La intolerancia de una sociedad y la tragedia de los artistas en medio de una conflagración civil son los grandes temas del espectáculo ¡Ay Carmela!, producido por el grupo Skena, el cual se presenta en el Teatro Trasnocho, con la participación de Tania Sarabia y Basilio Álvarez en los roles de Carmela y Paulino, dirigidos por Armando Álvarez.
Basilio Álvarez, director de Skena, la institución que creó en el año 1979, e intérprete de Paulino, dice que están produciendo esta pieza ¡Ay Carmela!, de José Sanchis Sinisterra, para rendirle homenaje a Fausto Verdial, fallecido hace 12 años y porque “yo tengo una fascinación por la dramaturgia española en general, pero en especial por la contemporánea, como la de José Luis Alonso de Santos e Ignacio Garcia May. Desde que esa pieza se mostró aquí en Caracas, durante un Festival Internacional de la década de los 80, actuada por Verónica Forqué y José Luis Gómez, Verdial, ahora ausente, y Tania se enamoraron de su texto. Y lo que estamos haciendo ahora es satisfacer un anhelo de nuestra primer actriz. Además tengo predilección por el teatro hispano porque mis padres son asturianos, aunque yo nací aquí, el 13 de abril de 1964, en la Cruz Roja de Candelaria”.
-¿Solamente porque es española?
-No, por supuesto, ¡Ay Carmela! habla de la Guerra Civil Española, esa hecatombe fratricida entre los años 1936 y 1939, pero además presenta a sus dos personajes, Carmela y Paulino, seres que se aman y se protegen en medio de una conflagración como esa. Pero ¡Ay Carmela! es un pretexto para plantearle al público venezolano una urgente y necesaria reflexión sobre las desgracias de un conflicto bélico civil, ya que aquí los venezolanos estamos hondamente divididos y corremos los riesgos de caer en una situación similar, porque no hay dialogo entre los dos bandos enfrentados y los insultos de lado y lado son permanentes, logrando así crear una peligrosa crispación que ojalá no tenga un desenlace cruento. Es un espectáculo para que los venezolanos pensemos un poquito y además se diviertan con las peripecias de dos comediantes y su afán por sobrevivir aún en las peores circunstancias.
Reitera Basilio que ¡Ay Carmela! plasma una historia centrada en la Guerra Civil Española, donde hay una pareja de cómicos, Carmela y Paulino, que regresan a Valencia, pero en el camino se pierden y entran en la zona nacional o franquista. Son detenidos y encerrados en un colegio, donde se hacinan los prisioneros capturados. Todo indica que van a ser fusilados, pero al enterarse un oficial de que son histriones, les hace una oferta para que trabajen como actores para su bando. La posibilidad de salvar la vida pasa por interpretar una comedia que incluye una parodia contra la República, como hacerle burla a unos brigadistas internacionales que van a ser fusilados. A partir de ese momento, la vida de estos actores sufre un vuelco que ambos manejan con mucho humor y momentos que abren un espacio a la reflexión.
-¿No hay una obra venezolana que aborde esa temática? Lo pregunto porque es escasa la producción de espectáculos de autores criollos.
-No conozco una pieza criolla que aborde este tema, pero no niego que pueda existir. Pero a mí, particularmente, me interesa ¡Ay Carmela! porque está ubicada en un contexto histórico, donde hay dos personajes en medio de una guerra civil, sangrienta como pocas.
-¿Cómo es su personaje Paulino?
-Es un actor popular, muy apocado, que ante la crisis que se le presenta lo único que intenta es salvar su vida aun que para ello tenga que claudicar, ya que Carmela tiene un arraigo antifranquista y más valiente. Su trabajo se mueve en dos ambientes: en uno trata de salvar su vida a como de lugar, pero en el otro cuenta lo que ha pasado, cuando ya Carmela se ha ido.
CANSADA DE MONOLOGAR
Para Tania Sarabia, con tres décadas en el teatro y otro tanto en la televisión, este espectáculo tiene su carga sentimental. “Yo la vi con Fausto y me enamoré del personaje. Nos propusimos hacerla, pero él se nos murió. Me he preparado lo mejor que he podido y para eso estamos trabajado desde septiembre del 2007.Le hemos trabajado con todo el tomate, como se dice en España”.
-¿Qué ha pasado con los monólogos?
-Tengo muchos años haciendo monólogos, no menos de cuatro, y muy pocas obras con más actores, salvo el caso de Los hombros de América, de Verdial. Pero estoy cansada de tanto monólogo y con esta pieza he tenido oportunidad de materializar un sueño: denunciar la intolerancia política y el peligro de que aquí nos pase algo similar.
-¿Y la televisión?
-Hasta ahora no tenga ofertas, aunque para finales de año hay un compromiso con una novela para el canal 4. Pero lo que yo quiero es seguir actuando en el teatro, al cual ingrese hace 32 años cuando debuté en Acto cultural, de Cabrujas. Y no he dejado de hacerlo, a pesar de mis problemas de salud, porque el teatro me ha servido para vencer a mi enfermedad, gracias a las endorfinas.
-¿Cómo es su Carmela?
-Es hermosa. Le he puesto todo lo mejor de mí para llevarla a escena. No se parece en nada a lo que he encarnado y esta muy lejos de la española que hago en Los hombros de América.Además estoy feliz por haber sido dirigida por Armando Álvarez, que es un artista, de solo 34 años, que aquí da su salto definitivo al teatro de adultos, porque antes había trabajado largos años con Skena, institución que existe desde 1979.
