Carmen Ramia por fin habló. Estaba que se reventaba por todo lo que tenía que decir, pero había guardado un prudente silencio, al tiempo que perdía tres o cuatro kilos de peso por todo el cúmulo de trabajo y actividades que requieren de ella, tanto en su casa como en sus oficinas en el Ateneo de Caracas. Ahora ha dicho, en tono exultante, que sí va el XVI Festival Internacional de Teatro de Caracas 2006 y que el mismo está a escasos nueve días de su inauguración oficial, el próximo 31 de marzo, a las 8:00 pm , en la Sala Ríos Reyna, con la obra Hedda Gabler, de Henrik Ibsen. Se trata de “una versión inmersa en un gran desparpajo, llena de contemporaneidad”, realizada por la compañía Schabühne am lehniner platz de Alemania, “sobre una gran mujer que se suicida en un acto de coraje y rebeldía ante una existencia que la había menospreciado y atrapado”.
Carmen Ramia recuenta que el XVI Festival se hará con 43 agrupaciones extranjeras y venezolanas, las cuales se exhibirán, hasta el 16 de abril, ante no menos de 1.500.000 personas en diversos escenarios de Caracas, Los Teques, Maracay, Maracaibo y Cumaná.
Y reitera que este “es el Festival del Optimismo”, porque es cierto que las dificultades han sido enormes, pero nunca flaquearon sus deseos y los del equipo que la acompaña. “Yo debo decir que desde que empecé con la organización de los Festivales, tras la muerte de su inventor en el 1993, no he tenido sino dificultades en los cinco eventos que he ejecutado, especialmente con el pautado para el 2000 que se nos cayó como consecuencia de la tragedia del estado Vargas. Hemos siempre chocado con obstáculos y problemas, pero nunca tantos y tan diversos como los que hemos tenido que sortear para sacar adelante esta décimosexta entrega del evento que creó Carlos Giménez en 1973,”.
Enfatiza que para sacar adelante la organización del XVI Festival tuvo que resolver delicados problemas financieros, ya que ella y su equipo habían elaborado un presupuesto de gastos basándose en una oferta de ayuda oficial por “un millardo de bolívares, suma que nunca llegó”, y eso la obligó a mover cielo y tierra para que al final el Estado le aprobara “un aporte por la suma de 600 millones de bolívares”, cuando precisamente el presupuesto de gastos está sobre los 4,6 millardos de bolívares. “Y además de ese desajuste presupuestario, tuvimos que resolver un problema con el Teatro Teresa Carreño, institución que ahora nos está cobrando 378 millones de bolívares por el uso de las dos salas para las 14 funciones de tres espectáculos en una sola semana, pero logramos compensarnos con el Aula Magna de la UCV, donde exhibiremos a la famosa actriz Antonia San Juan con su unipersonal”.
Reconoce que para paliar los problemas financieros del XVI Festival ha contado con el sector privado, el cual se ha portado “de maravilla, pero todavía nos hacen falta más millones de bolívares”.
Destacó el apoyo generoso del Banco Mercantil y de la Cantv, además de la entusiasta colaboración de las gobernaciones de Miranda, Zulia, Sucre y Aragua, así como la ayuda de las Alcaldías de Caracas, Chacao y Sucre; además de otras instituciones privadas y el decidido apoyo de varias embajadas de más de una docena de los países participantes.
Puntualiza, con cierto dolor, que nunca le atendieron el teléfono en la Alcaldía Mayor de Caracas, la que regenta el periodista Juan Barreto, “precisamente la Alcaldía que debía habérsela jugado por el Festival, como sí hacen los burgomaestres de Bogotá por el Festival Iberoamericano que lideriza la gran actriz argentina Fanny Mikey. Nunca me atendieron, si siquiera por vía telefónica. Pero sí debo reconocer que buena parte de lo logrado para sacar adelante esta edición del Festival, fue gracias a la ayuda del alto gobierno, que no son otros que el presidente y el vicepresidente de la República. Hugo Chávez Frías y José Vicente Rangel se dieron cuenta de los problemas o los obstáculos y me ayudaron a resolverlos. Sin sus respectivas colaboraciones, no sé que habría hecho para sacar adelante este evento, pero estoy segura de que no se habría muerto nuestro proyecto. Yo soy de las mujeres que se crece en las dificultades y eso es lo que ha pasado”.
