Caracas y Bogotá, a menos de dos horas por avión, tienen movimientos teatrales diversos. Aquí es muy poco lo que se hace sin el apoyo del Estado, mientras que en la antigua capital del Virreinato de la Nueva Granada, fastuosa y ordenada urbe con algo más de ocho millones de habitantes, la vida escénica depende de la autogestión y de unos inversionistas privados, pero con muy poca presencia oficial. Eso hace que aquí se siga experimentando con un “teatro de arte” para un mínimo sector de espectadores, con algunas excepciones de un digno teatro comercial; y allá, en el altiplano, se trabaja más en función de las mayorías que deben pasar por la taquilla para que los gastos puedan recuperarse y colectar una ganancia.
Pero a veces, sin que aquí o allá se lo propongan, coinciden obras o ideas escénicas desarrolladas por los artistas. Tal es el caso que mientras en Caracas se exhibe O todos ... ¡O ninguno!, deliciosa recreación criolla de Aníbal Grunn sobre la australiana Ladies Night, que es la base de la británica pieza teatral y la película The Full Monty, donde unos desempleados hacen striptease para las mujeres de su barrio, porque tienen que comer; en Bogotá también se exhiben sendos espectáculos dedicados al público femenino: Todo para ellas y Destape total.
O todos ...¡O ninguno! plasma a un grupo de amigos sin trabajo, quienes han instalado, en el garaje de la casa de uno de ellos, una agencia para conseguir empleo. Por un hecho fortuito se dedican a crear y producir un espectáculo de strippers para mejorar sus ingresos y así sortear los problemas que a cada uno le ha acarreado el desempleo, esas vacaciones obligadas y sin remuneración. Después de muchas peripecias y hasta de teatrales arrepentimientos, los seis hombres hacen su show, llegando hasta el desnudo, y lo presentan para mujeres y también hombres de la popular barriada caraqueña donde sobreviven: El Cementerio.
Este espectáculo, con una producción precaria, lo exhibió el escritor y director Aníbal Grunn (Argentina, 57 años) en la temporada de 2003 en la Casa del Artista. Pero ahora, con una producción más enriquecida, con mayor apoyatura técnica, y un elenco más versátil y más profesional, lo exhibe en el Teatro Escena 8.
Sin lugar a dudas, Aníbal Grunn, con 30 años de duro trajinar por la escena venezolana (teatro, televisión y cine) es uno de esos raros talentos para la creación del espectáculo. Toma prestadas las ideas de otros y las refunde de tal manera que obtiene un producto propio. Eso es su montaje O todos... ¡O ninguno! Una demostración de lo que es la dramaturgia in situ, de cómo se toman ideas y se adaptan a nuestro contexto, tal como lo hicieron los clásicos. Pero lo más importante es cómo utiliza la comedia para denunciar problemas actuales, para hacerle tomar conciencia al auditorio de que sólo el trabajo podrá sacarlo de la crisis económica. No es, pues, un pieza frívola o para pasarla bien. No, es una clase de cómo hay que inventar mecanismos dignos para sobrevivir. Unos son strippers, otros buhoneros... y toda una larga lista de cosas para no morirse de hambre. ¡El fin justifica los medios!
El elenco de este montaje de 2006 cuenta con el talentoso Marco Alcalá como Moncho, boxeador de la calle que tiene más humanidad que sus otros compañeros, o el amanerado Freddy, resuelto creativamente por César Bencid (toda una revelación histriónica), además de los profesionales roles de Pedro Pablo Porras, Pedro Hidalgo, Gustavo Camacho y Erick Ronso. De verdad que es un elenco para una compañía estable de comediantes, porque todos exhiben condiciones para ser trabajadas con diversos textos y estilos de espectáculos. ¡Un conjunto correcto para estos tiempos!
De los bogotanos Todo para ellas y Destape total hay que destacar que el primero es una idea del productor mexicano Gustavo Olvera, quien ha recorrido el mundo y ahora está en Colombia con un montaje hecho exclusivamente para mujeres, donde los actores monologan, cantan, bailan y además desnudan no sólo sus almas. El segundo es una versión de Carlos Ordóñez a partir de la película The Full Monty, de Peter Cattaneo y el guionista Simon Beaufoy. En síntesis: tanto allá como acá los hombres deben desnudarse para atraer al público. ¡Una es comedia política y las otras puro show!
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