Basilio Álvarez, director de Skena, la institución que creó en el año 1979, e intérprete de Paulino, dice que están produciendo esta pieza ¡Ay Carmela!, de José Sanchis Sinisterra, para rendirle homenaje a Fausto Verdial, fallecido hace 12 años y porque “yo tengo una fascinación por la dramaturgia española en general, pero en especial por la contemporánea, como la de José Luis Alonso de Santos e Ignacio Garcia May. Desde que esa pieza se mostró aquí en Caracas, durante un Festival Internacional de la década de los 80, actuada por Verónica Forqué y José Luis Gómez, Verdial, ahora ausente, y Tania se enamoraron de su texto. Y lo que estamos haciendo ahora es satisfacer un anhelo de nuestra primer actriz. Además tengo predilección por el teatro hispano porque mis padres son asturianos, aunque yo nací aquí, el 13 de abril de 1964, en la Cruz Roja de Candelaria”.
-¿Solamente porque es española?
-No, por supuesto, ¡Ay Carmela! habla de la Guerra Civil Española, esa hecatombe fratricida entre los años 1936 y 1939, pero además presenta a sus dos personajes, Carmela y Paulino, seres que se aman y se protegen en medio de una conflagración como esa. Pero ¡Ay Carmela! es un pretexto para plantearle al público venezolano una urgente y necesaria reflexión sobre las desgracias de un conflicto bélico civil, ya que aquí los venezolanos estamos hondamente divididos y corremos los riesgos de caer en una situación similar, porque no hay dialogo entre los dos bandos enfrentados y los insultos de lado y lado son permanentes, logrando así crear una peligrosa crispación que ojalá no tenga un desenlace cruento. Es un espectáculo para que los venezolanos pensemos un poquito y además se diviertan con las peripecias de dos comediantes y su afán por sobrevivir aún en las peores circunstancias.
Reitera Basilio que ¡Ay Carmela! plasma una historia centrada en la Guerra Civil Española, donde hay una pareja de cómicos, Carmela y Paulino, que regresan a Valencia, pero en el camino se pierden y entran en la zona nacional o franquista. Son detenidos y encerrados en un colegio, donde se hacinan los prisioneros capturados. Todo indica que van a ser fusilados, pero al enterarse un oficial de que son histriones, les hace una oferta para que trabajen como actores para su bando. La posibilidad de salvar la vida pasa por interpretar una comedia que incluye una parodia contra la República, como hacerle burla a unos brigadistas internacionales que van a ser fusilados. A partir de ese momento, la vida de estos actores sufre un vuelco que ambos manejan con mucho humor y momentos que abren un espacio a la reflexión.
-¿No hay una obra venezolana que aborde esa temática? Lo pregunto porque es escasa la producción de espectáculos de autores criollos.
-No conozco una pieza criolla que aborde este tema, pero no niego que pueda existir. Pero a mí, particularmente, me interesa ¡Ay Carmela! porque está ubicada en un contexto histórico, donde hay dos personajes en medio de una guerra civil, sangrienta como pocas.
-¿Cómo es su personaje Paulino?
-Es un actor popular, muy apocado, que ante la crisis que se le presenta lo único que intenta es salvar su vida aun que para ello tenga que claudicar, ya que Carmela tiene un arraigo antifranquista y más valiente. Su trabajo se mueve en dos ambientes: en uno trata de salvar su vida a como de lugar, pero en el otro cuenta lo que ha pasado, cuando ya Carmela se ha ido.
CANSADA DE MONOLOGAR
Para Tania Sarabia, con tres décadas en el teatro y otro tanto en la televisión, este espectáculo tiene su carga sentimental. “Yo la vi con Fausto y me enamoré del personaje. Nos propusimos hacerla, pero él se nos murió. Me he preparado lo mejor que he podido y para eso estamos trabajado desde septiembre del 2007.Le hemos trabajado con todo el tomate, como se dice en España”.
-¿Qué ha pasado con los monólogos?
-Tengo muchos años haciendo monólogos, no menos de cuatro, y muy pocas obras con más actores, salvo el caso de Los hombros de América, de Verdial. Pero estoy cansada de tanto monólogo y con esta pieza he tenido oportunidad de materializar un sueño: denunciar la intolerancia política y el peligro de que aquí nos pase algo similar.
-¿Y la televisión?
-Hasta ahora no tenga ofertas, aunque para finales de año hay un compromiso con una novela para el canal 4. Pero lo que yo quiero es seguir actuando en el teatro, al cual ingrese hace 32 años cuando debuté en Acto cultural, de Cabrujas. Y no he dejado de hacerlo, a pesar de mis problemas de salud, porque el teatro me ha servido para vencer a mi enfermedad, gracias a las endorfinas.
-¿Cómo es su Carmela?
-Es hermosa. Le he puesto todo lo mejor de mí para llevarla a escena. No se parece en nada a lo que he encarnado y esta muy lejos de la española que hago en Los hombros de América.Además estoy feliz por haber sido dirigida por Armando Álvarez, que es un artista, de solo 34 años, que aquí da su salto definitivo al teatro de adultos, porque antes había trabajado largos años con Skena, institución que existe desde 1979.
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