Señala que para este Festival le surgió un problema nunca antes visto. “Un buen día nos trancaron las visas de cortesía para los participantes foráneos, por supuesto, y ahí fue donde me armé de valor y toque las puertas de la Presidencia y la Vicepresidencia de la República, y gracias a ellos todo se resolvió. Yo soy una persona de retos, y tengo, gracias a Dios, el don de la credibilidad. Yo toco una puerta y me la abren y es muy raro cuando me dicen que no”.
Insiste en que ha tenido que sortear serias obstáculos para poder inaugurar el XVI Festival, pero ya se está preparando para el próximo, que será en el 2008 y, el cual vendría a ser la decimoséptima entrega del evento cultural. “Es seguro que me busque otra gran empresa privada para que nos ayude al financiamiento, sumado al que nos dan nuestros patrocinantes permanentes, la buena gente del Banco Mercantil y la Cantv”.
Aclara, para los pesimistas que no creían en la factibilidad del XVI Festival y para los criticones, que esta edición del máximo evento de las artes escénicas venezolanas, “el del 2006 tiene un nivel alto, gracias a Dios, a las compañías participantes y a la calidad de sus espectáculos. Cuando la junta directiva del Festival analizó una a una las participaciones, todos concluyeron que la calidad del evento era superior a la de las anteriores entregas y que iba a ser una grata sorpresa para los espectadores, aunque no se puede olvidar que en los últimos 33 años hemos estado formando a dos generaciones de espectadores. Nuestro país tiene el privilegio de haber disfrutado del mejor teatro del mundo en tres largas décadas. Así como la gente podrá extasiarse ante el teatro que se exhibirá en la salas, también hay cinco espectáculos de teatro en la calle o en las plazas públicas. Y también es muy importante que la gente sepa que este no es un evento para ganar dinero con las entradas, las cuales en esta oportunidad oscilan 60 mil bolívares, por los espectáculos en el Teatro Teresa Carreño, y 10 mil por los montajes venezolanos”.
Agregó que su gran satisfacción es cómo el Festival ha sido y será siempre un factor de hermandad social, ya que genera el milagro de concertar a miles de venezolanos de distintos estratos sociales, de los mas altos hasta los mas bajos, y los hace respetar las pausas de los espectáculos, así como las colas de la gente que espera para ingresar a los espacios públicos que son cerrados antes las características de los eventos, así cómo también a las salas. Eso no se habría podido lograr, si no luchamos para el festival sea subvencionado, bien sea por el Estado o por la empresa privada, para no trasladar los costos del evento a los espectadores. Hasta se podría decir que estamos regalando el Festival por aquello de los precios bajos, pero es que nosotros hemos insistido en mantener el perfil popular, que es lo que nos identifica. Nosotros desechamos la posibilidad de hacer un Festival para tener ganancias. Creemos, pues, que todos los sacrificios que hemos hecho fueron para que el máximo número de venezolanos posible puedan ver las obras que escojan y a unos precios verdaderamente bajos. El ideal sería que el Festival fuese gratuito, pero para ello el Estado tendría que financiarlo en su totalidad, como lo hizo en años pretéritos, pero el Estado después se fue alejando y ahora tenemos que hacerlo con apoyo privado y cobrando una taquilla muy mínima”.
Con respecto a su delgadez, Carmen Ramia reconoció que ha perdido unos cuatro kilos, pero es por el agite, ya que se desayuna con arepas y hace sus dos comidas diarias. Atiende a su casa, donde viven sus tres hijas y además cuida de la salud de María Teresa Castillo, “que es como mi mamá, es la abuela de mis hijas, y con ella he vivido los últimos 30 años”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario