y finalmente un día llegó la pieza de Eric-Emmanuel a Rafael y ese mismo día me informó Héctor Manrique que la obra ya la habían publicado y estaba en una librería cercana a mi oficina. Corrí hacia ella, la compré, la leí y al día siguiente la leímos con mis dos actores. Finalmente, después de gestionar los derechos con las sociedades autorales francesas y españolas, contactamos a la agencia que representa a este brillante autor, nacido el 28 de marzo de 1960 en Sainte-Foy-Les- Lyon, Francia”.
Confiesa que regresó a las tablas por un deseo loco de querer seguir haciendo realidad un buen teatro, siempre con la mirada puesta en que el éxito acompañe esta profesión, por la tentación de tener entre manos una gran obra de teatro. “No conozco a nadie que teniendo una gran obra no jure montarla. En realidad sería ¿qué me llevó a montarme en las tablas de nuevo, asumiendo ahora el rol formal de un director? Muchas personas me pedían que no lo hiciera, pero realmente esta es la primera obra de teatro que dirijo en exclusiva para el espacio profesional. Tengo experiencia en producción teatral, gerencia cultural, docencia, supervisión, asesoría, rescate y recuperación de espacios teatrales y nunca menciono formalmente la actuación porque considero que fue un paso fugaz. Fue precisamente la docencia la que me llevó directamente a la dirección, aunque tengo recuerdos de haber querido serlo en algún momento, y fue a partir de una propuesta de dirigir un trabajo de grado, en la Escuela César Rengifo, donde tomé la decisión de preparar el instrumento y ubicarme en una posición distinta, que abre otro camino en mi desarrollo profesional”.
Aclara que de cualquier manera no es una decisión que nació o tomó a partir de una sola experiencia, “porque estos cuatro años y medio al frente de la gerencia artística del Teatro Trasnocho, también me han obligado a mirarme distinto y plantearme nuevos caminos. No olvido que llevo año y medio dirigiendo las lecturas del proyecto ‘Haciendo Público lo Privado’, lo cual es una pasantía que dio inicio a esta decisión. Y por supuesto, hay dos maravillosos actores que no solamente le apuestan a la obra, sino que me propusieron dirigirla. Además, la propuesta es un reto, un acto de respeto, de confianza y por supuesto de riesgo, porque el último día de reunión informal de lectura y la toma de decisión para iniciar los ensayos les volví a preguntar si querían que los dirigiese y lo hice tantas veces, que nos fastidiamos todos”.
“Creo que la definición del espacio escénico es, como bien dice Fernando Calzadilla, quien me acompaña como diseñador, la base para la cristalización de una puesta en escena y fue el acuerdo y la definición de este espacio el que me permitió diseñar una específica metodología de trabajo. Ahora esperamos la confrontación con el público, quién es el que tiene siempre la última palabra”.
Gran premio teatral francés
Este dramaturgo que ahora será conocido en Venezuela es, asimismo, filósofo y escritor. Sus obras teatrales -ya pasó de la docena- además de cuatro novelas y otros tantos textos filosóficos, lo han convertido en un icono cultural de la Francia actual. Sus piezas se han estrenado en más de 30 países. Desde 1991, cuando mostró su primera obra teatral, La nuite de Valognes, Eric-Emmanuel Schmitt ha pergeñado obras de diversos géneros, como dramas y comedias, literatura y diversas escenificaciones musicales. En 2001 recibió el Gran Premio de Teatro de la Academia Francesa por el conjunto de su obra. Para algunos críticos, él se impuso en la escena gala con El visitante o Le visiteur, de 1993, y luego se hizo conocer gracias a sus Variaciones enigmáticas, o Variations Énigmatiques, de 1996, interpretadas por Alain Delon y Juan-Paul Belmondo. Ahora en Caracas impactará con un texto cuyo título dice todo: Pequeños crímenes conyugales.

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